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Cómo podemos enfrentar el futuro sin miedo, juntos – Charla TED2017

Charla «Cómo podemos enfrentar el futuro sin miedo, juntos» de TED2017 en español.

Es un momento fatídico en la historia. Hemos visto elecciones conflictivas, sociedades divididas y el crecimiento del extremismo; todo alimentado por el temor y la incertidumbre. «¿Hay algo que podamos hacer, cada uno de nosotros, para enfrentar el futuro sin temor?», pregunta el rabino Lord Jonathan Sacks. En esta charla electrizante, el líder espiritual nos da tres maneras específicas de pasar de la política del «yo» a la política del «nosotros, juntos».

  • Autor/a de la charla: Rabbi Lord Jonathan Sacks
  • Fecha de grabación: 2017-04-24
  • Fecha de publicación: 2017-07-11
  • Duración de «Cómo podemos enfrentar el futuro sin miedo, juntos»: 756 segundos

 

Traducción de «Cómo podemos enfrentar el futuro sin miedo, juntos» en español.

«Estos son los tiempos», dijo Thomas Paine, «que ponen a prueba las almas de los hombres».

Ahora están a prueba las nuestras.

Es un momento fatídico en la historia de Occidente.

Hemos visto elecciones conflictivas y sociedades divididas.

Hemos visto el aumento del extremismo en política y religión, todo alimentado por temores, incertidumbre y miedo, de un mundo que cambia casi más rápido de lo que podemos soportar, y que con certeza cambiará aún más rápido.

Tengo un amigo en Washington.

Le pregunté qué sintió al estar en EE.UU.

en la reciente elección presidencial.

Me dijo: «Bueno, fue como aquel hombre que estaba sentado en la cubierta del Titanic con un vaso de whisky en la mano y decía: ‘Sé que he pedido hielo…


(Risas)
pero esto es ridículo'».

Por eso,

¿hay algo que podamos hacer, cada uno de nosotros, para poder afrontar el futuro sin miedo?

Creo que sí.

Algo que podemos hacer es pensar que quizá el camino más simple para penetrar una cultura y una época es preguntarse:

¿Qué venera la gente?

La gente ha venerado muchas cosas…

el sol, las estrellas, la tormenta.

Algunas personas adoran muchos dioses, algunas uno, algunas ninguno.

En los siglos XIX y XX, las personas veneraban a la nación, la raza aria, el estado comunista.

¿Qué veneramos nosotros?

Creo que los antropólogos del futuro analizarán los libros que leemos de autoayuda, de autorrealización, de autoestima.

Analizarán la forma en que hablamos de moralidad como ser fieles a nosotros mismos, la forma en que hablamos de política como cuestión de derechos individuales, y analizarán este nuevo y maravilloso ritual que hemos creado.

¿Lo ven?

Se llama «selfie».

Y creo que van a concluir que en esta época veneramos el yo, lo mío, lo propio.

Y está genial.

Es liberador, da poder, es maravilloso.

Pero no olvidemos que biológicamente, somos animales sociales.

Hemos pasado la mayor parte de nuestra historia evolutiva en pequeños grupos.

Necesitamos esas interacciones cara a cara donde aprender la coreografía del altruismo y donde crear esos dioses espirituales como la amistad, la confianza, la lealtad y el amor que redimen nuestra soledad.

Al tener mucho «yo» y poco «nosotros», puede que nos encontremos vulnerables, temerosos y solos.

No fue casualidad que Sherry Turkle del MIT llamase a su libro que habla del impacto de los medios sociales «Conectados pero solos».

Creo que la forma más sencilla de salvaguardar al futuro «tú» es fortalecer al futuro «nosotros» en tres dimensiones: el nosotros de las relaciones, el nosotros de la identidad y el nosotros de la responsabilidad.

Hablaré primero del nosotros de las relaciones.

Ahora, perdónenme por hacerlo personal.

Érase una vez, hace mucho tiempo, yo era estudiante y tenía 20 años, estudiaba filosofía.

Leía a Nietzsche, Schopenhauer, Sartre y Camus.

Estaba colmado de incertidumbre ontológica y angustia existencial.

Era genial.


(Risas)
Yo era egoéntrico y totalmente desagradable, hasta que un día vi al otro lado del patio a una chica que era todo lo que yo no era.

Irradiaba luz.

Emanaba alegría.

Descubrí que su nombre era Elaine.

Nos conocimos.

Hablamos.

Nos casamos.

Y 47 años, tres hijos y ocho nietos más tarde, puedo decir con seguridad que fue la mejor decisión que tomé en mi vida, porque son las personas que no se nos parecen las que nos hacen crecer.

Por eso pienso que tenemos que hacer precisamente eso.

El problema de los filtros de Google, de los amigos de Facebook y de leer las noticias específicas en vez de hacerlo de forma general implica que nos rodeamos casi por completo de personas como nosotros y sus miradas, opiniones, e incluso sus prejuicios, son como los nuestros.

Cass Sunstein, de Harvard, ha demostrado que si nos rodeamos de personas con las mismas opiniones que nosotros, vamos a los extremos.

Pienso que necesitamos renovar esos encuentros cara a cara con personas que no son como nosotros.

Pienso que necesitamos hacerlo para darnos cuenta de que podemos estar en total desacuerdo y aun así ser amigos.

Es en esos encuentros cara a cara donde descubrimos que las personas que no son como nosotros son solo personas, como nosotros.

Y, en realidad, cada vez que tendemos la mano de la amistad a alguien que no es como nosotros, de una clase, un credo, o color diferente al nuestro, sellamos una de las fracturas de nuestro mundo herido.

Ese es el nosotros de las relaciones.

Segundo, está el nosotros de la identidad.

Hagamos un ejercicio mental.

¿Han estado en Washington?

¿Han visto los monumentos?

Absolutamente fascinantes.

Ahí está el monumento de Lincoln: Por un lado el discurso de Gettysburg, por el otro su segundo discurso inaugural.

Van al monumento de Jefferson, montones de textos.

El monumento de Martin Luther King, más de una docena de sus discursos.

No me había dado cuenta, en EE.UU.

uno lee los monumentos.

Ahora veamos el equivalente en Londres en la Plaza del Parlamento, el monumento a David Lloyd George, que tiene tres palabras: David Lloyd George.


(Risas)
Nelson Mandela tiene dos.

Churchill tiene solo una: Churchill.


(Risas)

¿A qué se debe la diferencia?

Se los diré.

EE.UU.

fue desde el principio una nación de inmigrantes, por eso tuvo que crearse una identidad mediante la narración de una historia que uno aprende en la escuela, que lee en los monumentos y escucha repetidas veces en los discursos presidenciales inaugurales.

Gran Bretaña hasta hace poco no era una nación de inmigrantes, por eso daba la identidad por sentado.

El problema es que ahora ocurrieron dos cosas que no deberían haber sucedido juntas.

La primera es que en Occidente hemos dejado de contar esta historia de quiénes somos y por qué, incluso en EE.UU.

Y al mismo tiempo, se produce la mayor inmigración de la historia.

Así, cuando uno cuenta una historia y su identidad es fuerte, da la bienvenida al extranjero, pero si uno deja de contar la historia, la identidad se debilita y uno siente la amenaza del extranjero.

Y eso es malo.

Los judíos estuvimos dispersados y en el exilio durante 2000 años.

Nunca perdimos nuestra identidad.

¿Por qué?

Porque al menos una vez al año, en la Pascua judía, contamos nuestra historia y se la enseñamos a nuestros hijos y comimos el pan ácimo de aflicción y probamos las hierbas amargas de la esclavitud.

Por eso nunca perdimos nuestra identidad.

Pienso que colectivamente tenemos que volver a contar nuestra historia, quiénes somos, de dónde venimos, cuáles son los ideales por los que vivimos.

Y si eso ocurre, seremos lo suficientemente fuertes para dar la bienvenida a los extranjeros y les diremos: «Ven y comparte nuestras vidas, comparte nuestras historias, comparte nuestras aspiraciones y sueños».

Ese es el nosotros de la identidad.

Y finalmente, el nosotros de la responsabilidad.

¿Saben algo?

Mi frase favorita en política, una frase muy estadounidense, es: «Nosotros el pueblo».

¿Por qué «nosotros el pueblo»?

Porque dice que todos compartimos la responsabilidad colectiva por nuestro futuro colectivo.

Y así es como son y deberían ser las cosas en realidad.

¿Han notado cómo el pensamiento mágico se ha apoderado de nuestra política?

Decimos que es suficiente con elegir un líder fuerte y él o ella resolverá todos nuestros problemas.

Créanme, eso es pensamiento mágico.

Y luego están los extremos: la extrema derecha, la extrema izquierda, los religiosos extremos y los antirreligiosos extremos, la extrema derecha que sueña con una edad de oro que nunca fue, la extrema izquierda que sueña con una utopía que nunca será y religiosos y antireligiosos convencidos por igual de que todo lo que necesitamos es a Dios o la ausencia de Dios para salvarnos de nosotros mismos.

Eso, también, es pensamiento mágico, porque los únicos que nos salvarán de nosotros mismos somos nosotros el pueblo, todos nosotros juntos.

Y al hacerlo, al pasar de la política del yo a la política del nosotros juntos, redescubrimos esas verdades hermosas y antiintuitivas: que una nación es fuerte cuando se ocupa de los débiles, que se vuelve rica cuando se ocupa de los pobres, que se vuelve invulnerable cuando se ocupa de los vulnerables.

Eso hace grande a las naciones.


(Aplausos)
Esa es mi humilde sugerencia.

Podría cambiar sus vidas, y podría contribuir a iniciar un cambio en el mundo.

Busquen y reemplacen en el texto de sus mentes, donde encuentren «auto», reemplacen por «al otro».

En vez de auto-ayuda, ayuda al otro; en vez de auto-estima, estima al otro.

Si hacen eso, empezarán a sentir el poder de lo que para mí es una de las frases más conmovedoras de la literatura religiosa.

«Aunque ande en valle de sombra de muerte, no temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo».

Podemos enfrentar cualquier futuro sin miedo siempre y cuando sepamos que no lo enfrentaremos solos.

Por el bien del futuro «tú», fortalezcamos juntos el futuro «nosotros».

Gracias.


(Aplausos)

https://www.ted.com/talks/rabbi_lord_jonathan_sacks_how_we_can_face_the_future_without_fear_together/

 

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