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Convirtamos la altamar en la reserva natural más grande del mundo – Charla TED2018

Charla «Convirtamos la altamar en la reserva natural más grande del mundo» de TED2018 en español.

¿Qué tal si pudiéramos salvar la industria pesquera y proteger el océano al mismo tiempo? El ecólogo marino Enric Sala comparte su audaz plan para salvaguardar la altamar –algunos de los últimos lugares salvajes del planeta, que caen fuera de la jurisdicción de cualquier país– al crear una reserva marina gigante que cubra dos terceras partes del océano mundial. Al proteger la altamar, Sala cree que restauraremos los beneficios ecológicos, económicos y sociales del océano. «Cuando podemos alinear las necesidades económicas con la conservación, pueden ocurrir milagros», dice Sala.

  • Autor/a de la charla: Enric Sala
  • Fecha de grabación: 2018-04-10
  • Fecha de publicación: 2018-06-06
  • Duración de «Convirtamos la altamar en la reserva natural más grande del mundo»: 785 segundos

 

Traducción de «Convirtamos la altamar en la reserva natural más grande del mundo» en español.

Si saltáramos a cualquier lugar al azar en el océano, probablemente veríamos algo como esto, desprovisto de animales grandes.

Porque los hemos sacado del agua más rápido de lo que se pueden reproducir.

Hoy quiero proponer una estrategia para salvar la vida marina, y la solución tiene mucho que ver con la economía.

En 1999, un pequeño lugar en México llamado Cabo Pulmo era un desierto submarino.

Los pescadores estaban tan molestos por no tener suficiente pesca que hicieron algo que nadie esperaba.

En lugar de pasar más tiempo en el mar, tratando de atrapar los pocos peces que quedaban, dejaron de pescar por completo.

Crearon un parque nacional en el mar.

Una reserva marina con prohibición de pesca.

Cuando volvimos, 10 años después, esto es lo que vimos.

Lo que había sido un terreno estéril bajo el agua ahora era un caleidoscopio de vida y color.

Lo vimos regresar a su estado prístino en solo 10 años.

Eso incluyó el regreso de los grandes depredadores, como los meros, los tiburones y los carángidos.

Y esos visionarios pescadores ahora ganan mucho más dinero gracias al turismo.

Cuando podemos alinear las necesidades económicas con la conservación, pueden ocurrir milagros.

Y hemos visto recuperaciones similares en todo el mundo.

Pasé 20 años estudiando el impacto del ser humano en el océano.

Pero cuando presencié la regeneración de lugares como Cabo Pulmo, eso me dio esperanza.

Así que decidí dejar mi trabajo como profesor universitario para dedicar mi vida a salvar más lugares oceánicos como este.

En los últimos 10 años, nuestro equipo en National Geographic Pristine Seas ha explorado, estudiado y documentado algunos de los lugares más salvajes que quedan en el océano y trabajó con los gobiernos para protegerlos.

Todos estos lugares ahora están protegidos, lo que cubre un área total igual a la mitad de Canadá.


(Aplausos)
Esos lugares son como el parque Yellowstone y el Serengueti del mar.

Estos son lugares donde uno salta al agua y está rodeado de tiburones inmediatamente.


(Risas)
Y esto es bueno porque los tiburones son un buen indicador de la salud del ecosistema.

Estos lugares son máquinas del tiempo que nos llevan al océano de hace 1000 años.

Pero también nos muestran cómo podría ser el océano en el futuro.

Porque el océano tiene un extraordinario poder regenerativo, hemos visto una gran recuperación en solo unos pocos años.

Solo necesitamos proteger muchos más lugares en riesgo para que puedan volverse salvajes y llenos de vida de nuevo.

Pero hoy, solo el 2 % del océano está completamente protegido de la pesca y otras actividades.

Y eso no es suficiente.

Hay estudios que sugieren que se necesita proteger al menos el 30 % del océano no solo para salvar vidas marinas, sino también para salvarnos.

Porque el océano nos da más de la mitad del oxígeno que respiramos, la comida, absorbe gran parte de la contaminación de carbono que lanzamos a la atmósfera.

Necesitamos un océano saludable para sobrevivir.

Ahora,

¿hay alguna manera de acelerar la protección del océano?

Creo que sí.

E involucra mirar a altamar.

Ahora,

¿qué es altamar?

Ahora los países costeros tienen autoridad sobre 200 millas náuticas desde su costa.

Todo lo que está más allá de esas áreas se llama altamar.

En azul oscuro en este mapa.

Ningún país es dueño de altamar, ningún país es responsable de ella, pero todos lo son, así que es un poco como el Salvaje Oeste.

Y hay dos tipos principales de pesca en altamar.

En el fondo y cerca de la superficie.

El arrastre de fondo es la práctica más destructiva en el mundo.

Los superarrastreros, los buques pesqueros más grandes del océano, tienen redes tan grandes que pueden contener una docena de aviones 747.

Estas enormes redes destruyen todo en su camino, incluyendo corales profundos que crecen en montes submarinos, que pueden tener miles de años.

Y la pesca cerca de la superficie apunta principalmente a especies que migran entre altamar y aguas territoriales, como el atún y el tiburón.

Y muchas de estas especies están amenazadas debido a la pesca excesiva y la mala administración.

Ahora,

¿quién pesca en altamar?

Hasta ahora, era difícil saberlo con exactitud porque los países han sido muy reservados sobre la pesca de altura.

Pero hoy, la tecnología satelital permite rastrear embarcaciones individuales.

Este es un cambio de juego.

Y esta es la primera vez que presentamos los datos que van a ver.

Voy a mostrarte las huellas de dos barcos en el transcurso de un año, utilizando un sistema satelital de identificación automática.

Este es un palangrero que pesca en la costa sur de África.

Después de unos meses pescando allí, el barco va a Japón para reabastecerse, y poco después, aquí está, pescando cerca de Madagascar.

Este es un arrastrero ruso, probablemente pescando bacalao en aguas rusas, y luego a través de la altamar del Atlántico Norte.

Gracias a Global Fishing Watch, hemos podido rastrear más de 3600 barcos de más de 20 países, que pescan en altamar.

Se usa tecnología de posicionamiento satelital y aprendizaje automático para identificar automáticamente si un barco está navegando o pescando, que son los puntos blancos aquí.

Entonces, decidimos investigar, con un grupo internacional de colegas, no solo quién pesca en altamar, sino quién se beneficia de ello.

Mi colega, Juan Mayorga, en la Universidad de California, Santa Bárbara, ha producido mapas detallados del esfuerzo de pesca, lo que significa cuánto tiempo y combustible se gasta en la pesca en cada píxel en el océano.

Tenemos un mapa para cada país.

Solo China, Taiwán, Japón, Corea y España representan casi el 80 % de la pesca en altamar.

Cuando unimos a todos los países, esto es lo que obtenemos.

Porque sabemos la identidad de cada barco en la base de datos, sabemos su tamaño, su tonelaje, el poder de sus motores, cuantos tripulantes están a bordo.

Con esta información, podemos calcular los costos de combustible, costos de mano de obra, etc.

Entonces, por primera vez, hemos podido mapear los costos de la pesca en altamar.

Cuanto más oscuro es el rojo, mayor es el costo.

Gracias a nuestros colegas de la Universidad de British Columbia, sabemos cuánto pesca cada país.

Y sabemos el precio del pescado cuando sale del pesquero.

Combinado con los datos sobre esfuerzo, hemos podido mapear los ingresos de la pesca en altamar.

Cuanto más oscuro es el azul, más altos son los ingresos.

Tenemos costos y tenemos ingresos.

Entonces, por primera vez, hemos sido capaces de mapear la rentabilidad de la pesca en altamar.

Ahora voy a mostrarles un mapa.

Los colores rojos significan que se pierde dinero al pescar en esa parte del océano.

Los colores azules significan que es rentable.

Aquí está.

Parece mayormente rentable.

Pero hay dos factores más que debemos tener en cuenta.

Primero, las investigaciones recientes revelan el uso de trabajo forzoso, o trabajo esclavo, en la pesca de altamar.

Las empresas lo usan para reducir costos para generar ganancias.

Y segundo, cada año, los gobiernos subsidian la pesca en altamar con más de 4 mil millones de dólares.

Regresemos al mapa de ganancias.

Si asumimos salarios justos, lo que significa que no hay trabajo esclavo, y eliminamos los subsidios de nuestro cálculo, el mapa se convierte en esto.

La pesca es verdaderamente rentable en solo la mitad de los caladeros de altamar.

De hecho, en conjunto, los subsidios son cuatro veces más grandes que las ganancias.

Entonces, tenemos 5 países que realizan la mayor parte de la pesca en altamar y el éxito económico depende de grandes subsidios gubernamentales y, para algunos países, de violaciones a los derechos humanos.

Lo que revela este análisis económico es que prácticamente toda la propuesta de pesca en altamar está equivocada.

¿Qué gobierno serio subsidiaría una industria anclada en la explotación y fundamentalmente destructiva?

Y no tan rentable, de todos modos.

Entonces,

¿por qué no cerramos todos los mares a la pesca?

Creemos una reserva gigante de altamar, dos tercios del océano.

Un estudio de modelado de…


(Aplausos)
Un estudio de modelado de colegas en UC Santa Bárbara, sugiere que dicha reserva ayudaría a especies migratorias como el atún a recuperarse en altamar.

Y parte de esa mayor abundancia se extendería a las aguas territoriales, ayudando a su repoblación.

Eso también aumentaría la pesca en estas aguas, y también los beneficios porque el costo de la pesca se reduciría.

Y los beneficios ecológicos serían enormes porque estas especies de grandes depredadores, como el atún y los tiburones, son clave para la salud de todo el ecosistema.

Por lo tanto, proteger la altamar tendría beneficios ecológicos, económicos y sociales.

Pero la verdad es que a la mayoría de las pesqueras no les importa el medio ambiente, pero ganarían más dinero al no pescar en altamar.

Y esto no afectaría nuestra capacidad de alimentar a nuestra creciente población porque la altamar proporciona solo el 5 % de la pesca marina mundial porque la altamar no es tan productiva como las aguas cercanas a la costa.

Y la mayor parte de la pesca de altamar se vende como artículos de primera categoría, como el sashimi de atún o la sopa de aleta de tiburón.

La pesca en altamar no contribuye a la seguridad alimentaria mundial.

Entonces,

¿cómo vamos a hacerlo?

¿Cómo vamos a proteger los mares?

Mientras hablamos, negociadores en la ONU comienzan a discutir un nuevo tratado para hacer justamente eso.

Pero esto no puede suceder a puerta cerrada.

Esta es nuestra mejor oportunidad.

Y todos debemos asegurarnos de que nuestros países apoyarán la protección de altamar y se desharán de los subsidios a la pesca industrial.

En 2016, 24 países y la Unión Europea acordaron proteger el Mar de Ross, uno de los lugares más salvajes en la Antártida, lleno de fauna silvestre, como la orca, la foca leopardo y el pingüino.

Y esto incluyó naciones pesqueras, como China, Japón, España, Rusia.

Pero decidieron que proteger un entorno tan único sería más valioso que explotarlo por un beneficio relativamente pequeño.

Y este es exactamente el tipo de cooperación y la voluntad de dejar de lado las diferencias que vamos a necesitar.

Lo podemos hacer de nuevo.

Si dentro de 20 años, nuestros niños saltaran a cualquier lugar al azar en el océano,

¿qué verían?

¿Un paisaje estéril, como la mayoría de nuestros mares hoy en día, o una abundancia de vida, nuestro legado para el futuro?

Muchas gracias.


(Aplausos)
Gracias.


(Aplausos)

https://www.ted.com/talks/enric_sala_let_s_turn_the_high_seas_into_the_world_s_largest_nature_reserve/

 

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