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Charla «Cómo mejorar en lo que realmente nos importa» de TEDxManhattanBeach en español.
¿Trabajas mucho pero no logras mejorar? No eres el único. Eduardo Briceño, educador revela una manera sencilla de pensar en mejorar las cosas que hacemos, ya sea trabajo, crianza de los hijos o pasatiempos. Y él comparte algunas técnicas útiles para continuar aprendiendo y estar en continuo crecimiento.
- Autor/a de la charla: Eduardo Briceño
- Fecha de grabación: 2016-11-05
- Fecha de publicación: 2017-02-01
- Duración de «Cómo mejorar en lo que realmente nos importa»: 682 segundos
Traducción de «Cómo mejorar en lo que realmente nos importa» en español.
Intentamos dar lo mejor en todo lo que hacemos, ya sea nuestro trabajo, familia, estudio o cualquier otra cosa.
Yo lo siento así.
Yo doy lo mejor.
Pero hace un tiempo atrás noté que no estaba mejorando en lo que me importaba, se tratara de ser esposo o amigo o profesional o compañero, y no estaba mejorando mucho en esas áreas aunque pasaba mucho tiempo en casa trabajando duro en ellas.
Me he dado cuenta a raíz de conversaciones e investigaciones que este estancamiento, a pesar de trabajar muy duro, resulta de lo más común.
Por eso quiero compartir algunas ideas del por qué y qué podemos hacer al respecto.
Lo que he aprendido es que la gente más eficaz y equipos de cualquier rama hacen algo que podemos copiar.
Ellos van por la vida deliberadamente alternándose entre dos zonas: la zona de aprendizaje y la de desempeño.
La de aprendizaje es cuando nuestro objetivo es mejorar.
Entonces hacemos actividades pensadas para mejorar, concentradas en lo que todavía no hemos dominado, lo que significa que tenemos que aceptar equivocarnos, sabiendo que aprenderemos de ellos.
Lo cual difiere mucho de lo que hacemos cuando estamos en la zona de desempeño, donde nuestro objetivo es hacer lo mejor posible para cumplir.
Entonces nos concentramos en lo que ya hemos dominado e intentamos minimizar los errores.
Ambas zonas deberían ser parte de nuestras vidas, pero teniendo en claro cuando queremos estar en cada una, con que fin, enfoque y expectativas, ayudándonos a actuar mejor y mejorar.
La zona de desempeño maximiza nuestro rendimiento inmediato, y la de aprendizaje maximiza el crecimiento y nuestro desarrollo futuro.
La razón por la que muchos no mejoramos a pesar de nuestro esfuerzo es porque solemos pasar la mayoría de nuestro tiempo en la zona de desempeño.
Esto perjudica nuestro crecimiento e irónicamente, a largo plazo, también nuestro desempeño.
Entonces, ¿cómo es la zona de aprendizaje? Tomemos a Demóstenes, un líder político orador y abogado de los más grandes de la antigua Grecia.
Para ser quien fue, él no pasó todo su tiempo sólo siendo un orador o abogado, que sería su zona de desempeño.
Pero en su lugar, hizo labores diseñadas para mejorar.
Por supuesto, estudió mucho.
Estudió derecho y filosofía con la ayuda de mentores, pero también notó que ser abogado implicaba persuadir a otros, así que también estudió grandes discursos y dramatización.
Para deshacerse de un extraño hábito de levantar involuntariamente su hombro, practicó sus discursos en frente de un espejo, y colgó una espada del techo para que, si levantaba su hombro, se lastimara.
(Risas)
Para hablar más claro a pesar de un ceceo, él dio sus discursos con piedras en la boca.
Construyó un cuarto oculto donde podía practicar sin interrupciones y no molestar a otros.
Y como los tribunales de antes eran ruidosos, él también practicó al lado del océano, proyectando su voz por encima del rugir de las olas.
Sus tareas en la zona de aprendizaje eran muy diferentes a sus tareas en los tribunales, su zona de desempeño.
En la zona de aprendizaje, probó la práctica deliberada del Dr.
Anders Ercicsson Ésta implica desglosar las capacidades teniendo claro qué talento elegir para mejorar, como mantener los hombros abajo, concentrándonos plenamente en un importante desafío fuera de la zona de confort, más allá de lo que hacemos a diario, incorporando una devolución frecuente con repetición y ajustes, e idealmente orientado por un entrenador experto, porque las actividades creadas para mejorar son de dominio específico, y maestros y entrenadores saben cuáles son esas tareas.
y también pueden darnos su opinión.
Es este tipo de práctica en la zona de aprendizaje lo que nos lleva a una mejora, no sólo tiempo en llevar a cabo tareas.
Investigaciones muestran que después de los primeros dos años trabajando en algo, el rendimiento se estanca.
Esto se ha demostrado en la enseñanza, medicina general, enfermería y otros campos, y sucede porque una vez que pensamos que somos suficientemente buenos, aptos, nos alejamos de la zona del aprendizaje.
Nos enfocamos sólo en hacer nuestro trabajo, cumplir, que resulta no ser una buena forma de mejorar.
Pero la gente que continúa en la zona de aprendizaje sigue mejorando siempre.
Los mejores vendedores una vez a la semana hacen actividades con el objetivo de mejorar.
Leen para ampliar sus conocimientos, consultan con colegas o expertos del área, prueban nuevas estrategias, piden opiniones y reflexionan.
Los mejores jugadores de ajedrez pasan mucho tiempo no jugando partidas de ajedrez, que sería su zona de desempeño, sino intentando emular a grandes jugadores y analizándolos.
Cada uno de nosotros ha pasado muchas muchas horas escribiendo en una computadora sin apurarnos, pero si pasamos de 10 a 20 minutos por día concentrados en escribir de 10 a 20 % más rápido que nuestra velocidad actual, mejoraríamos, especialmente si también identificamos qué errores cometemos y practicamos escribiendo esas palabras.
Eso es práctica deliberada.
¿En qué otras áreas, tal vez que nos preocupan más, estamos trabajando duro pero no mejorando porque siempre estamos en la zona de rendimiento? Esto no quiere decir que la zona de rendimiento no tiene valor.
Sí que lo tiene.
Cuando precisé de una cirugía, no le dije al cirujano, «hurgue por ahí y concéntrese en lo que no sabe».
(Risas)
«¡Aprenderemos de nuestros errores!» Busqué una cirujana que me pareció que haría un buen trabajo, y yo quería que ella hiciera un buen trabajo.
Estar en la zona de desempeño nos permite hacer las cosas lo mejor que podemos, también puede ser motivador, y nos da información para identificar a qué enfocarse cuando volvamos a la zona de aprendizaje.
Así que conseguir un buen resultado es alternar entre la zona de aprendizaje y la de desempeño, desarrollando conscientemente habilidades en la zona de aprendizaje y luego aplicar esas habilidades en la zona de desempeño.
Cuando Beyoncé está de gira, en el concierto, está en zona de rendimiento, pero cada noche al volver a la habitación del hotel, vuelve enseguida a su zona de aprendizaje.
Mira un video del espectáculo que acaba de dar.
Identifica cosas para mejorar ella, sus bailarines y su personal.
Y al día siguiente, reciben notas sobre qué ajustar, lo que cambian antes de actuar.
Es una espiral a capacidades cada vez mayores, pero hay que saber cuándo aprenderlo y cuándo aplicarlo.
Cuanto más tiempo pasemos en la zona de aprendizaje, más mejoraremos.
¿Cómo pasar más tiempo en la zona de aprendizaje? Primero, debemos creer y entender que podemos mejorar, lo que llamamos crecimiento de actitud.
Segundo, debemos querer mejorar una habilidad concreta.
Debe ser algo que nos motive, porque se requiere tiempo y esfuerzo.
Tercero, debemos tener una idea de cómo mejorar, lo que deseamos mejorar.
no como yo practicaba guitarra de adolescente, tocando canciones una y otra vez, sino haciendo una práctica deliberada.
Y cuarto, no debemos tener altas expectativas, porque si se esperan errores, la consecuencia al hacerlos no será catastrófica, o muy significativa.
Un equilibrista no practica nuevos trucos sin una red, y un atleta no empieza sin entrenar durante un campeonato.
Una razón por la que en nuestras vidas pasamos tanto tiempo en la zona de desempeño es porque nuestros entornos son exigentes.
Nos creamos riesgos sociales, incluso en las escuelas que suponen ser sólo aprendizaje, y no hablo sobre pruebas estandarizadas.
Quiero decir que cada minuto de cada día, estudiantes desde primaria hasta la facultad sienten que si fallan, pensarán menos de ellos.
No es raro que estén siempre estresados y que no asuman los riesgos necesarios para el aprendizaje.
Pero aprenden que esos errores no son deseables cuando maestros y padres sólo quieren escuchar aciertos y rechazan errores en lugar de trabajar con ellos, para aprender de ellos.
O cuando buscamos respuestas restringidas en vez de alentar explorar de lo cual todos podemos aprender.
Cuando una tarea tiene un número o una letra, y cuenta como nota final, en vez de ser utilizado para la práctica, errores y revisión, enviamos la consigna de que la escuela es una zona de desempeño.
Lo mismo ocurre en nuestro trabajo.
En las empresas a menudo veo accionares impecables que los líderes fomentan para mejorar.
Pero eso lleva a los empleados a permanecer dentro de lo que saben y no probar cosas nuevas, así que las empresas luchan para innovar y mejorar, y se quedan atrás.
Podemos crear más espacios para el crecimiento conversando con otros sobre cuándo queremos estar en cada zona.
¿Qué queremos mejorar y cómo? ¿Y cuándo ejecutar y minimizar los errores? De esa manera, ganamos claridad sobre lo que es el éxito, cuándo y cómo apoyarse mutuamente.
Pero ¿y si nos encontramos en un ciclo crónico de apuestas altas y no podemos con esa carga todavía? Hay tres cosas que podemos hacer como individuos.
En primer lugar, podemos crear expectativas estándar.
Espacios donde los errores tienen pocas consecuencias.
Por ejemplo, podríamos encontrar un mentor o un colega de confianza intercambiar ideas o tener una conversación vulnerable o incluso juegos de rol.
O podemos pedir distintas opiniones para avanzar en los proyectos.
O leer o ver videos o tomar cursos en línea.
Estos son sólo algunos ejemplos.
En segundo lugar, podemos actuar como todos esperan, pero luego pensar sobre qué podríamos mejorar, como hace Beyoncé, Y podemos observar y emular a expertos.
La observación, la reflexión y la adaptación es aprendizaje.
Y finalmente podemos liderar y bajar las apuestas para los demás compartiendo lo que queremos mejorar, preguntando sobre lo que no sabemos, aceptando opiniones y compartiendo nuestros errores y lo que hemos aprendido de ellos, para que otros puedan para hacer lo mismo.
La verdadera confianza promueve un aprendizaje continuo.
¿Qué pasa si, en lugar de hacer, hacer y hacer actuando, actuando, actuando, pasamos más tiempo explorando, preguntando, escuchando, experimentando, reflexionando, esforzándose y convirtiéndose? ¿Qué pasa si cada uno siempre tiene algo en lo que trabajar para mejorar? ¿Qué pasaría si crearamos expectativas más reales? ¿Y qué pasaría si nos queda claro, a nosotros y a nuestros compañeros sobre cuándo conviene aprender y cuándo conviene actuar para que nuestros esfuerzos sean más consecuentes, nuestro avance no tenga límites y nuestros logros sean incluso mejores? Gracias.
https://www.ted.com/talks/eduardo_briceno_how_to_get_better_at_the_things_you_care_about/