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Cómo las ciencias del comportamiento pueden reducir tus gastos de energía – Charla TED2013

Charla «Cómo las ciencias del comportamiento pueden reducir tus gastos de energía» de TED2013 en español.

¿Qué método comprobado reduce tus gastos de energía? ¿Lo creerías? Saber lo que gastan tus vecinos. Alex Laskey demuestra cómo una peculiaridad del comportamiento humano puede convertirnos en usuarios mejores y más sabios, con facturas más bajas para probarlo.

  • Autor/a de la charla: Alex Laskey
  • Fecha de grabación: 2013-02-28
  • Fecha de publicación: 2013-06-04
  • Duración de «Cómo las ciencias del comportamiento pueden reducir tus gastos de energía»: 491 segundos

 

Traducción de «Cómo las ciencias del comportamiento pueden reducir tus gastos de energía» en español.

¿Cuántos de ustedes revisaron su correo electrónico hoy?

Vamos, levanten las manos.

¿Cuántos lo están revisando ahora?


(Risas)

¿Y las finanzas?

¿Alguien las revisó hoy?

¿La tarjeta de crédito, la cartera de inversiones?

¿Esta semana?

Ahora, piensen en el uso de energía hogareño.

¿Alguien lo revisó hoy?

¿Esta semana?

¿La semana pasada?

Hay algunos fanáticos de la energía presentes en la sala.

Es bueno verlos, chicos.

Pero

¿y el resto de nosotros?

Esta sala está llena de gente que siente pasión por el futuro de este planeta, y ni siquiera nosotros le prestamos atención al gasto de energía causante del cambio climático.

La mujer de la foto conmigo es Harriet.

La conocimos en nuestras primeras vacaciones familiares.

Harriet le presta atención a su gasto energético hogareño, y definitivamente no es una fanática de la energía.

Esta es la historia de cómo Harriet comenzó a prestarle atención.

Esto es carbón, la fuente de electricidad más común del planeta, y hay suficiente energía en este carbón para encender esta bombilla eléctrica por más de un año.

Pero desafortunadamente, entre esto y esto, la mayoría de esa energía se gasta en pérdidas durante la transmisión o calor.

De hecho, solo el 10 % se convierte en luz.

Por lo tanto, este carbón duraría poco más de un mes.

Si quisieran encender esta bombilla por un año, Necesitarían todo este carbón.

La mala noticia es que por cada unidad de energía que usamos, gastamos nueve.

Lo que significa que hay una buena noticia, porque por cada unidad de energía que ahorramos, ahorramos las otras nueve.

Así que la pregunta es:

¿cómo lograr que la gente en esta sala y en todo el mundo comience a prestarle atención a la cantidad de energía que están usando, y empiecen a gastar menos?

La respuesta surgió de un experimento en ciencias del comportamiento realizado hace diez años, durante un caluroso verano, a solo unos 150 kilómetros de aquí, en San Marcos, California.

Un grupo de graduados colocó carteles en cada puerta de un vecindario pidiéndole a la gente que apaguara el aire acondicionado y encendiera el ventilador.

Un cuarto de los hogares recibió un mensaje que decía, «

¿Sabía que puede ahorrar USD 54 por mes este verano?

Apague el aire acondicionado, encienda el ventilador».

Otro grupo recibió un mensaje ecológico.

Y un tercer grupo recibió un mensaje que invitaba a ser un buen ciudadano y prevenir los cortes de luz.

Casi todos piensan que el mensaje sobre el ahorro de dinero fue el que mejor funcionó.

Pero de hecho, ninguno de estos mensajes funcionó.

No tuvieron impacto alguno en el consumo de energía.

Fue como si los estudiantes no hubieran hecho nada en absoluto.

Pero hubo un cuarto mensaje, y este mensaje simplemente decía, «Al ser encuestados, el 77 % de sus vecinos dijo que apagaron el aire acondicionado y prendieron el ventilador.

Por favor, únase.

Apague el aire acondicionado y encienda el ventilador».

Y no van a creerlo, pero lo hicieron.

La gente que recibió este mensaje mostró un marcado descenso en el consumo de energía solo porque se les dijo lo que hacían sus vecinos.

Entonces,

¿qué nos demuestra esto?

Bueno, si algo no es práctico, aún si creemos que es lo correcto, apelar a la moral, incentivar desde lo económico, no hace que nos movilicemos pero la presión social, eso tiene mucho poder sobre nosotros.

Y manejada correctamente, puede ser un mecanismo de poder beneficioso.

De hecho, ya lo es.

Inspirados por este conocimiento, mi amigo Dan Yates y yo iniciamos una compañía llamada Opower.

Desarrollamos software y nos asociamos con empresas de servicios públicos que querían ayudar a sus clientes a ahorrar energía.

Generamos reportes personalizados de energía hogareña que le muestran a la gente su consumo comparado con casas de igual tamaño en el vecindario.

Al igual que esos efectivos carteles en las puertas, hacemos que la gente se compare con sus vecinos.

Y luego les damos recomendaciones puntuales para ayudarlos a ahorrar.

Comenzamos con formato en papel, luego cambiamos a una aplicación móvil, Internet, y ahora incluso un termostato regulable, y en los últimos 5 años hemos estado realizando el experimento de ciencia conductual más grande del mundo.

Y está funcionando.

Dueños e inquilinos comunes han ahorrado más de USD 250 millones en sus facturas de energía, y es solo el comienzo.

Solo este año, asociados con más de 80 empresas de servicios en 6 países, vamos a generar otros dos terawatt-hora en ahorros de energía.

Ahora, los fanáticos de la energía en esta sala saben cuánto es dos terawatt-hora pero para el resto de nosotros, dos terawatt-hora es más que suficiente para suministrar energía a cada casa de San Luis y Salt Lake City juntas por más de un año.

Dos terawatt-hora, es aproximadamente la mitad de lo que la industria de la energía solar en EE.UU.

produjo el año pasado.

¿Y dos terawatt-hora?

En términos de carbón, tendríamos que quemar 34 de estas carretillas cada minuto de cada día durante todo un año para obtener dos terawatt-hora de energía.

Y no estamos quemando nada.

Solo estamos motivando a la gente a prestar atención y cambiar su comportamiento.

Pero somos solo una compañía, y esto es apenas la punta del iceberg.

El 20 % de la electricidad hogareña se desperdicia, y cuando digo que se desperdicia, no me refiero a que la gente tenga bombillas eléctricas de mala calidad.

Puede ser.

Quiero decir que dejamos las luces prendidas en habitaciones vacías y el aire acondicionado prendido cuando no hay nadie en casa.

Esos son USD 40 mil millones al año desperdiciados en electricidad que no contribuye a nuestro bienestar pero sí al cambio climático.

USD 40 mil millones cada año, solo en los EE.UU.

Eso es la mitad del carbón que consumimos.

Afortunadamente, algunos de los mejores científicos de los materiales buscan cómo reemplazar el carbón con recursos sostenibles como éste, lo cual es fantástico y necesario.

Pero el recurso más ignorado para alcanzar un futuro de energía sostenible, no está en esta diapositiva.

Está en esta sala.

Son Uds.

y soy yo.

Y podemos aprovechar este recurso sin ciencias de los materiales, simplemente aplicando ciencias del comportamiento.

Podemos hacerlo hoy, sabemos que funciona, y ahorraremos dinero ya mismo.

Así que,

¿qué estámos esperando?

Bueno, casi en todos lados, la normativa que regula los servicios no ha cambiado mucho desde Thomas Edison.

A las empresas de servicios todavía se las recompensa cuando sus clientes gastan energía.

Deberían ser recompensadas por ayudar a sus clientes a ahorrar.

Pero esta historia no es solo acerca del ahorro de energía hogareño.

Piensen en el Prius.

Es eficiente no solo porque Toyota invirtió en ciencias de los materiales, sino porque invirtió en ciencias del comportamiento.

El tablero le muestra al conductor cuánta energía está ahorrando en tiempo real, lo que convierte a ciertos locos del volante en abuelitas cuidadosas.

Lo que nos lleva de nuevo a Harriet.

La conocimos en nuestras primeras vacaciones familiares.

Se acercó para conocer a mi pequeña, y le agradó saber que el nombre de mi hija también es Harriet.

Me preguntó a qué me dedicaba, y le dije: trabajo con empresas de servicios públicos, ayudo a la gente a ahorrar energía.

Fue cuando le brillaron los ojos.

Me miró y me dijo: «Eres justo la persona con quien necesitaba hablar.

Verás, hace dos semanas, mi marido y yo recibimos una carta de nuestra empresa de servicios.

Decía que estábamos usando el doble de energía que nuestros vecinos.


(Risas)
Y durante las dos últimas semanas, lo único en lo que podemos pensar, de lo que hablamos e incluso discutimos, es qué tenemos que hacer para ahorrar energía.

Hicimos todo lo que nos decía la carta, y aún así creo que debe haber más.

Ahora estoy con un experto.

Dime,

¿qué debo hacer para ahorrar energía?

» Hay muchos expertos que pueden ayudar a responder la pregunta de Harriet.

Mi objetivo es asegurarme que todos nos hagamos esa pregunta.

Gracias.


(Aplausos)

https://www.ted.com/talks/alex_laskey_how_behavioral_science_can_lower_your_energy_bill/

 

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