En los chicos, el bocado de Adán o nuez sostiene sus cuerdas vocales.
Su alargamiento es el responsable del cambio de voz, que pasa del agudo grave. Estas modificaciones dependen de las hormonas masculinas. Ese paso progresivo produce, a veces, sonidos que hacen sonreir a sus compañeros. Pero, tranquilo, eso no dura más que algún tiempo.
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