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Cómo la sangre joven podría ayudarnos a rejuvenecer. Sí, en serio – Charla TEDGlobalLondon

Charla «Cómo la sangre joven podría ayudarnos a rejuvenecer. Sí, en serio» de TEDGlobalLondon en español.

Tony Wyss-Coray estudia el impacto del envejecimiento sobre el cuerpo humano y el cerebro. En esta charla reveladora, comparte nuevos resultados de la investigación en su laboratorio de Stanford y de otros equipos que demuestran que una solución relacionada con aspectos de la vejez podría realmente encontrarse dentro de nosotros.

  • Autor/a de la charla: Tony Wyss-Coray
  • Fecha de grabación: 2015-06-16
  • Fecha de publicación: 2015-08-19
  • Duración de «Cómo la sangre joven podría ayudarnos a rejuvenecer. Sí, en serio»: 815 segundos

 

Traducción de «Cómo la sangre joven podría ayudarnos a rejuvenecer. Sí, en serio» en español.

Esta es una pintura del siglo XVI de Lucas Cranach el Viejo.

Muestra la famosa Fuente de la Juventud.

Si beben de ella o se bañan en ella, volverán a ser sanos y jóvenes.

Todas las culturas y civilizaciones han soñado encontrar la eterna juventud.

Hay muchos, como Alejandro Magno o el explorador Ponce de León, que pasaron gran parte de sus vidas buscando la Fuente de la Juventud.

Y nunca la encontraron.

Pero

¿y si fuera cierto?

¿Y si existiera realmente esta fuente de la juventud?

Les contaré una novedad absolutamente increíble de la investigación contra el envejecimiento que podría revolucionar la forma de pensar el envejecimiento y cómo tratar enfermedades relacionadas con la edad en el futuro.

Todo empezó con experimentos que mostraron en algunos estudios recientes sobre el crecimiento, que animales, como por ejemplo ratones de edad, al serles transfundida sangre de ratones jóvenes, rejuvenecían.

Esto es similar a lo que ocurre con los seres humanos, con gemelos siameses —y sé que esto suena un poco raro— pero Tom Rando, al investigar células madre, publicó en 2007 que un músculo de edad avanzada en un ratón puede rejuvenecer si la sangre que transporta el sistema circulatorio es joven.

Amy repitió este experimento en Harvard unos años más tarde, y mostró que se pudieron observar efectos rejuvenecedores similares en el páncreas, el hígado y el corazón.

Pero lo que nos parece más interesante, a mí y a muchos otros laboratorios, es que esto puede incluso ocurrirle al cerebro.

Por lo tanto, descubrimos que un ratón viejo, expuesto a un ambiente joven, durante un proceso llamado parabiosis, muestra tener un cerebro más joven y que funciona mejor.

Y repito: Un ratón viejo cuyo sistema circulatorio transporta sangre de un ratón joven parece más joven y sus funciones cerebrales son rejuvenecidas.

Al envejecer, podemos analizar diferentes aspectos de la cognición humana, y en esta diapositiva aquí pueden ver que hemos observado el razonamiento, la habilidad verbal, etc.

Y hasta alrededor de los 50 o 60 años estas funciones se mantienen intactas, y basta mirar el público joven aquí presente para ver que todo está bien.


(Risas)
Pero da miedo ver cómo todas estas curvas empiezan a bajar.

Y a medida que envejecemos, las enfermedades, puede desarrollarse Alzheimer y otras enfermedades.

Sabemos que con la edad, las conexiones entre neuronas —la forma de comunicación entre neuronas, las sinapsis— empiezan a deteriorarse; las neuronas mueren, el cerebro empieza a encogerse, y aumentan las posibilidades de contraer estas enfermedades neurodegenerativas.

Uno de nuestros grandes problemas a la hora de entender realmente la explicación mecanística a nivel molecular es que no podemos estudiar los cerebros vivos en detalle.

Podemos realizar pruebas cognitivas, podemos hacer resonancias, todo tipo de pruebas sofisticadas, pero normalmente tenemos que esperar hasta que la persona muere para llegar a su cerebro y ver cómo evolucionó realmente con la edad o a causa de una enfermedad.

Esto es lo hacen por ejemplo los neuropatólogos.

¿Qué tal si pensamos en el cerebro como parte de un organismo más grande?

¿Podríamos a lo mejor entender más sobre que ocurre en el cerebro a nivel molecular si vemos el cerebro como parte de todo el organismo?

Así que si el cuerpo envejece o enferma,

¿afecta el cerebro?

Y viceversa: a medida que el cerebro envejece,

¿influye al resto del cuerpo?

Y lo que conecta a los diferentes tejidos del cuerpo es la sangre.

La sangre es un tejido que no solo transporta células que a su vez transportan oxígeno, los glóbulos rojos, por ejemplo, o células que combaten enfermedades infecciosas, pero también transporta moléculas mensajeras, factores de tipo hormonal portadores de información de una célula a otra, de un tejido a otro, incluyendo el cerebro.

Así que si nos fijamos en los cambios que sufre la sangre a causa de las enfermedades o de la edad,

¿podemos aprender algo sobre el cerebro?

Sabemos que a medida que envejecemos, la sangre cambia también, y que estos factores de tipo hormonal cambian a medida que envejecemos.

Y, en general, los niveles de los factores que sabemos que son responsables del desarrollo y el mantenimiento de los tejidos empiezan a disminuir a medida que envejecemos, mientras que los niveles de los factores responsables de reparar lesiones y combatir inflamaciones aumentan a medida que envejecemos.

Así que hay un desequilibrio entre estos factores buenos y malas, por decirlo así.

Y para ilustrar lo que se hace con eso, les mostraré un experimento que hicimos.

Teníamos casi 300 muestras de sangre humana sana provenientes de individuos de entre 20 y 89 años.

y medimos más de 100 de estos factores transmitidos, estas proteínas similares a las hormonas que transmiten información entre tejidos.

Y lo primero que observamos es que entre el grupo más joven y el grupo de mayor edad, aproximadamente la mitad de factores cambiaron significativamente.

Nuestro cuerpo vive en un entorno muy diferente a medida que envejecemos, en relación a estos factores.

Y con la ayuda de programas estadísticos o bioinformáticos, podríamos tratar de averiguar los factores que mejor predicen la edad y de cierto modo, calcular la edad de una persona de esta manera.

Eso es lo que se muestra en este gráfico.

En uno de los ejes, se muestra la edad real de la persona la edad cronológica.

Los años que tiene hasta la fecha.

Y luego consideramos los principales factores que ya les mostré y calculamos su edad relativa, su edad biológica.

Y lo que se ve es que hay una muy buena correlación, por lo que podemos predecir bastante bien la edad relativa de una persona.

Pero lo más interesante son los valores atípicos, lo mismo que ocurre a menudo en la vida real.

Aquí pueden ver que la persona destacada con el punto verde tiene unos 70 años, pero parece que su edad biológica, si lo que estamos haciendo aquí es realmente cierto, es solo 45.

¿Es esta una persona que se ve más joven que su edad?

Pero lo más importante:

¿Es una persona tal vez con un bajo riesgo de desarrollar una enfermedad relacionada con la edad que tendrá una larga vida llegando a vivir 100 años o más?

Por otro lado, la persona aquí resaltada con el punto rojo, ni siquiera tiene 40 años pero tiene una edad biológica de 65.

¿Es esta una persona en alto riesgo de desarrollar una enfermedad relacionada con la edad?

Así que en nuestro laboratorio, intentamos entender mejor estos factores, junto a otros muchos grupos de investigación, cuáles son los verdaderos factores del envejecimiento y si podemos aprender algo sobre ellos para potencialmente predecir las enfermedades relacionadas con la edad.

Así que lo que he mostrado hasta ahora es meramente correlacional y pueden decir: «Bueno, estos factores cambian con la edad, pero no sabes realmente si influyen el envejecimiento».

Así que les mostraré ahora algo realmente remarcable que sugiere que estos factores pueden modular la edad de un tejido.

Y ahí es donde volvemos a este modelo llamado parabiosis.

La parabiosis se realiza en ratones conectando dos de ellos juntos quirúrgicamente lo que significa que comparten el sistema sanguíneo y así poder investigar cómo funciona el cerebro envejecido bajo la influencia de la sangre joven.

Y para este fin, usamos ratones jóvenes con edades que equivalen a la de un humano de 20 años y ratones viejos que más o menos corresponde a un humano 65 años.

Lo que encontramos es bastante notable.

Encontramos que hay más células madre neuronales que forman nuevas neuronas en estos viejos cerebros.

La actividad sináptica incrementa, las sinapsis entre las neuronas.

Se expresan más genes, los que sabemos que están relacionados en la formación de nuevos recuerdos.

También la inflamación disminuye.

Pero observamos que no entraban nuevas células en el cerebro de estos animales.

Así que al conectarlos, en este modelo no hay células madres que entran en el cerebro envejecido.

Por ende, concluimos que deben ser los factores solubles, de manera que podíamos simplemente recoger esta parte sanguínea soluble que se llama plasma e inyectar sea plasma joven o plasma envejecido en estos ratones, y así reproducir estos efectos rejuvenecedores, y también llevar a cabo pruebas de memoria con los ratones.

Porque los ratones, al igual que nosotros, tienen problemas de memoria solo que es más difícil detectarlos, pero les mostraré enseguida cómo lo hacemos.

Pero hemos querido dar un paso más allá, más cerca de lo que potencialmente puede ser relevante para los humanos.

Lo que les estoy mostrando ahora son estudios no publicados, donde hemos usado plasma humano, plasma humana joven, y como control, una solución salina, que luego hemos inyectado en ratones de edad para ver si podemos rejuvenecer a estos viejos ratones.

¿Podemos volverlos más inteligentes?

Y para esto hicimos una prueba.

Se llama el laberinto de Barnes.

Se trata de una mesa grande que tiene muchos agujeros, con marcas de guía a su alrededor y una luz brillante, como la de este escenario.

Los ratones la odian y tratan de escapar para encontrar el único agujero que se ve apuntando con una flecha, con un tubo montado debajo a través del cual pueden escapar y sentirse cómodos en la oscuridad.

Así que les enseñamos, durante varios días, como encontrar este espacio siguiendo estas señales espaciales algo muy parecido a los humanos, que tratan de encontrar sus coches en el aparcamiento después de un ajetreado día de compras.


(Risas)
Muchos de nosotros hemos tenido probablemente algunos problemas con eso.

Por lo tanto, veamos a este viejo ratón de aquí.

Es un viejo ratón que tiene problemas de memoria, como lo verán en un momento.

Está buscando en cada agujero pero no crea un mapa espacial que le puede ayudar recordar el último ensayo o el día anterior.

En marcado contraste, este ratón aquí que es un hermano suyo de la misma edad, pero tratado con plasma humano joven durante tres semanas, a través de pequeñas inyecciones cada tres días.

Y como pueden ver, solo mira a su alrededor, «

¿Dónde estoy?

» para luego encaminarse directamente hacia ese agujero y se escapa.

Por lo tanto, puede recordar dónde estaba ese agujero.

Así que a todos los efectos, este viejo ratón parece estar rejuvenecido, y actúa mejor que un ratón joven.

Esto también sugiere que hay algo no solo en el plasma de ratas jóvenes pero en el de los seres humanos jóvenes que tiene la capacidad de ayudar a este viejo cerebro.

Para resumir, descubrimos que el viejo ratón, y su cerebro en particular, son plásticos.

El cerebro no tiene características inmutables, podemos cambiarlos.

Podemos rejuvenecerlo.

Factores sanguíneos renovados pueden contribuir al rejuvenecimiento, y lo que no te les mostré es que en este experimento el joven ratón en realidad resulta perjudicado por su contacto con el viejo, así que hay factores sanguíneos viejos que pueden acelerar el envejecimiento.

Y lo más importante, los humanos comparten factores similares, ya que con sangre humana joven se obtiene un efecto similar.

La sangre humana envejecida esto ya no lo dije, no tiene este efecto, no rejuvenece los ratones.

Por lo tanto,

¿podemos aplicar esta magia a los seres humanos?

Estamos realizando un pequeño estudio clínico en Stanford, donde tratamos a pacientes con principios de Alzheimer con medio litro de plasma joven proveniente de voluntarios de 20 años una vez a la semana durante cuatro semanas, y luego evaluamos su cerebros a través de resonancias.

Hacemos pruebas cognitivas y preguntamos a sus cuidadores por sus actividades diarias.

Esperamos signos de mejora con este tratamiento.

Y si se da el caso, podríamos tener la confianza de que lo que les mostré que funciona en ratones podría también funcionar en humanos.

No creo que vivamos para siempre.

Pero tal vez descubrimos que la fuente de la juventud es en realidad dentro de nosotros y que solo se secó.

Y si podemos recuperarla solo un poco, tal vez podamos encontrar los factores que están mediando estos efectos, podemos producir estos factores de manera artificial y podemos tratar las enfermedades del envejecimiento, como el Alzheimer u otras demencias.

Muchas gracias.


(Aplausos)

https://www.ted.com/talks/tony_wyss_coray_how_young_blood_might_help_reverse_aging_yes_really/

 

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