BARTOLOMÉ ESTEBAN MURILLO (Pintor) (1617-1682)
Murillo fue, junto con Velázquez y Cano, uno de los principales representantes de la pintura barroca en España.
Sus obras de carácter religioso y basadas en las costumbres fueron fuertemente influenciadas por las de Rubens, Van Dick y Correggio.
Este pintor español nació en la ciudad de Sevilla.
A la edad de 10 años, ya asistía a clases en el estudio de Juan de Castillo, con quién aprendió a dominar las técnicas de claro-oscuro, tan en boga en la pintura española del siglo XVII.
A partir de 1645, Murillo se convirtió en el artista más importante de los círculos sevillanos, y sus obras valían diez veces más que las de Zurbarán.
Pronto pudo fundar una academia, de la que fue elegido presidente.
Para entonces ya había abandonado el estilo oscuro y realista de los maestros sevillanos, y sus pinturas comenzaban a estar influenciadas por los trazos claros y ahumados de la Flandes barroca, que tanto admiraba.
Comparado con Rafael y Fra Angélico por la sensibilidad de sus motivos, Murillo no se entregó por completo a las preciosas formas de estos grandes maestros.
Las obras de su primera etapa creativa no dejaron de tener un profundo misticismo, producto de las nuevas tradiciones de la Contrarreforma.
Un ejemplo de esto es su Inmaculada Concepción, considerada la mejor versión de este tema en toda la historia del arte.
En sus últimos años hizo una serie de bodegones con un estilo emocional y decorativo, cuyos personajes eran vagabundos, niños y mendigos de las calles sevillanas.
Las obras no fueron tan bien aceptadas por el público local, que las consideraba extremadamente sentimentales.
Por otra parte, su éxito fue rotundo en los países del norte de Europa, que vieron con satisfacción en esos motivos la más pura representación del espíritu español, tan difundida por Cervantes.
La mayoría de estas pinturas (Niños jugando a los dados, la abuela Catando o Neto y Niños comiendo melón y uvas) están en la pinacoteca de la ciudad de Munich.
Obras destacadas de MURILLO
