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Charla «Cómo debe usar EE.UU. su estatus de superpotencia» de TEDxNewYork en español.
La imposición de EE.UU. y la globalización han sido básicamente lo mismo para las últimas generaciones. Pero la visión de Estados Unidos sobre el mundo -y la visión mundial sobre Estados Unidos- está cambiando. En un recorrido acelerado por el estado actual de la política internacional, Ian Bremmer analiza los retos de un mundo donde ningún país o alianza puede enfrentar los desafíos del liderazgo mundial y pregunta si Estados Unidos está listo para liderar con el ejemplo, no por la fuerza .
- Autor/a de la charla: Ian Bremmer
- Fecha de grabación: 2016-09-10
- Fecha de publicación: 2016-10-25
- Duración de «Cómo debe usar EE.UU. su estatus de superpotencia»: 937 segundos
Traducción de «Cómo debe usar EE.UU. su estatus de superpotencia» en español.
Cuando uno viene a un TEDx, siempre piensa en tecnología, en el mundo que cambia, cada vez más innovador.
Sin conductores.
Todos hablan de autos sin conductor en estos días, y me encanta la idea de un auto sin conductor, pero si entro en uno, ya saben, lo quiero lento, quiero acceso al volante y al freno, por si acaso.
No sé Uds., pero yo no estoy listo para un autobús sin conductor.
No estoy listo para un avión sin piloto.
¿Qué tal un mundo sin conductor?
Y se los pregunto porque es cada vez más el caso.
Se suponía que no sería así.
Somos el número uno, EE.UU.
es extenso y tiene el control.
Imponer a EE.UU.
y la globalización para las últimas generaciones ha sido básicamente lo mismo.
¿Cierto?
Ya sea en la Organización Mundial del Comercio o en el FMI, el Banco Mundial, el Acuerdo de Bretton Woods sobre divisas, eran instituciones estadounidenses, nuestros valores, amigos, aliados, nuestro dinero, nuestros estándares.
Así funcionaba el mundo.
Es algo interesante, si quieren ver el aspecto de EE.UU., aquí está.
Esta es nuestra visión de cómo funciona el mundo.
Se tiende la alfombra roja al presidente Obama, él desciende del Air Force One, y todo va bien, todos contentos.
Bueno, no sé cuántos vieron el viaje a China la semana pasada y al G20.
¡Dios mío!
¿Cierto?
Así desembarcamos para la reunión más importante de líderes mundiales en China.
La consejera de seguridad nacional vomitaba expletivos en la pista…
sin carpeta roja, rezagada al final del avión con la prensa y los demás.
Luego en el G20, bueno, está Obama.
(Risas)
Hola, George.
Hola, Norman.
Parece que van a entrar en lucha,
¿no?
Y fue así.
Durante 90 minutos hablaron de Siria.
Putin quería hablar de eso.
Él es quien decide, cada vez más.
Él es quien quiere hacer algo aquí.
No hay mucha afinidad ni confianza mutua, pero los estadounidenses no le dicen que hacer.
¿Y qué al cuando se reunieron los 20?
Seguramente, cuando los líderes están en el escenario, los estadounidenses harán su parte.
¡Oh!
(Risas)
Xi Jinping parece estar bien.
Angela Merkel siempre tiene…
esa expresión, siempre lo hace.
Putin le dice qué hacer al presidente turco Erdogan, Y Obama se pregunta,
¿qué está pasando allá?
Ya ven.
El problema es que no es un G20, el problema es que vivimos en un mundo G cero, un orden muncial en el que no existe un país o una alianza capaz de satisfacer los desafíos del liderazgo mundial.
El G20 no funciona, el G7, todos nuestros amigos, es historia.
Y la globalización continúa.
Bienes, servicios, personas y capital atraviesan fronteras cada vez más rápido que antes, pero la imposición de EE.UU.
no.
Si he logrado convencerlos de eso, en el resto de la charla quiero hacer dos cosas.
Quiero hablar de las consecuencias de eso para el mundo.
Hablaré de eso.
Y luego quiero hablar de lo que pensamos aquí en EE.UU.
y en Nueva York.
¿Por qué?
¿Cuáles son las consecuencias?
¿Por qué estamos aquí?
Bueno, estamos aquí porque en EE.UU.
gastamos dos billones de dólares en guerras en Irak y Afganistán que fracasaron.
Ya no queremos hacer eso.
Gran parte de la clase media y obrera no se siente beneficiada por las promesas de la globalización y por eso no quieren más de eso.
Tenemos una revolución energética y no necesitamos a la OPEP ni a Medio Oriente como antes.
Producimos todo aquí en EE.UU.
Por eso los estadounidenses no quieren ser los guardias de la seguridad mundial ni los arquitectos del comercio mundial.
Tampoco quieren ser los animadores de los valores mundiales.
Bueno, luego miren Europa, y la alianza más importante del mundo ha sido la relación transatlántica.
Pero ahora es más débil que siempre desde la Segunda Guerra Mundial, Todas las crisis, las conversaciones del Brexit, los rodeos entre franceses y rusos, o alemanes y turcos, o británicos y chinos.
China quiere ejercer más liderazgo.
Lo hacen, pero solo en el ámbito económico, y quieren competir con sus valores, estándares y divisa, a los de EE.UU.
Los rusos quieren ejercer más liderazgo.
Se ve eso en Ucrania, en los estados bálticos, en Medio Oriente, pero no con los estadounidenses.
Ellos quieren su propio orden y preferencias.
Por eso nosotros estamos donde estamos.
¿Cómo avanzar en este contexto?
Empecemos por lo más fácil: Medio Oriente.
(Risas)
Me fui un poco por las ramas, pero entienden la idea general.
Vean, existen tres razones por las que Medio Oriente ha tenido estabilidad,
¿sí?
Primero, hubo voluntad de proporcionar cierto nivel de seguridad militar por parte de EE.UU.
y sus aliados.
Segundo, se ganó dinero fácil explotando el suelo porque el petróleo era costoso.
Y en tercer lugar sin importar lo malo que fueran los líderes, el pueblo era dócil.
No tenían la capacidad, y muchos no tenían la voluntad de sublevarse.
Yo les garantizo que un mundo G cero, estas tres cosas son cada vez menos ciertas, y por eso hay estados fallidos, terrorismo, refugiados y demás.
¿Se desmorona todo Medio Oriente?
No, a los kurdos le irá mejor, y a Irak, Israel, Irán con el tiempo.
Pero en líneas generales, no es un buen escenario.
Bien,
¿y este tipo?
Está jugando muy bien con una mano pobre.
Sin dudas, supera las expectativas.
Pero a largo plazo…
no quise decir eso.
Pero a largo plazo, a largo plazo, si piensan que los rusos tenían como antagonista a EE.UU.
o Europa que expandían la OTAN hasta su frontera a pesar de decir que no lo haríamos, y con la Unión Europea entrometiéndose, esperen a ver a los chinos poniendo cientos de miles de millones de dólares en los países en torno a Rusia donde esta piensa que tiene influencia.
Los chinos los van a dominar.
Los rusos recogerán las migas.
En un mundo G cero, va a ser una década muy tensa para el Sr.
Putin.
No todo está tan mal,
¿no?
Asia en realidad se ve mucho mejor.
Hay verdaderos líderes en Asia, tienen mucha estabilidad política.
Están allí hace un tiempo.
El Sr.
Modi en India, el Sr.
Abe, que quizá está a punto de obtener un tercer término en el Partido Liberal Democrático en Japón, por supuesto Xi Jinping está consolidando un enorme poder, el líder más poderoso de China desde Mao.
Esas son las tres economías más importantes de Asia.
Ahora bien, hay problemas en Asia.
Como las tensiones en el Mar de China meridional.
Vemos que Kim Jong Un, hace solo un par de días, probó otra arma nuclear.
Pero los líderes de Asia no sienten la necesidad de agitar la bandera, de ser xenófobos, de permitir la escalada de tensiones geopolíticas y transfronterizas.
Quieren centrarse en la estabilidad económica a largo plazo y el crecimiento.
Y eso están haciendo.
Veamos Europa.
Europa parece un poco asustada en este contexto.
Mucho de lo que está pasando en Oriente Medio desembarca literalmente en las costas europeas.
Vemos el Brexit y las inquietudes del populismo en todos los estados europeos.
Permítanme decirles que a largo plazo, en un mundo G cero, la expansión europea se verá que ha ido demasiado lejos.
Europa fue hasta Rusia, fue hasta Medio Oriente, y si el mundo realmente se estuviese aplanando bajo la influencia de EE.UU.
eso sería menos preocupante, pero en un mundo G cero, los países más cercanos a Rusia y más cercanos a Medio Oriente tienen diferentes capacidades económicas, diferentes estabilidades sociales, y diferentes preferencias políticas y sistemas que el núcleo de Europa.
Europa pudo expandirse bajo el G7, pero bajo el G cero, Europa será menor.
El núcleo de Europa en torno a Alemania, Francia y otros seguirá funconando, será funcional, estable, rica e integrada.
Pero la periferia, países como Grecia, Turquía y otros, no tendrán tan buen aspecto.
América Latina tiene mucho populismo, a sus economías no les va tan bien.
Se han opuesto a EE.UU.
durante décadas.
Cada vez más, están regresando.
Lo vemos en Argentina.
Lo vemos en la apertura en Cuba.
Lo veremos en Venezuela cuando caiga Maduro.
Lo veremos en Brasil tras el juicio político y cuando al fin veamos un presidente legítimo allí.
El único lugar que vemos moverse en otra dirección es la falta de popularidad del presidente mexicano Peña Nieto.
Allí podría verse un alejamiento de EE.UU.
en los años venideros.
Las elecciones de EE.UU.
son muy importantes en eso también.
(Risas)
¿África?
Mucha gente ha dicho que va a ser la década de África, por fin.
En un mundo G cero, es una época genial para unos pocos países africanos, los gobernados bien sin mucha urbanización, hay mucha gente inteligente, mujeres que ingresan al mercado laboral, el emprendimiento que despega.
Pero para la mayoría de los países de África, va a ser mucho más peligroso: Condiciones climáticas extremas, radicalismo tanto islámico como cristiano, muy mala gobernabilidad, fronteras que no puedes defender, mucha migración forzada.
Esos países pueden caerse del mapa.
Se producirá una gran segregación entre los ganadores y los perdedores en toda África.
Finalmente, volviendo a EE.UU.
¿Qué pienso de nosotros?
Porque hay un montón de gente molesta, no aquí en TEDx, lo sé, pero en EE.UU., mi Dios, tras 15 meses de campaña, deberíamos estar molestos.
Lo entiendo.
Pero mucha gente está molesta y dice: «Washington no funciona, no confiamos en el establishment, detestamos a los medios».
Diablos, hasta los globalistas como yo debemos enfrentar eso.
Pienso que tenemos que reconocer, compañeros de campamento, que cuando te persigue el oso, en el contexto mundial, no se debe correr más rápido que él, solo tienes que correr más rápido que tus compañeros de campamento.
(Risas)
Acabo de hablarles de nuestros compañeros campistas.
¿Cierto?
Y desde esa perspectiva, estamos bien.
Mucha gente en ese contexto dice: «Invirtamos en el dólar.
Invirtamos en inmuebles en Nueva York.
Enviemos a nuestros niños a universidades de EE.UU.» Ya saben, tenemos vecinos geniales: Canadá, México y dos océanos.
¿Saben cuánto le encantaría a Turquía tener vecinos como esos?
Son vecinos encantadores.
El terrorismo es un problema en EE.UU.
Solo Dios sabe lo que pasamos aquí en Nueva York.
Pero es un problema mucho más grande en Europa que en EE.UU.
Es un problema mucho más grande en Medio Oriente que en Europa.
Estos son factores de gran magnitud.
Acabamos de aceptar 10 000 refugiados sirios, y nos quejamos mucho de eso.
¿Saben por qué?
Porque no pueden nadar hasta aquí.
A los turcos les encantaría tener solo 10 000 refugiados sirios.
A los jordanos, alemanes, británicos.
¿Cierto?
Esa no es la situación.
Esa es la realidad de EE.UU.
Eso suena bastante bien..
Pero este es el desafío.
En un mundo G cero, uno lidera con el ejemplo.
Si sabemos que ya no queremos ser la policía del mundo, si sabemos que no seremos los arquitectos del comercio mundial, que no seremos los animadores de los valores mundiales, no lo haremos como solíamos hacerlo, el siglo XXI está cambiando, debemos liderar con el ejemplo, ser tan convincentes que toda esa otra gente dirá que no es justo que sean los campistas más veloces.
Aun cuando el oso no nos persigue, este es un buen lugar para estar.
Queremos emularlos.
El proceso electoral de este año no está demostrando ser una buena opción para liderar con el ejemplo.
Hillary Clinton dice que será como en los años 90.
Podemos aún ser los animadores de los valores.
Podemos aún ser los arquitectos del comercio mundial.
Podemos aún ser la policía del mundo.
Y Donald Trump quiere llevarnos de vuelta a los años 30.
Dice: «Es como yo digo y si no, no.
Si no te gusta, es tu problema»,
¿sí?
Tampoco están reconociendo una verdad fundamental del G cero, que es que aunque EE.UU.
no está en declive, es objetivamente más difícil para EE.UU.
imponer su voluntad, aunque tiene gran influencia, a nivel mundial.
¿Estamos preparados para liderar con el ejemplo?
¿Qué tendríamos que hacer para resolver esto después de noviembre, después de que llegue el próximo presidente?
Bueno, o tenemos que tener otra crisis que nos obligue a responder.
Una depresión podría ser.
Otra crisis financiera mundial podría ser.
Dios no lo quiera, otro 11-S podría lograrlo.
O, en ausencia de crisis, necesitamos ver que el hueco, la desigualdad, los desafíos que crecen y crecen en EE.UU., son suficientemente urgentes para obligar a nuestros líderes a cambiar, y que tenemos esas voces.
Con nuestros móviles, a nivel personal, tenemos esas voces para obligarlos a cambiar.
Hay, por supuesto, una tercera opción, quizá la más probable, que es no hacer esas cosas, y en cuatro años me invitan a volver, y daré este discurso una vez más.
Muchas, muchas gracias.
(Aplausos)
https://www.ted.com/talks/ian_bremmer_how_the_us_should_use_its_superpower_status/