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Charla «Corneille Ewango es un héroe de los bosques del Congo» de TEDGlobal 2007 en español.
El botánico Corneille Ewango habla sobre su trabajo en la Reserva Faunística del Okapi en la cuenca del Congo, y su trabajo heroico protegiéndolo de cazadores furtivos, mineros y guerras civiles atroces.
- Autor/a de la charla: Corneille Ewango
- Fecha de grabación: 2007-06-06
- Fecha de publicación: 2008-07-07
- Duración de «Corneille Ewango es un héroe de los bosques del Congo»: 1098 segundos
Traducción de «Corneille Ewango es un héroe de los bosques del Congo» en español.
No hablo inglés.
Empecé a hablar inglés hace un año más o menos.
Hablo francés y crecí con francés, así que mi inglés es «franglés».
Nací en el Congo occidental en esta zona de por aquí, y fui a la universidad en Kisangani.
Cuando terminé fui a esta zona, el Bosque de Ituri.
Pero lo que he estado haciendo…
cuando tenía unos 14 años, crecí en casa de mi tío.
Y mi padre era soldado, y mi tío pescador y también furtivo.
Lo que hice de los 14 a los 17 fue, les ayudaba a recoger colmillos de marfil, carne y cualquier cosa que mataran, cazaran de manera furtiva o no en el bosque, llevarlo a la ciudad para tener acceso al mercado.
Pero al final, me vi involucrado.
Entre los 17 y los 20 me convertí en furtivo.
Y quería hacerlo porque quería continuar con mis estudios.
Quería ir a la universidad, pero mi padre era pobre, mi tío igual…
Así que lo hice.
Y durante tres o cuatro años fui a la universidad.
Tres veces postulé a Ciencias Biomédicas, para ser médico.
No lo conseguí.
Tenía mis inscripciones, mi ingreso en Biología.
Y dije, de ninguna manera, no lo haré.
Mi familia es pobre, mi región no tiene un buen sistema de salud.
Quiero ser médico para servirles.
Tres veces, lo que significa tres años, y me estoy haciendo mayor.
Dije, no, continúo.
Así que estudié Ecología Tropical y Botánica.
Cuando terminé, hice mis prácticas en el Bosque de Ituri.
Es allí donde realmente me apasioné con lo que estoy haciendo hasta este momento en que estoy frente a ustedes, haciendo Botánica y Conservación de la Vida Silvestre.
En ese momento el Bosque de Ituri se convirtió en reserva forestal con algunos animales y plantas.
Y el centro de formación se construyó en torno a personal científico congoleño y también algunos científicos estadounidenses.
Así que la Reserva Faunística del Okapi protege una cantidad…
Creo que es la mayor cantidad de elefantes que tenemos en una zona protegida en el Congo.
También cuenta con chimpancés.
Y su nombre es Reserva Faunística del Okapi por esta hermosa criatura.
Es una jirafa de los bosques.
Creo que la conocen bastante bien.
Aquí tenemos la jirafa de la sabana, pero a través de la evolución tenemos esta jirafa de los bosques que vive sólo en el Congo.
También cuenta con algunos hermosos primates.
Trece especies, la mayor diversidad que se puede encontrar en una zona de África.
Y el Bosque de Ituri cuenta en sí mismo con….
alrededor de 1.300 especies de plantas, conocidas hasta ahora.
Me uní a la Sociedad para la Conservación de la Fauna y Flora de allí en 1995, pero empecé a trabajar con ellos como estudiante en 1991.
Me nombraron ayudante de cátedra en mi universidad porque aprobé con matrícula de honor.
Pero no me gustó la formación que recibí, fue insuficiente.
Y quería ser de un centro de formación y de investigación.
Con el final del régimen dictatorial de Mobutu Sese Seko, que la mayoría conoce, la vida se volvió muy, muy difícil.
Y el trabajo que habíamos estado haciendo se volvió extremadamente difícil de realizar y de completar.
Cuando Kabila inició su movimiento para liberar el Congo, los soldados de Mobutu comenzaron a moverse y se retiraron, de modo que empezaron a huir desde el este al oeste.
Y la Reserva Faunística del Okapi está allí, así que había una carretera desde Goma, más o menos aquí, y llegaba hasta aquí.
Así que podían atravesar, pasar a través de la Reserva Faunística del Okapi.
El Congo cuenta con cinco de las zonas protegidas más ricas del mundo, y la Reserva Faunística del Okapi es una de ellas.
Así que los soldados huían hacia la Reserva Faunística del Okapi.
Saquearon todo lo que encontraron a su paso.
Tortura, guerras…
oh, Dios mío, ni se lo pueden imaginar.
Todo el mundo buscaba un sitio adonde ir, no sabemos.
Y fue para nosotros los jóvenes, en realidad la primera vez, que oímos el lenguaje de la guerra, de las armas.
E incluso la gente que se enfrentó a la rebelión de 1963, después de nuestra independencia, no creían lo que estaba pasando.
Estaban asesinando a gente, estaban haciendo lo que querían porque tenían poder.
¿Quiénes habían estado haciendo eso?
Niños pequeños.
Niños soldados.
No puedes preguntarle qué edad tiene porque lleva armas.
Pero yo era de la zona occidental, y trabajaba en la oriental, entonces ni siquiera hablaba Swahili.
Y cuando vinieron lo saquearon todo.
No puedes hablar el lingala porque era de Mobutu, y todo el mundo que hablaba lingala era soldado.
Y yo era de aquella zona también.
Todos mis amigos decían, nos marchamos porque somos un objetivo.
Pero yo no voy a la zona oriental porque no sé Swahili.
Me quedo.
Si me voy, me matarán.
No puedo volver a mi lugar, está a más de 1.000 kilómetros.
Me quedé después de que lo saquearon todo.
Hemos llevado a cabo una investigación sobre botánica, y tenemos un pequeño herbario de 4.500 pliegos de plantas.
Las cortamos, las secamos y las empacamos, las fijamos en una carpeta.
El objetivo, emplearlas en agricultura, para medicina, para lo que sea, para la ciencia, para el estudio de la flora y el cambio de los bosques.
Esa es la gente que se mueve por allí, incluso pigmeos.
Y ése es un tipo brillante, una persona trabajadora, un pigmeo.
Llevo trabajando con él alrededor de 10 años.
Y con los soldados, fueron al bosque a cazar elefantes furtivamente.
Al ser un pigmeo, sabe cómo seguir las huellas del elefante en el bosque.
Fue atacado por un leopardo y lo abandonaron en el bosque.
Vinieron a decirme que yo tenía que salvarlo.
Y lo que hice fue darle antibióticos que utilizamos para la tuberculosis.
Y afortunadamente, le salvé la vida.
Y ese era el lenguaje de la guerra.
Por todos sitios ha habido una permanente extracción de mineral, matanza de animales, tala de árboles, etc.
Y una cosa importante, creo que todos ustedes tienen un celular.
Ese mineral ha matado a muchos…
cinco millones de congoleses han fallecido a causa de esto.
el colombo-tantalita, coltán lo llaman.
Lo utilizan para hacer celulares y por toda esta zona, por todo el Congo, ha habido extracciones, y es un gran negocio de la guerra.
Y lo que hice para la primera guerra, después de haber perdido todo, tenía que salvar algo, yo mismo, mi vida y la vida del personal.
Enterré parte del motor de nuestro vehículo nuevo, para salvarlo.
Y parte del equipamiento se lo llevaron a la parte superior de la copa del árbol, para salvarlo.
No está recogiendo plantas, va a poner a salvo nuestro equipo en la copa.
Y con el material que queda…
porque querían destruirlo, quemarlo.
No lo comprendían, no habían ido a la escuela.
Lo empaqué.
Ese soy yo, yendo a, corriendo hacia Uganda, para salvar esas 4.000 especies, con gente transportándola en bicicletas.
Y después de todo lo logramos.
Protegí las 4.000 especies en el herbario de la Universidad de Makerere.
Y después de la guerra, pude traerlo de nuevo a casa para continuar con nuestros estudios.
La segunda guerra llegó cuando menos lo esperábamos.
Con mis amigos estábamos sentados viendo un partido de fútbol, y escuchando buena música en la Worldspace radio, cuando empezó, creo.
Fue tan malo.
Eso oímos, en el este otra vez empezó la guerra, y fue rápido.
Esta vez creo que Kabila se hizo cargo, como hizo con Mobutu.
Y la reserva fue un objetivo para los rebeldes.
Tres movimientos diferentes y dos milicias, actuando en la misma zona y compitiendo por los recursos naturales.
Y no había forma de trabajar.
Lo destruyeron todo.
Caza ilegal…
oh, ni hablar.
Y esos son los poderosos…
tuvimos que reunirnos con ellos y hablarles.
¿Cuál es el reglamento de la reserva y cuál es el reglamento de los parques Y que no podían hacer lo que estaban haciendo.
Así que fuimos a encontrarnos con ellos.
Esa es la extracción del coltán, minería de oro.
Así que empezamos a hablar con ellos, a convencerles de que estábamos en una zona protegida.
Que hay reglamentos que prohiben la tala de árboles, la minería y la caza furtiva, específicamente.
Pero nos dijeron, » Ustedes, creen que los soldados que están muriendo son menos importantes que los animales que están protegiendo.
Nosotros no lo creemos así.
Tenemos que hacerlo para lograr que nuestro movimiento avance.
Yo dije, «Ni hablar, no van a hacerlo aquí».
Empezamos a hablar con ellos y a negociar.
Yo intentaba proteger nuestro equipo, proteger a nuestro personal y las aldeas con alrededor de 1.500 personas.
Y continuamos.
Pero yo estaba haciendo eso, negociar con ellos.
a veces tenemos reuniones y hablaban con Jean-Pierre Bemba, con Mbusa Nyamwisi, con Kabila, y yo ahí presente.
A veces hablaban mi mismo idioma, que es el lingala.
Oia la estrategia que estaban llevando a cabo, lo que estaban planeando.
A veces venían en helicóptero para abastecerlos con munición y tal.
Me utilizaban para llevarla y yo la contabilizaba, qué viene de dónde y dónde y dónde.
Yo sólo tenía este equipo, mi celular, mi computador y un panel solar de plástico escondido en el bosque.
Y cada vez, diariamente, después de tener la reunión, el compromiso al que habíamos llegado, lo que fuera, iba, escribía un email corto, y lo enviaba.
No sé cuánta gente tenía en mis contactos, enviaba el mensaje sobre cómo iba la guerra y lo que estaban planeando hacer.
Empezaron a sospechar por qué lo que hacíamos por la mañana, ya por la tarde estaba en las noticias…
BBC, RFI.
(Risas)
Algo tenía que estar pasando.
Y un día, fuimos a una reunión.
(Aplausos)
Perdonen.
Un día tuvimos una reunión con el comandante general.
Tenía el mismo celular de iridio que yo.
Y me preguntó, «
¿Sabes cómo se utiliza esto?
» Y le dije, «No lo he visto nunca.
(Risas)
No lo sé.» Y tenía el mío en el bolsillo.
Así que fue una prueba casual de que confiaban mucho en mí, y que no me estaban vigilando.
Tuve miedo.
Y cuando acabamos la reunión regresé al bosque a dejarlo.
Y estuve enviando noticias, haciendo cualquier cosa, informando diariamente a la ONU, a la Unesco, a nuestra institución en Nueva York lo que había estado sucediendo.
Y por eso habían estado sometidos a mucha presión para dejar y liberar la zona.
Porque no había otro modo…
cualquier cosa que hacían, se sabía enseguida.
Durante las dos primeras rebeliones, mataron a todos los animales del zoo.
Teníamos un zoo con 14 okapis, y una de ellos estaba preñada.
Y durante la guerra, después de una semana de guerra dura, luchando en la zona, lo conseguimos, tuvimos nuestro primer okapi.
Éste es el único pantalón y camiseta que me recuerda aquello.
No es la población local, son los rebeldes.
Son felices ahora enviando la noticia de que han protegido al okapi durante la guerra, porque enviamos la noticia de que estaban matando y cazando furtivamente por todos sitios.
A la semana celebramos el cumpleaños del okapi, mataron elefantes, a 50 metros de la zona del zoo, donde el okapi nació.
Y me puse furioso.
Me opuse a que fueran a diseccionarlo hasta que realicé mi informe y después vi al comandante general.
Y lo conseguí.
El elefante se había descompuesto y sólo le quitaron los colmillos.
Lo que estuvimos haciendo después de eso, de esa situación de guerra, tuvimos que reconstruir.
Tenía algún dinero…
me pagaban 150 dólares.
Dediqué la mitad a reconstruir el herbario, porque no teníamos una buena infraestructura para cultivar plantas.
La Sociedad de Conservación de la Vida Salvaje tiene más experiencia con plantas.
Empecé con 70 dólares y comencé a recaudar dinero allá donde iba.
Pude ir a todos los sitios donde se podía encontrar material para el herbario.
Y me apoyaron un poco, y construí ésto.
Ahora se realiza una labor de formación para jóvenes congoleses.
Y también, una de las especialidades que estamos realizando, mi idea es observar el efecto del calentamiento global sobre la biodiversidad, y qué impacto está teniendo el Bosque Ituri en la absorción de carbono.
Es uno de los estudios que estamos llevando a cabo en un terreno de 40 hectáreas, donde hemos etiquetado árboles y lianas de un centímetro y las estamos observando.
Tenemos ya datos de aproximadamente 15 años, para ver cómo ese bosque está contribuyendo a la reducción de carbono.
Y es…
creo que me resulta difícil.
Es una charla muy embarazosa, lo sé…
No sé por dónde empezar, dónde terminarla.
Cuando estaba pensando en venir aquí, en qué título sería el mejor para poner a mi charla, no lo encontraba.
Pero ahora creo que lo habría titulado, «El Lenguaje de las Armas».
¿Dónde está la gente?
Ahora hablamos de reconstrucción, de reconstruir África.
Pero,
¿son las industrias de las armas una herramienta para reconstruir,o un juego?
Creo que vemos la guerra como un juego…
como el soccer, el futbol.
Todo el mundo es feliz, pero miren lo que está haciendo, miren lo que están ocurriendo en Darfur.
Ahora decimos, ah, Dios mío.
Miren las guerras en Rwanda.
Es debido al lenguaje de las armas.
No creo que alguien pueda echarle la culpa a Google, porque está haciendo lo correcto, incluso aunque gente como Al-Qaeda utilicen Google para conectarse entre ellos.
Pero sirve a millones para lo mejor.
Pero,
¿qué ocurre con las industrias de armas?
Gracias.
(Aplausos)
Chris Anderson: Gracias, gracias.
Aguarden ahí.
Es una historia increíble.
Supongo que mucha gente aquí se hace la misma pregunta que yo.
¿Cómo podemos ayudarles?
Corneille Ewango: Son preguntas muy embarazosas.
Creo que estoy nervioso.
Y creo que, ayudándonos, la gente actúa a veces por ignorancia.
Yo mismo lo hice.
Si yo sé, cuando era joven, que al matar a un elefante, estoy destruyendo la biodiversidad, no lo habría hecho.
Muchos, muchos de ustedes han visto los talentos de los africanos, pero son pocos los que van a la escuela.
Muchos están muriendo a causa de todas esas pandemias, El VIH, la malaria, la pobreza, no ir a la escuela.
En lo que nos pueden ayudar es en construir capacidades.
Cuántos tienen oportunidades como yo de ir a EE.
UU., de hacer un Máster.
E ir…
ahora estoy en los Países Bajos haciendo un doctorado.
Pero muchos de ellos se quedan aquí porque no tienen dinero.
Y no pueden ir ni siquiera a la universidad.
Ni siquiera pueden sacar una licenciatura.
Construir capacidades para los jóvenes, va a hacer una generación mejor y un mejor futuro mañana para África.
Gracias, gracias.
(Aplauso)
https://www.ted.com/talks/corneille_ewango_a_hero_of_the_congo_forest/