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Charla «Cómo empleo información biológica para contar mejores historias e inspirar el cambio social» de TED Residency en español.
¿Qué clase de historias inspiran a la acción? Para responder a esta pregunta, Heidi Boisvert, creadora tecnológica, mide cómo nuestros cuerpos y cerebros responden inconscientemente a diferentes contenidos. Nos muestra cómo utiliza estos datos para determinar los ingredientes narrativos específicos que provocan empatía y justicia… e inspiran el cambio social a gran escala.
- Autor/a de la charla: Heidi Boisvert
- Fecha de grabación: 2019-05-14
- Fecha de publicación: 2019-12-02
- Duración de «Cómo empleo información biológica para contar mejores historias e inspirar el cambio social»: 469 segundos
Traducción de «Cómo empleo información biológica para contar mejores historias e inspirar el cambio social» en español.
He intentado que cambien de opinión durante los últimos 15 años.
En mi trabajo aprovecho cultura pop y tecnología emergente para cambiar las normas culturales.
He creado videojuegos que promueven los derechos humanos, he hecho animaciones para concienciar sobre leyes de inmigración injustas e incluso he creado aplicaciones de realidad aumentada para cambiar la percepción sobre las personas sin techo mucho antes de Pokémon Go.
(Risas)
Pero entonces comencé a preguntarme si un videojuego o una aplicación pueden llegar a cambiar actitudes y comportamientos y de ser así,
¿cómo se puede medir?
¿Qué base científica hay tras ese proceso?
Así que dejé de centrarme en crear contenidos y tecnología para pasar a medir los efectos neurobiológicos.
Esto es lo que descubrí.
La web, los dispositivos móviles, la realidad virtual y aumentada estaban reescribiendo nuestros sistemas nerviosos.
Literalmente estaban cambiando la estructura de nuestro cerebro.
La misma tecnología que había empleado para influir de manera positiva estaba erosionando funciones del cerebro necesarias para la empatía y la toma de decisiones.
De hecho, nuestra dependencia de la web y los dispositivos móviles podría estar adueñándose de las facultades cognitivas y afectivas, volviéndonos social y emocionalmente incompetentes, y me sentí cómplice de esta deshumanización.
Me di cuenta de que antes de continuar creando contenidos de carácter sociológico tenía que revertir los efectos dañinos de la tecnología.
Para abordarlo me pregunté: «
¿Cómo traducir los mecanismos de la empatía, los aspectos cognitivos, afectivos y motivacionales en una máquina que simule los ingredientes narrativos que nos hacen actuar?
» Para responder a esta pregunta tuve que construír una máquina.
(Risas)
He desarrollado un laboratorio biométrico de código abierto, un sistema de IA al que llamo Limbic Lab.
El laboratorio no solo captura la respuesta inconsciente del cerebro y el cuerpo ante la tecnología, sino que usa el aprendizaje automático para adaptar contenido basándose en estas respuestas biológicas.
Mi objetivo es averiguar qué combinación de ingredientes narrativos son los más atractivos y estimulantes para audiencias específicas, para posibilitar que la justicia social y organizaciones educativas y culturales creen contenido digital más efectivo.
El Limbic Lab consta de dos componentes: un motor narrativo y una máquina mediática.
Mientras un sujeto mira o interactúa con contenido digital, la máquina internaliza y sincroniza datos de ondas cerebrales en tiempo real, datos biofísicos como ritmo cardíaco, circulación, temperatura corporal y contracción muscular, así como el seguimiento ocular y las expresiones faciales.
La información se recoge en momentos críticos de la trama: una interacción inusual o un uso extraño del ángulo de la cámara.
Como la escena final de «Juego de Tronos: La boda roja», cuando sorprendentemente, todo el mundo muere.
(Risas)
Los datos de la encuesta sobre creencias políticas, así como los datos psicográficos y demográficos de la persona, se integran en el sistema para obtener un conocimiento más profundo del individuo.
Permítanme ponerles un ejemplo.
Conectar las preferencias de TV con la opinión sobre justicia social revela que los estadounidenses a los que les preocupa la inmigración son más propensos a que les guste «The Walking Dead», y normalmente lo ven por el aumento de adrenalina, que se puede medir.
La firma biológica de una persona y su respuesta a la encuesta se combina en una base de datos para crear una huella mediática única.
Después, nuestro modelo predictivo encuentra patrones entre estas huellas y me dice qué ingredientes narrativos tienen más posibilidades de propiciar un comportamiento altruista que aflicción y apatía.
Cuantas más huellas añadamos a la base de datos, desde medios como televisión episódica hasta juegos, mejor será nuestro modelo predictivo.
En resumen, estoy mapeando el primer genoma mediático.
(Aplausos)
Mientras que el genoma humano identifica todos los genes involucrados en la secuenciación del ADN, la creciente base de datos de huellas mediáticas me permitirá determinar el ADN mediático de una persona en concreto.
El motor narrativo de Limbic Lab ayuda a los creadores de contenido a redefinir su narración para que resuene con la audiencia objetivo a nivel individual.
El otro componente del Limbic Lab, la máquina mediática, evaluará cómo los medios provocan una respuesta emocional y psicológica y extraerá escenas de la librería de contenido dirigidas al ADN mediático de una persona en concreto.
Aplicar la inteligencia artificial a los datos biométricos crea una experiencia personalizada, que adapta el contenido a partir de respuestas inconscientes.
Imagínense que las organizaciones sin ánimo de lucro y creadores de contenidos pudieran medir cómo se siente su audiencia en tiempo real y alterar el contenido sobre la marcha.
Creo que este es el futuro de los medios.
Hasta hoy, las estrategias mediáticas y de cambio social han intentado atraer a las masas, pero el futuro es contenido personalizado para cada individuo.
A medida que la medición de consumo en tiempo real y la producción automatizada de contenidos parece ser la norma, pronto nos encontraremos consumiendo contenidos hechos a medida, usando una mezcla de psicografía, biométricas e IA.
Es como medicina personalizada basada en nuestro ADN.
Yo los llamo «biocontenidos».
Actualmente estoy probando el Limbic Lab en un estudio piloto con el Norman Lear Center, que tiene acceso a las 50 mejores series de televisión.
Pero me veo en un dilema ético.
Si diseño una herramienta que se puede convertir en un arma,
¿debería construirla?
Al hacerlo en código abierto para fomentar el acceso y la inclusión también corro el riesgo de permitir a poderosos gobiernos y grandes compañías apropiarse de la plataforma para crear noticias falsas, marketing u otras formas de persuasión masiva.
Para mí, por lo tanto, es crítico que mi investigación sea lo más transparente posible para la audiencia laica.
Sin embargo, esto no es suficiente.
Como creadores tecnológicos tenemos la responsabilidad no solo de reflexionar cómo la tecnología actual moldea nuestros valores y comportamiento, sino también cómo desafiar activamente la trayectoria de la tecnología futura.
Espero que lleguemos a un compromiso ético para aprovechar la inteligencia del cuerpo para crear historias auténticas y justas que transformen los medios y la tecnología de armas peligrosas a medicina narrativa.
Gracias.
(Aplausos y ovaciones)
https://www.ted.com/talks/heidi_boisvert_how_i_m_using_biological_data_to_tell_better_stories_and_spark_social_change/