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Charla «¿Cómo se forman los recuerdos y cómo los perdemos? – Catharine Young» de TED-Ed en español.
Ver la lección completa en: http://ed.ted.com/lessons/how-memories-form-and-how-we-lose-them-catharine-young
Piensa de nuevo en un recuerdo muy nítido. ¿Lo tienes? Ahora trata de recordar qué almorzaste hace tres semanas. Ese segundo recuerdo probablemente no sea tan claro, pero ¿por qué no? ¿Por qué recordamos algunas cosas y otras no? ¿Y por qué los recuerdos no perduran en el tiempo? Catharine Young explica los conceptos básicos de la memoria y la pérdida de la misma.
Lección de Catharine Young, animación de Patrick Smith.
- Autor/a de la charla: Catharine Young
- Fecha de grabación: 2015-09-24
- Fecha de publicación: 2020-01-16
- Duración de «¿Cómo se forman los recuerdos y cómo los perdemos? – Catharine Young»: 244 segundos
Traducción de «¿Cómo se forman los recuerdos y cómo los perdemos? – Catharine Young» en español.
Evoca un recuerdo muy nítido.
¿Lo tienes? Bien, ahora trata de recordar qué almorzaste hace tres semanas.
Ese segundo recuerdo quizá no sea tan claro, pero ¿por qué no? ¿Por qué recordamos algunas cosas y otras no? ¿Y por qué los recuerdos no perduran en el tiempo? Primero veamos cómo se forman los recuerdos.
Cuando uno experimenta algo, como marcar un número de teléfono, la experiencia se convierte en un pulso de energía eléctrica que viaja por una red de neuronas.
La información se almacena primero en la memoria de corto plazo, donde queda disponible desde unos segundos hasta un par de minutos.
Luego se traslada a la memoria de largo plazo por áreas como el hipocampo y finalmente a varias regiones para su almacenamiento en el cerebro.
Las neuronas se comunican con otras en lugares especificos llamados sinapsis con la ayuda de neurotransmisores especializados.
Si dos neuronas se comunican en repetidas ocasiones, ocurre algo notable: aumenta la eficiencia de la comunicación entre ellas.
Este proceso, denominado potenciación a largo plazo, se considera un mecanismo que almacena recuerdos a largo plazo, pero ¿cómo se pierden algunos recuerdos? La edad es un factor.
Conforme envejecemos, las sinapsis empiezan a fallar y debilitarse y eso afecta a la facilidad para recuperar recuerdos.
Los científicos tienen varias teorías sobre qué hay detrás de este deterioro, desde la reducción real del volumen cerebral — el hipocampo pierde el 5 % de sus neuronas cada década llegando a un total de 20 % al alcanzar los 80 años — hasta la disminución de la producción de neurotransmisores como la acetilcolina, una molecula vital para el aprendizaje y la memoria.
Estos cambios parecen afectar a la forma de recuperar la información almacenada.
La edad también afecta la capacidad de generar recuerdos.
Los recuerdos se codifican con más facilidad si prestamos atención, si nos concentramos y la información es significativa para nosotros.
Los problemas de salud física y mental tienden a aumentar conforme envejecemos, interfieren en nuestra capacidad de prestar atención, y por lo tanto, actúan como ladrones de recuerdos.
Otra causa principal de los problemas de la memoria es el estrés crónico.
Cuando estamos muy sobrecargados de trabajo y responsabilidades personales, el cuerpo está en hiperalerta.
Esta respuesta ha evolucionado desde el mecanismo fisiológico diseñado para asegurarse de poder sobrevivir a cualquier crisis.
La química del estrés ayuda a reunir energías y a aumentar el estado de alerta.
Sin embargo, con el estrés crónico el cuerpo se inunda de estos químicos, lo que implica una atrofia celular cerebral y la imposibilidad de formar otras celulas nuevas, lo cual afecta la capacidad de retener nueva información.
La depresión es otra culpable.
Las personas deprimidas tienden en un 40 % a desarrollar problemas de memoria.
Los bajos niveles de serotonina, un neurotransmisor ligado al estado de alerta cerebral, puede volver a los individuos deprimidos menos atentos a nueva información.
Pensar demasiado en acontecimientos del pasado, otro síntoma de depresión, dificulta el prestar atención al presente y afecta la capacidad de almacenar recuerdos a corto plazo.
El aislamiento, ligado a la depresión, es otro ladrón de recuerdos.
Un estudio realizado por la Escuela de Salud Pública de Harvard halló que las personas mayores con altos niveles de integración social tuvieron una tasa más lenta de pérdida de memoria durante 6 años.
La razón exacta no está clara, pero los expertos sospechan que la interacción social es un ejercicio mental para el cerebro.
Al igual que la fuerza muscular, debemos usar el cerebro o nos arriesgarnos a perderlo.
Pero a no desesperar.
Hay varios pasos a seguir para ayudar al cerebro a conservar tus recuerdos.
Asegúrate de mantener la actividad física.
El aumento del flujo sanguíneo al cerebro ayuda.
Y come bien.
El cerebro necesita todos los nutrientes adecuados para funcionar correctamente.
Y, por último, entrena el cerebro.
Exponer al cerebro a desafíos como aprender un nuevo idioma es una de las mejores defensas para conservar intactos los recuerdos.
https://www.ted.com/talks/catharine_young_how_memories_form_and_how_we_lose_them/