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Cómo trabajo para proteger a las mujeres de los asesinatos de honor – Charla TEDGlobal 2014

Charla «Cómo trabajo para proteger a las mujeres de los asesinatos de honor» de TEDGlobal 2014 en español.

Cerca de 1000 asesinatos o crímenes de honor se reportan en Pakistán cada año, los asesinatos los perpetra un miembro o varios miembros de la familia para restablecer el honor mancillado por el comportamiento considerado «vergonzoso», como una relación extramatrimonial. Cuando Khalida Brohi perdió por esto a una amiga cercana, decidió hacer campaña en contra de estas prácticas. Sin embargo, se encontró con la resistencia de una fuente inesperada: la misma comunidad a la que esperaba proteger. En esta poderosa y honesta charla, Brohi comparte cómo reflexionó acerca de su propio proceso, y ofrece una visión nítida para otros activistas apasionados.

  • Autor/a de la charla: Khalida Brohi
  • Fecha de grabación: 2014-10-15
  • Fecha de publicación: 2015-02-24
  • Duración de «Cómo trabajo para proteger a las mujeres de los asesinatos de honor»: 1093 segundos

 

Traducción de «Cómo trabajo para proteger a las mujeres de los asesinatos de honor» en español.

Mientras me preparaba para mi charla reflexionaba sobre mi vida y trataba de descubrir cuándo y dónde exactamente empezó mi viaje.

Ha pasado mucho tiempo, y simplemente no he podido determinar el principio, el medio o el final de mi historia.

Solía pensar que mi comienzo fue una tarde en mi comunidad cuando mi madre me dijo que ya me había escapado de 3 matrimonios arreglados a la edad de 2 años.

O cuando una noche se fue la luz durante 8 horas en la comunidad, y mi padre se sentó, rodeado por todos nosotros, para contarnos historias de cuando de niño luchaba para poder ir a la escuela mientras que su padre, un granjero, quería que trabajara en el campo con él.

O esa noche oscura cuando tenía 16 años y 3 niños pequeños vinieron a mí y me susurraron al oído que a mi amiga la habían asesinado por algo llamado asesinato de honor.

Ahí me di cuenta, por lo que yo sé que estos momentos han contribuido a mi viaje, han influido en mi viaje pero estos no han sido el comienzo del mismo, el verdadero comienzo de mi viaje fue ante una casa de barro en el alto Sindh de Pakistán, donde mi padre sostuvo la mano de mi madre de 14 años y decidieron salir de la aldea para ir a una ciudad para poder enviar a sus hijos a la escuela.

En cierto modo, siento que mi vida es el resultado de algunas decisiones sabias que tomaron.

Y al igual que otras de sus decisiones, esto fue para mis hermanos y para mí una forma de estar conectados a nuestras raíces.

Mientras vivíamos en una comunidad que recuerdo con cariño llamada Rebabad que significa comunidad de los pobres, mi padre se aseguró de que también tuviéramos una casa en nuestro pueblo rural.

Yo soy de una tribu indígena de las montañas de Beluchistán llamada brahui.

Brahui o brohi, significa habitante de la montaña, y también es mi idioma.

Gracias a reglas muy estrictas de mi padre de establecer conexión con nuestras costumbres, tuve una vida hermosa de canciones, culturas, tradiciones, historias, montañas, y un montón de ovejas.

Pero viviendo en 2 extremos entre las tradiciones de mi cultura, de mi pueblo, y la educación moderna en mi escuela no fue fácil.

Yo era consciente de ser la única chica que tenía esa libertad, y me sentía culpable por ello.

Mientras iba a la escuela en Karachi y Hyderabad, muchas de mis primas y amigas de la infancia se iban a casar, con hombres mayores, algunas como contrapartida, algunas incluso como segundas esposas.

Llegué a ver la hermosa tradición y su desvanecimiento ante mí cuando vi que el nacimiento de una niña se celebraba con tristeza, se pedía a las mujeres tener paciencia ya que esa era principal virtud.

Hasta los 16 años curé mi tristeza llorando, sobre todo por las noches cuando todo el mundo dormía sollozaba en mi almohada, hasta que una noche, me enteré de que mi amiga fue asesinada en nombre del honor.

Los crímenes de honor son una costumbre en la que los hombres y las mujeres sospechosos de tener relaciones antes o fuera del matrimonio, son asesinados por su familia.

Por lo general, el asesino es el hermano, el padre o el tío de la familia.

La ONU informa que se perpetran unos 1000 asesinatos de honor cada año en Pakistán y estos son solo los casos reportados.

Una costumbre que asesina no tiene ningún sentido para mí, y ya sabía que tenía que hacer algo al respecto por aquel entonces.

No iba a llorar hasta quedarme dormida.

Haría cualquier cosa para detenerlo.

Tenía 16 años, empecé a escribir poesía y yendo de puerta en puerta hablaba a todo el mundo de los crímenes de honor y por qué ocurre, por qué debe parar intentando sensibilizar al respecto hasta encontrar una mejor manera de manejar este problema.

Entonces vivíamos en una casa pequeñita, de una sola habitación en Karachi.

Cada año, durante la temporada del monzón, nuestra casa se inundaba, con agua de lluvia y aguas residuales, y mi mamá y papá achicaban el agua.

En esos días, mi padre trajo a casa una máquina enorme, una computadora.

Tan grande que casi ocupaba la mitad de la única habitación que teníamos, y tenía muchas piezas y cables que debían conectarse.

Pero era lo más emocionante que nos había sucedido a mis hermanas y a mí.

Mi hermano mayor Ali estaba a cargo del cuidado de la computadora, y a todos nosotros se nos daban de 10 a 15 minutos cada día para usarla.

Siendo la mayor de 8 hijos, era la última en usarla, y eso después de haber lavado los platos, limpiado la casa, haber cocinado la cena con mi mamá, y haber extendido las mantas en el suelo para dormir, y después de eso, encendía la computadora, me conectaba a Internet, y tenía pura alegría y asombro de 10 a 15 minutos.

En aquellos días, descubrí un sitio web llamado Google.

[Google]
(Risas)
En mi deseo frenético de hacer algo contra esta costumbre, hice uso de Google y descubrí Facebook, un sitio web donde la gente puede conectarse con cualquiera del mundo.

Y así, desde mi pequeña habitación, con techo de cemento en Karachi, me conecté con gente del Reino Unido, EE.UU., Australia y Canadá, y creé una campaña llamada WAKE UP [Despertar] en contra de los asesinatos de honor.

Creció muchísimo en tan solo unos meses.

Logré mucho apoyo de todo el mundo.

Los medios se conectaron con nosotros.

Muchos se fueron sumando para contribuir a crear conciencia con nosotros.

Llegó a ser tan grande que pasó de estar en línea a estar las calles de mi ciudad natal, donde hacíamos mítines y huelgas intentando cambiar las políticas en Pakistán para apoyar a las mujeres.

Y si bien pensé que todo era perfecto, mi equipo, que era básicamente mis amigos y vecinos en ese momento, pensé que todo iba tan bien, que no teníamos ni idea de la gran oposición que nos vendría.

Mi comunidad se puso en pie en nuestra contra, diciendo que difundíamos un comportamiento no islámico.

Desafiábamos las costumbres centenarias de esas comunidades.

Recuerdo que mi padre recibía cartas anónimas diciendo: «Tu hija está extendiendo la cultura occidental en las sociedades con honor».

Nuestro auto fue apedreado.

Un día fui a la oficina y encontré nuestro cartel de metal abollado y roto como si mucha gente lo hubiera golpeado con algo pesado.

Las cosas se pusieron tan mal que tuve que esconderme.

Yo subía las ventanillas del auto, ocultaba mi cara, no hablaba en público, pero con el tiempo la situación empeoró cuando mi vida fue amenazada, y tuve que salir, volver a Karachi, y detener nuestras acciones.

De vuelta en Karachi, a los 18 años, pensé que era el mayor fracaso de mi vida.

Estaba devastada.

Siendo adolescente, me culpaba por todo lo que pasó.

Y resulta que, al empezar a reflexionar, nos dimos cuenta de que, en realidad, mi equipo y yo éramos culpables.

Había dos grandes razones por las que nuestra campaña fracasó estrepitosamente.

La primera razón era que estábamos en pie contra los valores fundamentales de las personas.

Decíamos que no a algo que era muy importante para ellos, desafiando su código de honor, hiriéndolos profundamente en el proceso.

Y la segunda razón, muy importante para aprenderla yo, y con sorpresa debía aprender, es que no incluimos a los verdaderos héroes que deberían luchar por ellos mismos.

Las mujeres de la aldea no tenían idea de que luchábamos por ellas en las calles.

Cada vez que volvía, encontraba a mis primas y amigas con pañuelos tapando sus rostros, y yo les preguntaba: «

¿Qué pasó?

» Y ellas: «Nuestros maridos nos golpearon».

¡Pero si estamos trabajando en las calles por Uds.! Estamos cambiando las políticas.

¿Cómo es que esto no afecta a sus vidas?

Entonces nos dimos cuenta de algo que era muy sorprendente para nosotros.

Las políticas de un país no necesariamente afectan a las comunidades tribales y rurales.

Fue devastador.

¿Cómo poder realmente hacer algo al respecto?

Y nos dimos cuenta de que hay una enorme brecha entre las políticas oficiales y la verdad real sobre el terreno.

Así que esta vez, nos dijimos, vamos a hacer algo diferente.

Vamos a ser estrategas, y volvamos allá a pedir disculpas.

Sí, a disculparnos.

Volvimos a las comunidades y dijimos que estamos avergonzados por lo que hicimos.

Estamos aquí para disculparnos y para hacer las paces con Uds.

¿Cómo lo hacemos?

Fomentaremos 3 de sus principales culturas.

Sabemos que es la música, la lengua y el bordado.

Nadie nos creyó.

Nadie quería trabajar con nosotros.

Tuvimos muchas discusiones con estas comunidades hasta que se convencieron de que fomentaríamos su idioma haciendo un folleto de sus historias, fábulas y cuentos antiguos de la tribu, y que fomentaríamos su música haciendo un CD con canciones de la tribu y con algunos sones de tambores.

Y la tercera, que era mi favorita, fomentamos sus bordados creando un centro en el pueblo donde las mujeres venían todos los días a bordar.

Y así empezó todo.

Trabajamos con una aldea y empezamos con nuestro primer centro.

Era un día hermoso.

Empezamos en el centro.

Las mujeres venían a bordar, y vivían un proceso de cambio de educación, aprendiendo sus derechos, lo que dice el Islam sobre sus derechos, y el desarrollo empresarial, cómo pueden generar dinero, y luego cómo pueden generar dinero de dinero, cómo pueden luchar contra las costumbres que han destruido sus vidas desde hace tantos siglos, porque en el Islam, en realidad, las mujeres se supone que están a la par con los hombres.

Las mujeres tienen tantos derechos que no hemos escuchado que no han escuchado, que teníamos que decirles lo que debían saber dónde estaban sus derechos y cómo hacer uso de ellos, por qué ellas pueden hacerlo y nosotros no podemos.

Este fue el modelo que, en realidad, funcionó, sorprendente.

A través del bordado, fomentábamos sus tradiciones.

Fuimos al pueblo.

Movilizamos la comunidad.

Hicimos un centro al que vendrían 30 mujeres durante 6 meses para aprender del valor añadido del bordado tradicional, del desarrollo empresarial, habilidades para la vida, educación básica, y sobre sus derechos y cómo decir que no a esas costumbres y cómo destacarse como líderes para ellas y para la sociedad.

Tras 6 meses, dábamos acceso a las mujeres a préstamos y a los mercados donde poder convertirse en empresarias locales en sus comunidades.

Pronto llamamos a este proyecto Sughar.

Sughar es una palabra local usada en muchas lenguas en Pakistán.

Significa mujeres cualificadas y satisfechas.

Sinceramente, creo, que para crear mujeres líderes, hay que hacer una cosa: Simplemente hacerles saber que tienen lo que se necesita para ser una líderes.

Estas mujeres que ven aquí, tienen grandes habilidades y potencial para ser líderes.

Debíamos eliminar las barreras que las rodeaban, y eso es lo que decidimos hacer.

Pero entonces, cuando pensábamos que todo iba bien, una vez más, todo iba fenomenal encontramos el siguiente contratiempo: Muchos hombres empezaron a notar los cambios en sus esposas.

Ellas hablaban más, tomaban decisiones, Dios mío, ella está mandando en la casa.

Ellos no las dejaron venir a los centros, y esta vez, pensamos que el tiempo era la estrategia número 2.

Fuimos a la industria de la moda en Pakistán y decidimos investigar qué ocurre allí.

La industria de la moda en Pakistán es muy fuerte y está creciendo día a día, pero hay una menor contribución de las áreas tribales especialmente de las mujeres.

Así que decidimos lanzar la primera marca de moda de mujeres tribales, que ahora se llama Nomads.

Y así, las mujeres empezaron a ganar más, empezaron a contribuir financieramente más a la casa, y los hombres tuvieron que pensar antes de decirles a ellas que no cuando iban a los centros.


(Aplausos)
Gracias, gracias.

En 2013, lanzamos nuestro primer Sughar Hub en lugar de un centro.

Nos asociamos con TripAdvisor y creamos una pabellón de cemento en el medio de un pueblo e invitamos a otras muchas organizaciones a trabajar ahí.

Hemos creado esta plataforma para organizaciones sin ánimo de lucro para que puedan trabajar sobre las demás cuestiones que Sughar no está atendiendo y que ofrece la facilidad para dar capacitaciones, para utilizarlo como escuela granja e incluso como mercado, y para lo que se quiera usar y lo que han estado haciendo es realmente asombroso.

Y hasta ahora, hemos podido apoyar a 900 mujeres en 24 aldeas de Pakistán.


(Aplausos)
Pero eso en realidad no es lo que quiero.

Mi sueño es llegar a un millón de mujeres en los próximos 10 años, y para asegurarme de que sucede, este año lanzamos la Fundación Sughar en EE.UU.

Esta no solo financiará Sughar, sino muchas organizaciones en Pakistán para replicar la idea y encontrar formas más innovadoras que liberen el potencial de las mujeres rurales en Pakistán.

Muchas gracias.


(Aplausos)
Gracias.

Gracias.

Gracias.

Chris Anderson: Khalida, eres la fuerza de la naturaleza.

Quiero decir, esta historia, parece increíble.

Es increíble que alguien tan joven pueda lograr tanto con tanta fuerza e ingenio.

Así que tengo una pregunta: Es un sueño espectacular dar poder a un millón de mujeres,

¿cuánto del éxito actual depende de ti, de la fuerza de tu personalidad magnética?

¿Cómo escalar?

Khalida Brohi: Creo que mi trabajo es inspirar, expandir mi sueño.

No puedo enseñar a hacerlo, porque hay muchas maneras diferentes.

Hemos experimentado solo 3 maneras.

Existen cientos de formas de liberar el potencial de las mujeres.

Doy inspiración y ese es mi trabajo.

Seguiré haciéndolo.

Sughar seguirá creciendo.

Planeamos llegar a 2 pueblos más, y pronto creo que ampliaremos fuera de Pakistán en el sur de Asia y más allá.

CA: Me encanta que cuando hablaste de tu equipo en la charla, quiero decir, cuando entonces tenías 18 años,

¿cómo era este equipo?

Eran amigos de la escuela,

¿no?

KB:

¿Cree la gente aquí que a mi edad se supone que tengo que ser abuela en mi pueblo?

Mi madre se casó a los 9 años y soy la mujer más vieja no casada y no hago nada de mi vida, en mi pueblo.

CA: Espera, espera,

¿sin hacer nada?

KB: No.

CA: Tienes razón.

KB: La gente siente lástima por mí, muchas veces.

CA:

¿Pero cuánto tiempo pasas ahora de nuevo en Beluchistán?

KB: Yo vivo allí.

Vivimos todavía, entre Karachi y Beluchistán.

Todos mis hermanos van a la escuela.

Sigo siendo la mayor de 8 hermanos.

CA: Pero lo que haces es, sin duda, una amenaza para algunas personas allí.

¿Cómo se maneja la seguridad?

¿Te sientes segura?

¿Hay problemas con esto?

KB: Esta pregunta me la han hecho muchas veces, y siento que la palabra «miedo» simplemente llega a mí y luego se cae, pero hay un miedo diferente a ese.

El temor de que si me matan,

¿qué pasaría con la gente que me ama tanto?

Mi mamá me espera hasta tarde en la noche a que vuelva a casa.

Mis hermanas quieren aprender mucho de mí, y hay muchas chicas de mi comunidad que quieren hablar conmigo y me preguntan cosas diferentes, y recientemente me comprometí para casarme.


(Risas)

(Aplausos)
CA:

¿Está aquí?

Tienes que ponerte de pie.


(Aplausos)
KB: Escapando de matrimonios arreglados, elegí mi propio marido por todo el mundo en Los Ángeles, un mundo muy diferente.

Tuve que luchar todo un año.

Esa es una historia totalmente diferente.

Pero creo que eso es lo único que me da miedo, y no quiero que mi mamá no vea a nadie cuando ella me espera por la noche.

CA: Las personas que quieren ayudarte en tu camino,

¿pueden comprar algunas de estas ropas que llevas puestas que se hicieron realidad, por el bordado en Beluchistán?

KB: Sí.

CA:

¿O pueden participar en la fundación?

KB: Seguro.

Buscamos a tantas personas como podamos, porque ahora que la base está en el proceso de inicio, intento aprender a operar, cómo conseguir financiación o llegar a más organizaciones, especialmente vía comercio electrónico, que es muy nuevo para mí.

Quiero decir, no soy una persona de la moda, créeme.

CA: Ha sido increíble tenerte aquí.

Por favor, sigue siendo valiente, sigue inteligente y, por favor, estate a salvo.

KB: Muchas gracias.

CA: Gracias, Khalida.


(Aplausos)

https://www.ted.com/talks/khalida_brohi_how_i_work_to_protect_women_from_honor_killings/

 

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