Saltar al contenido
Deberes escolares » Charlas educativas » ¿Cómo se formó la Luna? Una nueva teoría – Charla TED Salon U.S. Air Force

¿Cómo se formó la Luna? Una nueva teoría – Charla TED Salon U.S. Air Force

Charla «¿Cómo se formó la Luna? Una nueva teoría» de TED Salon U.S. Air Force en español.

La Tierra y la Luna son gemelas, pues están hechas de los mismos materiales. Se trata de algo muy extraño, ya que ningún otro cuerpo celeste que conocemos comparte este tipo de relación química. ¿A qué se debe esta conexión especial? Al buscar una respuesta, la científica planetaria y ganadora de la beca «Genio» de MacArthur, Sarah T. Stewart descubrió un nuevo tipo de objeto astronómico -la sinestia- y una nueva manera de resolver el misterio del origen de la Luna.

  • Autor/a de la charla: Sarah T. Stewart
  • Fecha de grabación: 2019-02-21
  • Fecha de publicación: 2019-03-13
  • Duración de «¿Cómo se formó la Luna? Una nueva teoría»: 670 segundos

 

Traducción de «¿Cómo se formó la Luna? Una nueva teoría» en español.

A nadie le gusta cometer errores.

Y yo cometí uno enorme.

Y descifrar qué hice mal me llevó a un descubrimiento que cambia por completo nuestro concepto de la Tierra y la Luna.

Soy científica planetaria, y lo que más me gusta es hacer colisionar planetas.


(Risas)
En mi laboratorio, puedo dispararle a rocas usando cañones como este.

(Disparo de cañón)
(Risas)
En mis experimentos puedo generar las condiciones extremas durante la formación de los planetas.

Y con modelos computarizados, puedo hacer colisionar planetas enteros para hacerlos crecer, o para destruirlos.


(Risas)
Quiero entender cómo se forman la Tierra y la Luna, y por qué la Tierra es tan diferente a otros planetas.

La explicación principal del origen de la Tierra y la Luna se llama «teoría del gran impacto».

Según esta teoría, un cuerpo del tamaño de Marte colisionó contra la joven Tierra, y la Luna se formó a partir del disco de restos que se formó alrededor del planeta.

La teoría puede explicar muchas cosas sobre la Luna, pero tiene una gran falla: postula que la Luna está mayormente compuesta por un planeta del tamaño de Marte, y que la Tierra y la Luna están hechas de diferentes materiales.

Pero eso no es lo que vemos.

La Tierra y la Luna son, en realidad, como gemelas.

El código genético de los planetas está escrito en los isótopos de los elementos.

La Tierra y la Luna tienen isótopos idénticos.

Eso significa que ambas están hechas de los mismos materiales.

Es muy raro que la Tierra y la Luna sean gemelas.

Todos los planetas están hechos de diferentes materiales, por ello todos tienen isótopos diferentes, todos tienen su propio código genético.

No hay existen otros cuerpos planetarios que tengan la misma relación genética.

Solo la Tierra y la Luna son gemelas.

Cuando comencé a trabajar en el origen de la Luna, había científicos que querían rechazar de plano la idea del gran impacto.

No veían de qué manera esta teoría podía explicar la relación especial entre la Tierra y la Luna.

Todos tratábamos de pensar en nuevas ideas.

El problema era que no había mejores ideas.

Todas las otras ideas tenían fallas aún mayores.

Entonces, intentamos rescatar la teoría del gran impacto.

Un joven científico de mi grupo sugirió que probemos con darle un giro a la teoría del gran impacto.

Tal vez si la Tierra girase más rápido, podría mezclar más material y explicar la formación de la Luna.

Se eligió el impacto con el planeta del tamaño de Marte porque podía crear la Luna y la duración del día de la Tierra.

A la gente realmente le gustaba esa parte del modelo.

Pero

¿y si hubo algo más que determinó la duración del día?

Entonces habría muchas más posiblidades de grandes impactos que habrían creado la Luna.

Tenía curiosidad por lo que podía suceder, así que probé con la simulación de grandes impactos que giraban más rápido, y descubrí que es posible crear un disco de la misma mezcla de materiales que el planeta.

Estábamos muy entusiasmados.

Tal vez esto explicaba el origen de la Luna.

El problema es que descubrimos que eso no era muy posible.

La mayoría de las veces, el disco es diferente al planeta, y parecía la formación de la Luna de esta manera sería una coincidencia astronómica, y era muy difícil para nosotros aceptar la idea de que la conexión especial de la Luna con la Tierra era un accidente.

La teoría del gran impacto aún no era satisfactoria, y seguíamos tratando de descifrar cómo crear la Luna.

Luego llegó el día en que descubrí mi error.

Mi alumno y yo observábamos los datos de estos impactos que giran a gran velocidad.

Ese día, no observábamos en la Luna, sino el planeta.

El planeta toma una alta temperatura y se vaporizó parcialmente por la energía del impacto.

Pero los datos no parecían de un planeta.

Era muy extraño.

El planeta estaba extrañamente conectado al disco.

Sentí ese gran entusiasmo cuando algo que era equivocado se transforma en algo muy interesante.

En todos mis cálculos, asumí que había un planeta con un disco separado alrededor.

Calculando qué había en el disco es como probamos si un impacto podía formar la Luna.

Pero ya no se veía tan simple.

Cometimos el error de pensar que un planeta siempre se vería como un planeta.

Ese día, supe que un gran impacto estaba creando algo completamente nuevo.

Tuve momentos eureka.

Este no fue uno de ellos.


(Risas)
Realmente no sabía qué estaba pasando.

Tenía este nuevo y extraño objeto frente a mí, y el desafío de intentar descifrarlo.

¿Qué se hace cuando te enfrentas a lo desconocido?

¿Por dónde empiezas?

Nos preguntamos todo:

¿Qué es un planeta?

¿Cuándo un planeta deja de ser un planeta?

Jugamos con nuevas ideas.

Había que deshacerse de antiguos conceptos, y jugando con las ideas, podía desechar todos los datos, todas las reglas del mundo real y liberar mi mente para explorar.

Y al hacer un espacio mental donde probar ideas extravagantes, y traerlas de vuelta al mundo real para probarlas, podía aprender.

Y jugando, aprendimos mucho.

Combiné mis experimentos de laboratorio con modelos computarizados y descubrí que luego de la mayoría de los grandes impactos, la Tierra está tan caliente que no hay superficie.

Solo hay una profunda capa de gas que se vuelve más densa con la profundidad.

La Tierra habría sido como Júpiter.

No hay donde pisar.

Y eso era solo parte del problema.

Yo quería entender todo el problema.

No podía abandonar el desafío de descifrar qué sucedía en los grandes impactos.

Fueron casi dos años de desechar viejas ideas y crear nuevas, hasta entender los datos y saber qué relación tenían con la Luna.

Descubrí un nuevo tipo de objeto astronómico.

No es un planeta.

Está hecho de planetas.

Un planeta es un cuerpo cuya propia gravedad es lo suficientemente fuerte para darle su forma redondeada.

Gira en su conjunto.

Si es más caliente y gira más rápido, el ecuador se hace cada vez más grande hasta que llega a un punto crítico.

Al sobrepasar ese punto crítico, el material del ecuador se esparce y forma a un disco.

Ahora rompió todas las reglas para ser un planeta.

Ya no puede girar en conjunto, su forma sigue cambiando a medida que se agranda, y el planeta se convirtió en algo nuevo.

Le dimos un nombre a nuestro descubrimiento: sinestia.

Le dimos su nombre por Hestia, diosa griega del corazón y el hogar, porque creemos que la Tierra se convirtió en uno.

El prefijo significa «todo junto», para hacer énfasis en la conexión existente en su material.

Una sinestia es en lo que se convierte un planeta cuando el calor y su velocidad le hacen perder su forma esferoidal.

¿Quieren ver una sinestia?

(Vítores) En esta visualización de una de mis simulaciones, la joven Tierra ya está girando a gran velocidad como resultado de un gran impacto anterior.

Ha perdido su forma, pero nuestro planeta es reconocible por el agua de su superficie.

La energía del impacto vaporiza la superficie, el agua y la atmósfera, y mezcla todos los gases en cuestión de horas.

Descubrimos que muchos grandes impactos crean sinestias, pero estos objetos ardientes y brillantes no viven mucho tiempo.

Se enfrían, se encogen y vuelven a ser planetas.

Mientras los planetas rocosos como la Tierra estaban creciendo, probablemente se convirtieron en sinestias una o más veces.

Una sinestia nos da una nueva explicación para resolver el problema del origen de la Luna.

Proponemos que la Luna se formó dentro de una gran y vaporosa sinestia.

La Luna se formó a partir de la lluvia de magma que se condensó por el vapor de la roca.

La conexión especial de la Luna con la Tierra es porque la Luna se formó dentro de la Tierra cuando la Tierra era una sinestia.

La Luna pudo haber orbitado dentro de la sinestia por años, oculta a la vista.

La Luna aparece cuando la sinestia se enfría y se encoge dentro de su órbita.

La sinestia se convierte en el planeta Tierra recién después de enfriarse durante cientos de años.

En nuestra nueva teoría, el gran impacto forma una sinestia, y la sinestia se divide en dos nuevos cuerpos, creando la Tierra y la Luna isotópicamente idénticas.

Las sinestias se formaron en todo el universo.

Y recién nos dimos cuenta de eso usando nuestra imaginación.

¿Qué otras cosas me estoy perdiendo del mundo que me rodea?

¿Qué se oculta de mi vista por mis propias suposiciones?

La próxima vez que miren a la Luna, recuerden: las cosas que creen saber pueden ser la oportunidad de descubrir algo verdaderamente increíble.


(Aplausos)

https://www.ted.com/talks/sarah_t_stewart_where_did_the_moon_come_from_a_new_theory/

 

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *