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Charla «Cómo el maíz conquistó el mundo – Chris Kniesly» de TED-Ed en español.
Ver la lección completa en https://ed.ted.com/lessons/how-corn-conquered-the-world-chris-kniesly
Hoy en día, el maíz representa más del 10 % de la producción agrícola. Solo Estados Unidos tiene suficientes maizales para cubrir Alemania. Si bien otros cultivos presentan una amplia gama de variedades, más del 99 % del maíz cultivado es exactamente del tipo dentado amarillo. Es decir que los humanos cultivan más del dentado amarillo que cualquier otra planta en el planeta. ¿Cómo fue que esta variedad, en particular, de esta singular planta se volvió la historia más exitosa en la cronología de la agricultura? Chris Kniesly explica cómo fue el auge de este cultivo mágico.
Lección de Chris Kniesly; dirigida por Artrake Studio.
- Autor/a de la charla: Chris A Kniesly
- Fecha de grabación: 2019-11-26
- Fecha de publicación: 2019-12-02
- Duración de «Cómo el maíz conquistó el mundo – Chris Kniesly»: 300 segundos
Traducción de «Cómo el maíz conquistó el mundo – Chris Kniesly» en español.
Hoy en día, el maíz representa más del 10 % de la producción agrícola mundial.
Solo Estados Unidos tiene suficientes maizales para cubrir Alemania.
Si bien otros cultivos presentan una amplia gama de variedades, más del 99 % del maíz cultivado es exactamente del tipo dentado amarillo.
Es decir que los humanos cultivan más del dentado amarillo que cualquier otra planta en el planeta.
¿Cómo fue que esta variedad específica de esta planta tan singular se volvió la historia más exitosa en la cronología de la agricultura? Hace casi 9000 años, el maíz, también llamado «choclo» o «elote», fue domesticado a partir del teocinte, una hierba nativa de Mesoamérica.
Las semillas del teocinte, duras como rocas, apenas podían comerse, pero su cáscara fibrosa podía convertirse en un material versátil.
En los 4700 años siguientes, los granjeros lo transformaron en su cultivo básico, con mazorcas más grandes y granos comestibles.
Cuando se extendió por toda América, desempeñó un papel muy importante.
Varias sociedades indígenas veneraban a una «Madre Maíz» como la diosa creadora de la agricultura.
Al principio, los europeos que llegaron a América, rehuyeron esta extraña planta.
Muchos incluso creían que era el origen de las diferencias físicas y culturales entre ellos y los mesoamericanos.
Sin embargo, sus intentos de cultivar plantas europeas en suelo americano pronto fracasaron, por lo que los colonizadores se vieron forzados a cambiar su dieta.
Como les resultó tan sabroso, el maíz pronto cruzó el Atlántico, donde su habilidad para crecer en climas diversos lo convirtió en un grano popular en muchos países europeos.
Pero EE.
UU., recién creado por entonces, aún era la capital mundial del maíz.
A principios del siglo XIX, diferentes regiones a lo largo del país producían variedades que diferían en tamaño y sabor.
En la década de 1850, no obstante, estas variedades únicas resultaron difíciles de empaquetar para los operadores de trenes y de vender para los comerciantes.
Las juntas de comercio en nudos ferroviarios como Chicago incentivaban a los granjeros a cultivar un maíz estandarizado.
Este sueño se volvería realidad en la Feria Mundial de 1893, en la que el maíz dentado amarillo de James Reid ganó el listón azul.
En los 50 años siguientes, ese tipo de maíz se extendió por toda la nación.
Tras los desarrollos tecnológicos de la Segunda Guerra Mundial, las cosechadoras mecánicas se popularizaron significativamente, con lo cual un lote de maíz que antes tomaba un día completo en ser cosechado a mano, ahora podía hacerse en solo cinco minutos.
Otra tecnología del periodo de guerra, el explosivo químico nitrato de amonio, también tuvo una nueva función en las granjas.
Con este nuevo fertilizante sintético, los granjeros podían plantar espesos campos de maíz año tras año, sin necesidad de rotar sus cultivos ni restaurar el nitrógeno al suelo.
A pesar de que estos avances hicieron del maíz un cultivo tentador para los granjeros de EE.
UU., la política agrícola local los limitaba en su capacidad productiva para asegurarse altos precios de venta.
Pero en 1972, el presidente Richard Nixon eliminó estas limitaciones, a la vez que negociaba la venta masiva de granos a la Unión Soviética.
Gracias a este nuevo acuerdo comercial y la tecnología de la Segunda Guerra, la producción de maíz explotó y creó un fenómeno global.
Estas montañas de maíz inspiraron la aparición de nuevos derivados.
La fécula de maíz podía usarse como agente espesante de gasolina, pegamento y más, o procesarse para producir un edulcorante de bajo costo: el jarabe de maíz rico en fructosa.
El maíz se volvió rápidamente uno de los alimentos para animales más asequibles en el mundo, lo cual permitió la producción de carne a un bajo costo y, a su vez, subió la demanda de carne y de maíz.
Hoy en día, las personas solo consumen el 40 % del maíz cultivado, en tanto el 60 % se usa en la industria del consumo de todo el mundo.
Sin embargo, la propagación de este cultivo mágico ha tenido un precio: las fuentes de agua están contaminadas a nivel global por el exceso de nitrato de amonio que llega de los maizales.
El maíz es responsable por gran parte de las emisiones de carbono relacionadas con la agricultura debido, en parte, a la gran producción de carne que permite.
El consumo de jarabe de maíz rico en fructosa puede contribuir a la diabetes y la obesidad.
Además, el auge del monocultivo ha dejado nuestra reserva de alimentos muy vulnerable a pestes y patógenos: un solo virus infectaría el suministro mundial de este omnipresente grano.
El maíz ha pasado de ser una hierba espesa a ser un elemento esencial de las industrias globales.
Pero solo el tiempo dirá si nos ha llevado al laberinto de la insostenibilidad.
https://www.ted.com/talks/chris_a_kniesly_how_corn_conquered_the_world/