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Charla «Beau Lotto: Ilusiones ópticas que demuestran cómo vemos.» de TEDGlobal 2009 en español.
Los juegos de colores de Beau Lotto confunden tu visión, pero a la vez reflejan lo que normalmente no podemos ver: cómo funciona nuestro cerebro. Esta divertida mirada de primera mano a nuestro versátil sentido de la vista revela cómo la evolución tiñe nuestra percepción de lo que realmente hay ahí fuera.
- Autor/a de la charla: Beau Lotto
- Fecha de grabación: 2009-07-23
- Fecha de publicación: 2009-10-08
- Duración de «Beau Lotto: Ilusiones ópticas que demuestran cómo vemos.»: 990 segundos
Traducción de «Beau Lotto: Ilusiones ópticas que demuestran cómo vemos.» en español.
Quiero empezar con un juego.
Y para ganar este juego, todo lo que tienen que hacer es ver la realidad que está delante de ustedes tal y como es.
¿De acuerdo?
Tenemos aquí dos paneles de círculos de colores.
Y uno de esos círculos es el mismo en los dos paneles,
¿vale?
Tienen que decirme cuál es.
Ahora, limítense al gris, al verde y, digamos, al naranja.
A mano alzada, – empezaremos con el más fácil –
¿cuántos piensan que es el gris?
¿De verdad?
Bueno.
¿Cuántos piensan que es el verde?
¿Y cuántos piensan que es el naranja?
Bastante igualado.
Descubramos cuál es la realidad.
Aquí está el naranja.
(Risas)
Aquí está el verde.
Y aquí está el gris.
(Risas)
Así que los que lo vieron, son realistas absolutos.
¿De acuerdo?
(Risas)
Es increíble,
¿no?
Porque casi cada sistema viviente ha desarrollado la habilidad de detectar luz de una manera u otra.
Así que, para nosotros, ver colores es una de las cosas más simples que hace el cerebro.
Y aún así, incluso en el nivel más fundamental, el contexto lo es todo.
Pero no quiero hablar de si el contexto lo es todo o no, sino de por qué el contexto lo es todo.
Porque la respuesta a esa pregunta nos dice no sólo por qué vemos lo que vemos, sino quiénes somos como individuos y quiénes somos como una sociedad.
Pero primero tenemos que hacer otra pregunta, que es:
¿para qué sirve el color?
Y en lugar de contárselo, simplemente lo mostraré.
Lo que ven aquí es una escena en la jungla.
Y ven las superficies de acuerdo con la cantidad de luz que esas superficies reflejan.
Ahora bien,
¿puede alguien ver el depredador que está a punto de saltar hacia ustedes?
Y si no lo han visto todavía, ya están muertos,
¿no?
(Risas)
¿Puede verlo alguien?
¿Alguien?
¿No?
Bueno, veamos las superficies de acuerdo con la calidad de luz que reflejan.
Y ahora lo ven.
Así que el color nos permite ver las diferencias y semejanzas entre las superficies, de acuerdo con la completa gama de luz que reflejan.
Pero lo que acaban de hacer es, en muchos aspectos, matemáticamente imposible.
¿Por qué?
, Porque, como nos dice Barkley, no tenemos acceso directo a nuestro mundo físico más que a través de nuestros sentidos.
Y la luz que llega a nuestros ojos está determinada por muchas cosas en el mundo, no solamente el color de los objetos sino también el color de su iluminación y el color del espacio entre esos objetos y nosotros.
Si varían uno de esos parámetros, cambiarán el color de la luz que llega a sus ojos.
Esto es un problema enorme, porque significa que una misma imagen podría tener un número infinito de posibles fuentes del mundo real.
Les mostratré a lo que me refiero.
Imaginen que este es el fondo de su ojo.
Y estas son dos proyecciones del mundo exterior.
Son idénticas en todos los sentidos.
Idénticas en forma, tamaño, y contenido espectral.
Son lo mismo, en lo que respecta a nuestro ojo.
Y aún así, vienen de fuentes completamente distintas.
La de la derecha viene de una superficie amarilla, en sombra, mirando hacia la izquierda, vista desde un medio rosado.
La de la izquierda, viene de una superficie naranja, bajo luz directa, mirando a la derecha, vista a través de una especie de medio azulado.
Significados completamente diferentes dando lugar a exactamente la misma información retinal.
Y aún así, lo que nos llega sólo es información retinal.
Así que,
¿cómo rayos conseguimos ver?
Si van a recordar algo de los próximos 18 minutos, recuerden esto: la luz que llega a nuestro ojo, la información sensorial, no tiene significado.
Porque podría no significar literalmente nada.
Y lo que es verdad para la información sensorial, es verdad para la información en general.
No hay significado inherente en la información.
Es lo que hacemos con esa información lo que importa.
Así que,
¿cómo vemos?
Bueno, vemos aprendiendo a ver.
El cerebro desarrolló los mecanismos para encontrar modelos, relaciones de información, y para asociar esas relaciones con el significado conductual, un significado al interactuar con el mundo.
Somos muy conscientes de esto con respecto a atributos más cognitivos, como el lenguaje.
Voy a mostrarles algunas secuencias de letras, y quiero que me las lean, si pueden.
Audiencia: «Can you read this?
» («
¿Pueden leer esto?
«) «You are not reading this» («Usted no está leyendo esto») «What are you reading?
» («
¿Qué está leyendo?
«) Beau Lotto: «
¿Qué está leyendo?
» Faltan la mitad de las letras,
¿no?
No hay ninguna razón a priori por la que la «H» tenga que ir entre la «W» y la «A» (en «what», «qué»).
Pero la pones ahí.
¿Por qué?
Porque en las estadísticas de tu experiencia pasada había sido útil hacer eso.
Así que ahora lo haces otra vez.
Y además, no pones una letra después de la primera «T».
¿Por qué?
Porque no había sido útil en el pasado.
Así que no lo haces otra vez.
Déjenme mostrarles rápidamente cómo nuestro cerebro puede redefinir la normalidad, hasta en las cosas más simples, como el color.
Si pudieran bajar la luz aquí.
Primero quiero que se den cuenta de que esas dos escenas del desierto son físicamente iguales.
Una es simplemente el espejo de la otra,
¿de acuerdo?
Ahora quiero que miren a ese punto entre el verde y el rojo,
¿vale?
Y quiero que se queden mirando ese punto.
No miren a otro lado.
Y miraremos ahí durante 30 segundos, lo cual es matar un poco el tiempo en una charla de 18 minutos.
(Risas)
Pero realmente quiero que aprendan.
Y les diré -no miren a ningún otro sitio- les diré lo que está ocurriendo en sus cabezas.
Su cerebro está aprendiendo.
Y está aprendiendo que el lado derecho de su campo visual está bajo iluminación roja; el lado izquierdo de su campo visual está bajo iluminación verde.
Eso es lo que está aprendiendo,
¿de acuerdo?
Ahora, cuando yo les diga, quiero que miren al punto que hay entre las dos escenas del desierto.
Háganlo ahora
(Risas)
¿Pueden subir la luz otra vez?
Entiendo por su respuesta que ya no se veían igual,
¿no?
(Aplausos)
¿Por qué?
Porque su cerebro está viendo la misma información como si el lado derecho estuviera todavía bajo luz roja, y el izquierdo bajo luz verde.
Esa es tu nueva normalidad.
Y
¿qué significa esto para el contexto?
Significa que puedo tomar estos cuadrados idénticos y ponerlos bajo un marco claro y otro oscuro.
Y ahora, uno parece más claro que el otro.
Lo significativo no es simplemente la importancia de los marcos claro y oscuro, sino lo que esos marcos significaron en nuestro comportamiento en el pasado.
Les enseñaré a lo que me refiero.
Tenemos aquí exactamente la misma ilusión.
Tenemos dos baldosas idénticas, a la izquierda, una en un marco oscuro, una en en un marco claro.
Y lo mismo a la derecha.
Ahora lo que voy a hacer es examinar esas dos escenas.
Pero no voy a cambiar nada de esas escenas, excepto su significado.
Y veremos qué ocurre con su percepción.
Fíjense que en la izquierda las dos baldosas se ven casi completamente opuestas: una muy blanca y la otra muy oscura.
¿De acuerdo?
Mientras que en la derecha, las dos baldosas parecen prácticamente iguales, a pesar de que una sigue en un marco oscuro, y la otra en uno claro.
¿Por qué?
Porque si la baldosa en la sombra fuera de hecho una sombra, y reflejara la misma cantidad de luz a nuestro ojo como la que está fuera de la sombra, tendría que ser más reflectante -son las leyes de la física.
Así que lo ven de esa manera.
Mientras, en la derecha, la información es consistente con las dos baldosas estando bajo la misma luz.
Si están bajo la misma luz, reflejando la misma cantidad de luz a nuestro ojo, entonces deben ser igualmente reflectantes.
Y así lo ven.
Lo que significa que podemos juntar toda esta información para crear ilusiones increíblemente potentes.
Esta es una que hice hace algunos años.
Notarán que hay una baldosa marrón oscura en la parte de arriba, y una naranja claro en el lado.
Esa es su realidad percibida.
La realidad física es que esas dos baldosas son iguales.
Aquí ven cuatro baldosas grises a su izquierda, siete grises a la derecha.
No voy a cambiar las baldosas para nada.
Pero voy a descubrir el resto de la escena.
Y veremos qué pasa con su percepción.
Las cuatro baldosas azules a la izquierda son grises.
Las siete baldosas amarillas a la derecha, también son grises.
Son iguales,
¿de acuerdo?
¿No me creen?
Veámoslo de nuevo.
Lo que es cierto para el color es también cierto para percepciones complejas en movimiento.
Aquí tenemos – démosle la vuelta a esto – un rombo.
Y lo que voy a hacer es que lo voy a coger así, y voy a darle vueltas.
Y para todos ustedes, probablemente lo verán dando vueltas en esta dirección.
Ahora quiero que sigan mirándolo.
Muevan los ojos alrededor, parpadeen, o quizás cierren un ojo, y de repente cambiará y empezará a dar vueltas en dirección contraria.
¿Sí?
Levanten la mano los que lo vean.
¿Sí?
Sigan parpadeando.
Cada vez que parpadee cambiará.
¿De acuerdo?
Y si les pregunto,
¿en qué dirección da vueltas?
¿Cómo lo saben?
Nuestro cerebro no lo sabe.
Porque ambas son igualmente posibles.
Dependiendo a donde mire, cambia entre las dos posibilidades.
¿Somos nosotros los únicos que vemos ilusiones?
La respuesta a esa pregunta es no.
Incluso el bonito abejorro con tan sólo un millón de células cerebrales, 250 veces menos células de las que tenemos en una retina, ve ilusiones, y hace las más complicadas tareas que ni nuestro ordenador más sofisticado puede hacer.
Así que en mi laboratorio obviamente trabajamos con abejorros.
Porque podemos controlar su experiencia completamente, y ver cómo se altera la arquitectura de su cerebro.
Y hacemos esto en lo que llamamos «Matriz de abejas».
Y aquí tienen la colmena.
Pueden ver la abeja reina, la abeja grande que está en el medio.
Y las otras son sus hijas, los huevos.
Y van y vienen, entre esta colmena y el otro lado, por este tubo.
Verán un abejorro salir por aquí.
¿Ven dónde tiene un pequeño número?
¡Ah! Ahí sale otra.
Esta también tiene su número.
Bueno, no nacen así,
¿verdad?
Nosotros las sacamos, las ponemos en el frigorífico y se duermen.
Y entonces les pegamos los pequeños números con superglue.
(Risas)
En este experimento se les recompensa si van a las flores azules.
Aterrizan en la flor, meten su lengua en ella, llamada probóscide, y beben el agua con azúcar.
Y se bebe un vaso de agua que es así de grande para ti o para mí.
Esto lo hará tres veces y luego se irá volando.
Y a veces aprenden a no ir a la azul, y van a donde los otros abejorros van.
Así que se copian entre ellas.
Pueden contar hasta cinco, y reconocer caras.
Y aquí viene bajando la escalera.
Entrará en la colmena, encontrará un tarro de miel vacío, vomitará, y esa es la miel.
(Risas)
Pero recuerden…
(Risas)
se supone que tienen que ir a las flores azules.
Entonces,
¿qué es lo que hacen esos abejorros en la esquina superior derecha?
Parece que van hacia las flores verdes.
¿Es que no lo han entendido?
Y la respuesta a esa pregunta es no.
Esas son en realidad flores azules.
Pero son flores azules bajo luz verde.
Así que están utilizando las relaciones entre los colores para resolver el problema, que es exactamente lo que hacemos nosotros.
Así, las ilusiones se usan frecuentemente, especialmente en arte, en palabras de un artista más contemporáneo, «para demostrar la fragilidad de nuestros sentidos».
Pues bueno, esto es auténtica basura.
Nuestros sentidos no son frágiles.
Si lo fueran, no podríamos estar aquí.
En cambio, el color nos dice algo completamente diferente, nos dice que nuestro cerebro no se desarrolló en realidad para ver el mundo de la manera que es.
No podemos.
En cambio, el cerebro se desarrolló para ver el mundo de la manera que fue útil verlo en el pasado.
Y la manera en que vemos es redefiniendo continuamente la normalidad.
Así que,
¿cómo podemos tomar esta increíble capacidad de plasticidad del cerebro y hacer que la gente experimente su mundo de manera diferente?
Bueno, una de las formas en que lo hacemos en mi laboratorio y en mi estudio es traduciendo la luz en sonido para que la gente pueda escuchar su mundo visual.
Y puedan navegar por el mundo usando sus oídos.
Aquí está David, a la derecha.
Está sujetando una cámara.
A la izquierda está lo que la cámara ve.
Verán que hay una línea, una línea tenue que cruza esa imagen.
Esa línea está dividida en 32 cuadradros.
Calculamos el color medio en cada cuadrado y luego simplemente lo traducimos en sonido.
Ahora él se va a dar la vuelta, cerrar los ojos, y encontrar un plato en el suelo, con los ojos cerrados.
Lo encuentra.
Increíble,
¿no?
Así que no sólo podemos crear una prótesis para los invidentes, sino que también podemos investigar cómo la gente literalmente le da sentido al mundo.
Pero también podemos hacer algo más.
También podemos crear música con color.
Así, trabajando con niños, ellos crean las imágenes pensando en cómo esas imágenes podrían sonar si pudiéramos escucharlas.
Y entonces nosotros las traducimos.
Esta es una de esas imágenes.
Y éste es un niño de 6 años componiendo una obra musical para una orquesta de 32 instrumentos.
Y así es como suena.
Bueno, un niño de 6 años,
¿no?
¿Y todo esto qué significa?
Lo que esto sugiere es que nadie es un observador externo a la naturaleza,
¿de acuerdo?
Nosotros no estamos definidos por nuestras propiedades centrales, por las partes que nos componen.
Estamos definidos por nuestro medio ambiente y por nuestra interacción con él, por nuestra ecología.
Y esa ecología es necesariamente relativa, histórica y empírica.
Así que me gustaría terminar con esto de aquí.
Porque lo que realmente he estado intentando hacer es celebrar realmente la incertidumbre.
Porque creo que sólo a través de la incertidumbre hay potencial para el entendimiento.
Así que, por si alguno de ustedes se siente todavía demasiado seguro, me gustaría hacer esto.
Si pueden bajar las luces.
Lo que tenemos aquí —
¿Puede todo el mundo ver 25 círculos violetas a su izquierda, y 25 círculos, digamos amarillentos, a su derecha?
Y ahora, lo que quiero hacer: Voy a poner los 9 círculos de en medio aquí bajo iluminación amarilla, simplemente poniendo un filtro detrás de ellos.
Bien.
Ahora pueden ver que cambia la luz que sale por ahí,
¿de acuerdo?
Porque ahora la luz pasa a través de un filtro amarillento y después por un filtro violeta.
Voy a hacer lo opuesto aquí en la izquierda.
Voy a poner los 9 de en medio bajo luz violácea.
Ahora algunos de ustedes notarán que la consecuencia es que la luz que sale de los 9 de en medio a la derecha o a su izquierda, es exactamente la misma que la que sale a través de de los 9 de en medio a su derecha.
¿De acuerdo?
¿Sí?
Bueno, así que son físicamente iguales.
Quitemos las cubiertas.
Pero recuerden, ya saben que los 9 de en medio son exactamente iguales.
¿Se ven iguales?
No.
La pregunta es, «
¿es eso una ilusión?
» Y con ello los dejo.
Muchas gracias.
(Aplausos)
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