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Charla «Cómo el perdón puede crear un sistema legal más justo» de TEDWomen 2019 en español.
Indultos, conmutaciones y leyes de bancarrota son instrumentos de perdón dentro del sistema legal de Estados Unidos. ¿Los estamos usando con suficiente frecuencia y con justicia? La profesora de derecho Martha Minow describe cómo estas medidas misericordiosas pueden reforzar la desigualdad racial y económica en el país, y defiende la expansión de la justicia reparadora, un sistema que se centra en la rendición de cuentas y la reconciliación en lugar del castigo, para crear una sociedad más justa para todos.
- Autor/a de la charla: Martha Minow
- Fecha de grabación: 2019-12-04
- Fecha de publicación: 2020-03-30
- Duración de «Cómo el perdón puede crear un sistema legal más justo»: 893 segundos
Traducción de «Cómo el perdón puede crear un sistema legal más justo» en español.
¿Alguna vez perdonarías a una persona que mató a un miembro de tu familia?
En septiembre de 2019, Amber Guyger, oficial de policía de Dallas fue sentenciada por asesinato y luego el hermano de la víctima la perdonó.
Brandt Jean tenía 18 años, y junto con el resto del país yo vi por TV, con admiración, ese acto de gracia.
Pero también me preocupé.
Me preocupé de que se esperara que afroestadounidenses como Brandt Jean debieran perdonar más a menudo que otras personas.
Y me preocupé de que una policía blanca como Amber Guyger, recibiera una sentencia más leve que otras personas que cometen homicidios.
Pero como soy profesora de derecho, también me preocupaba la ley en sí.
La ley se inclina tan severamente hacia el castigo en estos días que es parte del problema.
Y de eso quiero hablar.
El ejemplo potente del perdón de una persona me hace cuestionarme si abogados y oficiales muy a menudo ignoran los instrumentos legales que permiten el perdón, cuando esa debería ser la piedra angular de una sociedad próspera.
Me preocupa que abogados y oficiales no usen adecuadamente estos instrumentos, es decir, dejen de lado los agravios justificados.
Hay muchos instrumentos.
Entre ellos indultos, conmutaciones, eliminación de antecedentes, insolvencia, y la discreción que ejercen policías, fiscales y jueces.
Pero también me preocupa — me preocupo mucho —
(Risas)
me preocupa que esos instrumentos, al usarse, aumentan las disparidades, las desigualdades relativas a etnias, clases y otros marcadores de ventaja y desventaja.
Los sesgos o el acceso privilegiado operan cuando los presidentes de EE.UU.
indultan personas acusadas de delitos.
Históricamente, se perdona cuatro veces más a menudo a los blancos que a miembros de grupos minoritarios por mismo delito, misma sentencia.
El perdón interpersonal es apoyado por toda tradición religiosa, y toda tradición filosófica.
La evidencia médica ahora demuestra los beneficios para la salud de dejar de lado agravios y resentimientos.
Conforme Nelson Mandela lideraba la transición de Sudáfrica del apartheid a la democracia explicaba: «El resentimiento es como beber veneno y esperar que mate a tus enemigos».
La ley puede quitar sanciones a quien pida disculpas o busque perdón.
Por ejemplo, en 39 estados de EE.UU.
y el Distrito de Columbia, hay leyes que permiten disculpase a los médicos cuando algo sale mal sin temor a que esa declaración luego sea usada en su contra en una acción por daños y perjuicios.
Más activamente, la ley de quiebras, en algunas condiciones, ofrece a los deudores la oportunidad de empezar de nuevo.
También es el caso de los indultos y la eliminación de antecedentes.
Enseño derecho desde hace casi 40 años, cuesta creer, pero hace poco me di cuenta de que no enseñamos a los estudiantes de Derecho los instrumentos de perdón que existen en el sistema legal, y que tampoco las facultades de derecho por lo general exploran el potencial para nuevas vías de perdón que la ley pueda adoptar o adecuar.
Son oportunidades perdidas.
Son incluso obligaciones perdidas, porque los estudiantes a los que enseño luego serán procuradores, jueces, gobernadores, presidentes.
Barack Obama, mi ex-alumno, hizo uso de su poder como presidente de EE.UU.
para conceder conmutaciones.
Eso liberó a cientos de personas de prisión luego del cambio legal de sustitución de penas por otras menos graves para mismos delitos de drogas por los que habían sido condenados.
De no haber usado la conmutación de pena, seguirían en prisión.
Deberían usarse más a menudo los instrumentos legales de perdón, pero siempre siguiendo la razón y sin sesgos.
En una caricatura de «New Yorker» aparece un juez con nariz y bigotes pronunciados que mira a un acusado que tiene exactamente la misma nariz y exactamente el mismo bigote y dice: «Obviamente no es culpable».
(Risas)
El perdón podría socavar el compromiso que tiene la ley de tratar a las personas por igual bajo las mismas circunstancias para aplicar las normas de manera uniforme.
En esta era de resentimiento, encarcelamiento masivo, de endeudamiento generalizado de los consumidores, necesitamos más perdón, pero también necesitamos una filosofía del perdón.
Necesitamos perdonar de manera justa.
Comparen el tratamiento en el mundo de los niños soldado con el tratamiento en EE.UU.
a los infractores juveniles.
Los derechos humanos internacionales condenan y castigan a los adultos que involucran a niños en conflictos armados como los mayores responsables, pero tratan a los niños de forma muy diferente.
La Corte Penal Internacional, ahora con 122 naciones miembro, condenó a Thomas Lubanga, señor de la guerra en la [República Democrática del] Congo, por alistar, reclutar y desplegar niños y adolescentes como soldados.
Muchas naciones se comprometen a garantizar que las personas con menos de 15 años no se conviertan en soldados, y la mayoría de las naciones trata a quienes se vuelven soldados no como sujeto de castigos sino como personas que merecen comenzar de nuevo.
Comparen y contrasten cómo EE.UU.
trata a los infractores juveniles, que son severamente castigados, juzgados en tribunales para adultos, y enviados a prisiones para adultos.
Y sin embargo, como niños soldado, los adolescentes y los niños son arrastrados a la violencia en EE.UU., cuando hay pocas opciones, cuando son amenazados o cuando los adultos los seducen con dinero o ideologías.
Nos identificamos con la retórica de la inocencia y los niños soldado, pero no al hablar de miembros de pandillas adolescentes en EE.UU.
En ambos escenarios los jóvenes están atrapados en mundos hechos por adultos, y el perdón puede ofrecer tanto responsabilidad como un nuevo comienzo.
Y si, en cambio, los jóvenes atrapados en actos criminales y violencia tuvieran la oportunidad de aceptar responsabilidades mientras aprenden y rehacen sus vidas y la de sus propias comunidades?
Marcos legales que invitaran a la juventud a describir su conducta podrían también involucrar a miembros de la comunidad para escuchar y perdonar.
Se denomina «justicia reparadora», y son esfuerzos que hacen hincapié en la responsabilidad y el servicio en vez del castigo.
En EE.UU.
muchas escuelas implementaron métodos de justicia reparadora para evitar e resolver conflictos, y para interrumpir la conexión escuela-prisión.
Algunas secundarias estadounidenses cambiaron las suspensiones automáticas por oportunidades para las víctimas de narrar sus experiencias y para que los infractores de asumir la responsabilidad de sus acciones.
Conforme describen sus experiencias y sentimientos sobre un robo o un graffiti de odio o una agresión verbal o física, víctimas y victimarios a menudo expresan emociones fuertes.
Y otros miembros de la comunidad se turnan para describir el impacto que les generó esa experiencia.
Lidera a menudo un o una estudiante entrenada para desescalar el conflicto que entabla una conversación sobre cómo quien cometió la infracción puede ayudar a la víctima.
Juntos, llegan a un acuerdo sobre cómo avanzar, qué puede hacer quien actuó mal para reparar la herida y qué podrían hacer todos para evitar futuros conflictos.
Piensen este ejemplo de una publicación reciente.
Una joven llamada Mercedes M.
en California, fue transferida de una secundaria a otra tras haber sido suspendida muchas veces en su escuela anterior por meterse en peleas.
En su nueva escuela, dos jovencitas la acusaron de mentir y la insultaron.
Del gabinete de orientación hablaron con ella, ganaron su confianza, ella reconoció haber robado los zapatos de una de las compañeras de clase.
Resulta que las tres se conocían desde hacía mucho tiempo, y no conocían otra manera de tratarse entre sí aparte de pelear.
La mediación invitó a formar un círculo, a conversar en confianza sobre lo sucedido, y llegaron a un acuerdo.
Al principio, todas expresaron mucha emoción.
Y Mercedes pidió disculpas.
Dijo que había robado los zapatos, que lo hizo porque quería venderlos y con ese dinero pagar una prueba de drogas para que su madre pudiera demostrar que ella estaba libre de drogas para tratar de recuperar la custodia de dos menores que estaban bajo protección estatal.
Al oír esto, las otras chicas vieron llorar a Mercedes y la abrazaron.
No le pidieron que devuelva lo que había robado, sino que le dijeron que querían volver a comenzar.
Querían una razón para confiar en ella.
Más tarde, Mercedes explicó que estaba segura de que la habrían suspendido de no haber tenido este proceso.
Y su secundaria ha reducido las suspensiones a más de la mitad mediante el uso de este método de justicia reparadora.
Alternativas de justicia reparadora hacen que víctimas y victimarios se comuniquen de maneras que un proceso litigioso y defensivo no permite y se ha convertido en el método de referencia en lugares como el sistema judicial juvenil del Distrito de Columbia y en innovaciones como el Tribunal Juvenil de Los Angeles.
Si se orientan a algo justo los métodos de perdón como la bancarrota estarían disponibles no solo para las universidades con fines de lucro que van a la quiebra sino también para los estudiantes atrapados en préstamos; no se darían conmutaciones a contribuyentes de campaña; y los negros ya no tendrían que cumplir sentencias penales un 20 % más largas que los blancos, debido a la discrecionalidad de los jueces.
El perdón sistematizado es una forma de evitar esos sesgos.
A veces, una sociedad necesita un reinicio cuando se trata de castigos y deudas.
La Biblia apela al perdón periódico de las deudas a la liberación de prisioneros, y recientemente ayudó a inspirar un movimiento mundial.
El Jubileo 2000 juntó al papa Juan Pablo II, a la estrella de rock Bono y a más de 60 naciones en un intento por cancelar, y tener éxito, la deuda de los países en desarrollo, por más de USD 100 000 millones de cancelación de deuda, dando un resultado medible en reducción de pobreza.
De manera similar, hay personas que están adoptando las técnicas de los cobradores de deuda comerciales que compran deuda por centavos por dólar y luego intentan cobrarlas.
El presentador de TV John Oliver junto con la ONG RIP Medical Debt por apenas USD 60 000 compraron USD 15 millones en deudas médicas, y luego las condonaron.
(Aplausos)
Unas 9000 personas volvieron a hacer sus vidas gracias a eso.
Este precedente debería desencadenar y alentar más acciones semejantes.
Es hora de un reinicio, dado el encarcelamiento en masa, la deuda médica y del consumidor y dada la criminalización de indigentes acusados y endeudados porque se espera que paguen su propia libertad condicional y los dispositivos electrónicos.
Perdonar infracciones legales o promesas de pago de préstamos plantea riesgos.
El perdón podría alentar más infracciones.
Los economistas tienen incluso un nombre para ello.
Lo denominan «riesgo moral».
¿Debería existir una amnistía para infracciones a las leyes de inmigración?
¿Debería un presidente ofrecer perdones para protegerse o para inducir violaciones de la ley?
Son preguntas difíciles para nuestro tiempo.
Pero el aumento de resentimientos tiene sus peligros.
Como la atribución de culpa a personas por circunstancias ajenas a su control.
Preguntar cómo la ley puede perdonar no es negar el hecho ilícito.
Por el contrario, es para ampliar la lente y vislumbrar patrones más amplios que abran nuevas opciones y permitan empezar de nuevo.
Gracias.
(Aplausos)
https://www.ted.com/talks/martha_minow_how_forgiveness_can_create_a_more_just_legal_system/