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Introducción al ARTE MAYA Y AZTECA
Las civilizaciones más avanzadas de América Central fueron la maya y la azteca.
Los mayas se asentaron al norte de la península de Yucatán y construyeron varias ciudades sagradas, mientras que los aztecas se asentaron en los islotes del lago de Texcoco, donde construyeron la capital de su imperio, México-Tenochtitlán.
El imperio maya tenía un estado y una organización social bien definidos, en los que se diferenciaban las clases sociales y las profesiones. Fue esta misma organización la que los beligerantes aztecas adaptaron cuando llegaron al valle de México.
Los más desarrollados científica e intelectualmente fueron los Mayas: tenían un sistema de escritura jeroglífica y lograron grandes avances en astronomía y matemáticas.
Su calendario de 365 días demostró ser más exacto que el que se usaba entonces en Europa.
Además, ya conocían el cero. Parte de su conocimiento fue absorbido por los toltecas, quienes a su vez lo transmitieron al resto de las culturas del valle de México y a los aztecas, quienes lograron vencer a las ciudades de la Triple Alianza y así establecieron su imperio.
Ambos pueblos dejaron testimonio de su grandeza en obras arquitectónicas colosales, representadas por templos y palacios en terrazas piramidales, así como en relieves y esculturas decorativas y sus suntuosas pinturas y objetos.
Los propios conquistadores españoles han realizado las maravillosas obras de plata, oro y piedras preciosas de los aztecas, utilizadas para decorar palacios y templos, y de las que hay ejemplos no sólo en los museos de México, sino también en los de toda Europa.
LA PINTURA MAYA Y AZTECA, MOSAICOS Y CERÁMICAS
En 1946 se descubrió Bonampak, una construcción de tres habitaciones, o cámaras, cubiertas con coloridas pinturas murales.
Estas pinturas llegaron casi intactas hasta el siglo XX, no sólo porque permanecieron fuera de la vista de los españoles, sino también porque estaban protegidas por una fina capa de piedra caliza, depositada naturalmente en su superficie.
Lejos de cualquier abstracción simbólica, estos murales están impregnados de figuras representativas de un cierto momento histórico.
Cada pared representa una escena, narrada con una gran cantidad de detalles. Es sorprendente el deliberado contraste de colores, así como su gran variedad: los preferidos fueron el rojo y sus diferentes tonos, amarillo, azul y verde.
La perspectiva se obtiene por las superposiciones y los tirantes de las figuras. Los rostros tienen rasgos individualizados.
El conjunto presenta los contornos acentuados. La pintura azteca, por el contrario, se mantuvo como un complemento de los relieves y tenía un carácter simbólico.
La ausencia de un sistema preestablecido de escritura, como el de los mayas, transmitió tanto a los dibujos como a los colores de la pintura azteca una simbología comparable a la de los jeroglíficos egipcios, e influyó en la abstracción deseada.
Se sabe que, desde la conquista española, los aztecas comenzaron a producir pinturas de gusto europeo para los conquistadores, y fueron de hecho excelentes copistas.
También se conservan manuscritos y copias de libros con iluminaciones, ordenados por los tribunales europeos.
ESCULTURA MAYA Y AZTECA
Para los Mayas, la estatua debería ser una imagen y semejanza de la realidad.
En sus esculturas es posible identificar las características físicas de las personas, y en muchos casos incluso se buscaba la individualización de los rostros o los sentimientos, aunque la esquematización persistía.
A diferencia de los aztecas, las formas mayas son más suaves, redondeadas y estilizadas.
La escultura colosal es muy común como complemento de los templos y palacios, especialmente la figura de Chac Mool, o mensajero sentado.
Son significativos los bajorrelieves de los templos, en los que los artistas mayas han combinado figuras naturalistas con fondos geométricos acompañados de textos en jeroglíficos, no tan abstractos como los egipcios, pero igualmente informativos, al estilo de los grabados de las estelas conmemorativas.
No menos perfectos eran los grabados en madera de las puertas y sus respectivos dinteles.
Las figuras modeladas en estuco para la decoración interior les valió la calificación de primer barroco en América Central.
La estatuaria azteca era de un profundo simbolismo y un lenguaje tendente a la abstracción, que negaba todo naturalismo.
Su función era eminentemente religiosa, por lo que las figuras representadas solían ser dioses acompañados de sus atributos.
Los materiales más utilizados fueron la piedra – andesita y pórfido – y la terracota.
El dios más importante era Quetzalcóatl, representado como hombre o serpiente emplumada, ya conocido por los predecesores de los aztecas, los toltecas.
ARQUITECTURA MAYA Y AZTECA
Los templos y palacios de las civilizaciones maya y azteca reflejan los conocimientos técnicos de sus constructores y artesanos. Los templos mayas, especialmente los del período clásico, denotan la influencia de los toltecas.
Los templos aztecas tenían bases casi cuadrangulares que, superpuestas, formaban las pirámides escalonadas, coronadas por una plataforma, con la correspondiente piedra de sacrificio.
La decoración, con figuras de deidades antropomórficas y animales simbólicos, completó el cuadro.
Los arquitectos mayas, a su vez, implementaron ciertos elementos nuevos que, junto con un avance tecnológico, implicaban una diferenciación estilística: construyeron sus techos con las llamadas bóvedas falsas o salientes, formadas por la superposición de siluetas de piedra.
En cuanto a la decoración, utilizaron yeso de cal para hacer marcos entre los techos y las paredes, que cubrieron con bajorrelieves, como en el templo de bambú en Chiapas, de marcada extravagancia.
Las residencias del palacio maya, como el palacio de Uxmal, tenían galerías dispuestas en forma de cuadrado sobre una plataforma.
Se accedía al palacio por una colosal escalera situada frente a las aberturas de la galería central. Hay pocos detalles de los palacios aztecas, ya que fueron prácticamente destruidos.
Se sabe por las crónicas y el estudio de algunas ruinas que el palacio de Moctezuma, el soberano azteca, tenía una base rectangular, con patios abiertos en el interior y dos edificios.
La ciudad de Tecnochtitlán, según las crónicas de los conquistadores, fue construida en un gran islote en medio del lago. Para comunicarse con la tierra, los aztecas construyeron un sistema de rutas de agua y tierra. También construyeron acueductos para proporcionar agua potable. Los mayas rara vez vivían en sus ciudades santuario, prefiriendo el campo.
En tiempos más recientes, en el período clásico, influenciados por los inmigrantes Toltecas, comenzaron a construir edificios civiles y gubernamentales y el indispensable estadio de juego de pelota.