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Charla «¿A dónde van tus devoluciones en línea?» de TED@UPS en español.
¿Alguna vez has comprado prendas de vestir en línea en tallas y colores diferentes para probarlos y luego devolver lo que no te gustó? Aparna Mehta acostumbraba hacerlo hasta que un día se preguntó: ¿A dónde va toda la ropa que se devuelve? En esta charla reveladora nos cuenta sobre el mundo invisible de las devoluciones «gratuitas» en línea –que en vez de regresar a los estantes, miles de millones de kilos de ropa terminan en los vertederos– y nos habla de un plan para acabar con esta creciente catástrofe ambiental.
- Autor/a de la charla: Aparna Mehta
- Fecha de grabación: 2018-07-19
- Fecha de publicación: 2018-11-21
- Duración de «¿A dónde van tus devoluciones en línea?»: 458 segundos
Traducción de «¿A dónde van tus devoluciones en línea?» en español.
Hola, me llamo Aparna.
Soy una compradora compulsiva…
(Risas)
y soy adicta a las devoluciones en línea.
(Risas)
Bueno, era.
Hubo un tiempo en el que recibía de dos a tres paquetes de prendas de vestir día por medio.
Compraba la misma prenda a propósito en tallas y colores diferentes porque no sabía exactamente lo que quería.
Así que compraba extras, las probaba y devolvía lo que no me servía.
Una vez mi hija me observó cuando devolvía algunos de esos paquetes y me dijo: «Mamá, creo que tienes un problema».
(Risas)
Yo no lo veía así.
El envío y la devolución son gratis,
¿cierto?
(Risas)
No lo pensaba dos veces, hasta que escuché unos datos estadísticos en el trabajo que me sorprendieron.
Soy directora de soluciones globales para comercio minorista de alto nivel y estábamos en una reunión con uno de nuestros clientes más importantes hablando sobre cómo optimizar los costos.
Una de sus mayores preocupaciones era administrar las devoluciones.
En la temporada alta de ventas pasada habían recibido 7,5 millones de prendas de vestir en devoluciones.
No podía dejar de pensar en eso.
¿Qué ocurre con toda la ropa que se devuelve?
Así que al llegar a casa comencé a investigar.
Y descubrí que todos los años casi dos mil millones de kilos de prendas devueltas terminan en el vertedero.
Es como si cada habitante de EE.
UU.
lavara una carga de ropa la noche anterior y la tirara hoy a la basura.
Estaba horrorizada.
Pensaba: «De todos, yo soy la que debería ayudar a prevenir esto».
(Risas)
Mi trabajo consiste en buscar soluciones a problemas logísticos como estos…
no crearlos.
Así que el problema se hizo personal.
Entonces dije: «Vamos a resolverlo».
Y ya es posible con algunos de los sistemas que existen.
Entonces comencé a preguntarme:
¿Cómo llegamos a esto?
Hace apenas seis años que un estudio recomendaba ofrecer devoluciones en línea gratuitas y así estimular a los clientes a gastar más.
Comenzamos a ver que las compañías ofrecían devoluciones en línea gratuitas para incrementar sus ventas y ofrecer una mejor experiencia.
Lo que no nos dimos cuenta era que esto conllevó a que se devolvieran más cosas.
En EE.
UU.
las compañías habían perdido 351 mil millones de dólares en ventas en el 2017.
Los comercios minoristas buscan recuperarse de las pérdidas.
Tratan de vender nuevamente el producto devuelto en línea o venderlo a descuento a un socio o compañía liquidadora.
Si la empresa no consigue un sitio para revender el producto de forma rápida y económica, lo tiran a la basura.
Inmediatamente me sentí culpable de ser ese tipo de comprador, alguien que contribuía al problema.
¿Quién se iba a imaginar que mi inocente forma de comprar no solo me afectaría a mí, sino también a todo el planeta?
Mientras reflexionaba sobre lo que se podía hacer, pensé:
¿Por qué el producto tiene que ser devuelto directamente a la compañía?
¿Qué si hubiese otra forma que pudiera beneficiar a todos?
¿Qué tal si lo que una persona trata de devolver es enviado a otro comprador que quiere el producto, y no a la compañía?
¿Qué tal si en vez de una devolución hacemos un «retorno ecológico»?
Los consumidores usarían una aplicación para tomarle fotos a la prenda y verificar su condición al momento de hacer la devolución.
Un sistema de inteligencia artificial las clasificaría según su condición —excelente condición o ligeramente usada— y lo encauza a la persona más apropiada.
La ropa en excelente condiciones iría directamente al próximo comprador y a la ropa ligeramente usada se le puede rebajar el precio y venderse nuevamente en línea.
El minorista puede establecer las reglas sobre cuántas veces una prenda en particular puede revenderse.
Todo lo que el consumidor necesitaría es un código en su celular, ir al sitio de empaque y envío más cercano para enviarla y así la prenda iría de un comprador a otro y no al vertedero.
Uds.
se preguntarán: «
¿De veras la gente se tomará todo ese trabajo?
«.
Creo que sí…
si reciben incentivos como puntos o dinero en efectivo.
Llamémoslo «dinero ecológico».
Habría una nueva oportunidad para producir ingresos a partir de este nuevo grupo de consumidores que compraría estas devoluciones.
Este sistema podría convertir el divertido hábito de comprar en una experiencia espiritual que ayudaría a salvar nuestro planeta.
(Aplausos)
Esto es posible y probablemente tomaría unos seis meses integrarlo a nuestros sistemas existentes para comenzar un programa piloto.
Pero antes de que comiencen a funcionar cualquiera de estos sistemas logísticos, como compradores podemos actuar desde ahora, si cada adulto en EE.
UU.
adopta unos pocos pequeños cambios en nuestra manera de comprar.
Tómense el tiempo para analizar y pensar:
¿Realmente necesito esta prenda?
No.
¿Realmente quiero esta prenda?
…
antes de hacer la compra.
Y si cada uno nosotros como adultos en EE.
UU.
devolviésemos cinco prendas menos este año, lograríamos mantener 109 millones de kilos de ropa fuera de los vertederos.
Una reducción del 6 %, así no más.
Este problema ambiental que hemos creado no está a miles de años en el futuro; está ocurriendo ahora y debemos detenerlo para prevenir el aumento de los vertederos en todo el mundo.
Quiero dejarle a mi hija y a mi nieta un lugar mejor y más limpio, así que no solo dejé de comprar en exceso, pero también reciclo de forma religiosa.
Y Uds.
también pueden, no es difícil.
Antes de llenar nuestros carritos de compras y nuestros vertederos con artículos extras que no queremos, tomemos una pausa la próxima vez que compremos en línea y pensemos cuidadosamente sobre lo que realmente queremos: una Tierra hermosa que podamos llamar hogar.
Gracias
(Aplausos)
https://www.ted.com/talks/aparna_mehta_where_do_your_online_returns_go/