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Cómo honramos a las personas pasadas por alto por la Historia. – Charla TED Salon The Macallan

Charla «Cómo honramos a las personas pasadas por alto por la Historia.» de TED Salon The Macallan en español.

Desde su fundación en 1851, el «New York Times» ha publicado cientos de obituarios: para jefes de estado, celebridades famosas, incluso el inventor de la marioneta de calcetín. Pero solo un pequeño porcentaje de ellos narran las vidas de mujeres y personas de color. En esta charla perspicaz, la editora del «Times» Amy Padnani comparte la historia detrás de «Overlooked», el proyecto que lidera con el objetivo de reconocer a personas de la historia cuyas muertes fueron ignoradas, y reenfocar los lentes de la sociedad sobre quiénes deberían ser consideradas importantes.

  • Autor/a de la charla: Amy Padnani
  • Fecha de grabación: 2019-06-27
  • Fecha de publicación: 2019-07-11
  • Duración de «Cómo honramos a las personas pasadas por alto por la Historia.»: 660 segundos

 

Traducción de «Cómo honramos a las personas pasadas por alto por la Historia.» en español.

Mi nombre es Amy Padnani, y soy editora de la columna de obituarios del «New York TImes».

O, como algunos amigos me llaman, «el ángel de la muerte».


(Risas)
De hecho, la gente me pregunta: «

¿No es deprimente trabajar en obituarios y pensar todo el rato en la muerte?

«.

¿Saben lo que les digo?

Los obituarios no tratan de la muerte, sino la vida; son interesantes, son cercanos.

A menudo sobre algo que nunca supieron.

Recientemente, por ejemplo, hicimos un obituario sobre el inventor de la marioneta de calcetín.


(Risas)
Todos saben lo que es,

¿pero alguna vez han pensado en quién la creó, o cómo era su vida?

Los obituarios son una forma de periodismo.

Una forma de arte, diría.

Es una oportunidad para que un escritor teja la vida de una persona en una bella narración.

Desde 1981, el «New York Times» ha publicado miles de obituarios.

Para jefes de estado, celebridades famosas, incluso la persona a la que se le ocurrió el nombre Slinky.

Solo hay un problema.

Solo un pequeño porcentaje de ellos cuentan las vidas de mujeres y personas de color.

Ese es el ímpetu detrás de un proyecto que creé llamado «Overlooked», que cuenta la historia de grupos marginalizados que nunca tuvieron un obituario.

Es una oportunidad para que el periódico revise sus 168 años de existencia y llenar los huecos para personas que, por alguna razón, quedaron fuera.

Es una oportunidad de corregir los errores del pasado, y reenfocar la lente de la sociedad sobre quién se considera importante.

Se me ocurrió la idea cuando me uní por primera vez a Obituarios en 2017.

El movimiento «The Black Lives Matter» estaba en plena ebullición, y la conversación sobre la desigualdad de género empezaba de nuevo.

Al mismo tiempo, me pregunté, como periodista y mujer de color qué podría hacer para ayudar al avance de esta conversación.

La gente surgía de las sombras para contar las historias de injusticia que enfrentaban, y podía sentir su dolor.

Y me di cuenta de que recibía estos emails, a veces, de lectores diciendo: «Oye,

¿por qué no tienen más mujeres o gente de color en sus obituarios?

«.

Y pensé: «Sí,

¿por qué no?

«.

Como era nueva en el equipo, pregunté a mis colegas, y dijeron: «Bueno, la gente que muere hoy en día son de una generación donde las mujeres y personas de color no eran invitadas a la mesa para marcar una diferencia.

Quizás en una generación o dos, empezaremos a ver más mujeres y gente de color en nuestros obiturarios».

Esa respuesta no fue satisfactoria.


(Risas)
Quería saber:

¿Dónde están todas las mujeres muertas?


(Risas)
Comencé a pesar en cómo descubrimos que las personas han muerto.

La primera forma es a través de cartas de los lectores Y así pensé: «Bueno,

¿y si mirásemos los periódicos internacionales o buscamos en las redes sociales?

.

Fue alrededor de esta época cuando…

Todo se arremolinaba en la mente, y me encontré con un sitio web sobre Mary Outerbridge.

A ella se le atribuyó la introducción del tenis en América en 1874.

Pensé: «Vaya,

¿uno de los deportes más importantes en América fue introducido por una mujer?

«.

¿Alguien sabía eso?

¿Y ella tuvo un obituario en el New York Times?

Alerta de spoiler: no lo tuvo.


(Risas)
Entonces me pregunté quién más faltaba, lo que me llevó a indagar en los archivos.

Hubo algunas sorpresas.

La periodista pionera Ida B.

Wells, quién comenzó la campaña contra el linchamiento.

La brillante poeta Sylvia Platch.

Ada Lovelace, la matemática ahora reconocida como el primer programador de computadoras.

Así que volví con mi equipo y dije: «

¿Y si tuviéramos que contar sus historias ahora?

«.

Tardé un tiempo en convencerlos.

Hubo esta preocupación de que el periódico podría verse mal porque no lo hizo bien la primera vez.

También fue un poco raro mirar al pasado, en vez de cubrir noticias actuales.

Pero dije: «Chicos, realmente creo que vale la pena».

Una vez que mi equipo vio su valor, apoyaron la iniciativa.

Y con la ayuda de una docena de escritores y editores, arrancamos el 8 de marzo de 2018, con la historia de 15 mujeres remarcables.

Aunque sabía que el trabajo que hacía mi equipo era importante, no esperé que la respuesta fuera igualmente significativa.

Recibí cientos de correos electrónicos.

Eran de gente que decía: «Gracias por dar finalmente una voz a estas mujeres».

Eran de lectores que decían: «Lloré en el camino al trabajo leyendo estas historias, porque me sentí visible por primera vez».

Y fueron mis colegas quienes dijeron: «Nunca pensé que una mujer de color fuera capaz de conseguir algo como esto en el «New York Times».

También recibí cerca de 4000 peticiones de lectores sugiriendo quién más pudo ser pasado por alto.

Y algunas son mis historias favoritas en el proyecto.

Mi favorita es Grandma Gatewood.


(Risas)
Sobrevivió 30 años de violencia doméstica a manos de su marido.

Un día, la golpeó tanto que quedó irreconocible.

Rompió una escoba al pegarle a la cabeza y, en respuesta, ella le arrojó harina sobre la cara.

Pero cuando la policía llegó, la arrestaron a ella, no a él.

El alcalde la vio en prisión y la llevó a su propia casa hasta que se recuperó.

Entonces, un día, leyó un artículo en National Geographic de como ninguna mujer había subido el sendero de los Apalaches completamente sola.

Y dijo: «

¿Saben qué?

Yo voy a hacerlo».

Los periodistas se enteraron de la abuela caminaba por el sendero.

Y al final, le preguntaron: «

¿Cómo sobrevivió a un lugar tan duro?

«.

No tenían ni idea de lo que había sobrevivido antes de eso.

Por tanto, «Overlooked» se ha convertido en un gran éxito.

Se ha convertido en un programa de TV, en Netflix.


(Risas)

(Aplausos)
No puedo esperar para ver cómo cobra vida.

Unas 25 editoriales diferentes se han acercado a mí interesadas en convertir «Overlooked» en un libro.

Todo esto muestra cuán oportuno y necesario es este proyecto.

Es un recordatorio de cómo los periódicos documentan lo que está sucediendo en el mundo cada día y asegurarnos de que no dejamos fuera a las personas clave.

A pesar de que haya sido tan significativo mirar al pasado, estaba asediada por una pregunta persistente: «

¿Qué pasará con el futuro de los obituarios?

¿Cómo los diversifico?

«.

Ese era mi problema original,

¿no?

.

Para comenzar a responder esta pregunta, quería reunir información.

Bajé al sub-subsótano del edificio del New York Times, a los archivos.

Lo llamamos la morgue.


(Risas)
Y pedí una guía a nuestro archivista allí.

Me señaló un libro llamado: «Índice de obituarios del New York Times».

Así que lo entregamos a la Sociedad Genealógica de Nueva York y lo digitalizaron para nosotros.

Y un programador creó un programa que escaneaba todos esos titulares para «Mr.», «Mrs.», «Señora», «Señor», todo los términos definidores de género.

Y lo que descubrimos era que de 1851 a 2017, solo entre el 15 al 20 % de nuestros obituarios eran de mujeres.

A continuación, trabajé con un programador para crear la herramienta para el análisis de diversidad.

Es un nombre muy simple, pero tengan paciencia; es super útil.

Se desglosa el porcentaje de nuestros obituarios, mes a mes, mujer por hombre.

De acuerdo, si eso no les parece demasiado, así es como solía calcularlo antes.


(Risas)
Así que pedí al programador crear un objetivo, y el objetivo era un 30 %.

Desde el año del lanzamiento de «Overlooked» en marzo de 2018, a marzo de 2019, esperaba que pudiéramos llegar al 30 % de obituarios sobre mujeres Era una cifra que no habíamos logrado en 168 años, y me alegra decir que lo hicimos: llegamos al 31 %.


(Aplausos)
Es increíble, pero no suficiente.

A continuación, esperamos llegar al 35 % y luego el 40 %, hasta que alcancemos la paridad.

Luego espero asociarme con este programador de nuevo, para crear algo similar para medir a la gente de color en nuestros obituarios.

Algo que también quería hacer con «Overlooked» era incluir hombres de color.

Al final lo hice con una sección especial en el mes de la Historia Negra, donde contamos historias de una docena de hombres y mujeres negros.

De nuevo, fue una experiencia realmente significativa.

Mucha de esa gente habían sido esclavos o fueron una generación alejada de la esclavitud.

Muchos tuvieron que inventar historias de su pasado solo para salir adelante.

Y hubo estos patrones de sus luchas que surgieron una y otra vez.

Elizabeth Jennings, por ejemplo, luchó por su derecho a utilizar las tranvías segregadas de Nueva York…

cien años antes de que Rosa Parks hiciera lo mismo en los autobuses.

Es solo un recordatorio de lo lejos que hemos llegado y de lo mucho que nos queda por hacer.

«Overlooked» también incluye a otras personas marginalizadas Recientemente, tuvimos el obiturario del programador informático Alan Turing.

Lo crean o no, este hombre brillante nunca tuvo un obituario, a pesar de que su trabajo decodificando mensajes alemanes durante la II Guerra Mundial ayudó a acabar la guerra.

En cambio, murió como un criminal por su orientación sexual, y se vio obligado a soportar la castración química.

Las grandes cosas, como este proyecto, no vienen fácilmente.

Hubo mucho ensayo y error ya que trabajé duro para convencer a la gente que valía la pena arrancar.

Hubo momentos en los que me enfrenté grandes dudas.

Me preguntaba si estaba loca o si estaba sola, y si debería solo abandonar.

Después de ver la reacción al proyecto, sé que no estoy sola.

Hay mucha gente que se siente como yo.

Y, sí claro, no mucha gente piensa en obituarios.

Pero cuando lo hacen, se dan cuenta de que son testamentos de una vida humana.

Son la última oportunidad para hablar de la contribución de alguien al mundo.

También son un ejemplo de lo que la sociedad considera importante.

Dentro de cien años, alguien podría investigar el pasado para ver cómo era nuestro tiempo.

Soy afortunada, como periodista, de haber podido usar esta forma de narración para ayudar a cambiar una narrativa.

También pude lograr que una institución establecida cuestione su propio orden establecido.

Poco a poco, espero poder continuar haciendo este trabajo, y continuar reenfocando las lentes de la sociedad para que nadie más sea pasado por alto.

Gracias.


(Aplausos)

https://www.ted.com/talks/amy_padnani_how_we_re_honoring_people_overlooked_by_history/

 

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