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Charla «¿Cómo funciona el sistema inmunológico? – Emma Bryce» de TED-Ed en español.
Ver la lección completa en: https://ed.ted.com/lessons/how-does-the-immune-system-work-emma-bryce
El sistema inmune es una vasta red de células, tejidos y órganos que coordinan las defensas del cuerpo contra cualquier amenaza a la salud. Sin él, estaríamos expuestos a miles de millones de bacterias, virus y toxinas que podrían hacer que algo tan pequeño como un corte de papel o un resfrío estacional fuera fatal. ¿Entonces, cómo funciona? Emma Bryce te lleva dentro del cuerpo para descubrirlo.
Lección de Emma Bryce, animación de Cabong Studios.
- Autor/a de la charla: Emma Bryce
- Fecha de grabación: 2018-01-08
- Fecha de publicación: 2019-12-18
- Duración de «¿Cómo funciona el sistema inmunológico? – Emma Bryce»: 308 segundos
Traducción de «¿Cómo funciona el sistema inmunológico? – Emma Bryce» en español.
Un mosquito se posa en tu brazo, inyecta sus químicos en tu piel, y comienza a alimentarse.
Ni siquiera sabrías que estuvo allí, de no ser por el bulto rojo que aparece, acompañado de una picazón reveladora.
Es una molestia, pero esa roncha es una señal importante de que estás protegido por el sistema inmunológico, salvaguarda principal del cuerpo contra infecciones, enfermedades y afecciones.
Este sistema es una gran red de células, tejidos y órganos que coordinan las defensas del cuerpo contra cualquier amenaza a la salud.
Sin él, estarías expuesto a miles de millones de bacterias, virus y toxinas que podrían hacer letal algo como un corte con papel o un resfrío estacional.
El sistema inmunológico descansa en millones de glóbulos blancos de defensa, también conocidos como leucocitos, que se originan en la médula ósea.
Estas células migran al torrente sanguíneo y al sistema linfático, una red de naves que ayudan a eliminar toxinas y desechos corporales.
Nuestros cuerpos están repletos de leucocitos: hay entre 4000 y 11 000 por cada microlitro de sangre.
Conforme se mueven, los leucocitos trabajan como personal de seguridad, constantemente examinando en la sangre, tejidos y órganos signos sospechosos.
Este sistema se basa principalmente en señales llamadas antígenos.
Estos rastros moleculares en la superficie de patógenos y otras sustancias extrañas delata la presencia de invasores.
Tan pronto los leucocitos los detectan, reciben una respuesta inmunológica del cuerpo en minutos.
Las amenazas al cuerpo son enormemente variables, por ende la respuesta inmunológica tiene que ser igualmente adaptable.
Eso significa confiar en muchos diferentes tipos de leucocitos para hacer frente a las amenazas de diferentes maneras.
Clasificamos a los leucocitos en dos grupos celulares principales, que coordinan un ataque doble.
Primero, los fagocitos activan la respuesta inmunológica enviando macrófagos y células dendríticas a la sangre.
Mientras estas circulan, destruyen cualquier célula foránea que encuentran, simplemente consumiéndolas.
Eso permite a los fagocitos identificar el antígeno en los invasores que ingirieron y transmitir esta información al segundo grupo celular principal que orquesta la defensa, los linfocitos.
Un grupo de linfocitos llamado células T buscan las células del cuerpo infectadas y rápidamente las matan.
Mientras tanto, las células B y las células T auxiliares usan la información recopilada de los antígenos únicos para empezar a producir proteínas especiales llamadas anticuerpos.
Es la característica más importante: Cada antígeno tiene una combinación única de anticuerpo que puede pegarse a él como un candado y una llave, y destruir las células invasoras.
Las células B pueden producir millones de antígenos, que luego recorren el cuerpo y atacan a los invasores hasta que es neutralizada la peor de las amenazas.
Mientras pasa todo esto, síntomas familiares, como altas temperaturas e hinchazón, en realidad son procesos diseñados para ayudar a la respuesta inmunológica.
Un cuerpo más cálido dificulta que las bacterias y virus se reproduzcan y se propaguen dado que son sensibles a la temperatura.
Y cuando se dañan las células del cuerpo, liberan químicos que hacen que los fluidos permeen a los tejidos circundantes, provocando hinchazón.
Eso también atrae a los fagocitos, que consumen a los invasores y a las células dañadas.
Por lo general, una respuesta inmunológica erradica una amenaza en unos días.
No siempre evitará que te enfermes pero esa no es su misión.
Su trabajo real es evitar que una amenaza escale a niveles peligrosos dentro del cuerpo.
Y mediante una constante vigilancia a lo largo del tiempo, el sistema inmunológico proporciona otro beneficio: nos ayuda a desarrollar inmunidad a largo plazo.
Cuando las células B y T identifican antígenos, pueden usar esa información para reconocer invasores en el futuro.
Cuando reaparece una amenaza, las células pueden desplegar los anticuerpos correctos para atacarla antes de que afecte más células.
Así se desarrolla inmunidad a ciertas enfermedades, como la varicela.
No siempre funciona tan bien.
Algunas personas tienen enfermedades autoinmunológicas, que engañan al sistema inmunológico para que ataque a células perfectamente sanas.
Nadie sabe exactamente qué las causa, pero estos trastornos sabotean el sistema inmunológico en diversos grados, y subyacen a problemas como la artritis, diabetes tipo I, y esclerosis múltiple.
Para la mayoría de las personas, sin embargo, un sistema inmunológico saludable será exitoso contra unos 300 resfriados e innumerables otras posibles infecciones en el transcurso de una vida.
Sin él, esas amenazas escalarían en algo mucho más peligroso.
Así, la próxima vez que te resfríes o rasques una picadura de mosquito, piensa en el sistema inmunológico.
Le debemos nuestras vidas.
https://www.ted.com/talks/emma_bryce_how_does_the_immune_system_work/