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Charla «Carl Schoonover: ¿Cómo ver el interior del cerebro?» de TED2012 en español.
Se han dado avances notables en la comprensión del cerebro, pero ¿cómo estudiamos las neuronas de su interior? Mediante imágenes maravillosas, el neurólogo y TED Fellow Carl Schoonover muestra las herramientas que nos permiten ver el interior del cerebro.
- Autor/a de la charla: Carl Schoonover
- Fecha de grabación: 2012-02-28
- Fecha de publicación: 2012-05-17
- Duración de «Carl Schoonover: ¿Cómo ver el interior del cerebro?»: 292 segundos
Traducción de «Carl Schoonover: ¿Cómo ver el interior del cerebro?» en español.
Este dibujo del cerebro tiene mil años.
Es un diagrama del sistema de la vista.
Algunas cosas hoy resultan muy familiares.
Dos ojos abajo, nervios ópticos que salen desde atrás.
Hay una nariz muy grande que no parece estar conectada a nada en particular.
Y si lo comparamos con representaciones más recientes de la visión, verán que las cosas se han complicado considerablemente en estos mil años.
Y esto se debe a que hoy podemos ver el interior del cerebro en lugar de ver solo su aspecto general.
Imaginen que quisieran entender el funcionamiento de una computadora y todo lo que vieran fuese un teclado, un ratón, una pantalla.
Sería muy desafortunado.
Querrían verla abierta, totalmente abierta, ver el cableado interior.
Y hasta hace poco más de un siglo nadie había podido ver así el cerebro.
Nadie había podido ver las conexiones del cerebro, porque si uno saca al cerebro del cráneo y corta una delgada rebanada, aunque la ponga bajo un microscopio potente, no verá nada.
Es gris, sin forma.
No tiene estructura.
No aportará información.
Pero todo cambió a fines del siglo XIX.
De repente se crearon marcadores químicos para el tejido cerebral que nos permitieron ver las conexiones cerebrales.
Se descifró el enigma.
Lo que dio origen a la neurociencia moderna fue una tinción llamada tinción de Golgi.
Y funciona de un modo muy particular.
En vez de marcar todas las células del tejido, de algún modo, marca solo el uno por ciento.
Despeja el bosque, revela los árboles del interior.
De haberse etiquetado todo, no se habría visto nada.
De algún modo muestra lo que hay.
El neuroanatomista español Santiago Ramón y Cajal, ampliamente considerado como el padre de la neurociencia moderna, aplicó la tintura de Golgi y consiguió algo parecido a esto; realmente acuñó la noción moderna de célula nerviosa, de neurona.
Y si piensan en el cerebro como una computadora, este es “el” transistor.
Cajal muy pronto se dio cuenta de que las neuronas no funcionan solas, sino que mas bien se conectan con otras y forman circuitos como los de las computadoras.
Hoy, un siglo después, cuando los investigadores quieren ver neuronas las iluminan desde el interior en vez de oscurecerlas.
Y hay varias maneras de hacerlo.
Pero una de las más populares es mediante una proteína verde fluo.
La proteína verde fluo, que por extraño que parezca viene de una medusa bioluminiscente, es muy útil.
Si obtenemos la proteína verde fluo y la colocamos en la célula, esa célula se iluminará de verde…
o cualquiera de las variantes actuales de proteínas verde fluo, la célula se iluminará de varios colores.
Y volviendo al cerebro, este es de un ratón genéticamente modificado llamado “Brainbow” (cerebro arco iris).
Se llama así, por supuesto, por las neuronas de distintos colores.
Pero a veces los neurocientíficos tenemos que identificar los distintos componentes moleculares de las neuronas, las moléculas, en vez de toda la célula.
Y hay varias maneras de hacerlo pero una de las más populares es con anticuerpos.
Claro, uno tiende a pensar en los anticuerpos como aliados del sistema inmunológico.
Pero resulta que son tan útiles para el sistema inmunológico porque pueden reconocer moléculas específicas como, por ejemplo, el código genético de un virus que está invadiendo el cuerpo.
Y los investigadores han usado esto para reconocer moléculas específicas en el interior del cerebro; para reconocer estructuras específicas de la célula e identificarlas en forma individual.
Y muchas de las imágenes que les he mostrado aquí son muy hermosas, pero también son muy potentes.
Tienen un gran poder explicativo.
Por ejemplo, esta es la coloración de un anticuerpo contra los transportadores de serotonina en un corte de cerebro de ratón.
Han oído hablar de la serotonina, por supuesto, en el marco de enfermedades como la depresión y la ansiedad.
Han oído hablar de los ISRS, medicamentos usados para tratar estas enfermedades.
Y entender el funcionamiento de la serotonina es fundamental para entender dónde está su maquinaria.
Y los marcadores de anticuerpos como este pueden usarse para entender estas preguntas.
Quiero despedirme dejándoles este pensamiento: las proteínas verde fluo y los anticuerpos son productos de origen totalmente natural.
Evolucionaron en la naturaleza para que las medusas brillaran por la razón que sea o para detectar el código genético de un virus invasor, por ejemplo.
Y solo mucho después, los científicos aparecieron y dijeron, “Oye, estas son herramientas, estas son funciones que podríamos usar en nuestra propia caja de herramientas”.
Y en vez de emplear nuestras mentes débiles para diseñar estas herramientas desde cero, allí en la naturaleza estaban estas soluciones predefinidas desarrolladas y refinadas de manera constante durante millones de años por la mayor ingeniera de todas.
Gracias.
(Aplausos)
https://www.ted.com/talks/carl_schoonover_how_to_look_inside_the_brain/