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Charla «Alastair Parvin: Arquitectura por y para la gente» de TED2013 en español.
El arquitecto Alastair Parvin presenta una idea simple pero provocativa: ¿qué pasaría si en vez de que los arquitectos diseñaran edificios para los que puedan costearlos, fueran los ciudadanos normales los que pudieran diseñar y construir sus propias casas? El concepto es el núcleo de Wikihouse, un kit de construcción libre que pretende que todos puedan construir una casa, sin importar en dónde estén.
- Autor/a de la charla: Alastair Parvin
- Fecha de grabación: 2013-02-27
- Fecha de publicación: 2013-05-23
- Duración de «Alastair Parvin: Arquitectura por y para la gente»: 791 segundos
Traducción de «Alastair Parvin: Arquitectura por y para la gente» en español.
Cuando hablamos de «arquitectos» o «ingenieros» nos referimos a un profesional, alguien que cobra, y tenemos la tendencia a creer que ellos son los que nos van a ayudar a resolver los enormes retos que tenemos: el cambio climático, la urbanización y la inequidad social.
Ese es nuestro tipo de presunción laboral.
Y, de hecho, creo que está mal.
En el 2008, estaba a punto de graduarme como arquitecto después de varios años para salir y tener un trabajo, y esto sucedió.
A la economía se le agotaron los empleos.
Y algunas cosas al respecto me desconcertaron.
En primer lugar, no escuchen a sus asesores vocacionales.
Y en segundo, en verdad esto es una paradoja fascinante para la arquitectura, que como sociedad, nunca hemos necesitado el pensamiento de diseño tanto como ahora y sin embargo, la arquitectura no se está empleando.
Me sorprende que hablemos a detalle sobre diseño mientras que en realidad hay una economía detrás de la arquitectura de la que no hablamos y creo que deberíamos.
Podemos empezar por nuestros propios salarios.
Entonces, como un recién graduado de arquitectura, esperaría ganar unas 24 000 libras, que equivalen a unos 36 000 o 37 000 dólares.
En términos de la población mundial, eso me coloca entre el 1.95% de las personas más ricas, esto me lleva a preguntarme
¿para quién estoy trabajando?
La verdad incómoda es que en realidad todo a lo que hoy llamamos arquitectura es en realidad el negocio de diseñar para el 1% de la población más rica, y siempre ha sido así.
La razón por la que lo olvidamos es porque cuando la arquitectura jugó un papel fundamental para transformar la sociedad fue cuando el 1% construyó pensando en el 99%, por varios motivos distintos, ya fuera por filantropía en el siglo XIX, por el comunismo a inicios del siglo XX, por el estado de bienestar, y más recientemente, por la burbuja inflacionaria de bienes raíces.
Y todos esos movimientos, muy a su modo, han desaparecido y estamos en esta situación en la que los mejores diseñadores y arquitectos del mundo sólo pueden trabajar para el 1% de la población.
Esto no es tan malo para la democracia, aunque creo que probablemente lo es, pero no es una estrategia de negocios muy buena, en serio.
Creo que el reto de la próxima generación de arquitectos es cómo hacer que su cliente pase del 1% al 100%.
Y me gustaría ofrecerles tres ideas no muy intuitivas para cumplir con ese reto.
Lo primero es cuestionarse la idea de que la arquitectura busca construir edificios.
En realidad, construir un edificio es la solución más cara en casi todos los casos.
Y fundamentalmente, el diseño debería estar mucho más interesado en resolver problemas y crear nuevas soluciones.
Piensen en este caso: la oficina estaba trabajando con una escuela y tenían una escuela antigua, de estilo victoriano.
Y le dijeron a los arquitectos, «Verán, los corredores son una pesadilla, son demasiado pequeños y se congestionan entre clase y clase.
Hay bravucones que se nos salen de las manos.
Lo que queremos es que vuelvan a planear toda la escuela, y sabemos que va a costar varios millones de libras, pero ya nos hicimos a la idea».
Y el equipo pensó en el proyecto, se fueron y dijeron, «
¿Saben qué?
No hagan eso.
Mejor quiten la campana de la escuela.
En vez de tener una sola campana que suene tengan muchas campanas pequeñas que suenen en distintos lugares y horas, distribuyan el tráfico en los corredores».
Solucionaron el mismo problema, sólo que gastaron varios cientos de libras en lugar de varios millones.
Parecería que uno está renegando del trabajo, pero no es así, sólo eres más útil.
La verdad es que los arquitectos son muy buenos para pensar de forma estratégica e ingeniosa, Y el problema es que, como en muchas profesiones de diseño, nos enfocamos demasiado en la idea de ofrecer un tipo particular de producto y no creo que ese siga siendo el caso.
La segunda idea que vale la pena hacernos tiene que ver con esto que tiene el siglo XX, con la idea de que la arquitectura masiva se trata de enormes edificios y enormes financiamientos.
En realidad estamos atascados en esta filosofía de la Edad Industrial que dicta que los únicos que pueden hacer ciudades son las enormes orrganizaciones o corporaciones para quienes construimos, obteniendo vecindarios enteros en un solo proyecto monolítico, y desde luego, la forma sigue al financiamiento.
Entonces terminamos con vecindarios únicos y monolíticos basados en este modelo universal.
Y mucha gente no puede adquirirlos.
Pero
¿qué pasaría si las ciudades no sólo pudieran ser construidas por el 1% sino también por el 99%?
Y cuando así sea, trajeran consigo valores totalmente distintos sobre el lugar en el que quieren vivir.
Y genera preguntas muy interesantes sobre cómo vamos a planear las ciudades y cómo vamos a financiarlas cómo vamos a vender nuestros servicios de diseño.
¿Qué significaría para las sociedades democráticas ofrecer a sus ciudadanos el derecho a construir?
Y de cierto modo debería ser obvio que en el siglo XXI las ciudades pudieran ser desarrolladas por los ciudadanos.
Y en tercer lugar, necesitamos recordar que en sentido estricto el diseño tiene algo en común con el sexo y el cuidado de lo mayores: los aficionados hacen la mayor parte del trabajo.
Y eso es bueno.
La mayor parte del trabajo se realiza fuera de la economía monetaria en lo que llamamos la economía social o la economía núcleo, que significa que la gente trabaja por sí misma.
Y el problema es que, hasta hoy, la economía monetaria tenía toda la infraestructura y las herramientas.
El reto que enfrentamos, entonces, es cómo vamos a construir las herramientas, la infraestructura y las instituciones para la economía social de la arquitectura.
Y eso comenzó con el software libre.
Y a lo largo de los últimos años, ha estado moviendo al mundo físico con hardware libre, es decir, planos compartidos libremente que todos pueden descargar y crear por sí mismos.
Es ahí donde la impresión en 3D se vuelve extremadamente interesante.
Cuando tienes una impresora en 3D que es de libre uso, las partes pueden usarse para hacer otra impresora 3D.
O la misma idea aplicada en una máquina de CNC que es como una gran impresora que corta hojas de triplay.
Lo que estas tecnologías están haciendo es bajando enormemente las limitaciones de tiempo, costo y capacitación.
Están enfrentandose a la idea de que si quieres que algo valga la pena tiene que ser universal.
Y están distribuyendo a escala masiva capacidades de manufactura muy complejas.
Vamos hacia un futuro en el que la fábrica está en todos lados, y eso quiere decir que cada vez más el equipo de diseñadores está en todos lados.
Eso es a lo que yo llamo una revolución industrial.
Y cuando pensamos que los conflictos ideológicos más grandes que heredamos giraban en torno a la pregunta de quién debería controlar los medios de producción y estas tecnologías están respondiendo con una solución: en realidad, quizás nadie.
Ninguno de nosotros.
Y estamos fascinados por lo que esto pueda significar para la arquitectura.
Por lo que hace año y medio, empezamos a trabajar en un proyecto llamado WikiHouse, que es un sistema de construcción libre.
La idea es hacer que todos puedan entrar a Internet, acceder a una biblioteca libre compartida de modelos 3D que puedan descargar y adaptar usando el programa SketchUp, ya que es gratis y fácil de usar, y casi a la velocidad de un clic generar una serie de archivos de cortes que les permitirá, en efecto, imprimir las partes de una casa utilizando una máquina CNC y una hoja de un material común como el triplay.
Las partes están numeradas, básicamente terminas con un kit grande tipo IKEA.
(Risas)
Y se une sin tuercas.
Utiliza conexiones de calces y clavijas.
E incluso las hojas de corte incluyen los mazos para hacerlo.
Y un equipo de dos o tres personas pueden construirla.
No necesitan saber de construcción tradicional.
No necesitan un arsenal de herramientas ni nada por el estilo y pueden construir una casa pequeña de más o menos este tamaño en un solo día.
(Aplausos)
Y terminas con el andamio base de una casa en la que luego puedes agregar sistemas como ventanas y servicios de aislamiento y revestimientos basados en lo que haya a la mano y que sea barato.
Desde luego, la casa nunca se acaba por completo.
Estamos cambiando de idea tal que la casa no es un producto terminado.
Con la máquina CNC, puedes hacer nuevas partes para la casa a lo largo de su vida útil o para hacer la casa del vecino.
Hoy podemos ver la semilla de un modelo de desarrollo urbano potencialmente libre y encabezado por los ciudadanos.
Nosotros y otras personas han construido unos cuantos prototipos en todo el mundo y hay lecciones muy interesantes.
Una de ellas es que esto siempre ha sido increíblemente social.
La gente llega a confundir la construcción con la diversión.
Pero los principios de lo libre llegan hasta los detalles extremadamente mundanos y físicos.
Como nunca diseñar una habitacion que no se pueda construir.
O cuando se diseña una habitación asegurarse de que no se ponga en la dirección equivocada, o en todo caso que no importe porque es simétrica.
Probablemente el principio que más nos impulsa es el principio creado por Linus Torvalds, el pionero del software libre, que es «sé flojo como un zorro».
No reinventes la rueda cada vez.
Toma todo lo que ya funciona, y adáptalo a tus necesidades.
Al contrario de todo lo que nos han enseñado en la facultad de arquitectura, copiar es bueno.
Lo que es apropiado, porque en realidad este enfoque no es innovador.
Es sobre cómo hemos construido edificios por cientos de años antes de la revolución industrial en algo parecido a las recaudaciones de fondos comunitarias.
La única diferencia entre la arquitectura vernácula tradicional y la arquitectura libre puede ser la conección a la red, pero es una diferencia enorme.
Compartimos todo el WikiHouse bajo una licencia de Creative Commons y lo que está comenzando a pasar es que grupos en todo el mundo están comenzando a tomarla y la utilizan, hackean, la desarman, es sorprendente.
Hay un grupo genial en Christchurch, Nueva Zelanda que está creando un desarrollo inmobiliario post-terremoto y gracias al premio TED city estamos trabajando con un grupo sorprendente en una de las favelas de Río para desarrollar una especie de fábrica comunitaria y micro universidad.
Son comienzos muy, muy pequeños y en realidad hay mucha gente que se ha puesto en contacto con nosotros la semana pasada que ni siquiera están en este mapa.
Espero que la próxima vez que lo vean, puedan verlos en el mapa.
Estamos conscientes de que WikiHouse es una respuesta muy, muy pequeña pero es una respuesta muy pequeña para un problema colosal, de que, hoy en día, en todo el mundo las ciudades con mayor crecimiento no son las ciudades con rascacielos, son las ciudades hechas por sí solas en cualquier forma.
Si hablamos de la ciudad del siglo XXI estos son los hombres que lo van a lograr.
Les guste o no, sean bienvenidos al equipo de diseño más grande del mundo.
Si tomamos los problemas serios como el cambio climático, la urbanización y la salud, nuestros modelos de desarrollo actuales no van a funcionar.
Cómo Robert Neuwirth dijo, no hay un banco o corporación o gobierno o ONG que pueda logarlo si seguimos tratando a los ciudadanos sólo como consumidores.
Sin embargo, sería extraordinario si pudiéramos en conjunto desarrollar soluciones no sólo para el problema estructural en el que hemos estado trabajando sino para otros problemas de infraestructura como aire acondicionado con energía solar, energía autosuficiente, sanidad autosuficiente: soluciones de bajo costo, libre acceso y de alto desempeño que todos podamos hacer muy fácilmente y compartirlo todo con todos en dónde todos sean los dueños y sean accesibles para todos.
Una especie de Wikipedia de cosas.
En donde una vez que algo pase a ser de todos, se quede ahí para siempre.
¿Cuánto cambiarían las reglas así?
Creo que la tecnología está a nuestro favor.
Si el gran proyecto de diseño en el siglo XX fue la democratización del consumo, con Henry Ford, Levittown, Coca-Cola, IKEA, creo que el gran proyecto del diseño en el siglo XXI es la democratización de la producción.
Y cuando hablamos de arquitectura urbana, eso es sumamente importante.
Muchas gracias.
(Aplausos)
https://www.ted.com/talks/alastair_parvin_architecture_for_the_people_by_the_people/