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Cómo la biología sintética podría exterminar a la humanidad y cómo podemos evitarlo – Charla TED2019

Charla «Cómo la biología sintética podría exterminar a la humanidad y cómo podemos evitarlo» de TED2019 en español.

La promesa de la biología sintética de cambiar el mundo tiene un lado oscuro. En esta previsiva charla, el autor y emprendedor Rob Reid enumera los riesgos de un futuro en el que cada vez más gente tenga acceso a herramientas y tecnologías necesarias para crear un virus apocalíptico que pueda exterminar a la humanidad. Finalmente, nos insta a enfrentar este peligro con la seriedad que amerita.

  • Autor/a de la charla: Rob Reid
  • Fecha de grabación: 2019-04-15
  • Fecha de publicación: 2019-06-18
  • Duración de «Cómo la biología sintética podría exterminar a la humanidad y cómo podemos evitarlo»: 996 segundos

 

Traducción de «Cómo la biología sintética podría exterminar a la humanidad y cómo podemos evitarlo» en español.

Somos alrededor de siete mil millones y medio de habitantes.

Según la Organización Mundial de la Salud, 300 millones padecen depresión, y alrededor de 800 000 personas se suicidan cada año.

De ellos, un porcentaje minúsculo escoge un método extremadamente nihilista: inmolarse y matar tanta gente como sea posible.

Aquí vemos algunos ejemplos recientes.

Este caso es menos conocido, sucedió hace unas nueve semanas.

Si no lo recuerdan, es porque hay demasiadas noticias así.

Wikipedia listó 323 tiroteos masivos el año pasado en mi país natal, EE.

UU.

No todos estos agresores eran suicidas, no todos intentaron maximizar el número de muertes, pero muchos sí.

Un interrogante importante:

¿qué límites tiene esta gente?

Consideren el caso del tirador de Las Vegas que asesinó a 58 personas.

¿Se detuvo porque creyó que ese número era suficiente?

No, y sabemos esto porque disparó e hirió a otras 422 personas a quienes seguramente hubiera preferido asesinar.

No hay razón para creer que se hubiera detenido después de 4200.

Una persona así de nihilista, podría habernos matado con gusto a todos.

No lo sabemos.

Pero sí sabemos lo siguiente: cuando un asesino suicida está listo para actuar, la tecnología amplifica su impacto.

Por ejemplo: hace varios años hubo un brote de diez ataques masivos en escuelas de China, en los que se usaron navajas, martillos y cuchillos, pues es muy difícil conseguir armas de fuego allí.

Por macabra casualidad, el último ataque se dio unas horas antes de la masacre en Newtown, Connecticut.

Pero en ese ataque en EE.

UU.

murieron más o menos la misma cantidad de personas que en los diez ataques en China.

Así que podemos concluir: navajas, terribles; armas de fuego, mucho peor; aviones, extremadamente peor, como lo demostró el piloto Andreas Lubitz cuando obligó a 149 personas a morir con él en un ataque suicida, al estrellar el avión en los Alpes de Francia.

Hay más ejemplos de esto.

Y me temo que habrá armas mucho más letales que un avión en el futuro, armas que no sean de metal.

Consideremos la dinámica apocalíptica que se dará si los asesinos suicidas se aprovechan de un campo que se está desarrollando con rapidez y que promete grandes avances para la sociedad.

En algún lugar del mundo hay un porcentaje minúsculo de gente que intentaría, quizá sin éxito, matarnos a todos si pudieran solamente descubrir cómo.

El tirador de La Vegas podría haber sido uno de ellos, o no, pero considerando que somos 7 mil millones y medio, se trata de una población que no es cero.

Hay bastantes nihilistas suicidas en el mundo.

Ya lo hemos visto.

Hay gente con trastornos graves de estados de ánimo que no pueden controlar.

Hay gente que ha sufrido terribles traumas, etc.

En relación con el grupo corolario, su tamaño se mantuvo en cero hasta la Guerra Fría, cuando los líderes de dos alianzas globales obtuvieron la capacidad de destruir el mundo entero.

El número de personas con la capacidad de provocar el fin del mundo se ha mantenido estable desde entonces.

Pero me temo que el número está por aumentar, y no simplemente a tres.

Esto está creciendo exponencialmente, parece el plan de negocios de una empresa.


(Risas)
Esto se debe a que estamos en la era de grandes avances tecnológicos, que a diario toman tareas imposibles y las vuelven los superpoderes de uno o dos genios vivos.

Y, esto es lo más importante, luego propagan esos poderes más o menos a todo el mundo.

Consideren este ejemplo benigno: si querían jugar a las damas con una computadora en 1952, debían ser ese tipo, literalmente.

Debían manejar una de las 19 copias que existían en el mundo de esa computadora, y usar su cerebro ganador del Nobel para enseñarle a jugar a las damas.

Todo esto era necesario.

Hoy simplemente tienen que conocer a alguien que conozca a alguien que tenga un teléfono, pues la computación es una tecnología exponencial.

También lo es la biología sintética, a la que llamaré, en adelante, «synbio».

En 2011, un par de investigadores descubrieron algo igual de ingenioso y sin precedentes que el caso del juego de damas con el virus H5N1.

Se trata de una cepa que mata hasta el 60 % de las personas que infecta, más que el ébola.

Pero es tan poco contagioso que acabó con la vida de menos de 50 personas desde 2015.

Estos investigadores editaron el genoma del H5N1 y lo hicieron igual de letal, y además hipercontagioso.

Una de las revistas científicas más reconocidas del mundo comentó que, si esto sale del laboratorio, podría causar una pandemia y quizá millones de muertes.

El Dr.

Paul Keim afirmó que este organismo era el más aterrador de los que conocía, y eso es lo último que quiero escuchar del presidente de la Junta Consultiva Nacional de Ciencia y Tecnología en Bioseguridad.

Además, el Dr.

Keim agregó…

[«El ántrax no me parece tan aterrador en comparación»] Y él es uno de los…

[Expertos en ántrax] Ahora bien, la buena noticia del «biohack» de 2011 es que quienes lo hicieron no pretendían lastimarnos, pues son virólogos.

Creían estar contribuyendo a la ciencia.

La mala noticia es que la tecnología no se congela en el acto y, en las próximas décadas, su hazaña se volverá algo trivial y sencillo.

De hecho, ya es algo mucho más fácil puesto que, como escuchamos ayer, dos años después de su trabajo, el sistema CRISPR fue optimizado para editar el genoma.

Fue un avance tecnológico radical que hace que la edición del genoma sea muchísimo más sencilla, tan sencilla que ahora se enseña CRISPR en las escuelas secundarias.

Esto avanza más rápido que la computación.

¿Ven esa lenta línea blanca allí?

Es la ley de Moore.

Nos muestra la rapidez con la que la computación se abarata.

Esa línea verde y pronunciada nos muestra la rapidez con la que la secuenciación del ADN se abarata.

La edición, replicación y secuenciación del ADN son distintas disciplinas, pero están muy relacionadas, y todas se desarrollan con gran rapidez.

Lo más importante de todo son estos diminutos archivos de información.

Aquí vemos un extracto del genoma del H5N1.

El genoma entero entra en unas pocas páginas.

No se preocupen, pueden buscar esto en Internet en cuanto lleguen a casa.

La parte que lo vuelve contagioso podría entrar perfectamente en una única nota adhesiva.

Y una vez que el genio pone esta información en un archivo, cualquier idiota puede copiarla, distribuirla a todo el mundo o imprimirla.

Y no me refiero únicamente a imprimir en esto, sino dentro de poco en esto.

Imaginemos lo siguiente: supongamos que estamos en el 2026, por escoger uno año al azar, y un brillante virólogo, con el objetivo de mejorar la ciencia y entender mejor las pandemias, diseña un nuevo virus.

Es tan contagioso como la varicela, tan letal como el ébola e incuba por meses antes de ocasionar un brote.

De esta forma, muchos pueden infectarse antes de que notemos el primer síntoma.

Luego, hackean su universidad.

Esto no es ciencia ficción.

De hecho, en una acusación reciente en EE.

UU.

se documenta el hackeo de más de 300 universidades.

Así, ese archivo con el genoma del virus se dispersa por todos los recovecos de Internet.

Y una vez que un archivo se distribuye, no hay vuelta atrás.

Pregunten a los dueños de sellos discográficos o estudios cinematográficos.

Así que quizá en 2026 se necesite de un verdadero genio, como nuestro virólogo, para crear el virus real, pero 15 años después quizá se necesite simplemente de una impresora 3D, como la de las escuelas.

¿Y si no es así?

Denle un par de décadas.

Un breve paréntesis:

¿se acuerdan de esta diapositiva?

Concéntrense en estas dos palabras.

Si alguien intentara esto y tuviera un éxito de apenas 0,1 %, ocho millones de personas perecerían.

Eso equivale a 2500 onces de septiembre.

La humanidad sobreviviría, pero quedaría desfigurada de forma permanente.

Esto significa que debemos preocuparnos por todas las personas que tengan la posibilidad, por mínima que sea, no simplemente por los genios.

Hoy día, hay unos pocos genios que podrían crear un virus del fin del mundo que sea 0,1 % efectivo, quizá un poco más.

Suelen ser personas estables y exitosas, es decir, no son parte de este grupo.

Ellos no me preocupan tanto, supongo.

Pero

¿qué pasará después de que la tecnología mejore, se disemine y alcance a miles de estudiantes de biología?

¿Serán todos ellos personas totalmente estables?

¿Y qué sucedería unos años más tarde, cuando la tecnología llegue a los estresados estudiantes de medicina?

En algún momento de esta línea del tiempo, estos círculos se encontrarán, porque ahora nos referimos a cientos de miles de personas en todo el mundo.

Recientemente se incluyó aquí al tipo que se disfrazó del Guasón y mató a 12 personas en el estreno de Batman.

Era un doctorando en neurociencias que tenía una beca del NIH.

Giro de la trama: creo que podemos sobrevivir a esto si nos centramos en ello ahora.

Y digo esto incluso tras haber pasado horas entrevistando a los líderes globales de «synbio» y tras haber analizado sus trabajos en mis podcasts científicos.

He empezado a temer el trabajo que hacen, por si no se notó aún,
(Risas)
pero también a apreciar su potencial.

Estos trabajos encontrarán la cura al cáncer, sanarán el medio ambiente y detendrán nuestro cruel trato de otras criaturas.

¿Cómo conseguimos esto sin, ya saben, extinguirnos todos?

Primero: nos guste o no, la «synbio» existe, así que aceptemos la tecnología.

Si prohibimos la tecnología, eso solamente hará que pase a manos incorrectas.

A diferencia de los programas nucleares, la biología puede practicarse sin que nadie lo note.

Los soviéticos que violaban los tratados sobre armas biológicas dejaron eso muy claro, como también los laboratorios de drogas ilegales.

En segundo lugar: hay que reclutar a los expertos.

Involucrémoslos y hagamos que sean más.

Por cada millón uno de ingenieros que existen, tendremos al menos un millón de nuestro lado.

Hasta Al Capone estaría de nuestro lado en este caso.

El estándar para ser considerado «bueno» es demasiado bajo.

Y las ventajas numéricas sí importan, incluso si una sola persona puede causar un daño enorme porque, entre otras cosas, nos permiten explotar al máximo esto: tenemos años y con suerte décadas para prepararnos y prevenir.

La persona que intente hacer algo terrible, y sucederá, puede no haber nacido aún.

Además, esto debe ser un compromiso de toda la sociedad, todos Uds.

deben ser parte de ello.

Porque no podemos responsabilizar a un minúsculo grupo de expertos tanto de la tarea de contener como la de explotar la biología sintética.

Ya lo intentamos con el sistema financiero y nuestros representantes se corrompieron totalmente al darse cuenta de que podían escatimar gastos, causarnos un gran daño al resto y privatizar las ganancias.

Así se volvieron repulsivamente ricos y nos impusieron la deuda de 22 billones.

Y más recientemente…


(Aplausos)

¿Uds.

recibieron la tarjeta de agradecimiento?

Aún espero la mía.

Deduje que estaban muy ocupados para agradecer.

Más recientemente, la privacidad en línea comenzó a ser un gran problema: básicamente, la dejamos en manos de terceros.

Y, nuevamente, se privatizaron las ganancias y se socializaron las pérdidas.

¿No están cansados de este patrón?


(Aplausos)
Necesitamos una forma más abarcativa de proteger nuestra prosperidad, nuestra privacidad y, dentro de poco, nuestra vida.

¿Cómo conseguimos esto?

Cuando el organismo combate a los patógenos, recurre al ingenioso sistema inmunitario, que es muy complejo y tiene varias capas.

¿Por qué no crear uno así para todo el ecosistema?

Podrían darse charlas TED todo un año sobre este primer paso.

Estas ideas son solamente algunas de las que existen.

Algunas personas de I+D podrían tomar los sensores primitivos de patógenos que tenemos actualmente y ponerlos en una pronunciada curva de funcionamiento que rápidamente se vuelva algo ingenioso y en red y que gradualmente se extienda como los detectores de humo o los teléfonos.

En relación con esto, las vacunas presentan muchos problemas de fabricación y distribución y, una vez fabricadas, no pueden adaptarse a nuevas amenazas o mutaciones.

Necesitamos una base de biomanufactura ágil que incluya todas las farmacias y quizá incluso nuestros hogares.

La tecnología de impresión de vacunas y medicamentos está a nuestro alcance si le damos prioridad.

Luego, la salud mental.

Muchas de las personas que comenten asesinatos en masa y se suicidan padecen depresión o TEPT incapacitante que no responde a los tratamientos.

Necesitamos que investigadores nobles como Rick Doblin trabajen en esto, pero también es necesario que los idiotas egoístas, que son muchos más, se den cuenta de que el sufrimiento agudo muy pronto nos pondrá en peligro a todos, no solo a quienes lo padecen.

Esos idiotas se unirán a nosotros y Al Capone para combatir esta enfermedad.

Tercero, todos y cada uno de nosotros puede y debería ser un glóbulo blanco en este sistema inmunitario.

Los asesinos en masa suicidas son despreciables, así es, pero también son personas terriblemente dañadas y afligidas, y quienes no lo somos debemos hacer lo posible para asegurarnos de que a nadie le falte cariño.


(Aplausos)
Luego, debemos hacer que la lucha contra estos peligros sea algo central en la biología sintética.

Existen empresas que al menos afirman que permiten a sus ingenieros pasar 20 % del tiempo de la forma que prefieran.

¿Y si quienes contratan bioingenieros y quienes se convierten en bioingenieros dedican 20 % de su tiempo a la creación de defensas en pos del bien común?

No es una mala idea,

¿no?


(Aplausos)
Por último, no será nada divertido, pero debemos permitirnos imaginar algunas situaciones bastante oscuras.

Así que les agradezco por haberme dejado hacerlo esta noche.

Sobrevivimos a la Guerra Fría porque todos entendíamos y respetábamos el peligro, en parte, porque habíamos pasado décadas contando escalofriantes historias de terror con títulos como «Dr.

Insólito» y «Juegos de guerra».

No es momento para conservar la calma.

Estamos en una época extraña en la que es increíblemente productivo espantarnos
(Risas)
para así crear algunas historias de terror y usar el miedo como incentivo para combatir este peligro.

Porque todos estos terribles escenarios que planteé hoy no son nuestro destino.

Son opcionales.

El peligro todavía es distante.

Esto significa que solamente se presentará si lo permitimos.

No lo permitamos.

Muchas gracias por su atención.


(Aplausos)

https://www.ted.com/talks/rob_reid_how_synthetic_biology_could_wipe_out_humanity_and_how_we_can_stop_it/

 

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