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Charla «Cómo el porno vengativo puede trastornar tu vida» de TEDxPittsburgh en español.
¿Qué podemos hacer si somos víctimas de porno vengativo o ciberacoso? Asombrosamente poco, dice la periodista y activista Darieth Chisolm, quien se encontró con la pesadilla de que publicaran en la red fotos explícitas íntimas sin que saberlo y sin su consentimiento. Darieth describe cómo ha trabajado por ayudar a las víctimas y nos da el estado actual de la legislación para castigar a los responsables.
- Autor/a de la charla: Darieth Chisolm
- Fecha de grabación: 2018-06-16
- Fecha de publicación: 2018-10-24
- Duración de «Cómo el porno vengativo puede trastornar tu vida»: 600 segundos
Traducción de «Cómo el porno vengativo puede trastornar tu vida» en español.
Contaba con unos cinco minutos antes de comenzar una charla a un grupo de empresarios sobre la visibilidad y estar ante la cámara.
Después de todo, yo era la llamada experta, como expresentadora de noticias de TV y coach de vida y negocios durante 20 años.
Eché un vistazo a mi móvil solo para saber la hora y noté que tenía una llamada perdida de mi exesposo.
Todavía puedo escuchar su voz.
«Darieth,
¿qué está pasando?
Acabo de recibir una llamada de un extraño que me dijo que fuera a este sitio web y ahora estoy viendo fotos tuyas desnuda.
Tus partes íntimas están en todo este sitio web.
¿Quién ha visto esto?
«.
No podía pensar.
No podía respirar.
Me sentía tan humillada, avergonzada y abochornada que pensé que mi mundo se desplomaba.
Y así comenzaron para mí meses de dolor, depresión además de ira, confusión y silencio.
Mi exnovio manipulador, celoso y acosador hizo exactamente lo que dijo que haría: puso un sitio web con mi nombre, y publicó esto.
Y esto.
Y varias fotos explícitas.
que me había tomado mientras dormía, viviendo con él en Jamaica.
Durante meses antes de eso, me había estado enviando.
mensajes de texto amenazantes como este.
Estaba tratando de convencerme de que yo era una zorra y una puta.
Incluso había amenazado con matarme.
Me dijo que me dispararía en la cabeza y me apuñalaría en el corazón simplemente porque yo quise acabar con la relación controladora.
No podía creer que esto me estuviera pasando.
Ni siquiera sabía cómo llamarlo.
Puede que lo conozcan como acoso cibernético o intimidación cibernética.
Los medios lo llaman «venganza porno».
Ahora lo llamo «violencia doméstica digital».
Por lo general se deriva de una relación que salió mal, donde un examante controlador, no puede manejar el rechazo, así que cuando no puede físicamente poner sus manos sobre ti, usa diferentes armas: celulares y computadoras.
¿La munición?
Fotos, videos, información explícita, contenido…
todo publicado en línea, sin mi consentimiento.
Quiero decir, seamos sinceros, todos vivimos nuestras vidas en línea.
E internet es un mundo realmente pequeño.
Mostramos nuestras fotos de bebé, comenzamos y desarrollamos nuestros negocios, nuevas relaciones, dejamos entrar al mundo, un Facebook cada vez.
¿Y saben lo que encontré?
Un mundo aún más pequeño.
Una de cada 25 mujeres dice haber sido atacada por venganza porno.
Para las mujeres menores de 30 años, ese número es de 1 de cada 10.
Y eso deja a algunas de Uds.
en esta audiencia como posibles víctimas.
¿Quieren saber qué es aún más alarmante?
La carencia de legislación y leyes para proteger adecuadamente a las víctimas y castigar a los perpetradores.
Solo hay un proyecto de ley federal pendiente; se llama la ley ENOUGH, de la senadora Kamala Harris.
Esta penalizaría la venganza porno.
Pero podría tardar años en aprobarse.
Y,
¿qué podemos hay mientras tanto?
Delitos civiles menores.
Actualmente solo 40 estados y DC tienen leyes vigentes contra la venganza del porno.
Y esas multas varían…
estamos hablando de multas de USD 500.
¿USD 500?
¿Me están tomando el pelo?
Las mujeres pierden sus empleos.
Sus relaciones quedan dañadas así como su reputación.
Caen en la enfermedad y la depresión y las tasas de suicidio aumentan.
Están viendo a una mujer que pasó 11 meses en la corte, trece viajes al juzgado y miles de USD gastados en gastos judiciales solo para obtener dos cosas: una protección contra el ciberacoso, también conocido como PCC, y la petición de un juez de obligar a una empresa de internet de terceros a eliminar el contenido.
Es caro, complicado y confuso.
Lo que es peor, las lagunas legales y los problemas jurisdiccionales prolongan esto durante meses, mientras mis partes intimas seguían siendo exhibidas por meses.
¿Cómo se sentirían si su cuerpo desnudo estuviera expuesto al mundo y esperaran impotentes a que se eliminara el contenido?
Con el tiempo, me topé con una empresa privada para tramitar el aviso legal DMCA para cerrar el sitio web.
DMCA – Digital Millennium Copyright Act.
Es una ley que regula el contenido y material digital.
Su objetivo es proteger a los propietarios de derechos de autor y a los consumidores.
Así que sepan esto: las personas que se toman y comparten fotos desnudas son dueñas de los derechos de esas selfis, lo que les permite tramitar un aviso legal DMCA para eliminar el contenido.
Pero no tan rápido…
porque la otra pelea con la que hay que bregar es un tercero que no cumple y no responde a las empresas de Internet.
Y oh, por cierto, incluso en las relaciones consentidas, solo por tener una foto desnuda, no te da derecho a compartirla, incluso sin intención de hacer daño.
De vuelta a mi caso, que resultó ser más complicado porque se me acechaba y acosaba desde otro país, haciendo casi imposible obtener ayuda legal aquí.
Pero esperen un minuto,
¿no es internet internacional?
¿No deberíamos tener alguna política que nos proteja ampliamente, con independencia de las fronteras o restricciones?
Simplemente no podía rendirme; tuve que seguir luchando.
Así que voluntariamente, en tres ocasiones, permití la invasión de mi teléfono celular y mi computadora portátil al Departamento de Seguridad Nacional y la Embajada de Jamaica para realizar una minuciosa investigación forense, porque yo había guardado todas las pruebas.
Compartí con esmero mis partes privadas con el equipo de investigación de hombres.
Y eso fue un obstáculo adicional vergonzosa y humillante que saltar.
Pero entonces sucedió algo.
Las autoridades jamaicanas en realidad lo arrestaron.
Ahora se enfrenta a cargos bajo su ley de comunicaciones maliciosas, Y si es declarado culpable, podría enfrentarse a miles de dólares en multas e incluso 10 años de prisión.
Y también aprendí que mi caso está haciendo historia.
Es el primer caso internacional bajo este nuevo delito.
Finalmente, algo de justicia.
Pero esto me hizo pensar.
Nadie se merece esto.
Nadie merece este nivel de humillación ni tampoco tener que saltar todos estos obstáculos.
Nuestros derechos cibernéticos están en juego.
Aquí en EE.
UU.
necesitamos una ley clara y estricta; debemos exigir la responsabilidad y respuesta de las empresas en línea; necesitamos promover la responsabilidad social para publicar, compartir y enviar mensajes de texto; y necesitamos devolver la dignidad a las víctimas.
¿Y qué hay de las victimas que no tienen ni tiempo, ni dinero ni recursos para hacer la guerra, que quedan desamparadas, difamadas y afectadas?
Dos cosas: hay que liberarlas de la vergüenza y terminar con el silencio.
La vergüenza está en el centro de todo esto.
Y por cada silenciosa prisionera de la vergüenza, está el miedo al juicio lo que la mantiene como rehén.
Y el precio a pagar es la eliminación de su autoestima.
El día que terminé mi silencio, me liberé de la vergüenza.
Y me liberé del temor al juicio.
de la única persona que pensé que más me juzgaría…
mi hijo, quien en realidad me dijo, «Mamá, eres la persona más fuerte que conozco.
Tú puedes superar esto.
Y, además, mamá, él eligió a la mujer equivocada para meterse con ella».
(Risas)
(Aplausos)
Fue ese día que decidí usar mi plataforma.
Y mi historia y mi voz.
Y, para empezar, me hice esta simple pregunta:
¿En quién necesito convertirme ahora?
Esa pregunta, de cara a todo lo que había desafiado, transformó mi vida y me hizo pensar en todo tipo de posibilidades.
Ahora poseo mi historia, hablo mi verdad, Y estoy narrando un nuevo capítulo en mi vida.
Se llama «50 sombras de silencio».
Es un proyecto de justicia social global y trabajamos para filmar un próximo documental.
Dar voz y dignidad a las víctimas.
Si eres una víctima o conoces a alguien que lo sea, conoce esto: para tener poder, tienes que cuidar de ti misma, y tienes que amarte a ti misma.
Tienes que convertir tu ira en acción, tu dolor en poder.
Y tu revés en una disposición para lo que sigue en tu vida.
Este es un proceso, y es un viaje de autodescubrimiento que podría incluir el perdón.
Pero definitivamente requiere valentía, confianza y convicción.
Yo lo llamo encontrar tu coraje cotidiano Gracias.
(Aplausos)
https://www.ted.com/talks/darieth_chisolm_how_revenge_porn_turns_lives_upside_down/