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Cómo los niños pueden contribuir a diseñar ciudades – Charla TEDxMileHigh

Charla «Cómo los niños pueden contribuir a diseñar ciudades» de TEDxMileHigh en español.

Los adultos tienden a pensar que los niños son «futuros ciudadanos», y que sus ideas y opiniones serán importantes algún día, no hoy. Pero los niños conforman un cuarto de la población, ¿no deberían poder dar su opinión sobre la apariencia del mundo que heredarán un día? La diseñadora urbana, Mara Mintzer, comparte lo ocurrido cuando ella y su equipo les solicitaron a unos niños a contribuir con el diseño de un parque en Boulder, Colorado, y cómo esto reveló un punto ciego importante sobre la manera en que construimos nuestro ambiente. Mara pregunta: «Si no incluimos a los niños en nuestro planificación, ¿a quién más no estamos incluyendo?»

  • Autor/a de la charla: Mara Mintzer
  • Fecha de grabación: 2017-11-11
  • Fecha de publicación: 2018-11-07
  • Duración de «Cómo los niños pueden contribuir a diseñar ciudades»: 864 segundos

 

Traducción de «Cómo los niños pueden contribuir a diseñar ciudades» en español.

Frecuentemente, nuestra sociedad toma decisiones sin consultar a una cuarta parte de la población.

Decisiones sobre el uso del suelo, producción de energía y recursos naturales sin consultar ideas y experiencias de la totalidad de la comunidad.

El auto, un objeto inanimado, tiene más peso en las políticas públicas que los ciudadanos.

Adivinen de qué grupo hablo.

Los niños.

Me dedico al diseño urbano, y no es de sorprenderse que los adultos diseñen las ciudades.

Los planeadores urbanos, arquitectos, desarrolladores, políticos, y ocasionalmente, algunos ciudadanos.

Rara vez se toma en cuenta la voz de un grupo de niños de cuatro años, casi nunca lo suficientemente altos para alcanzar el podium en el ayuntamiento.

Pero hoy quiero que piensen lo siguiente:

¿Y si le pedimos a los niños que diseñen nuestras ciudades?


(Risas)
En 2009 me presentaron a un grupo de personas que querían comenzar una iniciativa amigable con los niños en Boulder, CO.

Provengo de una familia de defensores de los derechos civiles, y durante mi carrera he llegado a trabajar con niños y familias de escasos recursos.

Pero nunca había oído de una iniciativa de una ciudad amigable con los niños.

Así que imaginé que uno de los objetivos sería solventar algunas frustraciones que había experimentado siendo madre de un niño pequeño.

Que quizá abogaríamos por tener más mesas para cambiar pañales en restaurantes.

O por que se crearan más espacios de juego al interior para días lluviosos y fríos.

Es decir, hacer la ciudad más hospitalaria para los niños y las familias.

Hasta que me comprometí con este proyecto me di cuenta de que estaba equivocada.

No era para diseñar mejores ciudades para los niños.

Era para que los niños diseñaran mejores ciudades para ellos mismos, y para todos nosotros también.

Seguramente son escépticos al respecto.

Honestamente, yo también lo era.

Hay una razón por la que se vota hasta los 18 años.


(Risas)

¿Cómo podrían los niños entender ideas complejas como la crisis de viviendas asequibles o cómo desarrollar un plan de sistema de transporte?

Incluso si tuvieran algunas ideas,

¿no serían infantiles?

¿o irracionales?

¿Los ciudadanos realmente necesitan un parque hecho de dulces?


(Risas)

¿O un puente de cañones de agua que disparan agua a los kayakistas desprevenidos abajo?


(Risas)
Aunque estas preocupaciones parecen legítimas, el no incluir a los niños en la planificación de la ciudad era un problema mayor de diseño.

Después de todo,

¿no deberíamos incluir a los usuarios finales en el proceso?

Si construimos un parque para que lo usen los niños principalmente, entonces, los niños deberían poder dar su opinión sobre el diseño.

Teniendo todo esto en cuenta, creamos un programa llamado «Haciendo que Boulder crezca», y trabajo con niños desde 0 a 18 años para crear soluciones innovadoras en el diseño de la ciudad.

Se preguntarán cómo lo hacemos.

Les voy a dar un ejemplo real.

En 2012 la ciudad de Boulder decidió rediseñar un parque grande en el centro, conocido como el Área Cívica.

Este espacio colinda con un mercado agrícola en un lado, y la Biblioteca Pública de Boulder en el otro, y con el arroyo de Boulder que pasa en medio.

El parque necesitaba un nuevo diseño para manejar más eficientemente las inevitables inundaciones repentinas, restaura un sentido de seguridad en el área y apoyar la expansión del mercado agrícola.

De 2012 a 2014, involucramos a más de 200 jóvenes en el proceso, desde estudiantes de preescolar hasta estudiantes de bachillerato.

¿Cómo lo hicimos?

Les explicaré.

Primero, visitamos a los estudiantes en sus salones y les presentamos el proyecto: qué era, por qué sus ideas eran importantes y lo que haríamos con sus recomendaciones.

A fin de no influenciarlos, les pedimos que grabaran sus ideas, según sus propias experiencias.

Luego, les pedimos que nos acompañaran en un viaje de estudio, para documentar lo que les gustaba y lo que no del lugar, tomando fotografías.

Con un marco verde, los estudiantes resaltaban lo que les gustaba del lugar, como alumnos de universidad nadando en el arroyo.


(Risas)
Después, con el marco rojo enmarcaban las cosas que no les gustaban, como la basura.

Los estudiantes de sexto grado estudiaron el Área Cívica e investigaron lugares que tenían retos similares al rededor del mundo.

Luego, los niños combinaron sus ideas originales con su nueva inspiración, para sintetizar soluciones de mejora del espacio.

Cada grupo invitó a planeadores adultos, miembros del municipio y la comunidad, para compartir ideas y discutir sugerencias al salón de clase.

Los planeadores urbanos de Boulder, entre bloques de juguete y peluches, exploraron la recreación en tamaño real del Área Cívica que hicieron los niños.

Los planeadores adultos se asombraron de las ideas de los estudiantes, por ejemplo, diseñaron un parque hecho de una pulsera de plástico, que se supone que era una pista de patinaje sobre hielo.

Luego, arte público hecho de cuentas en forma de animales.

Y aunque quizá parezca ridículo, no distaba mucho de las maquetas creadas por arquitectos.

Cuatro años después, es un placer anunciar que muchas de las ideas de los niños, se están implementando en el Área Cívica.

Por ejemplo, se mejorará el acceso al arroyo de Boulder para que los niños jueguen seguros en el agua.

Se mejoró la iluminación en pasos a desnivel para que los estudiantes mayores lleguen seguros a casa por la noche.

Carriles separados para bicicletas y peatones, para que los ciclistas no atropellen a los jóvenes que caminan por el arroyo.

Mi hija y yo incluso patinamos en la nueva pista de hielo que solicitaron el invierno pasado.

¿Se implementaron toas las ideas de los niños en el Área Cívica?

Claro que no.

La democracia es un proceso desordenado.

Pero así como un adulto razonable y bien informado no esperaría que todas sus ideas fueran implementadas, tampoco un niño de 9 años.

Ya llevamos ocho años usando este proceso, y todo este tiempo, hemos encontrado beneficios increíbles al diseñar ciudades con ayuda de niños.

En primer lugar, los niños piensan distinto que los adultos.

Y eso es algo bueno.

Los adultos piensan en restricciones, como el tiempo que tomará a un proyecto, cuán costoso y peligroso será.

En otras palabras, «

¿Nos pueden demandar?

»
(Risas)
No es que estas restricciones no sean reales, pero si descartamos ideas desde el principio, limitamos nuestra creatividad y entorpecemos el proceso de diseño.

Los niños, por otra parte, piensan en posibilidades.

Para los niños, el cielo es el límite.

Literalmente.

Cuando trabajamos con estudiantes de secundaria para diseñar parques, hicieron dibujos de paracaidismo, y de vuelo con ala delta,
(Risas)
y de salto en trampolín hacia hoyos gigantes de hule espuma.


(Risas)
Esto suena un tanto disparatado, pero las coincidencias entre las actividades revelaron algo importante.

Los adolescentes querían oportunidades de aventura, lo que tiene perfecto sentido, dada su etapa de desarrollo.

Nuestra tarea como conectores entre inspiración y realidad, fue guiarlos hacia actividades y equipamiento que realmente pudiera instalarse en un parque.

Esto es exactamente lo que se ha hecho en parques de Australia, con sus largas líneas en zigzag y sus muros de 9.1 m para escalar.

Cuando los niños imaginan un espacio, casi siempre incluyen diversión, juego y movimiento en sus diseños.

Esta no es prioridad en los adultos.

Pero investigaciones muestran que la diversión y el movimiento es justo lo que los adultos necesitan para mantenerse sanos.


(Risas)

¿Quién no habría de disfrutar de una casa de árbol con una pequeña biblioteca y sillones puf para leer?

O,

¿un aparador de arte que rocíe pintura a un lienzo cada vez que suben las escaleras?

Además de la diversión y el juego, los niños valoran la estética.

Cuando se les pidió diseñar casas asequibles, los niños rechazaron los bloques idénticos de condominios beige que muchos diseñadores prefieren, y en vez, usaron colores llamativos en todo, desde casas a mobiliario de juego.

Colocaron flores entre los carriles de ciclistas y peatones, y pusieron bancas a lo largo del arroyo, para poder pasar tiempo con sus amigos y disfrutar la tranquilidad del agua.

Lo que conduce a la naturaleza.

Los niños tienen una necesidad biológica de rodearse de naturaleza, y esto se percibe en sus diseños.

Quieren naturaleza en su patio trasero, no a cuatro cuadras.

Así que diseñan comunidades que incorporan agua, árboles frutales, flores y animales en el espacio en común.

Para bien o mal, es lógico, porque a los niños de cinco años de hoy, rara vez se les deja ir solos unas cuadras al parque.

Y la naturaleza en nuestro ambiente inmediato favorece a todos, ya que se ha demostrado que tiene efectos restauradores, sin distinción.

Puede sorprendernos, pero también consideramos los deseos de nuestros más pequeños ciudadanos, los bebés y niños más pequeños.

De los más pequeños aprendimos que la alegría de caminar proviene de lo que se descubre en el camino.

Cuando se evaluó cuán peatonal era la calle 19 de Boulder, los pequeños pasaron horas explorando las hojas en una zanja y los destellos de la acera.

Nos recordaron que hay que detenerse y diseñar un camino donde el trayecto sea tan importante como el destino.

Además de árboles y plantas, los niños casi siempre incluyeron animales en sus diseños.

Insectos, aves y mamíferos pequeños figuran prominentemente en los dibujos de los niños.

Quizá porque están más cerca del suelo y pueden ver mejor que nosotros a los saltamontes, o quizá porque tienen un gran sentido de empatía hacia otros seres, pero los niños casi siempre incluyen especies no humanas en sus diseños.

De entre todos, los niños son inclusivos en sus diseños urbanos.

Piensan en todo, desde su abuela en silla de ruedas hasta la mujer indigente que ven dormida en el parque.

Los niños diseñan para los seres vivos, no para autos, egos o corporaciones.

El último y quizá más cautivador descubrimiento que hicimos es que una ciudad amigable con los niños es una ciudad amigable para todos.

Enrique Peñalosa, Alcalde Mayor de Bogotá, Colombia, notó que los niños son un tipo de indicador de la especie.

Si podemos construir una ciudad que le guste a los niños, tendremos una ciudad que le guste a toda la gente.

Piensen al respecto.

Los niños no pueden subirse a un auto y conducir hasta la tienda.

Y la mayoría de los niños no pueden pagar un almuerzo costoso en una cafetería.

Por eso, si construimos ciudades que toman en cuenta su necesidad de un medio de transporte alternativo y de lugares de comida a buen precio, estaremos solventando las necesidades de otra parte de la población.

Entre más frecuente y económico es el servicio de autobús, que los jóvenes tanto desean, también apoyamos a la gente mayor que desea vivir de forma independiente, cuando ya no son capaces de conducir un auto.

Las ideas de los jóvenes sobre caminos lisos para patinaje y peatones, también benefician a personas en silla de ruedas para desplazarse suavemente, o a los padres empujando una carriola.

Todo esto me ha revelado algo importante.

Un punto ciego importante.

Si no incluimos a los niños en nuestra planeación,

¿a quién más no estamos incluyendo?

¿Estamos escuchando a la gente de color, inmigrantes, gente mayor, gente con discapacidades, y de escasos recurso?

¿Qué soluciones innovadoras de diseño estamos pasando por alto, por no escuchar las voces de la totalidad de la comunidad?

No hay manera de conocer las necesidades y deseos de los demás si no les preguntamos, incluyendo niños y todos los demás.

Así que, adultos, no piensen en nuestros niños como futuros ciudadanos, en vez, valórenlos como los ciudadanos que son hoy en día, porque nuestros niños pueden diseñar las ciudades que nos harán más felices y sanos; ciudades llenas de naturaleza, juego, movimiento, conexión social y belleza.

Los niños pueden diseñar ciudades en donde a todos nos gustaría vivir.

Gracias.


(Aplausos)

https://www.ted.com/talks/mara_mintzer_how_kids_can_help_design_cities/

 

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