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Charla «Cómo las nanopartículas podrían cambiar el tratamiento del cáncer» de TEDxJacksonville en español.
El 99 % de los medicamentos contra el cáncer nunca llega al tumor porque se eliminan del cuerpo antes de que tengan el tiempo necesario para hacer su trabajo. ¿Cómo podemos suministrar mejor los medicamentos que pueden salvar vidas? La investigadora sobre el cáncer, Joy Wolfram, comparte una investigación de vanguardia sobre las nanopartículas (partículas diminutas que podrían utilizarse para suministrar medicamentos a los tumores en forma precisa) y explica el modo en que esas nanopartículas podrían mantener por más tiempo los fármacos dentro del cuerpo para que puedan atacar las células malignas.
- Autor/a de la charla: Joy Wolfram
- Fecha de grabación: 2018-10-20
- Fecha de publicación: 2019-10-18
- Duración de «Cómo las nanopartículas podrían cambiar el tratamiento del cáncer»: 653 segundos
Traducción de «Cómo las nanopartículas podrían cambiar el tratamiento del cáncer» en español.
Un domingo por la tarde, en abril de este año, sonó mi teléfono y lo atendí.
Una voz dijo: «Soy Rebecca.
solo te llamo para invitarte a mi funeral».
Le dije: «
¿De qué hablas, Rebecca?
«.
Me respondió: «Joy, eres mi amiga, y debes dejarme ir.
Es mi hora».
Murió al otro día.
Rebecca tenía 31 años cuando falleció.
Había luchado durante ocho años contra un cáncer de mama.
Le había vuelto tres veces.
Y yo le fallé.
La comunidad científica le falló.
Y también le falló la comunidad médica.
Pero no es la única.
Cada cinco segundos alguien muere de cáncer.
Los médicos investigadores nos hemos comprometido a que Rebecca y gente como ella sean los últimos pacientes a los que les fallamos.
Desde los años 70, el gobierno de EE.
UU.
ha gastado más de 100 mil millones en la investigación del cáncer, pero la supevivencia de los pacientes ha tenido un progreso limitado, especialmente en ciertos tipos de cánceres muy agresivos.
Necesitamos un cambio, pues, claramente, lo que hemos hecho hasta ahora no ha funcionado.
En medicina, lo que hacemos es enviar a los bomberos, porque el cáncer es como un gran incendio.
Estos bomberos son los medicamentos contra el cáncer.
Pero los enviamos sin su camión, es decir, sin medio de transporte, sin escaleras y sin equipo de emergencia.
Más del 99 % de estos bomberos nunca llega al incendio.
Más del 99 % de los medicamentos contra el cáncer nunca llegan al tumor porque carecen de los medios de transporte y de las herramientas que los lleven al lugar al que deben dirigirse.
Es verdad, entonces, que el lugar es lo más importante.
(Risas)
Así que necesitamos un camión de bomberos para que lleguen al lugar correcto.
Y estoy aquí para decirles que las nanopartículas son el camión de los bomberos.
Podemos introducir los medicamentos contra el cáncer dentro de las nanopartículas, y ellas pueden actuar como las portadoras del equipo necesario para llevar los medicamentos hasta el centro del tumor.
¿Qué son las nanopartículas y qué significa realmente tener un tamaño nano?
Hay muchos tipos diferentes de nanopartículas hechas de diversos materiales, como las nanopartículas de metal o las nanopartículas de grasas.
Pero para ilustrar realmente lo que es el tamaño nano, tomé uno de mis cabellos y lo coloqué bajo el microscopio.
Tengo un cabello fino, de aproximadamente 40 000 nanómetros de diámetro.
Esto quiere decir que si tomamos 400 nanopartículas y las apilamos una sobre otra, obtenemos el grosor de un cabello.
Dirijo un laboratorio de nanopartículas para luchar contra el cáncer y otras enfermedades en la Clínica Mayo, aquí en Jacksonville.
En la clínica tenemos las herramientas para hacer una diferencia en los pacientes, gracias a las generosas donaciones y subvenciones para financiar nuestra investigación.
¿Cómo logran estas nanopartículas transportar los medicamentos hasta el tumor?
Pues bien, tienen una gran caja de herramientas.
Los medicamentos contra el cáncer se eliminan rápidamente del cuerpo a través de los riñones, porque son muy pequeños.
Es como el agua al atravesar un filtro.
Por eso, no tienen tiempo de llegar al tumor.
Aquí vemos una ilustración.
Tenemos a los bomberos, los medicamentos.
Circulan en la sangre, pero pronto son eliminados del cuerpo y no llegan al interior del tumor.
Pero si colocamos estos medicamentos dentro de nanopartículas no serán eliminados del cuerpo, porque las nanopartículas son muy grandes.
Continuarán circulando en la sangre, y así tendrán más tiempo para encontrar el tumor.
Aquí vemos a los medicamentos, es decir, los bomberos, dentro de su camión, las nanopartículas.
Circulan en la sangre, no son eliminadas y terminan llegando al tumor.
¿Qué otras herramientas tienen las nanopartículas?
Pueden proteger a los medicamentos para que el cuerpo no los destruya.
Hay ciertos fármacos muy importantes, pero sensibles, que son fácilmente degradados por las enzimas de la sangre.
Así que, a menos que tengan la protección de las nanopartículas, no podrán actuar.
Otra herramienta de las nanopartículas son unas extensiones, especies de manos diminutas con dedos que se aferran al tumor y se fijan firmemente, de modo que cuando las nanopartículas circulan se pueden adherir a las células cancerígenas, y así dan más tiempo a los medicamentos para que realicen su trabajo.
Estas son algunas de las muchas herramientas de las nanopartículas.
Actualmente tenemos más de 10 nanopartículas contra el cáncer aprobadas clínicamente que se suministran a pacientes en todo el mundo.
Sin embargo, tenemos pacientes, como Rebecca, que mueren.
Entonces,
¿cuáles son los mayores retos y las principales limitaciones de las actuales nanopartículas que ya están aprobadas?
El mayor desafío es el hígado, porque es el sistema de filtrado del cuerpo.
El hígado reconoce y destruye los agentes extraños, como los virus, las bacterias y también las nanopartículas.
Las células inmunitarias del hígado «comen» las nanopartículas, y les impiden llegar al tumor.
Esta ilustración muestra que el riñón ya no es un problema, pero los camiones de bomberos, o las nanopartículas, quedan atascados en el hígado y, en consecuencia, muy pocos llegan al tumor.
Así que una estrategia futura para mejorar las nanopartículas es desarmar temporariamente las células inmunitarias del hígado.
¿Cómo las desarmamos?
Investigamos los medicamentos que ya han sido aprobados clínicamente para otras indicaciones para ver si alguno podía evitar que las células inmunitarias comieran las nanopartículas.
Inesperadamente, en uno de nuestros estudios preclínicos, encontramos que un medicamento contra la malaria, que existe desde hace 70 años, pudo evitar que las células inmunitarias internalizaran las nanopartículas de modo que pudieran escapar del hígado y continuar el viaje hasta su objetivo, el tumor.
Aquí vemos la ilustración de cómo bloquean el hígado.
Las nanopartículas no entran sino que terminan llegando al tumor.
A veces, en la ciencia, se hacen conexiones inesperadas que conducen a soluciones nuevas.
Otra estrategia para evitar que las nanopartículas queden atascadas en el hígado es utilizar las propias nanopartículas del cuerpo.
Sí…¡sorpresa! Tú, y tú, y tú, todos nosotros tenemos muchas nanopartículas que circulan en nuestro cuerpo.
Como son parte de él, es menos probable que el hígado las reconozca como algo extraño.
Estas nanopartículas biológicas se encuentran en la saliva, en la sangre, en la orina, en el jugo pancreático.
Las podemos recolectar del cuerpo y usarlas como camiones de bomberos para los medicamentos contra el cáncer.
En este caso, es menos probable que las células del hígado coman las nanopartículas biológicas.
Estaríamos usando el concepto del caballo de Toya para engañar al hígado.
Aquí vemos las nanopartículas biológicas mientras circulan en la sangre.
El hígado no las reconoce, y logran llegar al tumor.
En el futuro, debemos aprovechar las nanopartículas propias de la naturaleza para administrar los medicamentos contra el cáncer, para reducir los efectos secundarios y salvar vidas evitando que los medicamentos contra el cáncer lleguen al lugar equivocado.
Sin embargo, un problema importante ha sido aislar estas nanopartículas biológicas en grandes cantidades sin dañarlas.
Mi laboratorio ha desarrollado un método eficiente para lograrlo.
Podemos procesar grandes cantidades de líquidos del cuerpo para producir una fórmula altamente concentrada, de gran calidad de partículas nanobiológicas.
Estas nanopartículas todavía no se usan clínicamente, pues se necesita un promedio de 12 años para que algo del laboratorio llegue hasta el botiquín de la gente.
Este tipo de retos requiere trabajo de equipo de los científicos y médicos que dedican su vida a esta batalla.
Y seguimos gracias a la inspiración que los pacientes nos dan.
Creo que si continuamos trabajando en estos nanofármacos, podremos reducir el daño a los órganos sanos, mejorar la calidad de vida y salvar a futuros pacientes.
Me gusta imaginar que si Rebecca hubiera podido acceder a estos tratamientos, aquel llamado suyo podría haber sido una invitación no a su funeral, sino a su boda.
Gracias.
(Aplausos)
https://www.ted.com/talks/joy_wolfram_how_nanoparticles_could_change_the_way_we_treat_cancer/