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Cómo los inversores responsables pueden presionar y hacer que las empresas cambien – Charla TED@BCG Toronto

Charla «Cómo los inversores responsables pueden presionar y hacer que las empresas cambien» de TED@BCG Toronto en español.

En una charla que es igualmente divertida y urgente, el consultor Vinay Schandal comparte las historias de los mayores inversores activistas, mostrando como los individuos y las instituciones pueden tomar ejemplo y presionar a las compañías hacia un cambio positivo.»Es su derecho tener su dinero gestionado de acuerdo con sus valores», dice Schandal. «Usen su voz, confíen en que es importante».

  • Autor/a de la charla: Vinay Shandal
  • Fecha de grabación: 2018-10-03
  • Fecha de publicación: 2018-10-22
  • Duración de «Cómo los inversores responsables pueden presionar y hacer que las empresas cambien»: 817 segundos

 

Traducción de «Cómo los inversores responsables pueden presionar y hacer que las empresas cambien» en español.

Nos encanta estar al día.

Nos apasiona.

Comentamos las noticias, publicamos en las redes sociales, nos manifestamos, protestamos…

¿Pero quién está trabajando en soluciones, grandes soluciones para grandes asuntos, como la violencia con armas, el maltrato laboral, inundaciones, hambre, sequía?

¿Quién está con esto?

¡Boom! Estos hombres.


(Risas)

¿Qué?

¿Estaban esperando a Peter Parker?

¿Los Vengadores?

¿No esperaban esta gran diversidad de tíos atractivos con carisma para resolver los problemas?

Bien, porque no van a resolverlos.

Antes de que los descarten, no van a resolver los problemas, pero nos enseñarán cómo.

¿Quiénes son?

Son inversores activistas.

Carl Icahn, Dan Loeb, Paul Singer, Barry Rosenstein.

Son los gángsters actuales de Wall Street.


(Risas)
Hombres aterrorizadores.

No como Green Goblin.

Verdaderamente aterrorizadores.

El miedo que provocan en un CEO y una junta cuando entran en sus mercados es el mismo que cuando hay un oso ante su tienda de campaña, y está oscuro, y estás sentado con la boca llena de Doritos…


(Risas)
hace unos instantes, Ud.

había salido de la tienda para quitar la trampa del oso porque Ud.

tenía antojos.

Ese miedo.

Y en ese momento, Ud.

está rezando: «por favor, Dios, que este oso pase de largo».

Ese oso no pasa de largo.

Ese oso se desvió de su camino por Ud.

¡A los osos les gustan los Doritos!
(Risas)
A los activistas les gusta el dinero.

A algunos también les gustan los Doritos, pero definitivamente quieren dinero.

Y la forma con la que ganan dinero, la forma con la que crean valor es gestionando corporaciones para realizar cambios.

Algunos discutirán los cambios que realizan, el valor que crean es a corto plazo.

Otros dicen que las estrategias que utilizan son atroces.

Estoy de acuerdo.

Procesos largos y prolongados, campañas de desprestigio…

no es necesario.

Pero hay un grupo pequeño de activistas, muy pequeño, que hacen todo para ser constructivos y colaborativos.

Hay que confiar en quien se lo merece.

Han conseguido catalizar un cambio a gran escala en grandes corporaciones, no es un logro pequeño.

Ahora imaginen un mundo donde todos los inversores trabajasen por el cambio, no solo para conseguir más dinero, sino para mejorar el medioambiente y la sociedad.

Imaginen lo ecológico y mejor que sería este mundo.

¿Por qué le importa a un inversor?

Y pienso igual:

¿Por qué le importaría a un inversor?

Porque si cumplir con los asuntos de ESG— medioambiente, y cuestiones sociales y de gobierno— fuese un acto de buena fe de ciudadanía corporativa, a los inversores no les importaría.

Pero las buenas noticias, y puede que la salvación de nuestro futuro colectivo, va más allá de un buen acto de ciudadanía corporativa.

Es un buen negocio.

No hay suficientes pruebas que muestren la correlación entre las acciones de ESG y el rendimiento financiero.

Las empresas que benefician al medioambiente y la sociedad también se benefician financieramente.

Algunas de las mejores empresas lo están haciendo como Adidas.

Adidas está limpiando los océanos y ganando dinero a la vez.

Adidas se unió a la organización llamada Parley for the Oceans.

Parley sale y recoge desechos plásticos del océano.

Adidas usa los desechos para hacer zapatos.

Zapatos hechos con plástico del océano: bueno para el medioambiente y bueno para el negocio.

Porque si conocen el segmento en aumento de consumidores llamados hipsters y sé que conocen a los hipsters— saben que si un hispter tiene que elegir entre un zapato sin marca y unas Adidas de plástico del oceáno escogerá las Adidas todos los días y dos veces los domingos, y saldrá como si no fuese gran cosa pero buscará cualquier oportunidad para hablar de ello.

Como en un UberPool.


(Risas)
«Me fijé que me estás mirando los pies».

«

¿Qué?

No, estoy haciendo diapositivas.

Soy consultor.

Hago diapositivas.

Estoy haciendo diapositivas, no estoy mirando».

«Está bien.

Entiendo por qué miran.

El plástico de mis zapatos les debe molestar.

Déjenme que se lo explique durante el trayecto.

Verán, el plástico de mi zapato es del océano, en mis pies, no en su pescado, paseándose, no masticándose.

Pies contentos.

Peces contentos.

Océano contento.

Cumplo con mi parte.

Tengo zapatos ecológicos.

¿Necesitan zapatos ecológicos?

«.

Todos hemos estado ahí.

«Denme su número.

Les doy un código de descuento.

Les daré un código de descuento».

Hemos pasado por eso— He salido corriendo de UberPools en marcha.


(Risas)
En marcha, en la carretera.

Me fui.

Me fui.

Pero tenemos que perdonar a los hipsters, tenemos que quererles.

Necesitamos a los hipsters, necesitamos empresas como Adidas y necesitamos que los inversores convenzan a otras empresas para ser como Adidas.

Y aquí está el reto.

Hay un grupo en aumento de inversores, «inversores responsables» que se preocupan por las cuestiones de ESG.

Y hablan mucho de la gestión comprometida con cuestiones de ESG.

Pero no consiguen que la gestión haga cambios que mejoren el medioambiente y la sociedad.

Y es donde los inversores responsables pueden tomar como ejemplo a los inversores activistas, porque no tienen problemas en gestionar consiguiendo cambios.

No tienen problemas para presionar.

Como Paul Singer.

Es un gánster de la vieja escuela de Wall Street, ahora tiene 70, le gustan los Doritos, le gusta ganar dinero.

Argentina le debía a Paul USD 600 millones y no iba a pagarlos.

Gran error.

No se puede pedir dinero a un gánster y no devolverlo.

Paul declaró la guerra a Argentina.

No me lo estoy inventando.

Es grande.

Es gigante.

Esto era mayor que Tyson contra Holyfield, Ali contra Foreman.

Esto fue hombre contra país.

Paul Singer globalmente intentó incautar los activos de Argentina.

En un momento, intentó incautar un buque de la armada argentina en la costa de Ghana.

Intentó adueñarse de un barco de 106 m mientras los altos oficiales de la marina con grandes armas estaban en el barco.

Consiguió que la policía de Ghana fuese con una grúa y amenazase con subir al barco, y no fue hasta que los oficiales tiraron sus armas que cancelaron la operación.

Eso es lo que llamo presionar.

Puede que digan que Paul perdió la batalla.

Y diría que Paul ganó la guerra porque no le pagaron solo una vez sino que le pagaron 20 veces su inversión original.

También está Barry Rosenstein.

Su fondo, Jana Partners, empezó comprando acciones en Whole Foods en la época que tenían problemas.

Tenían el 8 %, salieron, y presionaron a Whole Foods para venderse a Amazon, no porque Barry quisiera que le dieran sus Doritos orgánicos el mismo día.


(Risas)
Quería ganar dinero.

El CEO de WHole Foods, John Mackey, y la junta no querían venderse a Amazon porque sería el ejemplo de traicionarse.

Pero al final cedieron.

¿Por qué?

Porque Barry les presionó, y consiguió USD 300 millones en el proceso.

Y no dio una muy buena impresión a John.

No van a ver a John y a Barry abrazándose en la cafetería.

Veamos otro ejemplo diferente: la fundación Chicago Teacher’s Pension, un inversor responsable de USD 10 mil millones.

Dijeron que estaban en contra de las prisiones privadas, y bien por ellos.

Como padre primerizo estoy preocupado por las horribles imágenes de niños arrancados de los brazos de sus padres en la frontera y llevados a centros privados de detención que hicieron muy poco para ayudar a los niños mantener contacto con sus padres.

¿Qué hicieron los maestros de Chicago?

¿Lograron cambios?

¿Presionaron?

¿Miraron la gestión y dijeron, «No es forma de llevar un negocio.

Hay una manera diferente de hacer las cosas?

«.

No.

Simplemente vendieron sus acciones.

Vender no contribuyó en nada.

No es como si la gestión se levantase y tuviese una visión y dijese, «Los profesores vendieron sus acciones.

Deberíamos ser buenos con ellos».

No.

No pasó.

Y a pesar de una década de grandes enajenaciones en el mercado de las cárceles privadas, las acciones han aumentado.

Las acciones en el mismo período han superado al mercado.

La gran cuestión es que pasamos de inversores responsables que tenían las acciones a inversores a los que no les importan los problemas y no les importa lo que piensen de los problemas.

Y este es mi problema con los inversores responsables.

Su motor es desinvertir o desviar dinero a fondos de ESG.

Uno no puede desviar su camino hacia un mundo más ecológico.

Uno puede desviarte hacia una cartera más ecológica, pero no a un mundo más ecológico.

Así que,

¿qué hace falta?

¿Qué hace falta para cambiar el guion para conseguir que pasen de desviar a comprometerse, de hablar sobre compromiso a verdaderamente trabajar en la gestión para conseguir cambios que mejoren el rendimiento de ESG?

Porque hay muchas ideas que deberían y podrían hacer.

Dada la clara correlación entre el rendimiento de ESG y el rendimiento económico, podrían porque los activistas nos han enseñado que podrían, poder un accionista cambiar una empresa.

La diferencia es que Paul y Barry lo hacen para ganar dinero.

Los inversores responsables mejorarían la sociedad y el medioambiente y a la vez ganarían dinero y lo harían un poco más colaborativamente y constructivamente.

Y tienen el apoyo de algunos de los grandes inversores.

Vanguard y BlackRock— juntos gestionan billones.

Han hablado abiertamente de la importancia de ESG.

El CEO de BlackRock ha hablado abiertamente en sus cartas anuales sobre este tema.

Incluso Jana Partners, el mismo gánster que John llamó «cabrón codicioso», ayudó a escribir una carta pública para Apple, diciendo, «Tus smartphones causan adicción a los niños.

Arréglalo».

Apple está trabajando en ello.

Lo que hace falta es algo de presión.

Hace falta presión hacia los inversores responsables para, a su vez, presionar la gestión para que realicen cambios que mejoren el medioambiente y la sociedad.

¿Y por dónde empezamos?

Empiezan escogiendo un tema que les importe y adoptan una postura.

Adopten una postura con un tema que esté alineado con su propósito: el agua, los derechos laborales, la diversidad.

Mientras estén alineados con tu propósito, son muy buenos.

¿Y la mayor barrera?

Conseguir que los profesionales expertos en inversiones se centren en esto.

Hoy, cuando un activista muestra una campaña, es el profesional de inversión quien habla con el CEO y la junta y todos escuchan al respecto.

Cuando un inversor responsable aparece para hablar de ESG, es un empleado junior en el departamento de riesgos que habla con otro junior del departamento de inversiones, y nadie escucha al respecto y esto necesita cambiar.

Y no es un paso gigante.

Cuando una empresa no tiene buenos resultados,

¿quién es el acusado?

El empleado experto en inversiones.

¿Entonces qué hacen?

Dejan todo y trabajan con la gestión, de forma colaborativa y constructiva para realizar cambios para mejorar el rendimiento económico de la empresa.

Lo mismo debería pasar cuando la empresa tiene malos resultado en ESG.

Y sí, es necesaria la estandarización de cómo medimos el ESG, pero estamos en ello.

Así que esta es mi llamada de atención: es su dinero.

Es su fondo de pensiones, es su fondo de riqueza soberana, es su fondo universitario, es su dinero.

Es su derecho tener el dinero gestionado conforme a sus valores.

Así que utilicen su voz y confíen en que es importante.

Fue su voz la que consiguió los inversores más responsables.

Se quejaron durante años, porque no les gustaba cómo se estaba invirtiendo su dinero en empresas cuyos valores no concordaban con los suyos.

Es hora de usar su voz otra vez.

Pero en vez de presionarles para desinvertir, presionen para que se comprometan a trabajar en la gestión para hacer cambios que mejoren el rendimiento de ESG.

Puede que les conciencien de estos temas.

Hagan que se centren en arreglarlo.

Gracias.


(Aplausos)

https://www.ted.com/talks/vinay_shandal_how_conscious_investors_can_turn_up_the_heat_and_make_companies_change/

 

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