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Cómo usar la retórica para conseguir lo que quieres – Camille A. Langston – Charla TED-Ed

Charla «Cómo usar la retórica para conseguir lo que quieres – Camille A. Langston» de TED-Ed en español.

Ver la lección completa en: http://ed.ted.com/lessons/how-to-use-rhetoric-to-get-what-you-want-camille-a-langston

¿Cómo conseguir lo que quieres usando solo las palabras? Aristóteles propuso responder exactamente esta pregunta hace más de 2000 años, con un tratado de retórica. Camille A. Langston describe los fundamentos de la retórica deliberativa y comparte algunos consejos para apelar al ethos, logos, y pathos de una audiencia, en tu próximo discurso.

Lección de Camille A. Langston, animación de TOGETHER.

  • Autor/a de la charla: Camille Langston
  • Fecha de grabación: 2016-09-20
  • Fecha de publicación: 2020-01-16
  • Duración de «Cómo usar la retórica para conseguir lo que quieres – Camille A. Langston»: 249 segundos

 

Traducción de «Cómo usar la retórica para conseguir lo que quieres – Camille A. Langston» en español.

¿Cómo conseguir lo que quieres usando solo las palabras? Aristóteles propuso responder exactamente esta pregunta hace más de 2000 años con el Tratado de retórica.

La retórica, según Aristóteles, es el arte de ver los medios de persuasión disponibles.

Y hoy aplicamos eso a cualquier forma de comunicación.

Sin embargo, Aristóteles hizo hincapié en la oratoria, y describió tres tipos de discurso persuasivo.

La retórica forense o judicial que establece hechos y juicios sobre el pasado, similar a los detectives en la escena del crimen.

La retórica epidíctica o demostrativa que hace una proclama sobre la situación actual, como los discursos en una boda.

Pero la manera de lograr el cambio es a través de la retórica deliberativa, o simbouleutikon.

Más que el pasado o el presente, la retórica deliberativa se centra en el futuro.

Es la retórica de los políticos que debaten una nueva ley imaginando qué efecto podría tener, como cuando Ronald Regan advirtió que la introducción de Medicare conduciría a un futuro socialista donde contar a nuestros hijos, y a los hijos de sus hijos, que una vez hubo unos EE.UU.

con hombres libres.

Pero también es la retórica de los activistas que instan al cambio, como el sueño de Martin Luther King Jr.

de que sus hijos vivieran un día en una nación donde no fueran juzgados por el color de su piel, sino por el contenido de su carácter.

En ambos casos, el orador presenta a su público un posible futuro y trata de conseguir su ayuda para evitar o lograr eso.

Pero ¿qué contribuye a una buena retórica deliberativa, aparte del tiempo futuro? Según Aristóteles, hay tres apelaciones persuasivas: el ethos, el logos, y el pathos.

El ethos es la forma de convencer a una audiencia de tu credibilidad.

Winston Churchill en su discurso de 1941 al Congreso de EE.UU.

declaró: «He estado en plena armonía toda la vida con las mareas que han fluido en ambos lados del Atlántico contra los privilegios y el monopolio», destacando así su virtud como alguien comprometido con la democracia.

Mucho antes, en su defensa del poeta Arquias, el cónsul romano Cicerón apeló a su propia sabiduría práctica y a su experiencia como político: «Extraído de mi estudio de las ciencias liberales y a partir de ese cuidadoso entrenamiento al que, admito, en ningún punto de mi vida he estado poco dispuesto».

Y, por último, puedes demostrar que no hay interés, o que no te motiva una ganancia personal.

El logos es el uso de la lógica y la razón.

Este método puede emplear recursos retóricos como analogías, ejemplos, y citas de investigaciones o estadísticas.

Pero no son solo hechos y cifras.

Es también la estructura y el contenido del discurso en sí.

La idea es usar el conocimiento fáctico para convencer a la audiencia, como en el argumento de Sojourner Truth en favor de los derechos de la mujer: «Tengo tanto músculo y puedo hacer tanto trabajo como cualquier hombre.

He arado y cosechado y descascarado y picado y cortado ¿puede cualquier hombre hacer más que eso?» Por desgracia, los oradores también pueden manipular a la gente con información falsa que el público piensa que es cierta, como la desacreditada pero todavía ampliamente sostenida creencia de que las vacunas causan autismo.

Y, por último, el pathos apela a la emoción, y, a menudo, es el modo más eficaz, en nuestra época de medios de comunicación, El pathos no es ni bueno ni malo, pero puede ser irracional e impredecible.

Puede congregar con la misma facilidad personas para la paz como incitarlos a la guerra.

La mayoría de la publicidad, desde productos de belleza que prometen aliviar las inseguridades físicas hasta autos que nos hacen sentir poderosos, se basan en el pathos.

Las apelaciones retóricas de Aristóteles siguen siendo hoy herramientas poderosas, pero decidir cuál usar es una cuestión de conocer a tu audiencia y tu propósito, así como del lugar y del momento adecuado.

Y tal vez igualmente importante es poder notar cuándo están usando contigo estos mismos métodos de persuasión.

https://www.ted.com/talks/camille_langston_how_to_use_rhetoric_to_get_what_you_want/

 

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