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Cómo nos convertimos en hermanas – Charla TEDWomen 2017

Charla «Cómo nos convertimos en hermanas» de TEDWomen 2017 en español.

Las poetisas Felice Belle y Jennifer Murphy interpretan extractos de su obra «Otras mujeres», creada y dirigida por Monica L. Williams. En un viaje cautivador, tejen historias llenas de risas, lealtad, tragedia y desamor, recordando los momentos que las fueron convirtiendo en hermanas.

  • Autor/a de la charla: Felice Belle
  • Fecha de grabación: 2017-11-01
  • Fecha de publicación: 2018-03-02
  • Duración de «Cómo nos convertimos en hermanas»: 765 segundos

 

Traducción de «Cómo nos convertimos en hermanas» en español.

Chris Waddell: Felice Bell y Jennifer Murphy van a interpretar un fragmento de su obra «Otras mujeres», creada y dirigida por Monica L.

Williams, así que demos la bienvenida a Felice Bell y Jennifer Murphy.


(Aplausos)
(Música) Felice Bell: El juego.

Deja tu trabajo.

Sin ahorros y sin el mínimo plan para el resto de tu vida.

Retira dinero de tu plan de retiro 401K, paga la multa,

¿por qué esperar?

En esta economía, todo lo que tienes vale más de lo que valdrá jamás.

Córtate el pelo, siéntete «nueva», llama a tu ex, llama a Robin, dile que compraste un boleto a Bahía.

Viaja en auto a Paso Robles, haz una degustación de vinos, compra un Malbec y una camiseta roja ajustada, come una galleta de un dispensario de LA, fuma sin parar al calor de una fogata en un hostal de la colina con los recién casados ​​de San Diego y con vistas al viñedo.


(Risas)
Entra en el agua con tus chicas y con bolsas de hamburguesas manchadas de grasa.

Siéntate sobre una tabla a la deriva.

Puesta de sol.

Recuerda que has bebido.

Recuerda tu lugar.

Pasa la noche en Reno.

Renuncia a la seguridad de las máquinas tragamonedas, siéntate en la mesa de blackjack, entrégale al crupier tu alquiler, tu jubilación, reza a Dios para que salga un as.


(Risas)
La partida.

Almuerzo en el lago Tahoe que, según dicen, es tan profundo y frío como para preservar un cuerpo en perfecto estado.

Trabajadores ferroviarios, mafia, militares y quizá un monstruo como el del lago Ness.

Nadie puede probarlo.

Ignora las estadísticas.

Las probabilidades son una distracción.

Lo que importa es el conteo de fichas.

Las cartas sobre la mesa, las cartas en tu mano.

Debes estar dispuesto a perder.

Jennifer Murphy: Cuando el sueño no era más que una idea, vivía en el desierto cerca de la Base de la Fuerza Aérea Edwards, donde la NASA probaba naves espaciales.

Se alimentaba de cactus y estrellas, pero seguía retrasándose.

«No es el momento», dijeron.

El sueño se volvió impaciente, pujó para nacer y su madre lo parió en un lecho de fresas mojadas.

Cuando era adolescente, lloraba, dando interminables paseos por el viñedo fuera de una ciudad rebosante de naranjas y silencio.

«Sácame de aquí», suplicaba.

Era tan pequeño y delicado que uno temía por su vida.

Si una mariposa se posaba en su rostro, quizá lo aplastaba.

Uno temía amar tanto algo así.

Más tarde, se rebeló, se embriagó, fue esposado por orinar whisky en los rosales de tu vecino.

El sueño tenía problemas, necesidades.

«No me ignores», gritó.

Necesitaba rascacielos y nicotina, necesitaba quedarse en su casa leyendo «Easter Parade» en lugar de ir a su trabajo de camarera en un restaurante, donde no podía pagar la comida.

Era un sueño, por el amor de Dios, tenía mejores cosas que hacer.

Tenía que escribir, rezar, mandar cantidades de mensajes a Dios sobre cómo darse a conocer a la luz del día.

Durante toda su vida, el sueño hizo planes.

Planeó escribir, editar, hacerse rico, publicar, acostarse con hombres imprudentes y atractivos en el asiento trasero de los taxis.

Sí, eso sucedió…

No, no fue así.

El sueño se debatió consigo mismo, con la verdad.

No tuviste el sueño, el sueño te tuvo a ti.

Todos y cada uno de sus planes fracasaron.

«Me rindo», gritaba, «renuncio».

Se escondió en la oscuridad hasta que finalmente oyó su nombre.

Reflexionó sobre el indecible milagro de quedarse hasta ser visto.

Ahora busca a quienes esperan desde hace años su llegada.

Siempre vienen por ti,

¿no es así, a por tus chicas?

Con los dedos cruzados y la confianza puesta en ti, dicen: «Sin destino, sin mapas, sin idea de hacia dónde vamos».

Y aunque no creas lo que está sucediendo, aunque estás alucinando de miedo, te oyes a ti mismo diciendo: «Estoy listo, estoy listo, ¡vamos!» FB: Episodio uno.

JM: Todos quieren siempre saber cómo nos convertimos en hermanas.

«

¿Cómo se conocieron?

» Como si fuéramos una pareja casada.

Me gusta decir que nos conocimos en línea.


(Risas)
FB: Nos conocimos en el Nuyorican Poets Café en 1999.

Todos los viernes por la noche de nuestras jóvenes vidas lo pasamos con audiencia o con micrófonos.

Faltas un viernes y sabrán del poeta que lo mató.

¡Deberían haber estado allí! JM: Yo lo maté.

FB: La noche que conocí a Jen, estaba sentada en el regazo de mi archienemigo.

Juro que nunca seremos amigas.

JM:

¿De verdad?

¿No vamos a ser amigas porque soy amiga de alguien que no te gusta?

FB: Así es.

Sin duda.


(Risas)
JM: Delito uno: amenazas.

Me encanta cuando las mujeres me evalúan y me critican antes de conocerme, antes de oírme decir una palabra.

Me viene a la mente la frase «desestimado antes de ser investigado».

Delito dos: fraude.

A Felice le gusta decir que cree en la ciencia y la matemática, que ella procede en la vida con lógica, como un hombre.

Mucha lógica en este ejemplo, mucha equidad y justicia, un verdadero despliegue de apertura mental.

Felice no es detective, solo hace ese papel en el escenario.

Y cuando digo eso, lo hago como investigadora privada, con licencia del estado de Nueva York.


(Risas)
FB: Sherlock Holmes no necesita una licencia.


(Risas)
Él resuelve crímenes.

Yo también, usando la ciencia y la intuición.

Todo lo que sé sobre el trabajo detectivesco lo aprendí en televisión.

JM: Episodio dos.

Cómo nos convertimos en hermanas.

FB: Correcto, así que un año después, ambas fuimos invitadas a leer poemas en el sótano de la pizzería «Two Boots».

JM: ¡Nuestras carreras habían despegado!
(Risas)
FB: Después de la lectura en la pizzería, nos dieron una porción.

No sé por qué, pero les diré algo que no le conté a nadie.

Pasé el fin de semana en Reno con Nacho Velásquez.

Lo primero que ella dijo fue: JM:

¿Viste el pequeño nacho de Nacho?

FB: Y nos hicimos amigas.

JM: No…


(Risas)
No es así como lo recuerdo.

Según mi versión, nos hicimos amigas después de que me diagnosticaron cáncer.

Viniste conmigo a Sloan Kettering, porque mi familia no era de gran ayuda.

FB: OK, escuchemos esa versión.

JM: Entonces, entramos a Sloan Kettering, y nunca vi a mi hermana tan feliz.

Recordatorio: estamos en el hospital oncológico.

Hay personas cojeando, de aspecto desmejorado, sin orejas.

FB: Este lugar tiene todo.

Hay una cascada, orquídeas, paquetitos de galletas Graham.

JM: Estoy sentada en la sala de espera, transpirando mi vestido, y ella haciéndose un capuchino.

FB: Es delicioso.

JM: No puedo ocuparme de ti ahora.

FB: Episodio tres.

JM: Seis años después de conocernos…

FB: Mi mejor amigo de la infancia muere.

El día de su velatorio hay una huelga de transportes.

Jen camina de Cobble Hill a Crown Heights para poder ir conmigo.

Hay momentos que unen, y este es clave.

Cuando no hay trenes, ni autos, ni autobuses, mi hermana caminará kilómetros solo para estar a mi lado.

JM: Cuando una hermana ama a una hermana.

Cuando ella dice: «Es hora de comer un bibimbap» quiere decir en realidad: «Necesito hablar, estoy teniendo una crisis».

Y cuando dice: «

¿Te acostaste con mi hombre, Nacho Velásquez?

» quiere decir: «De nuevo, estoy empezando a dudar de nuestra amistad.

Se supone que debes saberlo».


(Risas)
FB: Cuando una hermana ama a una hermana, tú estás en Crown Heights y ella está en Bedford-Stuyvesant.

O estás en España, bebiendo ajenjo, y ella está en París, escribiendo.

O estás en tu apartamento, con gafas de sol y con capucha, creando una nueva coreografía para la banda sonora correcta.

JM: Mientras tú estás en tu casa recordando escenas del 11-S, escuchando la última llamada de tu amigo, un bombero que pereció en la Torre Norte, y sus últimas palabras fueron»Gracias», resulta difícil despedirse.

FB: Cuando una hermana ama a una hermana, son las cinco de la mañana, tú duermes y ella llama.

Dices: «Oye, hermana,

¿alguien murió?

» JM: Estás llorando por tu novio policía que recibió un disparo y, de inmediato, su voz transmite la calma y la profundidad de un lago sin viento.

Durante horas, ella se queda en la línea, callada y compasiva.

FB: Lo que sea que necesites para superar esto.

JM: Cuando ella dice: «Veámonos esta semana» quiere decir en realidad: «Cancelemos y hablemos por teléfono».

Cuando ella dice, «Lo que Tara Brach dijo me recuerda a ti», ella quiere decir en realidad que le recordó a ella y luego a ti.

Significa que ha estado haciendo meditaciones guiadas de nuevo, y está a punto de aportar un poco de mierda de sabiduría espiritual sobre la aceptación radical.

Es decir que…

FB: La única forma de vivir es aceptando cada minuto como un milagro irrepetible.

JM: En los años 90, luchaste con la constancia de un amanecer.

Fue entretenido, un deporte, un pasatiempo.

FB:

¿Qué pasa contigo?

JM:

¿Qué pasa contigo?

FB: No soy yo la agresiva.

JM: De qué hablas.

Yo estoy relajada.

FB: No lo soy ahora contigo.

JM: Tus amigos levantarían la mano y, sorprendidos, dirían: «

¿Qué está pasando con Uds.

dos?

» Un invierno, cuando no tenías dinero, le enviaste flores por correo a París porque la estaban operando.

Una primavera, cuando estabas en medio de una gran decepción amorosa ella se quedó contigo bajo la lluvia en la calle Fulton.

FB: Este no es tu sueño, hermana.

Puedes dejar a ese hombre.

JM: Un invierno, una primavera, dos décadas, dos mujeres, un sueño.

Los nombres de tus madres son Sheila.

Citan a la Biblia, y dicen: FB: «Eres una creación maravillosa».

JM: Dicen…

FB: «Bien hecho, has terminado tu maestría en Bellas Artes».

JM: Tú y tu hermana ríen.

Gracias a Dios ese molesto sueño ha terminado, y ahora por fin puedes volver a pelar papas y desgranar maíz.

FB: Cuando una hermana ama a una hermana, la quieres en la audiencia cuando tu obra se estrena en el Teatro Nacional en Washington DC.

JM: Cuando una hermana ama a una hermana, ella festeja cuando un agente acepta enviar tus historias.

FB: Cuando una hermana ama a una hermana, ella celebra tus victorias artísticas, románticas y espirituales.

JM: Eres como esas jóvenes que se transforman en lo que siempre soñaron convertirse de grandes.

FB: Cuando una hermana ama a una hermana, la escuchas leer, pensando…

JM: El cielo es para los dioses lo que la poesía para el ser amado.


(Aplausos)
JM: Te quiero.


(Aplausos)

https://www.ted.com/talks/felice_belle_and_jennifer_murphy_how_we_became_sisters/

 

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