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Charla «¿Cómo responde tu cerebro al dolor? – Karen D. Davis» de TED-Ed en español.
Lección completa ver: http://ed.ted.com/lessons/how-does-your-brain-respond-to-pain-karen-d-davis
¡Ay! Todo el mundo experimenta dolor, pero ¿por qué algunas personas reaccionan ante el mismo estímulo doloroso de diferentes maneras. Y ¿qué es exactamente el dolor, en todo caso? Karen D. Davis te guía a través de tu cerebro en el dolor, iluminando por qué la «experiencia del dolor» varía de persona a persona.
Lección de Karen D. Davis, animación por Brett Underhill.
- Autor/a de la charla: Karen Davis
- Fecha de grabación: 2014-06-02
- Fecha de publicación: 2019-02-15
- Duración de «¿Cómo responde tu cerebro al dolor? – Karen D. Davis»: 283 segundos
Traducción de «¿Cómo responde tu cerebro al dolor? – Karen D. Davis» en español.
Digamos que te toma 10 minutos resolver un rompecabezas.
¿Cuánto tiempo te tomará si recibes constantes choques eléctricos en tus manos? Más, ¿verdad? Porque el dolor te distraería de la labor.
Bueno, quizá no.
Depende de cómo manejes el dolor.
Algunas personas se distraen por el dolor.
Les toma más tiempo completar la tarea y la hacen menos bien.
Otras usan la tarea para distraerse del dolor y esas personas realmente hacen la tarea más rápido y mejor cuando tienen dolor que cuando no lo tienen.
Algunas personas son capaces de mandar a vagar su mente para distraerse del dolor.
¿Cómo es posible que diferentes personas sometidas al mismo estímulo doloroso experimente el dolor tan diferentemente? Y ¿por qué importa eso? Primero, ¿qué es el dolor? El dolor es una sensación y emoción no placentera asociada con un daño real o potencial de un tejido.
El dolor es algo que experimentamos, así que se mide mejor por lo que tú digas.
El dolor tiene intensidad; puedes describirlo en una escala de 0, sin dolor, a 10, el máximo dolor imaginable.
Pero el dolor también tiene carácter, como agudo, sordo, ardiente o mortificante.
¿Qué, exactamente, crea esas percepciones de dolor? Bien, cuando tienes dolor, unas células nerviosas especializadas en percibir el daño tisular, llamadas nocioceptores, disparan y mandan una señal por la médula y luego al cerebro.
El trabajo de procesamiento es hecho por unas células llamadas neuronas y gliales.
Esta es tu materia gris.
Y las superautopistas cerebrales que llevan información en forma de estímulos eléctricos de una área a otra.
Esta es tu materia blanca.
La superautopista que lleva la información del dolor de la médula al cerebro es nuestra vía sensitiva que termina en el córtex, una parte del cerebro que decide qué hacer con la señal de dolor medular.
Un sistema distinto de interconexión de células cerebrales llamado prominencia decide a qué ponerle atención.
Dado que el dolor puede tener serias consecuencias, la señal del dolor inmediatamente activa la prominencia.
Ahora, estás poniendo atención.
El cerebro también responde al dolor y tiene que hacer frente a las señales de dolor.
Así, las vías de dolor se activan para retirar tu mano de la estufa caliente, por ejemplo.
Pero la red de modulación también se activa liberando endorfinas y encefalinas, químicos que se liberan cuando tienes dolor o durante ejercicio extremo, produciendo el subidón de corredor.
Este sistema químico ayuda a regular y reducir el dolor.
Todas estas redes y vías trabajan juntas para crear la experiencia del dolor, para prevenir mayor daño tisular y ayudarte a enfrentar el dolor.
Este sistema es similar para todos, pero la sensibilidad y la eficacia de estos circuitos cerebrales determina qué tanto sientes y cómo afrontas el dolor.
Es por esto que algunas personas tienen mayor dolor que otras y por qué algunas desarrollan dolor crónico que no responden al tratamiento, mientras otras responden bien.
La variabilidad en la sensibilidad al dolor no es muy diferente a las otras clases de variabilidad en respuesta a otros estímulos.
Así como algunas personas aman las montañas rusas pero otras sufren un terrible mareo de movimiento.
¿Por qué es importante esa variabilidad en nuestros circuitos cerebrales? Bueno, hay muchos tratamientos para el dolor, enfocados a diferentes sistemas.
Para el dolor moderado, los medicamentos de libre prescripción actúan en las células donde el dolor comienza.
Otros analgésicos más potentes y los anestésicos actúan reduciendo la actividad de los circuitos de sensación dolorosa o potenciando nuestro sistema de atenuación o endorfinas.
Algunas personas enfrentan el dolor usando métodos que incluyen distracción, relajación, meditación, yoga o estrategias que se pueden enseñar, como la terapia cognitiva conductual.
Para algunas personas que sufren de un dolor crónico severo, un dolor que no pasa meses después de que la lesión se haya curado, ninguna de esas terapias regulares funciona.
Tradicionalmente, la ciencia médica ha usado grandes grupos para evaluar los tratamientos con el fin de determinar cuál ayuda a la mayoría de los pacientes.
Pero esto deja a un lado a quienes no se benefician del tratamiento o que experimentan efectos secundarios.
Ahora, nuevos tratamientos que estimulan o bloquean directamente ciertas redes sensitivas de atención o modulación se están desarrollando, junto con formas de ajustarlas a los pacientes individuales usando herramientas como las imágenes de resonancia magnética para rastrear las vías cerebrales.
Averiguar cómo responde tu cerebro al dolor es la clave para encontrar el mejor tratamiento para ti.
Esta es medicina personalizada de verdad.
https://www.ted.com/talks/karen_d_davis_how_does_your_brain_respond_to_pain/