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Cómo los estereotipos generacionales nos frenan en el trabajo – Charla TEDxCreightonU

Charla «Cómo los estereotipos generacionales nos frenan en el trabajo» de TEDxCreightonU en español.

La Generación silenciosa, los «baby boomers», la Generación X, los mileniales, la Generación Z, todos estamos juntos en el mundo laboral. ¿Cómo lo que asumimos sobre cada uno nos aleja de comunicarnos y trabajar mejor? La psicóloga social Leah Georges muestra cómo somos más parecidos que diferentes y ofrece tácticas útiles para movernos en el lugar de trabajo multigeneracional.

  • Autor/a de la charla: Leah Georges
  • Fecha de grabación: 2018-04-20
  • Fecha de publicación: 2019-04-24
  • Duración de «Cómo los estereotipos generacionales nos frenan en el trabajo»: 695 segundos

 

Traducción de «Cómo los estereotipos generacionales nos frenan en el trabajo» en español.

Por primera vez en la historia moderna de EE.UU.

tenemos cinco generaciones interactuando en el trabajo.

A los veteranos, que nacieron entre 1922 y 1943, se los conoce como la Gran Generación, los maduros, los silenciosos.

Se caracterizan por su autosacrificio, el respeto a la autoridad y por considerar al trabajo como su recompensa.

Los «baby boomers» vinieron después, nacieron entre 1944 y 1960.

Es una generación caracterizada por el trabajo duro.

Los de esta generación originaron el concepto de «adicto al trabajo».

Ellos aprecian la competencia y aman la comunicación eficaz.

Y están pensando en su jubilación, si es que ya no se han jubilado.

La generación X es conocida como la generación perdida, los niños que se cuidaban de sí mismos, nacidos entre 1961 y 1980.

Esta es la generación más pequeña, comprimida entre los «baby boomers» y los mileniales.

En esta generación se divorciaron más padres que en cualquier generación anterior.

Fue la primera generación en hablar del equilibrio entre el trabajo y la vida, y los primeros en solicitarlo en el trabajo.

Y luego, los mileniales —los de la generación «todos reciben un premio»— nacidos entre 1981 y 2000.

La tecnología siempre estuvo presente en sus casas.

Son increíblemente prácticos, tienen esperanzas y son decididos.

Piensan que van a cambiar el mundo y de hecho, creo que lo van a hacer.

Puede que a veces sean un poquito idealistas, pero en los últimos años he visto a muchos mileniales superar a los de la generación X en ser la generación más representada entre los trabajadores.

De hecho, más de una de cada tres personas que trabajan en los EE.UU.

es un milenial.

Y pronto vendrán los de la generación Z, nacidos a partir de 2000, nuestros estudiantes de la escuela secundaria que pronto se graduarán.

Ahora bien, si abren un navegador de Internet, miran en Amazon, buscan en cualquiera de sus buscadores favoritos, podrían suponer que hay una guerra entre los trabajadores.

Vemos títulos de blogs como «Setenta razones por las que los mileniales son la peor generación».

«

¿Por qué los «baby boomers» lo arruinaron para todos?

«.

«Superar la gran división intergeneracional».

Es como convertirlo en «Amor sin barreras», entran «baby boomers», los mileniales entran por el vestíbulo, se pelean todo el día, se quejan, se van a su casa y hacen lo mismo, vuelven al trabajo,

¿sí?

Bien,

¿y si les dijera que es posible que estas generaciones no existan?

Pasé algún tiempo pensando en esto e investigándolo, y mis colegas y yo no estamos muy seguros de que estas generaciones sean reales.

Y si podemos ponernos de acuerdo en que estos grupos existen, ciertamente no nos pondremos de acuerdo sobre quién pertenece a ellos.

Cada generación abarca unos 20 años.

En cualquier momento de la historia, pensamos que uno de un año y otro de 20 comparten el mismo sistema de valores, quieren las mismas cosas en el trabajo, tienen los mismos estereotipos que trabajan a su favor y en su contra.

Estas generaciones se definen de modo diferente en distintas partes del mundo, por lo que no podemos hacer una comparación a nivel mundial.

Y estos estereotipos sobre cada generación en muchas formas han creado una profecía autocumplida, ya que la gente empieza a actuar como si son parte de esa generación porque dijimos en voz alta que esa generación es algo real.

No estoy segura de que sea así.

De hecho, esta idea de las generaciones se ha integrado muy profundamente en la cultura de EE.UU.

Al hablar de generaciones, la gente sabe exactamente de lo que estamos hablando.

La gente tiene muchas ideas y sentimientos sobre cada una de ellas.

Y les diré cómo lo sé.

Hice lo que cualquier académico norteamericano de sangre roja hace cuando tiene una pregunta.

Busqué algunas cosas en Google.

Y esto es lo que aprendí.

Google se basa en algoritmos, que nos proveen de los términos más buscados, o los sitios sugeridos, en base a lo que los otros buscan sobre el mismo tema.

Y eso me dio una idea de lo que la gente piensa sobre estas generaciones.

Observen.

Aprendí que los «baby boomers» son conservadores, y la gente piensa que son estúpidos, la peor generación, están enojados, aparentemente son racistas y se creen importantes.

Al buscar la generación X, aprendí que son un grupo cínico, están enojados, se los conoce como la generación perdida, ya sabemos; son la generación más pequeña.

Parece que también son estúpidos.


(Risas)
Y la mayoría de ellos se sienten frustrados con los «baby boomers».

Sobre nosotros, los mileniales, aprendí que nos obsesiona la comida.


(Risas)
También somos estúpidos, ¡ah! Somos holgazanes, sensibles, nos despiden, también nos odian y nos creemos importantes.

Y quizá el resultado más aterrador de la búsqueda en Internet: la generación Z está arruinada.


(Risas)
Así que durante cinco años hablé con líderes y seguidores en una gran variedad de organizaciones.

Y me di cuenta de esto: las generaciones no se han vuelto parte de la conversación, se han convertido en la conversación en el trabajo.

Aprendí que trabajamos suponiendo que esos resultados de Google son verdaderos.

Y por eso pienso que las organizaciones ahora están desesperadas por averiguar cómo organizar un ambiente laboral multigeneracional.

«Organizarlo».

Organizamos muchas cosas.

Nos preparamos para esta ola de mileniales que vendrán a trabajar.

Nos preparamos para los huracanes,

¿verdad?

Nos preparamos para un examen y para los desastres naturales.

¿Por qué nos preparamos para la llegada de los de 23 años?


(Risas)
He hablado con estas organizaciones y he escuchado las cosas maravillosas que hacen para crear un lugar de trabajo donde todos se lleven bien y sean autónomos, y sientan que están prosperando.

Pero también escuché algunas ideas increíblemente disparatadas sobre cómo manejar el ambiente multigeneracional.

¿Están listos?

Esto es lo que vi.

Visité una organización que había adoptado esta idea: si puedes verlo, puedes serlo.

Un concepto muy importante.

Pero creo que lo arruinaron.

En las paredes pusieron imágenes del ambiente multigeneracional ideal, porque «si puedes verlo, puedes serlo».


(Risas)
O como esta.


(Risas)
No quisiera trabajar nunca aquí.


(Risas)
Aparentemente, aquí no se usan los colores, y RR.

HH.

tiene problemas con la gente con tacones que saltan, se los juro.

Hablé con una organización que recientemente había decidido no poner un pelotero en la sala de descanso —porque así es como uno retiene a los mileniales.

Tenemos 30 años, no tres…


(Risas)
Y conozco a una joven milenial a la que le dijeron que si quería que la gente la tomara en serio, como ella era una milenial, debía hacer esto: usar hombreras.

Sí.

La gente mayor y menor que ella no la tomarían en serio a menos que usara hombreras.

Directo de los años 80, ya ni siquiera se puede comprar hombreras.

Esta joven tenía dos títulos universitarios.

Esta joven era yo.

¿Y esto es lo mejor que se nos ocurre?

¿Para moverse en un lugar de trabajo multigeneracional hay que usar hombreras?


(Risas)
También hay algo más que aprendí al hablar con las organizaciones que emplean a una gran variedad de gente de diversas edades.

Somos más parecidos que diferentes.

Y lo escuchamos en forma consistente.

La gente quiere un trabajo que importe, flexibilidad, apoyo, aprecio, quieren un mejor café.

Pero ninguna de estas cosas se relaciona con una generación.

Por supuesto, vemos diferencias en lo que la gente quiere.

Los de 20 años y los de 60 hacen cosas diferentes al volver a casa.

Tienen valores diferentes.

Por lo menos con respecto a las cosas fuera del trabajo.

Pero pienso que al habernos concentrado en los grupos generacionales, en estos grupos de personas, hemos creado un espacio en el que olvidamos que la gente es gente.

Y para saber quiénes son realmente, con quiénes trabajamos, debemos resolver cómo manejarnos mejor en el lugar de trabajo que instalar un pelotero.

Pueden llamarme una idealista, pero pienso que podemos alcanzarlo.

Y no creo que la idea sea terriblemente difícil.

¿Y si simplemente, radicalmente, conocemos a la gente por lo que son?

Individualicemos nuestra visión.

Nunca conocí a una generación.

Tuve muchas conversaciones con personas que se identificaban con un grupo generacional específico.

Sé que los de 80 años escriben mensajes de texto y los de 23 tejen mantas al croché.

Ningunas de estas cosas son estereotípicas de esa generación,

¿verdad?

Nilofer Merchant —una líder de pensamiento en innovación— nos dice que debemos conocer a la gente en su «exclusividad», ese lugar en el mundo en el que solo estamos nosotros en función de nuestra historia única, nuestras experiencias y esperanzas.

Pero esto requiere flexibilidad y curiosidad.

Y cuando conocemos a la gente en su exclusividad, en ese lugar único en el mundo que ocupan, aprendemos que un «baby-boomer» que está siempre enojado en el trabajo en realidad está asustado.

Porque ha trabajado todos los días desde que tenía 16 años y algún lunes, más pronto de lo que se pueda imaginar nunca más volverá al trabajo.

Tiene planes.

Le tomará una semana y media hacer todo lo de su lista para cuando se jubile.

¿Y después qué?

¿Y si le damos un poco de gracia a esa persona que podría estar un poco asustada?

¿O esa de la generación X que tiene cuatro entregas, tres hijos, dos manos, y solo trata de seguir adelante?

Quizá sea un poco distante en el trabajo.

Puede que sea un poco independiente, o que esté exhausta.

¿O ese milenial que después de dos meses pide un aumento porque «se lo merece»?

Bueno, quizá sea porque esa generación tiene más deudas que cualquier generación anterior, por la universidad, y simplemente necesitan el dinero para seguir adelante y para la renta.

Y, de pronto, cuando uno conoce a la gente en su exclusividad, en ese lugar único del mundo que ocupan, ya no hablamos más de una generación.

Hablamos de Jim, Jen o Candice.

Y este es mi desafío para nosotros: elijan a una persona, solo una, y exploren su exclusividad.

Y aprendan.

Y luego, en los momentos apropiados, enseñen.

Averigüen qué aportan al trabajo que nadie más puede aportar, porque eso enriquece el trabajo.

Y luego háganlo de nuevo.

Y de nuevo.

Y entonces, un día, ya no trabajaremos más con generaciones.

Trabajaremos con personas.

Para entender realmente la belleza del lugar de trabajo multigeneracional, pienso que solo debemos aceptar a la gente donde sea que estén.

Y eso no requiere desempacar y vivir con ellos allí.

Incluso en ocasiones podríamos descubrir que es un bello lugar para visitar.

Pienso que no debemos plantearnos cuál generación está más enojada, o cuál tiene más derechos, o se obsesiona más con la comida.

Todos vamos a clase, al trabajo, y volvemos a nuestras casas a veces un poco cansados y maltrechos.

Quizá solo debamos esforzarnos por aceptar a la gente donde sea que estén, como se presenten en ese día, con generación y todo.

Y en esos momentos en los que se siente un poco de guerra intergeneracional pienso que todos estamos de acuerdo en que las hombreras no son la mejor solución.


(Risas)
Gracias
(Aplausos)

https://www.ted.com/talks/leah_georges_how_generational_stereotypes_hold_us_back_at_work/

 

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