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¿Cómo se forman las corrientes oceánicas? – Jennifer Verduin – Charla TED-Ed

Charla «¿Cómo se forman las corrientes oceánicas? – Jennifer Verduin» de TED-Ed en español.

Mira la lección completa en https://ed.ted.com/lessons/how-do-ocean-currents-work-jennifer-verduin

En 1992, un barco mercante que transportaba juguetes de baño se vio atrapado en una tormenta. Los contenedores del barco cayeron por la borda y las olas arrastraron 28 000 patitos de goma y otros juguetes al Pacífico norte. Pero los juguetes no permanecieron todos en el mismo lugar, sino que fueron arrastrados por las corrientes hacia todas partes del mundo. ¿Cómo sucedió esto? Jennifer Verduin nos sumerge en la ciencia de las corrientes oceánicas.

Lección de Jennifer Verduin, dirigida por Cabong Studios.

  • Autor/a de la charla: Jennifer Verduin
  • Fecha de grabación: 2019-01-31
  • Fecha de publicación: 2019-01-31
  • Duración de «¿Cómo se forman las corrientes oceánicas? – Jennifer Verduin»: 256 segundos

 

Traducción de «¿Cómo se forman las corrientes oceánicas? – Jennifer Verduin» en español.

En 1992, un barco mercante que trasladaba juguetes de baño se vio atrapado en una tormenta.

Los contenedores cayeron por la borda, y las olas arrastraron 28 000 patitos de goma y otros juguetes al Pacífico norte.

Pero no permanecieron en el mismo lugar.

Por el contrario, los patitos se dispersaron por todo el mundo, y los investigadores aprovecharon el recorrido de estos juguetes para delimitar con más precisión las corrientes oceánicas.

Las corrientes oceánicas se generan por distintas fuerzas: el viento, las mareas, los cambios en la densidad del agua, y la rotación de la Tierra.

La topografía del fondo oceánico y la línea costera también influyen: las corrientes se vuelven más rápidas, más lentas o cambian de dirección.

Pueden distinguirse dos tipos de corrientes oceánicas: corrientes superficiales y corrientes profundas.

Las corrientes superficiales mueven el 10 % del agua de los océanos, mientras que las corrientes profundas trasladan el 90 % restante.

Si bien se originan de distintas formas, las corrientes superficiales y las profundas se afectan mutuamente en una intrincada danza que mantiene a los océanos en movimiento.

Cerca de la costa, las corrientes superficiales son impulsadas por los vientos y las mareas, que hacen que el agua avance y retroceda conforme el nivel del mar aumenta o disminuye.

En el océano abierto, en cambio, el viento es el principal motor de las corrientes superficiales.

Cuando el viento sopla en el océano, mueve consigo las capas superiores del agua.

Estas capas superficiales movilizan las capas inferiores, las cuales, a su vez, mueven las que están más abajo.

En efecto, incluso el agua a 400 metros de profundidad se ve afectada por el viento que sopla en la superficie.

Si observas los patrones de las corrientes superficiales de todo el mundo desde el espacio, notarás que forman grandes bucles, conocidos como ‘giros’, que van en el sentido de las agujas del reloj en el hemisferio norte, y en el sentido opuesto en el hemisferio sur.

Esto se debe al efecto de la rotación de la Tierra sobre los vientos que originan estas corrientes.

Si la Tierra no girara, el aire y el agua simplemente se moverían hacia delante y atrás entre el ecuador, donde la presión es baja, y los polos, donde la presión es alta.

Pero dado que la Tierra gira, el aire que va desde el ecuador al polo norte se desvía hacia el este, mientras que el aire que va en la dirección contraria se desvía hacia el oeste.

La imagen opuesta se ve en el hemisferio sur, por lo que las principales corrientes de aire forman patrones similares a los giros alrededor de las cuencas oceánicas.

Esto se denomina ‘efecto Coriolis’.

El viento empuja los océanos y origina así los movimientos rotatorios.

Y, como el agua retiene más calor que el aire, estas corrientes contribuyen a la redistribución del calor en todo el planeta.

A diferencia de las corrientes superficiales, las profundas son impulsadas principalmente por los cambios en la densidad del agua salobre.

Cuanto más cerca del polo norte, más fría se vuelve el agua y mayor es su concentración salina, pues los cristales de hielo que se forman retienen el agua pero no la sal.

Esta agua fría y salobre es más densa, por ello se hunde, a la vez que el agua más cálida sube, estableciéndose así una corriente vertical denominada ‘circulación termohalina’.

La circulación termohalina del agua profunda y del agua superficial impulsada por los vientos se combinan y forman un sinuoso recorrido llamado ‘cinta transportadora oceánica’.

El agua que se mueve de las profundidades del océano a la superficie transporta nutrientes que sirven de alimento a los microorganismos que son la base de muchas cadenas alimentarias en el océano.

La cinta transportadora oceánica es la corriente más larga del mundo y abarca todo el planeta.

Pero se mueve a unos pocos centímetros por segundo.

A una gota de agua podría llevarle miles de años recorrer el mundo entero.

Más aún, la temperatura cada vez más alta del mar parece estar ralentizando la cinta transportadora.

Hay modelos que muestran cómo esto afecta los sistemas climáticos del mundo, y nadie tiene certeza de qué sucedería si se ralentiza todavía más, o si se detiene por completo.

La única forma en que podremos pronosticar y prepararnos para lo que se avecine será avanzando en el estudio de las corrientes y las poderosas fuerzas que las impulsan.

https://www.ted.com/talks/jennifer_verduin_how_do_ocean_currents_work/

 

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