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Cómo las protestas están redefiniendo la democracia en todo el mundo – Charla TEDGlobal 2017

Charla «Cómo las protestas están redefiniendo la democracia en todo el mundo» de TEDGlobal 2017 en español.

El proceso democrático es desordenado, complicado y en ocasiones ineficiente. Sin embargo, en toda África, los activistas están redefiniendo la democracia al poner a las protestas en su centro. En una charla reveladora, el politólogo Zachariah Mampilly nos hace una introducción a la ola de protestas que están remodelando países como Túnez, Malawi y Zimbabue; y explica cómo esta forma de disensión política expande nuestras imaginaciones políticas más allá de lo que nos dicen que es posible.

  • Autor/a de la charla: Zachariah Mampilly
  • Fecha de grabación: 2017-08-27
  • Fecha de publicación: 2018-02-08
  • Duración de «Cómo las protestas están redefiniendo la democracia en todo el mundo»: 615 segundos

 

Traducción de «Cómo las protestas están redefiniendo la democracia en todo el mundo» en español.

Como a muchos de Uds., a veces el proceso democrático me frustra.

Es desorganizado, complicado, y a menudo ineficiente.

Los líderes políticos no están conectados con los problemas de la gente.

Muchos consideran que no tiene sentido votar cada pocos años a políticos desconectados de sus desafíos diarios.

Pero antes de rechazar la democracia, imaginemos como podría ser.

Creo que los activistas africanos se encuentran redefiniendo su democracia al poner la protesta en su centro, a lo que yo denomino «democrática de protesta».

Organizaciones internacionales y expertos académicos definen la democracia como una competencia electoral, regular y multipartidista.

Sin embargo, no debería ser solo sobre élites que compiten en las urnas.

Para que tenga sentido, debemos involucrarnos a diario Cuando menciono «democrática de protesta» desafío la forma en que pensamos sobre acción democrática.

Ver la democracia únicamente como elecciones ya no es válido; es una amenaza para la democracia en sí.

Y debemos luchar para darle un nuevo significado.

¿A qué se parecería? Volvamos a las sociedades africanas, donde la gente cada vez más está tomando las calles para transformar sus vidas.

Los movimientos sociales africanos a menudo han estado a la vanguardia de conceptualizar la democracia de esta manera.

Esto puede ser sorprendente para los que piensan que la única forma de que África se involucre en política es a través del cañón de una pistola.

Pero cada día salen más jóvenes a las calles y dejan la violencia de lado a favor de una acción pacífica más efectiva.

He pasado las últimas dos décadas hablando con activistas africanos, violentos y no violentos.

En todo África los jóvenes están levantándose para desafiar a los regímenes conocidos por la humanidad.

Este es mi amigo Thiat.

Es un cantante de rap de Senegal.

Dirigió un gran movimiento allí que previno que el presidente robara un tercer mandato.

Desde Marruecos a Lesoto, los jóvenes se levantan contra las monarquías atrincheradas: en Egipto y en Sudán, contra las salvajes dictaduras; en Uganda y en Etiopía, contra los poderosos estados militarizados con la fachada cuasi-democrática; En Sudáfrica, donde se tomó esta foto, y en Burundi, contra los líderes elegidos en democracia que no han hecho casi nada para mejorar las condiciones de la gente.

En todo el continente la protesta no es excepcional, sino una parte de la vida.

Utilizan las protestas para desafiar tanto a los dictadores como también los cortes de luz.

De alguna manera, están protestando contra la democracia misma, para enriquecer las posibilidades de todos.

Ha habido dos grandes olas de protesta africana, y desde 2005 estamos atravesando la tercera la cual comenzó en 2005.

Incluye la llamada «primavera árabe», que se celebró en el continente.

La primera ola tuvo lugar en las décadas de 1940 y 1950 y condujo a la descolonización de África.

Kwame Nkrumah lideró una amplia colación en Ghan que derrocó al gobierno británico, al facilitar un documento para movimientos no violentos a nivel mundial.

La segunda, en las décadas de 1980 y 1990 contra las medidas de austeridad que impusieron condiciones severas en la economía africana.

Estas protestas llevaron a la derrota de regímenes tiranos y a la introducción de elecciones multipartidistas en todo el continente.

La tercera ola en curso está corrigiendo las fallas de las primeras dos.

La primera ola trajo liberación, pero no democracia, la segunda, elecciones, pero solo para las élites, y es la tercera ola la que está más interesada en transformar la democracia en el gobierno de la gente.

Incluye movimientos como Yén a Marre en Senegal, Le Balai Citoyen en Burkina Faso, Tajamuka en Zimbabue, LUCHA y Filimbi en la República Democrática del Congo, movimientos que operan fuera de las ONG más convencionales y los partidos políticos para desafiar el sistema económico y político en sí, a veces con gran riesgo.

Brillantes jóvenes activistas como Fred Bauma de LUCHA fueron detenidos y torturados, a menudo, con poca o ninguna manifestación de la comunidad internacional.

Como se puede ver en algunos datos que recopilamos, la lista continúa.

Desde 2005 ha habido grandes protestas populares en más de 40 países africanos, y si observan bien, reconocerán que desde 2011, el año de la llamada «primavera árabe», fue en realidad el pico de esta ola que es la más amplia.

Al revés de la creencia popular, muchas de estas protestas han sido exitosas.

Sabemos sobre la caída de los dictadores en Túnez y en Egipto, pero estos movimientos impidieron que los presidentes robaran tres mandatos en Senegal, en Malaui y también en Burkina Faso.

¿Qué es lo que está impulsando este aumento significativo de protestas? Demográficamente África es el continente más joven y el de más rápido crecimiento, con la brecha de edad más amplia entre la gente y sus gobernantes.

Se está urbanizando a un ritmo tremendo.

Económicamente, los países africanos han ido creciendo por más de una década, en gran medida, impulsados por las inversiones de Asia.

Sin embargo, algo de esta riqueza está decayendo.

El trabajo formal del sector industrial en realidad, está disminuyendo y el trabajo informal, es la única opción de los trabajadores para ganarse la vida.

Como resultado, la desigualdad se está disparando, y los líderes políticos están cada vez más desconectados de los ciudadanos más jóvenes.

Para aquellos que no vivimos en África, estamos familiarizados con partes de esta historia: aumento masivo de desigualdad, producto de la disminución de buenos empleos por buenos salarios que alguna vez fueron considerados la insignia de una sociedad avanzada; la captura de los partidos políticos por las élites acompañada por el hueco de la sociedad civil que alguna vez dio voz a la gente común; ese sentimiento de naufragio que no importa lo que hagas, factores externos relacionados a la economía global pueden alterar nuestras vidas para peor.

Nuestros gobernantes parecen indefensos, al insistir con la austeridad, incluso cuando los bienes públicos disminuyen a niveles jamás vistos.

Y aquí es cuando no sucumben al nacionalismo elitista, al culpar de nuestras adversidades a los más débiles y no a los más poderosos.

Lo que los norteamericanos y los europeos occidentales consideramos nuevo es la condición normal de la vida africana desde los años setenta.

Entonces, ¿qué mejor que aprender de los que estuvieron involucrados en la resistencia por el período de tiempo más largo? ¿Qué podemos aprender de la democracia de protesta africana? Primero, la democracia debe comenzar con los ciudadanos comunes.

Ver la democracia como solo elecciones ha llevado a una desilusión generalizada.

Debemos trabajar para centrar a los ciudadanos en la vida democrática.

La protesta nos proporciona una manera de hacerlo.

Independientemente de tu edad, sexualidad, género, si eres ciudadano o no ciudadano, capacitado o incapacitado, cualquiera puede participar.

A diferencia de las elecciones, las protestas no están limitadas por ciclos electorales rígidos.

Ofrecen una forma de acción mucho más inmediata en nuestra era de retroalimentación instantánea.

Segundo, aunque las protestas pueden ser complicadas, esto es lo que las hace más poderosas.

Las protestas son procesos polémicos y competitivos, definidas por acciones contingentes, a veces sin mensajes claros, caracterizadas por organizaciones incompletas.

Estas dinámicas son las que nos hacen ver que las protestas no son disturbios o suponer que tienen una unidad política limitada.

Aunque también las hace más fáciles de reprimir.

Los gobiernos casi nunca ven las protestas como elementales para la democracia.

Al contrario, las machacan violentamente o se toman el trabajo de desacreditar el mensaje.

Tercero, como ya he insinuado, las protestas son el espacio por el cual surgen nuevas ideas políticas.

Están a punto de pasarse de la raya, una forma para que la gente reescriba las reglas del juego que muchos creen que están en su contra.

Muchos jóvenes en África crecieron en sociedades en las que ha gobernado un único líder durante toda su vida.

La protesta es el espacio para que surjan nuevas posibilidades, a medida que los adolescentes comienzan a descubrir su propio poder.

Tengan en cuenta la situación de mi amiga Linda Masarira, madre soltera de 5 hijos, que lidera protestas contra el régimen de Mugabe en Zimbabue, ha sido golpeada, arrestada y acosada.

Sin embargo, ella resiste.

Ya que, como me dijo hace unos meses, la protesta le dio un sentido de significado y dirección.

Y aunque conoce todo lo que está en su contra Linda persevera.

Así como Linda y otros jóvenes activistas africanos, todos tenemos que trabajar para redefinir la democracia como algo más que solo elecciones y partidos políticos.

La democracia es un proceso creativo y la protesta siempre ha sido el medio para expandir nuestras imaginaciones políticas más allá de lo que nos dicen que es posible.

(En suajili) Muchas gracias.

(Aplausos)

https://www.ted.com/talks/zachariah_mampilly_how_protest_is_redefining_democracy_around_the_world/

 

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