Saltar al contenido
Deberes escolares » Charlas educativas » ¿Cómo podemos resolver la crisis de la resistencia a los antibióticos? – Charla TED-Ed

¿Cómo podemos resolver la crisis de la resistencia a los antibióticos? – Charla TED-Ed

Charla «¿Cómo podemos resolver la crisis de la resistencia a los antibióticos?» de TED-Ed en español.

Mira la lección completa en https://ed.ted.com/lessons/how-can-we-solve-the-antibiotic-resistance-crisis-gerry-wright

Antibióticos: detrás de escena, ellos hacen posible la mayor parte de la medicina actual. Los usamos para curar enfermedades infecciosas y para realizar de forma segura tanto cirugías como quimioterapias y trasplantes de órganos. Pero hemos dejado de descubrir nuevos antibióticos y corremos el riesgo de volverlos obsoletos. ¿Cómo llegamos a esta situación? Gerry Wright nos cuenta lo que podemos hacer respecto a la resistencia a los antibióticos.

Lección de Gerry Wright, dirigida por Artrake Studio.

  • Autor/a de la charla: Gerry Wright
  • Fecha de grabación: 2020-03-16
  • Fecha de publicación: 2020-03-16
  • Duración de «¿Cómo podemos resolver la crisis de la resistencia a los antibióticos?»: 359 segundos

 

Traducción de «¿Cómo podemos resolver la crisis de la resistencia a los antibióticos?» en español.

Antibióticos: detrás de escena, hacen posible gran parte de la medicina actual.

Los usamos para curar enfermedades infecciosas, pero también para realizar de forma segura tanto cirugías como quimioterapias y trasplantes de órganos.

Sin los antibióticos, hasta los procedimientos médicos de rutina pueden conducir a infecciones mortales.

Y corremos el riesgo de volverlos obsoletos.

Los antibióticos son sustancias químicas que evitan el crecimiento de bacterias.

Desafortunadamente, algunas bacterias se han vuelto resistentes a todos los antibióticos que existen hoy, a la vez que hemos dejado de descubrir nuevos antibióticos.

Aun así, hay esperanza de poder resolver este problema.

Pero antes, ¿cómo llegamos a esta situación? El primer antibiótico de uso extendido fue la penicilina, descubierta en 1928 por Alexander Fleming.

En su discurso de aceptación del premio Nobel en 1945, Fleming advirtió que la resistencia bacteriana podía llegar a arruinar el milagro de los antibióticos.

Tenía razón: en las décadas de 1940 y 1950, la resistencia bacteriana ya había comenzado a manifestarse.

Desde entonces hasta la década de 1980, las empresas farmacéuticas enfrentaron el problema de la resistencia con el descubrimiento de una gran cantidad de antibióticos nuevos.

Al principio, esta iniciativa tuvo gran éxito y generó importantes ganancias.

Con el tiempo, algunas cosas cambiaron.

Los nuevos antibióticos eran efectivos únicamente para un número limitado de infecciones, mientras que los primeros antibióticos eran de amplio espectro.

Esto no es un problema en sí, pero significa que estos fármacos se vendían en dosis menores, lo cual generaba menos ganancias.

Al principio, los antibióticos se recetaban de forma excesiva, incluso para infecciones virales en las que no tenían ningún efecto.

El control de recetas médicas aumentó, lo cual es una prudente medida, pero también bajó las ventas.

Al mismo tiempo, las empresas comenzaron a desarrollar más fármacos de los que se consumen de forma permanente, como medicamentos para la presión arterial o el colesterol y, más adelante, antidepresivos y ansiolíticos.

Dado que se consumen de forma indefinida, estos fármacos son más rentables.

Para mediados de los 80, ya no se descubrían nuevas clases de antibióticos.

Pero las bacterias continuaron adquiriendo resistencia y transmitiéndola al compartir información genética entre bacterias individuales e incluso entre especies.

Hoy día, las bacterias resistentes a muchos antibióticos son comunes, y cada vez son más las cepas que se vuelven resistentes a todos los fármacos existentes.

¿Qué podemos hacer al respecto? Debemos controlar el uso de los antibióticos existentes, crear nuevos, combatir la resistencia a los fármacos nuevos y los ya disponibles, e idear nuevas formas de luchar contra las infecciones bacterianas.

El principal consumidor de antibióticos es el sector agropecuario, que recurre a ellos no solamente para tratar infecciones sino también para favorecer el crecimiento de los animales de consumo.

Al usar grandes cantidades de antibióticos, aumentamos la exposición de las bacterias a esos antibióticos y, en consecuencia, su oportunidad de desarrollar resistencia.

Muchas bacterias comunes en animales, como la salmonela, también pueden infectar personas, y las cepas resistentes a los fármacos pueden ingresar al cuerpo humano por la cadena alimentaria y diseminarse por medio del comercio y los viajes internacionales.

Respecto al descubrimiento de nuevos antibióticos, la naturaleza ofrece nuevos compuestos prometedores.

Organismos como otros microbios y hongos han evolucionado durante millones de años para sobrevivir en entornos competitivos.

Es decir, con frecuencia tienen compuestos antibióticos que les otorgan una ventaja evolutiva sobre ciertas bacterias.

También pueden diseñarse antibióticos con moléculas inhibidoras de la resistencia.

Una forma en que las bacterias desarrollan resistencia es por medio de proteínas propias que degradan el fármaco.

Al diseñar antibióticos con moléculas capaces de bloquear esas proteínas, el antibiótico puede hacer su trabajo.

Los fagos, virus que atacan bacterias pero no afectan a las personas, son un método prometedor para combatir las infecciones bacterianas.

Mientras tanto, el desarrollo de vacunas para las infecciones comunes puede ayudar a prevenir enfermedades de manera directa.

El desafío más importante de todas estas estrategias es el financiamiento, que es tristemente insuficiente en todo el mundo.

Los antibióticos son tan poco rentables que grandes empresas farmacéuticas han cesado en sus intentos por desarrollarlos.

En tanto, las pequeñas empresas que desarrollan con éxito nuevos antibióticos, a menudo quiebran, como el emprendimiento estadounidense «Achaogen».

Las nuevas técnicas terapéuticas como los fagos y las vacunas enfrentan el mismo problema básico que los antibióticos tradicionales: si funcionan bien, se usan una única vez, y eso las vuelve poco rentables.

Para contrarrestar la resistencia con éxito a largo plazo, deberemos usar los nuevos antibióticos con moderación, lo cual disminuye aún más las ganancias para quienes los crean.

Una posible solución es que las ganancias ya no dependan del número de antibióticos vendidos.

Por ejemplo, en el Reino Unido se está probando un modelo en que los profesionales de la salud compran suscripciones a los antibióticos.

Si bien los gobiernos buscan nuevas formas de incentivar el desarrollo de antibióticos, estos programas recién se están poniendo a prueba.

Los países de todo el mundo deberán tomar más medidas.

Pero con un financiamiento adecuado para el desarrollo de antibióticos y un uso controlado de los fármacos existentes, aún podemos ganarle a la resistencia bacteriana.

https://www.ted.com/talks/gerry_wright_how_can_we_solve_the_antibiotic_resistance_crisis/

 

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *