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Charla «Cómo diseñar una biblioteca en la que los chicos quieran leer» de TEDNYC en español.
Cuando a Michael Bierut le pidieron diseñar un logo para bibliotecas en escuelas públicas, no tenía idea de que durante un año se embarcaría en un proyecto apasionante. En esta entretenida charla, recuerda su obsesivo empeño en llevar energía, arte y gráficos a esos espacios mágicos en donde los bibliotecarios escolares puedan inspirar a nuevas generaciones de lectores y pensadores.
- Autor/a de la charla: Michael Bierut
- Fecha de grabación: 2017-03-08
- Fecha de publicación: 2017-06-02
- Duración de «Cómo diseñar una biblioteca en la que los chicos quieran leer»: 746 segundos
Traducción de «Cómo diseñar una biblioteca en la que los chicos quieran leer» en español.
Hay algo que se llama la ley de las consecuencias imprevistas.
Pensé que era una expresión, pero de hecho existe, creo.
Incluso hay ensayos académicos sobre el tema.
Soy diseñador.
No me gustan las consecuencias imprevistas.
Me contratan porque quieren consecuencias intencionales, y su objetivo es que les ayude a alcanzar esas consecuencias.
Así que vivo con miedo de las consecuencias imprevistas.
Esta historia habla de consecuencias intencionales e imprevistas.
Me llamó una organización que se llama Robin Hood para pedirme un favor.
Robin Hood está en Nueva York, es una organización filantrópica genial que hace lo que dice su nombre.
Toman de los ricos para darle a los pobres.
En este caso, querían beneficiar al Sistema Escolar de Nueva York, una gran empresa que educa a más de un millón de estudiantes a la vez, en edificios como este, edificios viejos, edificios grandes, edificios ventilados, a veces edificios en mal estado, edificios que en definitiva requieren renovaciones.
Robin Hood tiene la ambición de mejorar los edificios en cierta forma, pero se dieron cuenta de que arreglar el edificio no sería práctico y además sería muy caro.
Así que trataron de buscar en qué espacio podían entrar en cada edificio, y en cuantos edificios pudieran, y arreglar ese único espacio.
para poder mejorar las vidas de los niños que estuvieran ahí mientras estudiaban.
Se les ocurrió la idea de la biblioteca escolar, y decidieron llamarla la Iniciativa Biblioteca.
Los estudiantes debían pasar por la biblioteca.
Porque ahí están los libros.
Ahí reside el alma y el corazón de la escuela.
Bien, reparemos las bibliotecas.
Lo genial fue traer primero a 10, luego a 20, después más arquitectos, a quienes se le asignó una biblioteca para repensar ese espacio.
Capacitaron bibliotecarios especiales.
Y así iniciaron esta poderosa misión de reformar escuelas públicas mejorando sus bibliotecas.
Luego me llamaron para decirme: «
¿Puedes hacer una pequeña contribución?
» Y dije: «Claro,
¿qué necesitan que haga?
» Y dijeron: «Queremos que seas el diseñador gráfico a cargo de todo el proyecto».
Así que pensé, entiendo lo que significa.
Significa diseñar un logo.
Sé cómo diseñar algo así, diseño logos.
Para eso me llama la gente.
Así que bien, diseñaré un logo para esto.
Fácil de hacer, comparado con la arquitectura o ser bibliotecario.
Hacer un logo, hacer una contribución y listo, y te sientes muy bien contigo mismo.
Soy un tipo genial y me gusta sentirme bien conmigo por hacer estos favores.
Y pensé, voy a entregar más de lo prometido.
Les voy a entregar 3 logos, en función de esta única idea.
Ahí tienen 3 opciones, elijan la que quieran.
Todas son geniales, pensé.
La idea básica era que serían bibliotecas escolares para escuelas en Nueva York, y era algo nuevo, una idea nueva que necesitaba un nombre.
Yo quería desterrar la idea de la biblioteca vieja y mohosa, en donde todo el mundo se aburre, o sea, no la biblioteca de sus abuelos.
No se preocupen en absoluto.
Esto será algo nuevo y emocionante, no una biblioteca aburrida.
Así que la opción número uno: En vez de pensarlo como una biblioteca, pensarlo como un lugar en donde sí se puede hablar y hacer ruido.
¿No?
Nada de silenciar con «shh», sería como un espacio libre de «shh».
Lo llamaremos Sala de Lectura.
Esa era la opción uno.
Bien, la opción número dos.
La opción número dos era, esperen, OWL.
Los veo en la OWL.
Voy por un libro a la OWL.
Nos vemos en la OWL luego de las clases.
Suena bien,
¿no?
Bueno,
¿y qué significa OWL?
Podría ser «One World Library», Biblioteca Mundial, o quizá «Open.
Wonder.
Learn.», Abre.
Pregunta.
Aprende.
O tal vez…
pensé que los bibliotecarios podrían pensar otras opciones porque saben de palabras.
Otras cosas,
¿no?
Parece el ojo de un búho, «owl» en inglés.
Para mí, este es irresistible.
Pero hay incluso otra idea.
La opción tres.
La opción tres es un juego de palabras.
En inglés «leyó» se escribe como «leer», «read» en ambos casos.
y «leyó» suena como «rojo», «red» en ambos casos.
¿Por qué no llamarlo Zona Roja?
Te veo en la Zona Roja.
¿Eres rojo?
-letrado- Enrojece.
-lee- Soy muy rojo.
-versado-
(Risas)
Me encantó la idea, y de algún modo no estaba enfocado en la idea de que los bibliotecarios están interesados en la ortografía y demás.
(Risas)
Pero a veces el ingenio es más importante que la ortografía, y pensé que este podría ser uno de esos casos.
Generalmente, al hacer estas presentaciones pienso que solo puede surgir una pregunta:
¿Cómo te agradecemos, Mike?
Pero en este caso fue más bien: «
¿En serio?
» Porque dijeron que la premisa del trabajo era que los niños estaban aburridos de las viejas bibliotecas.
Que estaban hartos de ellas.
Pero el hecho era que los niños nunca habían visto una biblioteca.
Las bibliotecas escolares estaban en ruinas o no existían, así que no podían aburrir a nadie.
No existían y por tanto no podían aburrir.
La idea era olvidar lo del nuevo nombre, solo hay que llamarlas, un último intento, bibliotecas.
¿Sí?
Bien.
Pensé,
¿le damos un poco de brío?
¿Un signo de exclamación?
Ahora, como soy ingenioso, enfoqué eso en la «i» la hice roja, y ahí lo tienen, la Iniciativa Biblioteca.
Entonces pensé, misión cumplida, ahí está el logo.
Lo interesante de este logo, como consecuencia imprevista, es que en realidad ni siquiera necesitaban mi diseño porque se podía usar cualquier tipo de letra, o escribirse a mano, y cuando empezaron a enviar correos, solo usaban Shift y 1, y ya tenían su logo.
Y pensé, bueno está bien.
Siéntanse libres de usar ese logo.
Y luego me embarqué en la implementación, y trabajé con cada arquitecto para poner este logo en la puerta principal de la biblioteca.
Así que este fue el gran estreno.
Esencialmente trabajaba con los arquitectos.
Primero mi cliente fue Robin Hood, ahora lo eran estos arquitectos.
Yo les decía: «Este es tu logo.
Ponlo en la puerta».
«Este es tu logo.
Ponlo en ambas puertas».
«Este es tu logo.
Ponlo de lado».
«Este es tu logo, repetido de arriba a abajo».
Todo iba muy bien.
Solo tenía que decir: «Este es tu logo, este es tu logo».
Luego recibí una llamada de uno de los arquitectos, Richard Lewis, que dijo: «Tengo un problema.
Tú eres el hombre de los gráficos,
¿lo puedes resolver?
» «Claro», dije.
«El problema es que hay un espacio entre el estante y el techo».
A mí eso me suena a un tema de arquitectura, no una cuestión de diseño, pero igual lo escuché.
Y Richard dijo: «Es que el estante tiene que ser suficientemente bajo para que lo alcance un niño, pero es un edificio viejo, y los techos son muy altos, y entonces tengo mucho espacio y necesito algo así como un mural».
Le dije: «¡Aah! Pero yo diseño logos.
No soy Diego Rivera ni nada.
No soy muralista».
Y dijo: «
¿Pero no podrías pensar en algo?
» Le dije: «Bien, podríamos tomar fotos de los niños en la escuela y ponerlas en ese espacio, quizá eso podría funcionar».
Mi esposa es fotógrafa, le dije: «Dorothy, no hay presupuesto,
¿vendrías a esta escuela al este de Nueva York a tomar fotos?
Y lo hizo.
Si van a la biblioteca de Richard, que fue una de las primeras, tiene este mural glorioso como de héroes escolares, enormes, mirando dentro de la casita de muñecas que es la biblioteca,
¿no?
Los niños estuvieran geniales, elegidos por los directores y el bibliotecario.
Eso creó una atmósfera heroica en esta biblioteca, este entorno digno arriba y la alegría de los niños abajo.
Naturalmente los bibliotecarios de las otras escuelas vieron esto y también quisieron murales.
Yo pensé, bien.
Y entendí que no podíamos usar siempre el mismo mural, así que Dorothy hizo otro y luego otro, pero luego necesitamos más ayuda, y llamé a un ilustrador que conocía, llamado Lynn Pauley, y Lynn hizo estas hermosas pinturas de los niños.
Luego llamé a un tipo, Charles Willkin, en un lugar llamado Automatic Design.
hizo unos collages increíbles.
Luego Rafael Esquer dibujó unas siluetas.
Él trabajó con los niños, buscando palabras, y en función de esas sugerencias, creó una pequeña constelación de siluetas de cosas que hay en los libros.
Peter Arkie entrevistó a niños les pidió hablar de sus libros preferidos y luego plasmó su testimonio como un mural.
Stefan Sagmeister trabajó con Yuko Shimizu e hicieron una declaración estilo manga: «Todo el que es honesto es interesante», que lo cubre todo.
Christoph Niemann, un ilustrador brillante, hizo una serie de cosas en donde insertó libros en las caras de los personajes imágenes y lugares que encuentras en los libros.
Luego, incluso Maira Kalman hizo una increíble instalación críptica de objetos y palabras de tipo envolvente que fascinará a los estudiantes mientras permanezcan ahí.
Fue en verdad satisfactorio, y mi papel era leer una serie de dimensiones a estos artistas; les decía: «Un metro por 4,5, lo que quieras.
Dime si tienes problema con eso».
Luego iban y los instalaban.
Era lo mejor.
Pero lo más genial fue que…
cada cierto tiempo, recibía una invitación al correo hecha de papel de construcción: «Estás invitado a la apertura de nuestra nueva biblioteca».
Así que llegas a la biblioteca, digamos que vas a la escuela 10, y entras.
Hay globos, un estudiante embajador, hay discursos para leer, poesía escrita específicamente para la inauguración, los dignatarios entregan certificados, y todo es una fiesta increíble.
Me encantaba ir a estas cosas.
De pie vestido así, sin pertenecer, y alguien preguntaba: «Qué hace aquí, señor?
» Yo decía: «Pues soy parte del equipo que diseñó este espacio».
Y decían, «
¿Hizo Ud.
los estantes?
» Yo decía: «No».
«Entonces tomó las fotos».
«No».
«Entonces,
¿qué hizo?
» «
¿Al entrar notó el letrero sobre la puerta?
» «
¿El que dice biblioteca?
»
(Risas)
«Sí, ¡lo hice yo!» Luego decían: «Buen trabajo».
Fue satisfactorio pasar por estas inauguraciones a pesar de que en general se me ignoraba o humillaba, pero fue divertido asistir, así que decidí que quería que la gente de mi oficina que había trabajado en estos proyectos, consiguiera a los ilustradores y fotógrafos y les dije que alquiláramos una camioneta y recorriéramos los 5 barrios de Nueva York y viéramos cuántas bibliotecas podíamos visitar cada vez.
Al final fueron unas 60 bibliotecas, así que habremos visto unas seis en un día largo.
Lo mejor fue conocer a todos los bibliotecarios que estaban a cargo y habían tomado posesión de estos lugares como un podio especial desde donde podían cautivar a los estudiantes y darle vida a los libros, y fue una experiencia emocionante para todos nosotros, ver todo en acción.
Pasamos un largo día haciendo esto y llegamos a la última biblioteca.
Aún era invierno, se hacía de noche temprano, y la bibliotecaria dijo: «Estoy a punto de cerrar.
Fue bueno recibirlos.
Por cierto,
¿quieren ver como apago las luces?
» Y yo: «Bueno».
Y dijo: «Tengo un modo especial de hacerlo».
Luego nos mostró.
Apagó cada luz, una por una, y la última luz que quedó encendida era la que iluminaba los rostros de los niños, y dijo: «Esta es la última luz que apago cada noche, porque me gusta recordar por qué vengo a trabajar».
Cuando comencé todo esto, si recuerdan, solo se trataba de diseñar ese logo y ser ingenioso,
¿inventar un nuevo nombre?
Es la consecuencia no intencional, la razón por la que quisiera tener el crédito y pensar que preví toda esta experiencia, pero no puedo.
Solo me enfoqué de a un paso a la vez, en lo que pudiera alcanzar con las manos.
En vez de eso, a la distancia una bibliotecaria encontraría en la cadena de consecuencias que pusimos en marcha, una fuente de inspiración para, en su caso, hacer muy bien su trabajo.
Estas bibliotecas impactan a 40 000 niños al año.
Esto ha estado sucediendo por más de 10 años, y estos bibliotecarios han acercado a los libros a una generación de niños por eso ha sido emocionante descubrir que a veces las consecuencias imprevistas son las mejores consecuencias.
Muchas gracias.
(Aplausos)
https://www.ted.com/talks/michael_bierut_how_to_design_a_library_that_makes_kids_want_to_read/