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Cómo la tecnología puede combatir el extremismo y el acoso en línea. – Charla TED2018

Charla «Cómo la tecnología puede combatir el extremismo y el acoso en línea.» de TED2018 en español.

¿Puede la tecnología proteger a las personas de amenazas como el extremismo violento, la censura y la persecución? En esta esclarecedora charla, la tecnóloga Yasmin Green detalla programas pioneros en Jigsaw (una unidad dentro de Alphabet Inc., el grupo de empresas que también incluye a Google) para contrarrestar la radicalización y el acoso en línea, incluyendo un proyecto que podría ofrecer a los comentaristas retroalimentación en tiempo real sobre el impacto que podrían tener sus palabras, lo que ya ha aumentado los espacios para el diálogo. «Si alguna vez pensamos que podíamos construir una Internet aislada del lado oscuro de la humanidad, estábamos equivocados», dice Green. «Tenemos que esforzarnos por construir soluciones que sean tan humanas como los problemas que se pretenden resolver».

  • Autor/a de la charla: Yasmin Green
  • Fecha de grabación: 2018-04-10
  • Fecha de publicación: 2018-06-06
  • Duración de «Cómo la tecnología puede combatir el extremismo y el acoso en línea.»: 820 segundos

 

Traducción de «Cómo la tecnología puede combatir el extremismo y el acoso en línea.» en español.

Mi relación con Internet me recuerda al montaje de una típica película de terror.

Ya saben, la familia dichosamente feliz se muda a su nuevo hogar perfecto, entusiasmada con su futuro perfecto, y hace un día soleado y los pájaros están cantando…

Y entonces se pone oscuro.

Y hay ruidos en el ático.

Y nos damos cuenta de que esa casa perfecta no es tan perfecta.

Cuando comencé a trabajar en Google en 2006, Facebook tenía solo dos años y Twitter aún no había nacido.

Y estaba absolutamente asombrada con Internet y toda su promesa de hacernos más cercanos, más inteligentes y más libres.

Pero mientras hacíamos el inspirador trabajo de construir motores de búsqueda y páginas para compartir videos y redes sociales, los criminales, dictadores y terroristas estaban descubriendo cómo usar esas mismas plataformas contra nosotros.

Y no tuvimos la previsión de detenerlos.

Últimamente, las fuerzas geopolíticas se han conectado para causar estragos.

Y en respuesta, Google nos apoyó a algunos colegas y a mí para montar un nuevo grupo llamado Jigsaw, con la pretensión de lograr más seguridad contra amenazas como el extremismo violento, la censura, o persecución, amenazas que considero personales porque yo nací en Irán, y me marché después de una revolución violenta.

Pero me he dado cuenta de que aunque tuviéramos todos los recursos de todas las empresas tecnológicas del mundo, aún así fallaríamos si pasáramos por alto un ingrediente crítico: las experiencias humanas de las víctimas y los infractores de esas amenazas.

Hay muchos desafíos de los que les podría hablar hoy.

Me voy a centrar en solo dos.

El primero es el terrorismo.

Para entender el proceso de radicalización, nos reunimos con docenas de exmiembros de grupos extremistas violentos.

Una era una colegiala británica, que había sido sacada de un avión en Heathrow, en Londres, mientras trataba de abrirse camino hasta Siria para unirse al ISIS.

Tenía 13 años.

Así que me senté con ella y su padre, y pregunté: «

¿Por qué?

» Y me dijo, «Estaba mirando fotos de cómo es la vida en Siria, y pensé en irme y vivir en el mundo islámico de Disney».

Eso es lo que ella vio en ISIS.

Pensó que se encontraría y se casaría con un jihadista Brad Pitt e irían todo el día de compras al centro comercial y vivirían felices.

El ISIS entiende qué impulsa a la gente, y elaboran cuidadosamente un mensaje para cada audiencia.

Miren a cuántos idiomas traducen su material de mercadotecnia.

Hacen panfletos, programas de radio y videos no solo en inglés y árabe, también en alemán, ruso, francés, turco, kurdo, hebreo, chino mandarín.

Incluso he visto un video producido por ISIS en lenguaje de signos.

Piensen en ello un segundo: El ISIS se tomó su tiempo y se esforzó por asegurarse de que su mensaje llegara a sordos e hipoacúsicos.

En realidad, no es por el dominio tecnológico por lo que el ISIS gana corazones y mentes.

Lo que lo consigue es su percepción de los prejuicios, las vulnerabilidades y los deseos de las personas a las que intentan llegar.

Por eso no basta con que las plataformas en línea se centren en eliminar el material de reclutamiento.

Si queremos tener una oportunidad de construir una tecnología significativa que contrarreste la radicalización, tenemos que comenzar con un viaje a su esencia más humana.

Así que fuimos a Irak a hablar con hombres jóvenes que habían aceptado la promesa de heroísmo y rectitud de ISIS, que se habían armado para luchar por ellos y que habían desertado después de ser testigos de la brutalidad del gobierno del ISIS.

Y estoy sentada allí en esa improvisada prisión en el norte de Irak con este chico de 23 años que se había entrenado como terrorista suicida antes de desertar.

Y él nos dice: «Yo llegué a Siria lleno de esperanza, e inmediatamente, me confiscaron dos de mis preciadas posesiones: mi pasaporte y mi teléfono móvil».

Los símbolos de su libertad física y digital le fueron arrebatados a su llegada.

Y así fue cómo me describió ese momento de pérdida.

Dijo: «Sabes, es como en ‘Tom y Jerry’, cuando Jerry quiere escapar, y entonces Tom cierra la puerta y se traga la llave y la ve sobresaliendo por su garganta cuando baja».

Y por supuesto, de veras, pude ver la imagen que estaba describiendo, y realmente conecté con la sensación que estaba tratando de transmitir, que era un sentimiento de condena, en el que saben que no hay escapatoria.

Y me preguntaba:

¿Qué podría haberle hecho cambiar de idea, si hubiese algo, el día que se fue de casa?

Entonces pregunté, «Si supieras todo lo que sabes ahora —sobre el sufrimiento y la corrupción, la brutalidad— ese día que te fuiste de casa,

¿aun así te habrías ido?

Y él dijo: «Sí».

Y pensé, «madre mía, dijo ‘sí'».

Y luego dijo: «En ese punto, tenía tan sorbido el seso, no pillaba ninguna información contradictoria.

No podían haberme influenciado».

«Bueno,

¿y si supieras todo lo que sabes ahora seis meses antes del día en que te fuiste?

«En ese momento, creo que probablemente habría cambiado de idea».

La radicalización no es esta opción de sí o no.

Es un proceso, durante el cual la gente tiene preguntas…

sobre ideología, religión, las condiciones de vida.

Y entran en la red para obtener respuestas; es una oportunidad para conseguirlas.

Y hay videos en la red de personas que tienen respuestas…

desertores, por ejemplo, contando la historia de su viaje dentro y fuera de la violencia; historias como la de ese hombre que conocí en la prisión iraquí.

Hay lugareños subiendo videos hechos con el móvil sobre cómo es la vida realmente en el califato bajo el mandato del ISIS.

Hay clérigos que están compartiendo interpretaciones pacíficas del islam.

¿Pero saben?

Estas personas generalmente no tienen la destreza de comercialización del ISIS.

Arriesgan sus vidas por hablar y enfrentar la propaganda terrorista, y luego trágicamente no llegan a esas personas que más necesitan escucharles.

Y nosotros quisimos ver si la tecnología podía cambiar eso.

Así que, en 2016, nos asociamos con Moonshot CVE para pilotar un nuevo enfoque que contrarreste la radicalización llamado el «Método de Redireccionamiento».

Utiliza el poder de la publicidad en red para cerrar la brecha entre esos susceptibles a los mensajes del ISIS y esas voces creíbles que están desacreditando ese mensaje.

Y funciona así: alguien buscando material extremista —dicen que buscan: «

¿Cómo me uno a ISIS?

«— verá aparecer un anuncio que los invita a ver un video de YouTube de un clérigo, de un desertor…

alguien que tiene una respuesta auténtica.

Y ese foco no se basa en el perfil de quiénes son, sino en determinar algo que es directamente relevante con su consulta o pregunta.

Durante nuestra prueba de ocho semanas en inglés y árabe, llegamos a más de 300 000 personas que habían expresado interés o simpatía hacia un grupo yihadista.

Estas personas ahora estaban viendo videos que podrían prevenirlos de tomar decisiones devastadoras.

Y como el extremismo violento no se limita a ningún idioma, religión o ideología, el método de redirección se está desplegando globalmente ahora para proteger a la gente de ser cortejada en la red por ideólogos violentos, ya sean islamistas, supremacistas blancos u otros extremistas violentos, con el objetivo de darles la oportunidad de escuchar a alguien desde el otro lado de ese viaje; para darles la oportunidad de elegir un camino diferente.

Resulta que a menudo los malos son buenos explotando Internet, no porque sean genios tecnológicos, sino porque entienden lo que hace que la gente actúe.

Quiero darles un segundo ejemplo: el acoso en línea.

Los acosadores en línea también buscan descubrir lo que impactará en otro ser humano.

Pero no para reclutarlos como lo hace ISIS, sino para causarles dolor.

Imaginen esto: son mujeres, están casadas, tienen un niño.

Publican algo en las redes sociales, y como respuesta, les dicen que serán violadas, que su hijo lo verá, detallan cuándo y dónde.

De hecho, publican su dirección para que todos lo vean.

Parece una amenaza bastante real.

¿Creen que se irían a casa?

¿Creen que seguirían haciendo lo que estaban haciendo?

¿O continuarían haciendo eso que está irritando a tu atacante?

El acoso en la red ha sido este arte perverso de descifrar qué hace enojar a la gente, qué hace que la gente tenga miedo, qué las hace sentir inseguras, y luego apretar esos puntos de presión hasta que sean silenciados.

Cuando no se controla el acoso en la red, se reprime la libertad de expresión.

E incluso las personas que moderan la conversación levantan sus brazos y las cortan, cerrando sus secciones de comentarios y foros.

Eso significa que estamos perdiendo espacios en línea para reunirnos e intercambiar ideas.

Y esos espacios en línea que perduran, se reducen a cámaras acústicas con personas que piensan igual que nosotros.

Pero eso propicia la difusión de la desinformación; eso facilita la polarización.

¿Qué pasa si en vez de eso, la tecnología pudiera incluir empatía en la balanza?

Esta era la pregunta que motivó a nuestra asociación junto al equipo de Google «Contra el Abuso,» la Wikipedia y periódicos como el New York Times.

Queríamos ver si podíamos construir modelos de aprendizaje automático que pudieran entender el impacto emocional del lenguaje.

¿Podríamos predecir qué comentarios podrían hacer que otra persona dejara la conversación en la red?

Y eso no es poca cosa.

No es un logro trivial para la IA conseguir hacer algo así.

Es decir, solo consideren estos dos ejemplos de mensajes que podrían haberme enviado la semana pasada.

«¡Suerte: Que la rompas en TED!».

y «Te romperemos en TED».


(Risas)
Son humanos, Por eso ven obvia la diferencia, a pesar de que las palabras son más o menos las mismas.

Pero para la IA, lleva algo de práctica enseñar los modelos que reconocen esa diferencia.

La belleza de construir una IA que pueda notar la diferencia es que la IA pueda modificar la escala al tamaño del fenómeno de la toxicidad en línea, y ese fue nuestro objetivo al construir nuestra tecnología llamada Perspectiva.

Con la ayuda de Perspectiva, el New York Times, por ejemplo, ha aumentado los espacios en la red para la conversación.

Antes de nuestra colaboración, tenían comentarios habilitados en solo el 10 % de sus artículos.

Con ayuda del aprendizaje automático, ha subido a un 30 %.

Así que lo han triplicado, y apenas estamos comenzando.

Pero esto va más allá de hacer que los moderadores sean más eficientes.

En este momento puedo verles, y puedo medir el impacto que tienen mis palabras en Uds.

No tienen esa oportunidad en la red.

Imagínense si el aprendizaje automático pudiera darles a los comentaristas, mientras escriben, una retroalimentación en tiempo real sobre cómo podrían impactar sus palabras, igual que hacen las expresiones faciales en una conversación cara a cara.

El aprendizaje automático no es perfecto, y todavía comete muchos errores.

Pero si podemos construir tecnologías que entiendan el impacto emocional del lenguaje, podemos construir empatía.

Eso significa que podemos mantener diálogos con diferentes políticas, diferentes visiones del mundo, diferentes valores.

Y podemos revitalizar los espacios en línea que la mayoría de nosotros hemos abandonado.

Cuando usan la tecnología para explotar y dañar a otros, se están aprovechando de nuestros miedos y vulnerabilidades como seres humanos.

Si alguna vez pensamos que podríamos construir una Internet aislada del lado oscuro de la humanidad, estábamos equivocados.

Si hoy queremos construir una tecnología que pueda superar los desafíos que enfrentamos, tenemos que dedicarnos completamente a comprender los problemas y a construir soluciones que sean tan humanas como los problemas que pretenden resolver.

Hagámoslo posible.

Gracias.


(Aplausos)

https://www.ted.com/talks/yasmin_green_how_technology_can_fight_extremism_and_online_harassment/

 

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