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Atrapados en lo negativo (y cómo liberarnos) – Charla TEDxUCDavis

Charla «Atrapados en lo negativo (y cómo liberarnos)» de TEDxUCDavis en español.

Esta charla es de un evento TEDx, organizado de manera independiente a las conferencias TED. Más información en: http://ted.com/tedx

Alison Ledgerwood se unió al departamento de psicología de la Universidad Davis en 2008 después de completar su doctorado en psicología social en la Universidad de Nueva York. Está interesada en entender cómo piensa la gente y cómo pueden pensar mejor. Su investigación se centra enla manera de pensar sobre algo se fija en la mente de las personas.

  • Autor/a de la charla: Alison Ledgerwood
  • Fecha de grabación: 2013-05-18
  • Fecha de publicación: 2018-07-03
  • Duración de «Atrapados en lo negativo (y cómo liberarnos)»: 600 segundos

 

Traducción de «Atrapados en lo negativo (y cómo liberarnos)» en español.

Hola a todos.

Me gustaría saber bailar, pero no sé y es mejor que no lo haga.

En vez de eso voy a hablar un poco de cómo piensa la gente.

Es un tema que me fascina.

Soy psicóloga social, lo que significa que soy observadora profesional de gente.

Así que lo que hago es intentar averiguar cómo pensamos los humanos y qué podemos hacer para pensar mejor.

Esto es algo que noté hace unos años en relación a cómo pienso; esta es una semana típica en mi vida, que parece girar solo en torno a publicar artículos.

Así que aquí estoy, en el cenit de mis habilidades artísticas, como un monigote, a través de la línea base, y me aceptan un artículo.

Me entra ese entusiasmo, ese momento de felicidad y entonces vuelvo a la normalidad a la hora de comer.


(Risas)
Unos días después me rechazan un artículo y me siento horrible.

Y espero a que pase ese momento, pero ya no puedo dejar de pensar en ello.

Esto es lo más curioso: incluso si me aceptan otro artículo al día siguiente, bueno, no está mal, pero no me puedo sacar el dichoso rechazo de la cabeza.

Así que,

¿qué está pasando?

¿Por qué un fallo se queda en la cabeza mucho más tiempo que un éxito?

Junto a mi colega Amber Boydstun del departamento de ciencias políticas, empecé a preguntarme sobre esto.

Esta cuestión de «

¿se queda nuestra mente con lo negativo?

» Todos sabemos de forma intuitiva que hay diferentes modos de pensar las cosas.

El mismo vaso, dice el dicho, se puede ver medio lleno o medio vacío.

Hay mucha investigación en las ciencias sociales que muestran que dependiendo de cómo describas el vaso a la gente, medio lleno o medio vacío, su percepción cambia.

Si describes el vaso como medio lleno, se denomina marco ganador porque nos centramos en lo positivo, y a la gente le gusta.

Pero si describes el mismo vaso como medio vacío, marco perdedor, a la gente no le gusta.

Entonces nos preguntamos qué pasa cuando tratamos de cambiar el pensar de una manera a pensar de la otra.

¿Puede la gente alternar entre las dos o se quedan atrapados en una de ellas?

¿Tiende alguna de estas etiquetas a fijarse más en la mente?

Para investigar esto llevamos a cabo un experimento.

Explicamos a los participantes un nuevo procedimiento quirúrgico y les asignamos aleatoriamente a una de las dos condiciones.

A los participantes en el primer grupo les describimos el procedimiento en términos ganadores; dijimos que tenía un 70 % de probabilidad de éxito.

A los del segundo grupo, les describimos el procedimiento con las pérdidas; dijimos que tenía un 30 % de probabilidad de fallo.

Es el mismo procedimiento pero estamos centrando la atención de la gente en la parte del vaso llena, o en la parte vacía.

Como era de esperar a la gente le gusta el procedimiento cuando se describe con un 70 % de probabilidad de éxito, y no les gusta al ser descrito con un 30 % de probabilidad de fallo.

Pero hay algo más.

Le dijimos al primer grupo: «Podrían ver esto como una probabilidad de fallo del 30 %».

Y dejó de gustarles; cambiaron de opinión.

Le dijimos al segundo grupo, «Podrían ver esto como una probabilidad de éxito del 70 %».

Pero al contrario que el primer grupo mantuvieron su opinión inicial; parece que quedaban atrapados en el marco perdedor del principio del estudio.

Llevamos a cabo otro experimento.

Esta vez hablamos a los participantes del gobernador de un importante estado que compite en la reelección contra su oponente.

De nuevo teníamos a dos grupos de participantes, y les describimos el historial del actual gobernador de uno de estos dos modos.

Dijimos que cuando este gobernador tomó el puesto en la oficina, se esperaban recortes en los presupuestos afectando a 10 000 puestos de trabajo.

La mitad de los participantes leyeron que bajo el mandato del gobernador actual se habían salvado el 40 % de los trabajos.

Y les gusta el gobernador actual; creen que hace un gran trabajo.

El resto de los participantes leyeron que bajo el mandato del gobernador se habían perdido el 60 % de los trabajos, así que no les gusta el gobernador; piensan que hace un trabajo horrible.

Pero le dimos otra vuelta de tuerca.

A los participantes del primer grupo les planteamos la información en términos de pérdidas, y dejó de gustarles el gobernador actual.

A los participantes del segundo grupo les planteamos la información en términos de ganancias, pero al igual que en el primer estudio no pareció importarles.

A la gente de este grupo siguió sin gustarle el gobernador actual.

Dense cuenta de lo que esto significa.

Una vez que se presenta el marco perdedor, ahí se queda.

La gente ya no puede volver atrás y pensar en trabajos salvados una vez que han pensado en los perdidos.

En ambos escenarios el gobernador actual queda relegado en favor de su oponente.

Al llegar a este punto nos entra la curiosidad:

¿por qué pasa esto?

¿Pudiera ser que mentalmente fuera más difícil para la gente convertir pérdidas en ganancias de lo que es convertir ganancias en pérdidas?

Así que llevamos a cabo el tercer estudio para comprobar lo fácil que era pasar de un marco al otro.

Esta vez dijimos a los participantes: «Imaginen que ha habido una epidemia de una enfermedad poco común y 600 vidas están en peligro».

A los participantes de un grupo les preguntamos: «Si se salvan 100 vidas,

¿cuántas se perderán?

» Y a los participantes del otro grupo: «Si se pierden 100 vidas,

¿cuántas se salvarán?

» Así que simplemente tienen que calcular 600 menos 100, y deducir que el resultado es 500.

Pero mientras en un grupo convierten de ganancias a pérdidas para llegar al resultado, en el segundo grupo tienen que convertir de pérdidas a ganancias.

Medimos el tiempo que les llevó resolver este simple cálculo y encontramos que cuando la gente convertía ganancias en pérdidas podían resolver el problema rápidamente; les llevó una media de 7 segundos.

Pero cuando convertían pérdidas en ganancias les llevaba bastante más, casi 11 segundos.

Esto sugiere que una vez que pensamos en algo como una pérdida esa manera de verlo tiende a fijarse en nuestra mente y resistir nuestros intentos de cambiarla.

Lo que me llevo de esta investigación e investigaciones relacionadas es que nuestra visión del mundo tiene una tendencia natural a girar hacia lo negativo.

Es bastante fácil ir de bueno a malo, pero mucho más difícil ir de malo a bueno.

Tenemos que trabajar más arduamente para ver el lado positivo.

Y esto es importante.

Piensen en la economía.

Este es el bienestar económico entre 2007 y 2010.

Pueden ver que se hundió, como todos recordamos, y a finales de 2010 se recuperó basándonos en los datos más objetivos.

Pero esta es la confianza del consumidor en el mismo periodo.

Pueden ver que se hunde a la vez que la economía, pero entonces se apalanca.

En vez de rebotar con la economía, los consumidores se quedan atrapados sicológicamente en la recesión.

Extrañamente, puede que requiera más esfuerzo cambiar nuestra mente acerca del estado de la economía, que cambiar la propia economía.

A nivel más personal, lo que esta investigación significa para mí es que hay que trabajar para ver el lado positivo.

Realmente requiere trabajo, requiere esfuerzo.

Y se puede practicar; entrenar la mente para hacerlo mejor.

Una investigación de la Universidad de Davis muestra que simplemente escribiendo unos minutos al día sobre cosas por las que estar agradecido puede incrementar de forma drástica la felicidad y el bienestar, e incluso la salud.

Incluso podemos buscar buenas noticias y compartirlas con otros.

Tendemos a pensar que desgracia compartida es menos sentida, que desfogarnos nos ayudará a que desaparezca la negatividad, que nos sentiremos mejor si hablamos de lo terrible que ha sido nuestro día.

Así que hablamos y hablamos sobre el jefe que nos está volviendo locos y ese amigo que nunca nos llama.

O esa reunión de trabajo donde todo lo que podía salir mal, salió mal.

Pero olvidamos hablar de lo bueno.

Y ahí es donde nuestras mentes necesitan practicar más.

Por ejemplo, mi marido, que tiene la desconcertante costumbre de escuchar lo que digo que las personas deben hacer, y luego señalar que técnicamente hablando, yo también soy una persona,
(Risas)
ha estado escuchándome un par de minutos en días en los que llego a casa de mal humor y quejándome de todo, y dice: «Vale, pero

¿qué ha pasado hoy que haya sido bueno?

» Entonces le cuento lo del estudiante que vino después de clase con esa pregunta realmente interesante, y le cuento lo del amigo que me envió un email improvisado esta mañana solo para decir: «Hola».

Y en algún momento, mientras lo estoy contando, empiezo a sonreír, y comienzo a pensar que quizás el día ha sido bastante decente después de todo.

Creo que también podemos trabajar en nuestras comunidades para centrarnos en lo positivo.

Podemos darnos cuenta de que lo malo tiende a quedarse.

Un comentario malicioso puede quedarse en la mente de alguien todo el día, o toda la semana, y el mal tiende a propagarse,

¿verdad?

Alguien nos ataca y devolvemos el ataque y atacamos al siguiente que pase también.

¿Pero qué pasa si la próxima vez que nos ataquen les perdonamos?

¿Y si la próxima vez que nos atendiera una camarera de mal humor dejáramos una gran propina?

Nuestras mentes pueden estar hechas para buscar información negativa y quedarse con ella, pero también podemos entrenar nuestras mentes si nos esforzamos y empezamos a ver que el vaso quizás esté un poco más lleno de lo que pensábamos al principio.

Gracias.


(Aplausos)

https://www.ted.com/talks/alison_ledgerwood_a_simple_trick_to_improve_positive_thinking/

 

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