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¿A quién pertenece la ciudad? – Charla TEDGlobal 2017

Charla «¿A quién pertenece la ciudad?» de TEDGlobal 2017 en español.

Cuando los gobiernos crean megaciudades, los pobres son a menudo los primeros en ser desplazados. En esta conmovedora, poética, charla, OluTimehin Adegbeye nos da detalles de cómo el acaparamiento inconstitucional de tierras instigado por el gobierno, está destruyendo la vida de miles de personas que viven en las comunidades costeras de Lagos, Nigeria, para dar paso a una «nueva Dubai». Ella nos compele a hacer que nuestros gobiernos y nosotros mismos seamos responsables de mantener nuestras ciudades seguras para todos. «Las únicas ciudades que vale la pena construir, de hecho, el único futuro que vale la pena soñar, es aquel que incluya a todos, sin importar quiénes somos o cómo hacemos nuestros hogares», dice.

  • Autor/a de la charla: OluTimehin Adegbeye
  • Fecha de grabación: 2017-08-27
  • Fecha de publicación: 2017-09-08
  • Duración de «¿A quién pertenece la ciudad?»: 723 segundos

 

Traducción de «¿A quién pertenece la ciudad?» en español.

Las ciudades son como hermanos en una gran familia polígama.

Cada uno tiene una personalidad única y se dirige en una dirección distinta.

Pero todos tienen orígenes compartidos.

A veces pienso que las ciudades poscoloniales son como los niños de las dos esposas menos favorecidas, que constantemente se les pregunta, «

¿Por qué no te pareces más a tu hermana?

»
(Risas)
El porqué de las ciudades es en gran medida igual, no importa dónde estén: una ubicación ventajosa que hace posible el comercio y la administración; el potencial de oportunidades escalables para los expertos y no calificados por igual; una voluntad popular de estar en constante flujo y, por supuesto, la resiliencia.

El cómo de las ciudades, sin embargo, es otra historia.

¿Cómo se manejan?

¿Cómo crecen?

¿Cómo deciden quién pertenece y quién no?

Lagos es mi hogar.

Siempre encontrarás a los nigerianos siguiendo el ruido y el baile,

¿verdad?


(Risas)
Como cualquier ciudad importante, ese lugar es un montón de cosas, muchas de las cuales son altamente contradictorias.

Nuestro transporte público no funciona bien, tenemos estos autobuses amarillos brillantes de propiedad privada que regularmente causan accidentes.

Vías para autos lujosos poco cuidadas y carreteras a menudo inundadas.

El evangelismo callejero es solo un poco menos omnipresente que el acoso callejero.

Los trabajadores sexuales a veces tienen dos grados, un trabajo bancario y un papel prominente en la iglesia.


(Risas)
En un día cualquiera, puede haber una fiesta o un cuerpo quemado en medio de una calle.

Hay tantas cosas posibles en Lagos y tantas que no lo son, y muy a menudo la diferencia entre posibilidad e imposibilidad es simplemente quién eres, y si tienes suerte, con quién estás conectado.

Pertenecer a Lagos es un concepto fluido determinado por origen étnico, orientación sexual, género, pero lo más visible y frecuentemente más violentamente, clase.

Antes de que Nigeria se convirtiera en un país, pescadores de los arroyos interiores comenzaron a bajar la laguna de Lagos y establecer aldeas a lo largo de la costa.

Aproximadamente 60 años más tarde, mi abuelo, Oludotun Adekunle Kukoyi, también llegó a Lagos.

Al igual que yo, fue alumno de la Universidad de Ibadan, un joven miembro de la élite educada en la era de la independencia.

Con el tiempo, construyó una ilustre carrera como agrimensor, trazando barrios ahora bulliciosos cuando eran solo hierba silvestre alta.

Murió cuando yo tenía 9 años.

Y para entonces, mi familia, como las familias de esos pescadores, creía que Lagos era su hogar.

Entre los yorubas tenemos un dicho, «Èkó gb’olè, ó gb’ọlẹ», que se puede traducir como que Lagos recibirá a cualquier persona.

Pero ese dicho es cada vez menos cierto.

Muchos lagosianos, incluyendo a los descendientes de esos pescadores que llegaron generaciones antes que mi abuelo, ahora están siendo expulsados para dar cabida a una ciudad emergente que ha sido descrita como «el nuevo Dubái».

Lagos inspira grandes sueños, incluso en sus líderes, y los sucesivos gobiernos han declarado aspiraciones hacia una megaciudad donde la pobreza no existe.

Lamentablemente, en lugar de centrarse en la erradicación de la pobreza, como era de esperar, la estrategia de elección se centra en la eliminación de los pobres.

En octubre pasado, el gobernador anunció planes para demoler cada asentamiento frente al mar en Lagos.

Hay más de 40 de estas comunidades indígenas por toda la ciudad, con más de 300 000 personas que viven en ellas.

Otodo Gbame, un pueblo de pescadores de 100 años de antigüedad con una población de aproximadamente tres cuartos de la de Mónaco y potencial similar para el lujo frente al mar…


(Risas)
fue uno de los primeros blancos.

Oí por primera vez de Otodo Gbame después de que la demolición comenzó.

Cuando la visité en noviembre de 2016, conocí a Magdalena Aiyefoju.

Es una mujer ahora sin hogar cuyo apellido significa, «el mundo es ciego».

El hijo de Magdalena Basil era uno de más de 20 personas a las que fusilaron, ahogaron o presuntamente mataron en esa usurpación de tierra.

De pie fuera de su refugio, vi los dos campos de fútbol de arena blanca donde solía jugar.

Se extendían a nuestro alrededor las ruinas de escuelas, iglesias, un centro de salud primaria, tiendas, miles de hogares.

Los niños pequeños ayudaron con entusiasmo a construir refugios, y alrededor de 5000 de los residentes, con ningún otro lugar para ir, simplemente se quedaron.

Y luego en abril, el personal de seguridad del estado regresó.

Esta vez, despejaron completamente la comunidad, con palizas, balas y fuego.

Mientras hablo, equipos de construcción preparan las playas de Otodo Gbame para cualquiera que pueda pagar una visión de varios millones de dólares.

El nuevo desarrollo se llama «Periwinkle Estate».

Los desalojos forzosos son increíblemente violentos y, claro, inconstitucionales.

Y, sin embargo, suceden muy a menudo en tantas de nuestras ciudades, porque lo primero que se nos enseña es a olvidarnos de que la gente pobre son personas.

Creemos que un hogar es algo a lo que una persona tiene derecho totalmente salvo sea pobre y el hogar se construya de cierta manera en un cierto barrio.

Pero no hay una sola definición de la palabra «hogar».

Pues,

¿qué es un barrio marginal además de una respuesta orgánica a déficits agudos de vivienda y desigualdad de ingresos?

¿Y qué es una chabola si no una persona haciendo su propia casa contra todo pronóstico?

Los tugurios son una solución de vivienda imperfecta, pero también son ejemplos primordiales de la innovación, la adaptabilidad y la resiliencia en la fundación y el corazón de cada ciudad funcional.

No se necesita ser el nuevo Dubái cuando ya estás Lagos.


(Aplausos)
Tenemos nuestra propia identidad, nuestro propio ritmo, y como cualquiera que conoce Lagos puede decirles, los pobres lagosianos son muy a menudo la fuente del carácter de la ciudad.

Sin sus pobres, Lagos no sería conocido por su música o su energía interminable o incluso el hecho de que uno pueda comprar una bebida helada o un cachorro a través de la ventana de coche.


(Risas)
Las condiciones que nos llevan a definir ciertos barrios como barrios marginales puede mejorarse eficazmente, pero no sin reconocer la humanidad y la agencia de las personas que viven en ellos.

En Lagos, donde los bienes públicos rara vez están disponibles, los habitantes de los tugurios están a menudo adelante en soluciones innovadoras.

Después de ser desconectado de la red durante meses porque la compañía de energía no podía recoger las facturas, un establecimiento diseñó un sistema que colectivo de remesas y conseguimos todos tarifas más baratas en el negocio.

Otro acuerdo creó un programa de reforma que contrata a los chicos malos locales como seguridad.

Conocen cada truco y escondite, y ahora los instigadores son más propensos a ser atrapados y reportados a la policía y menos de jóvenes terminan involucrándose en actividades criminales.

Otro acuerdo recientemente concluido.

un sistema de aseo comunitario no inundable y respetuoso del medio ambiente.

Modelos como estos están siendo adoptados en Lagos.

Los asentamientos informales se denominan incorrectamente como problemas.

De hecho, los verdaderos problemas son los factores que los crean, como el atrincheramiento de la pobreza, la exclusión social y las fallas del Estado.

Al enmarcar como amenaza los barrios marginales nuestros gobiernos justifican agresiones violentas o desalojos forzosos, y cuentan quienes vivimos en viviendas formales que tácita e ignorantemente estamos de acuerdo con ellos.

Más bien, debemos recordarles que los gobiernos existen para servir no solo a los que construyen y viven en casas de lujo, sino también a los que las limpian y cuidan.

Nuestras…


(Aplausos)
nuestras realidades pueden diferir, pero nuestros derechos no.

El gobierno estatal de Lagos, como demasiados en nuestro continente, habla de ideas de inclusión, mientras que actúa como si el progreso solo se pudiera lograr borrando, explotando e incluso eliminando grupos que se consideran prescindibles.

Personas con discapacidades y que piden limosna en las calles de Lagos son rodeados, extorsionados y detenidos.

Se recoge a las mujeres en los barrios de bajos ingresos y se les acusa de prostitución, con independencia de lo que realmente hagan para vivir.

Los ciudadanos gais son chivos expiatorios para distraer problemas políticos reales.

Pero las personas, como las ciudades, son resistentes, y ninguna legislación, intimidación o violencia puede eliminar de todo a cualquiera de nosotros.

Prostitutas, mujeres y mujeres que trabajan como prostitutas todavía no se han extinguido, a pesar de siglos de supresión activa.

Los queer africanos siguen existiendo, aunque la intolerancia es ahora un crimen en la mayor parte del continente.

Estoy muy segura de que la gente pobre generalmente no tiende a desaparecer porque han sido despojados de todo lo que tienen.

Todos estamos ya aquí, y eso responde a la pregunta de si pertenecemos o no.

Cuando esos pescadores comenzaron a navegar por la laguna en busca de nuevas viviendas, no se les hubiera ocurrido que la ciudad que se levantaba alrededor de ellos un día insistiría en que no pertenecían a ella.

Me gusta creer que mi abuelo, en el trazado de nuevas fronteras para Lagos, estaba tratando de abrirlo para dar cabida a otras personas para que fueran bienvenidas a la ciudad de la misma manera que él lo era.

En mi camino aquí, mi abuela me llamó para recordarme lo orgullosa que estaba, qué orgullos habrían estado mi abuelo y mi madre.

Yo soy sus sueños realidad.

Pero no hay ninguna razón para que sus sueños o los míos se permitan hacer realidad mientras que los de otros se convierten en pesadillas.

Y para que no nos olvidemos: el requisito mínimo para un sueño es un lugar seguro para descansar la cabeza.

Ya es demasiado tarde para Basilio, pero no para Magdalena, no para los cientos de miles, los millones siguen bajo amenaza en Lagos o cualquiera de nuestras ciudades.

El mundo no tiene que permanecer ciego al sufrimiento que se crea cuando negamos la humanidad de la gente, o incluso al increíble potencial de crecimiento que existe cuando reconocemos y valoramos todas las contribuciones.

Debemos mantener a nuestros gobiernos y a nosotros mismos responsables de mantener nuestras ciudades compartidas seguras para todos, porque las únicas ciudades que vale la pena construir, de hecho, los únicos futuros que vale la pena soñar, son aquellos que nos incluyen a todos nosotros, no importa quiénes seamos o cómo nos hagamos nuestras propias casas.

Gracias.


(Aplausos)

https://www.ted.com/talks/olutimehin_adegbeye_who_belongs_in_a_city/

 

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