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Charla «Alex Steffen: El futuro compartido de las ciudades» de TEDGlobal 2011 en español.
¿Cómo se puede ayudar a salvar las ciudades del futuro? Alex Steffen muestra algunos de los geniales proyectos verdes en los barrios que amplían nuestro acceso a las cosas que queremos y necesitamos, al tiempo que reducen el tiempo que pasamos en los coches.
- Autor/a de la charla: Alex Steffen
- Fecha de grabación: 2011-07-12
- Fecha de publicación: 2011-08-08
- Duración de «Alex Steffen: El futuro compartido de las ciudades»: 613 segundos
Traducción de «Alex Steffen: El futuro compartido de las ciudades» en español.
El cambio climático ya es un tema pesado, y es cada vez más pesado porque estamos entendiendo que tenemos que hacer más de lo que hacemos.
De hecho, estamos entendiendo que quienes vivimos en el mundo desarrollado tenemos que impulsar la eliminación de las emisiones.
Eso, por decir lo menos, no es algo que esté sobre la mesa.
Y es un poco abrumador si vemos lo que sucede hoy en la realidad y la magnitud del problema que enfrentamos.
Cuando enfrentamos problemas abrumadores tendemos a buscar respuestas simples.
Y creo que eso hemos hecho con el cambio climático.
Observamos el origen de las emisiones – están saliendo de nuestros caños de escape, chimeneas, etc.
Y decimos: bueno, el problema es que provienen de combustibles fósiles que estamos quemando y por ende la respuesta debe ser reemplazar esos combustibles fósiles por fuentes de energías limpias.
Y por supuesto, aunque necesitamos energía limpia, les digo que es posible que al mirar el cambio climático como un problema de generación de energía limpia, en realidad nos estemos mentalizando para no resolverlo.
Y el motivo es que vivimos en un planeta que se está urbanizando rápidamente.
Eso no debería ser novedad para nadie.
Sin embargo, a veces es difícil recordar el alcance de dicha urbanización.
Para mediados de siglo vamos a tener cerca 8.000 millones – quizás más – de personas viviendo en las ciudades, o a un día de distancia de ellas.
Vamos a ser una especie predominantemente urbana.
Para proveer el tipo de energía que hace falta para alojar 8.000 millones de personas en las ciudades en cierto modo parecidas a las ciudades en las que vivimos en el norte del mundo hoy en día, tendríamos que generar una cantidad descomunal de energía.
Quizá no sea posible que podamos crear tanta energía limpia.
Por eso si hablamos seriamente de abordar el cambio climático en un planeta que se urbaniza tenemos que buscar la solución en otro lado.
De hecho, la solución puede estar más cerca de lo que pensamos.
Porque esas ciudades que construimos son oportunidades.
Cada ciudad determina en gran medida la cantidad de energía que usan sus habitantes.
Tendemos a ver el uso de energía como algo comportamental – uno elige encender esta luz – pero en realidad ingentes cantidades de uso de energía están predestinadas por el tipo de comunidades y ciudades en las que vivimos.
Hoy no les voy a mostrar muchos gráficos pero si puedo centrarme en éste por un momento: nos dice mucho de lo que tenemos que saber que básicamente es que si miramos, por ejemplo el transporte, una categoría principal de emisiones, hay una relación directa entre la densidad de una ciudad y la cantidad de emisiones que sus residentes arrojan al aire.
Y la correlación, por supuesto, es que los lugares más densos tienden a tener emisiones más bajas, algo que no es difícil de imaginar, en absoluto, si uno lo piensa.
Básicamente, sustituimos en nuestra vida el acceso a las cosas que queremos.
Vamos por ahí, entramos a nuestros autos y conducimos de lugar en lugar.
Básicamente usamos la movilidad para conseguir el acceso que necesitamos.
Pero cuando vivimos en una comunidad más densa de repente encontramos, por supuesto, que las cosas que necesitamos están cerca.
Y dado que el viaje más sustentable es el que nunca se tuvo que hacer, en primer lugar, de repente nuestras vidas se vuelven más sustentables.
Y por supuesto, es posible aumentar la densidad de las comunidades circundantes.
Algunos lugares están haciendo esto con nuevos ecodistritos, desarrollando nuevos barrios enteramente sustentables, que es un buen trabajo si se puede lograr.
Pero de hecho, la mayoría de las veces estamos hablando de recomponer el tejido urbano que ya tenemos.
Por eso estamos hablando de proyectos de relleno: pequeños cambios bien nítidos, dónde tenemos edificios, dónde estamos desarrollando.
La modernización urbana: la creación de diferentes tipos de espacios y usos en lugares que ya están allí.
Cada vez más, nos estamos dando cuenta que ni siquiera tenemos que densificar toda la ciudad.
En cambio, necesitamos una densidad media que alcance un nivel que no requiera conducir tanto, etc.
Y eso puede hacerse aumentando mucho la densidad en puntos muy específicos.
Así que pueden pensarse como puntales que realmente eleven la densidad de toda la ciudad.
Y vemos que al hacerlo, podemos, de hecho, tener lugares hiperdensos en un amplio tejido de lugares que tal vez sean un poco más cómodos y lograr el mismo resultado.
Podemos encontrar lugares muy densamente poblados y aún así mantener los coches, pero en general, la realidad es que lo que vemos cuando juntamos mucha gente con las condiciones apropiadas, es un efecto de umbral en el que la gente deja de conducir tanto y cada vez más, más y más personas dejan sus coches por completo si está rodeadas de lugares que las haga sentir como en casa.
Esto representa un ahorro de energía enorme.
Porque lo que sale de nuestros caños de escape es sólo el principio de la historia de las emisiones de los autos.
Tenemos la fabricación del coche, su eliminación, los estacionamientos, las autopistas, etc.
Cuando uno puede deshacerse de todo eso, porque alguien no lo usa, uno encuentra que puede recortar las emisiones del transporte hasta en un 90%.
Y la gente apoya esto.
En todo el mundo, estamos viendo cada vez más personas que adoptan este estilo de vida.
Personas que dicen que pasan de la idea de la casa soñada al barrio soñado.
Y si solapamos esto con las comunicaciones omnipresentes que estamos empezando a ver hallamos, de hecho, incluso más acceso a los espacios.
En parte es acceso al transporte.
Este es el mapa Mapnificent que muestra, en este caso, qué distancia puedo recorrer desde casa en 30 minutos usando el transporte público.
En parte se hace caminando.
No es perfecto todavía.
Estos son los Mapas de Caminata de Google.
Pregunté cómo hacer el mayor Ridgeway y me dijo que fuera por Guernsey.
Me dijo que por este camino tal vez falten aceras o cruces peatonales.
(Risas)
Pero las tecnologías están mejorando y estamos empezando a trabajar colectivamente en esta navegación.
Y, por supuesto, como se ha dicho antes, estamos aprendiendo a poner información en los objetos.
Cosas que no están cableadas en absoluto; estamos aprendiendo a incluirlas en estos sistemas de notación y navegación.
Parte de lo que estamos descubriendo con esto es que lo que pensábamos que era el punto principal de fabricación y consumo, que es obtener gran cantidad de material, no implica, de hecho, vivir mejor en entornos densamente poblados.
Estamos encontrando que lo que queremos es acceder a las capacidades de las cosas.
Mi ejemplo favorito es un taladro.
¿Quién de los presentes tiene un taladro en casa?
Bueno, yo también.
El taladro hogareño promedio se usa entre 6 y 20 minutos en toda su vida útil dependiendo de a quién le preguntemos.
Compramos estos taladros que tienen una capacidad potencial de miles de horas de uso, los usamos una o dos veces para hacer un agujero en la pared y listo.
Nuestras ciudades, les diría, acumulan estas capacidades excedentes.
Y mientras tratamos de imaginar nuevas formas de usar esas capacidades, como cocinar o hacer esculturas de hielo, o incluso un golpe de mafia, probablemente lo que encontremos es que esos productos se transformen en servicios a los que tenemos acceso cuando queramos; una manera mucho más inteligente de actuar.
De hecho, el espacio mismo se está volviendo un servicio.
Hemos hallado que la gente puede compartir los mismos espacios y hacer cosas con el espacio vacante.
Los edificios se están convirtiendo en paquetes de servicios.
Tenemos nuevos diseños que nos están ayudando a tomar las cosas mecánicas en las que solíamos gastar energía – como la calefacción, la refrigeración, etc – y las volvemos cosas en las que evitamos gastar energía.
Iluminamos nuestros edificios con la luz del día.
Los refrigeramos con la brisa.
Los calentamos con la luz del sol.
De hecho, cuando usamos todo esto hallamos que, en algunos casos, el uso de energía en un edificio puede disminuir hasta en un 90%.
Lo que trae otro efecto de umbral al que llamo volcado de horno.
Que es, simplemente, si uno tiene un edificio que no necesita ser calentado con un horno, se ahorra un montón de dinero de antemano.
Esto es mucho más barato de construir que las alternativas.
Pero si buscamos poder recortar el uso de un producto, reducir el uso del transporte, recortar el uso de energía del edificio, todo eso está muy bien pero todavía queda algo fuera.
Y si buscamos ciudades verdaderamente sustentables tenemos que pensar un poco diferente.
Esta es una manera de hacerlo.
Esta es la propaganda de Vancouver sobre lo verde que es como ciudad.
Y seguramente muchas personas se han tomado a pecho la idea de que una ciudad sustentable está cubierta de vegetación.
Así que tenemos visiones como ésta.
Tenemos visiones como ésta.
Todos estos proyectos están muy bien pero se está perdiendo un punto esencial y es que no se trata de las hojas de arriba sino de los sistemas de abajo.
¿Toman el agua de lluvia, por ejemplo, para poder reducir el uso de agua?
El agua consume mucha energía.
¿Incluyen una infraestructura verde para tomar la escorrentía y el agua que va a salir de nuestras casas, limpiarla, filtrarla, y poner árboles urbanos en la calle?
¿Nos vuelven a conectar con los ecosistemas que nos rodean, conectándonos a los ríos, por ejemplo, permitiendo la restauración?
¿Permiten la polinización, las vías de los polinizadores, para que las abejas y las mariposas puedan volver a nuestras ciudades?
¿Es que acaso toman la materia de desperdicio que se obtiene de la comida, las fibras, etc., y la devuelven al suelo, secuestran carbono – quitan carbono del aire – mientras usamos nuestras ciudades?
Yo les diría que todas estas cosas no sólo son posibles, se están haciendo en este momento, y eso es algo muy bueno.
Porque ahora mismo nuestra economía en general opera, como dijo Paul Hawken, «robando el futuro, vendiéndolo en el presente y lo llaman PIB».
Y si tenemos otros 8.000 millones o 7.000 millones, o incluso 6.000 millones de personas que viven en un planeta cuyas ciudades también roban el futuro, nos vamos a quedar sin futuro muy rápidamente.
Pero si pensamos de manera diferente creo que, de hecho, podemos tener ciudades que no sólo no tengan emisiones sino que tengan también posibilidades ilimitadas.
Muchas gracias.
(Aplausos)
https://www.ted.com/talks/alex_steffen_the_shareable_future_of_cities/