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Charla «¿Cómo se construye un lugar sagrado?» de TEDNYC en español.
Para diseñar el Templo Bahá’í de Sudamérica, el arquitecto Siamak Hariri se centró en la iluminación, desde la forma del templo, que captura el movimiento del sol a través del día, hasta la piedra iridiscente y luminosa y el vidrio utilizado para construirla. Únete a Hariri en un viaje a través de su proceso creativo mientras explora lo que significa una experiencia sagrada en un mundo laico.
- Autor/a de la charla: Siamak Hariri
- Fecha de grabación: 2017-03-08
- Fecha de publicación: 2017-04-17
- Duración de «¿Cómo se construye un lugar sagrado?»: 766 segundos
Traducción de «¿Cómo se construye un lugar sagrado?» en español.
La escuela de arquitectura en la que estudié hace unos 30 años resultó estar al otro lado de la calle de la maravillosa galería de arte diseñada por el gran arquitecto Louis Kahn.
Me encanta el edificio y solía visitarlo muy a menudo.
Un día, vi al guardia de seguridad pasar la mano sobre el muro de hormigón.
Y fue la forma en que lo hizo, la expresión en su rostro…
Algo me llegó.
Pude ver que el guardia de seguridad estaba conmovido por el edificio y que la arquitectura tiene esa capacidad de conmover.
Podía verlo, y recuerdo haber pensado: «Guau.
¿Cómo hace eso la arquitectura?
» En la escuela estaba aprendiendo a diseñar, pero aquí, aquí hubo una reacción del corazón.
Y me llegó a lo más hondo.
Saben, Uds.
aspiran a alcanzar la belleza, la sensualidad, la atmósfera, la respuesta emocional.
Ese es el reino de lo inefable y lo inconmensurable.
Y eso es por lo que Uds.
viven: una oportunidad para intentar.
En 2003 hubo una convocatoria abierta para enviar diseños para el Templo Bahá’í en América del Sur.
Era el primer templo en toda América del Sur.
Es un templo continental, un hito muy importante para la comunidad bahá’í, porque este sería el último de los templos continentales y abriría la puerta a la construcción de templos nacionales y locales en todo el mundo.
Y la descripción era engañosamente simple y única en los anales de la religión: una sala circular, nueve lados, nueve entradas, nueve caminos, permitiéndole venir al templo desde todas las direcciones.
El nueve para simbolizar plenitud, perfección.
Ningún púlpito, nada de sermones, pues no hay clero en la fe bahá’í.
Y en un mundo que está levantando muros, el diseño necesitaba expresar, con su forma, todo lo contrario.
Tenía que ser abierto, acogedor para personas de todas las religiones, todos los ámbitos, orígenes, o de ninguna fe en absoluto; una nueva forma de espacio sagrado sin un patrón ni modelos previos de los que partir.
Fue como diseñar una de las primeras iglesias para el cristianismo o una de las primeras mezquitas para el Islam.
Vivimos en un mundo secular.
¿Cómo diseñar un espacio sagrado hoy?
¿Y cómo definir incluso lo que es sagrado hoy?
Topé con esta hermosa cita de los escritos bahá’ís, y habla de la oración.
Dice que si Uds.
se alzan en oración, y si sus oraciones son respondidas…
Lo cual ya es muy interesante…
Los pilares de vuestro corazón se iluminarán.
Y me encantó esta idea de lo interno y lo externo, como cuando ven a alguien y piensan; «Esa persona es radiante».
Y yo estaba pensando: «Dios mío,
¿cómo podríamos crear algo arquitectónico a partir de eso, donde Uds.
construyen un edificio y éste cobra vida con la luz?
Como el alabastro, que si es besado por la luz, cobra vida.
Y dibujé este bosquejo, algo con dos capas, translúcido con una estructura intermedia capturando la luz.
Tal vez una forma pura, una sola forma de emanación que, como pueden imaginar, sería todo cúpula, y todo lo que hacíamos se parecía demasiado a un huevo.
(Risas)
Una gota.
Así que uno busca.
Todos Uds.
conocen esta loca búsqueda, dejando que el proceso les lleve.
Y viven por las sorpresas.
Y recordé, más bien por accidente, haber visto un breve vídeo de una planta moviéndose en la luz, y me hizo pensar en movimiento, extensión, esta idea de que el templo podía extenderse, como esta aspiración a lo divino.
Uds.
pueden imaginar también que el movimiento dentro de un círculo podía significar movimiento y quietud, como el cosmos, algo que pueden ver en muchos lugares.
(Risas)
Pero la rotación no era suficiente, porque necesitábamos una forma.
En los escritos bahá’ís, se habla de los templos siendo tan perfectos como sea humanamente posible, y nos preguntábamos:
¿qué es la perfección?
Recuerdo que topé con la imagen de esta cesta japonesa y pensé que nuestras nociones occidentales de perfección necesitan ser desafiadas, que esta maravillosa silueta de esta canasta, cómo se ladea, y que tiene el tipo de hoyuelo que uno imagina en el hombro o en el pómulo, ese tipo de forma orgánica.
Así que dibujamos e hicimos modelos, con estas líneas que se juntan en la parte superior, líneas suaves, que se convirtieron en una especie de cortina y en velos translúcidos y plegables, y la idea de no solo plegar, sino retorcer, hace recordar a la planta y la forma en que se extendía.
Y esto comenzó a convertirse en una forma interesante, tallando la base, haciendo las entradas.
Y acabamos con esto.
Éste es este templo con dos capas, nueve velos luminosos, luz encarnada, líneas suaves que fluyen como cortinas luminiscentes.
Ciento ochenta diseños fueron recibidos de 80 países, y éste fue seleccionado.
Así que llegamos a la siguiente fase de cómo construirlo.
Habíamos dicho alabastro.
Pero el alabastro era demasiado blando y estábamos experimentando, experimentando mucho con materiales, tratando de pensar cómo obtener este tipo de brillo, y llegamos al borosilicato.
El vidrio de borosilicato, como saben, es muy fuerte, y si rompe barras de borosilicato así sin más y las funde a la temperatura adecuada, al final se obtiene este nuevo material, este nuevo molde que nos llevó cerca de dos años hacer y que tenía esa cualidad que nos encantaba, esta idea de luz encarnada.
Pero en el interior, queríamos algo con una luz suave, como el revestimiento interior de una chaqueta.
En el exterior tiene protección, pero en el interior se toca.
Así que encontramos esta pequeña veta en una gran cantera en Portugal con esta hermosa roca, que el dueño había conservado durante siete generaciones en su familia, esperando al proyecto adecuado, si pueden creerlo.
Miren este material, es hermoso.
Y la forma en que se ilumina; tiene esa calidad translúcida.
Aquí ven la estructura.
Deja pasar la luz.
Y mirando hacia abajo, las nueve alas están unidas, estructuralmente pero simbólicamente fuertes; un gran símbolo de unidad: geometría pura, un círculo perfecto, 30 metros en la sección y en el plano, perfectamente simétrico, como la idea de la sacralidad y la geometría.
Y aquí ven el edificio alzándose: 2000 nudos de acero, 9000 piezas de acero, 7800 piezas de piedra, 10 000 piezas de vidrio fundido, todas con formas individuales, toda la superestructura descrita, diseñada, fabricada con tecnología aeroespacial, prefabricada máquina a máquina, de manera robotizada, un gran trabajo en equipo como pueden imaginar, de literalmente cientos, y por un 3 % de nuestro presupuesto de 30 millones de dólares establecido en 2006.
(Aplausos)
Nueve alas unidas formando una estrella de nueve puntas, y la forma de estrella moviéndose en el espacio, siguiendo al sol.
Así que aquí está.
Audiencia: ¡Guau!
(Aplausos)
Con suerte, una respuesta a aquella hermosa cita «una oración respondida», abierta en todas las direcciones, capturando la luz azul del amanecer, como una carpa blanca a la luz del día, la luz dorada de la tarde, y por supuesto, por la noche, lo inverso: sensual, captando la luz en todo tipo de maneras misteriosas.
Y la ubicación.
Es interesante; hace 14 años cuando hicimos la presentación, mostramos el templo frente a los Andes.
No teníamos los Andes como emplazamiento.
Pero después de nueve años, ahí es justo donde terminamos.
Las líneas del templo frente nada más que la naturaleza pura, y se dan la vuelta y no ven nada más que la ciudad a sus pies, y dentro, una vista en todas direcciones, jardines que se irradian desde cada uno de los nichos, caminos que se irradian.
El pasado octubre, las ceremonias inaugurales…
Un acontecimiento hermoso, sagrado, Cinco mil personas de 80 países, un río continuo de visitantes pueblos indígenas de toda Sudamérica, algunos que nunca habían abandonado sus aldeas.
Y por supuesto, este templo pertenece a la gente, al conjunto de muchas culturas y ámbitos sociales, muchas creencias, y para mí, lo que es más importante es lo que se siente en el interior; que se siente íntimo, sagrado, y que todos son bienvenidos.
Y si incluso solo unos pocos de los que vienen tienen la misma reacción que ese guardia de seguridad, entonces realmente sería su templo.
Y eso me encantaría.
Gracias.
(Aplausos)
https://www.ted.com/talks/siamak_hariri_how_do_you_build_a_sacred_space/