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Charla «Damon Horowitz brega por un «sistema operativo moral»» de TEDxSiliconValley en español.
En TEDxSiliconValley, Damon Horowitz revisa los poderes nuevos, enormes, que nos da la tecnología: saber más -más unos de otros- más que nunca antes. Llevando a la audiencia a una discusión filosófica, Horowitz nos invita a prestar atención a la filosofía de fondo -los principios éticos- que subyacen la explosión inventiva que está rehaciendo nuestro mundo. ¿Dónde está el sistema operativo moral que nos permite darle sentido?
- Autor/a de la charla: Damon Horowitz
- Fecha de grabación: 2011-05-14
- Fecha de publicación: 2011-06-06
- Duración de «Damon Horowitz brega por un «sistema operativo moral»»: 978 segundos
Traducción de «Damon Horowitz brega por un «sistema operativo moral»» en español.
Poder.
Esa es la palabra que viene a la mente.
Somos los nuevos tecnólogos.
Tenemos gran cantidad de información, así que tenemos mucho poder.
¿Cuánto poder tenemos?
Escena de la película: «Apocalipsis Now» — excelente película.
Tenemos que llevar a nuestro héroe, el capitán Willard, a la desembocadura del río Nung para que pueda perseguir al coronel Kurtz.
Para esto, lo vamos a transportar volando y lo dejamos en el lugar.
En esta escena el cielo está repleto de helicópteros que lo llevan.
Hay de fondo una música fuerte y emocionante, una música desenfrenada.
♫ Dum da ta da dum ♫ ♫ Dum da ta da dum ♫ ♫ Da ta da da ♫ Hay mucha potencia.
La clase de potencia que siento en esta sala.
Es el poder que nos da toda la información que tenemos.
Pongamos un ejemplo:
¿Qué podemos hacer con la información de una sola persona?
¿Qué podemos hacer con la información de ese señor?
Puedo mirar sus registros financieros.
Puedo decir si paga sus cuentas puntualmente.
Sé si reúne las condiciones para que le den un préstamo.
Puedo ver su historia clínica, puedo ver si aún late su corazón; ver si está bien para que le ofrezcan un seguro.
Puedo observar sus hábitos en Internet.
Cuando viene a mi sitio web, en realidad ya sé lo que va a hacer, porque lo he visto visitar millones de sitios web antes.
Y lamento decirlo, eres como un jugador de póquer, tienes esa manía.
Analizando datos puedo decir lo que vas a hacer aún antes que lo hagas.
Sé lo que te gusta.
Sé quién eres.
Incluso antes de mirar tu correo o tu teléfono.
Ese es el tipo de cosas que podemos hacer con los datos que tenemos.
Pero en realidad no estoy aquí para hablar de lo que podemos hacer.
Estoy aquí para hablar de lo que debemos hacer.
¿Cuál es la acción correcta?
Veo algunas miradas desconcertadas como diciendo, «
¿Por qué nos preguntas qué es lo correcto?
Nosotros hacemos.
Son otros los que la usan».
Es cierto.
Pero esto me lleva al pasado.
Pienso en la Segunda Guerra Mundial — algunos de nuestros grandes tecnólogos de entonces, algunos de los grandes físicos, estudiaban la fisión y la fusión nuclear — cuestiones nucleares.
Reunimos a estos físicos en Los Álamos para ver que construían.
Queremos que la gente que desarrolla tecnología piense qué deberíamos hacer nosotros con ella.
Entonces,
¿qué deberíamos hacer con los datos de ese señor?
¿Deberíamos recolectar, reunir los datos, para mejorar su experiencia en línea?
¿Para ganar dinero?
¿Para protegernos nosotros mismos si no se comporta bien?
¿O deberíamos respetar su privacidad, proteger su dignidad y dejarlo en paz?
¿Qué hacemos?
¿Cómo debemos decidir?
Ya sé: colaboración pública.
Vamos a resolver esto juntos.
Para entrar en calor, comencemos con una pregunta fácil — algo sobre lo que estoy seguro que todos aquí tienen una opinión: iPhone versus Android.
Levanten las manos por el iPhone.
Ajá.
Android.
Uno pensaría que un grupo de gente inteligente o sucumbiría tan fácil ante unos lindos teléfonos.
(Risas)
Siguiente pregunta, un poco más difícil.
¿Deberíamos recolectar toda los datos de ese hombre para ofrecerle una mejor experiencia y para protegernos en caso de que trame algo malo?
¿O deberíamos dejarlo en paz?
Recolectar sus datos.
Dejarlo en paz.
Estás a salvo.
Está bien.
(Risas)
Bien, última pregunta — más difícil — Al tratar de evaluar lo que deberíamos hacer en este caso,
¿deberíamos usar un sistema moral deontológico kantiano, o un sistema consecuencionalista milliano?
Kant.
Mill.
No hay tantos votos.
(Risas)
Sí, ese es un resultado aterrador.
Es aterrador porque tenemos opiniones más firmes sobre nuestros aparatos portátiles que sobre el sistema moral que debería guiar nuestras decisiones.
¿Cómo sabemos qué hacer con todo el poder que tenemos si no tenemos un sistema moral?
Sabemos más sobre los sistemas operativos móviles, pero lo que realmente necesitamos es un sistema operativo moral.
¿Qué es un sistema operativo moral?
Todos sabemos lo que es correcto e incorrecto.
Te sientes bien cuando haces algo correcto, te sientes mal cuando haces algo incorrecto.
Nuestros padres nos enseñan que se alaba lo bueno y se regaña lo malo.
Pero,
¿cómo podemos averiguar qué es lo correcto y lo incorrecto?
Y, día a día, tenemos las técnicas que utilizamos.
Tal vez solo seguimos nuestro instinto.
Tal vez votamos —consultamos la opinión pública.
O tal vez apostamos — preguntamos al departamento legal, vemos lo que dicen.
En otras palabras, es un poco aleatorio, improvisamos, la forma de averiguar lo que debemos hacer.
Y, tal vez, si queremos sentirnos más seguros, lo que realmente queremos es un sistema moral que nos oriente, que nos diga en primer lugar que tipo de cosas están bien y mal, y cómo sabemos qué hacer en una situación dada.
Entonces tengamos un sistema moral.
Somos seres que trabajamos con números, vivimos por los números.
¿Cómo podemos usar los números como base para un sistema moral?
Conozco a un hombre que hizo exactamente eso, Un hombre brillante — murió hace 2500 años.
Platón, exacto.
¿Lo recuerdan?
¿un viejo filósofo?
Se durmieron durante esa clase.
Y Platón se planteó muchas de estas preocupaciones que tenemos.
Se preocupaba por lo correcto y lo incorrecto.
Quería saber qué era lo justo.
Pero le preocupaba que todo lo que parecíamos hacer era intercambiar opiniones sobre el tema.
Él dice que algo es lo justo.
Ella dice que otra cosa es lo justo.
Ambos suenan convincentes.
Vamos y volvemos sin llegar a ningún lado.
No quiero opiniones, quiero conocimiento.
Quiero saber la verdad sobre la justicia — tal como tenemos verdades en matemáticas.
En matemáticas conocemos los hechos objetivos.
Tomen un número, cualquier número — el 2.
Mi número favorito.
Me encanta ese número.
Hay verdades sobre el 2.
Si tienen 2 de algo, y agregan 2 más, tienen 4.
Eso es verdad sin importar qué estén hablando.
Es una verdad objetiva sobre la forma del 2, la forma abstracta.
Cuando se tiene 2 de cualquier cosa – 2 ojos, 2 oídos, 2 narices, 2 protuberancias — todos ellos participan de la forma del 2.
Todos participan de las verdades del 2.
Todos tienen la dualidad.
Y por lo tanto, no es una cuestión de opinión.
Platón pensaba:
¿y si la ética fuese como la matemática?
¿Y si hubiera una forma pura de justicia?
¿Y si hay verdades acerca de la justicia, y si pudiéramos mirar el mundo y ver las cosas que la componen, que forman parte de la justicia?
Entonces podría saberse lo que realmente es justo y lo que no.
No sería una cuestión de simple opinión o apariencias.
Esa es una visión asombrosa.
Quiero decir, piénsenlo.
Es magnífico y ambicioso.
Tan ambicioso como nosotros.
Él quiere resolver la ética.
Quiere verdades objetivas.
Si piensas de esa forma, tienes un sistema moral platónico.
Si no piensas de esa forma, bien, tienes mucha compañía en la historia de la filosofía occidental, porque, ya saben, esta linda idea fue criticada.
Aristóteles, en particular, no la compartía.
Le resultaba poco práctico.
Aristóteles dijo: «En cada asunto solo debemos buscar el nivel de precisión que ese asunto permite».
Aristóteles pensaba que la ética no era como la matemática.
Él pensaba que la ética es una cuestión de tomar decisiones aquí y ahora usando nuestro mejor juicio para encontrar el camino correcto.
Si piensan eso, Platón no es la persona a seguir.
Pero no se rindan.
Tal vez hay otra manera de usar los números como base de nuestro sistema moral.
¿Qué tal si ante cada situación simplemente pudieran calcular, mirar las opciones, medir cuál es mejor y saber qué hacer?
¿Les suena familiar?
Ese es un sistema moral utilitarista.
John Stuart Mill fue un gran defensor de esto — además de un tipo genial — y murió hace solo 200 años.
Así, la base del utilitarismo — Seguro que al menos están familiarizados.
Las 3 personas que votaron por Mill antes están familiarizados con esto.
Esto es así:
¿Qué pasa si la moral, lo que hace que algo sea moral, es solo una cuestión de maximizar el placer y minimizar el dolor?
Se trata de algo intrínseco al acto.
No se trata de una relación con alguna forma abstracta.
Es sólo una cuestión de consecuencias.
Buscamos sólo en las consecuencias y vemos si en el todo, son positivas o negativas.
Eso sería simple.
Entonces sabríamos que hacer.
Pongamos un ejemplo.
Supongamos que voy y digo, «Voy a tomar tu teléfono».
No sólo porque sonó antes, sino que lo voy a tomar porque hice un pequeño cálculo.
Pensé, ese tipo parece sospechoso.
Y qué tal si ha estado enviando mensajes a la guarida de Bin Laden — o quien haya reemplazado a Bin Laden – Y en realidad es un terrorista, una célula latente.
Voy a averiguarlo, y cuando lo descubra, voy a evitar el enorme daño que podría causar.
Eso va a ser muy útil para evitar ese daño.
Y comparado con el pequeño dolor que va a causar — porque va a ser vergonzoso cuando vea su teléfono móvil y vea que tiene un problema con Farmville y todo lo demás – eso es minimizado por el valor de mirar su teléfono.
Si consideran ese camino, esa es una opción utilitarista.
Pero tal vez tampoco consideren esa opción.
Tal vez piensen, es su teléfono.
No está bien tomar su teléfono, porque él es una persona y tiene derechos y dignidad, y simplemente no podemos interferir en eso.
Él tiene autonomía.
No importa cuáles sean los cálculos.
Hay cosas que intrínsecamente están mal — como mentir está mal.
torturar a niños inocentes está mal.
Kant era muy bueno en este punto, y planteaba esto un poco mejor de lo que yo lo haré.
Decía que deberíamos usar nuestro razonamiento para decidir las reglas que deberían guiar nuestra conducta.
Y luego es nuestro deber seguir esas reglas.
No es una cuestión de cálculos.
Así que detengámonos.
Estamos justo en el centro de esta maraña filosófica.
Esto continuó durante miles de años, porque son preguntas difíciles, y solo tengo 15 minutos.
Por lo tanto, vamos directo al grano.
¿Cómo debemos tomar nuestras decisiones?
¿De acuerdo a Platón, a Aristóteles, a Kant, a Mill?
¿Qué debemos hacer?
¿Cuál es la respuesta?
¿Cuál es la fórmula que podemos usar en cualquier situación para determinar qué debemos hacer, sea que debamos o no usar la información de ese hombre?
¿Cuál es la fórmula?
No hay fórmula.
No hay una respuesta simple.
La ética es algo difícil.
Requiere reflexión.
Y eso es incómodo.
Lo sé; pasé gran parte de mi carrera en inteligencia artificial, tratando de construir máquinas que pudiesen pensar algunas de estas cuestiones por nosotros, que pudiesen darnos respuestas.
Pero ellas no pueden.
No se puede tomar el pensamiento humano y ponerlo dentro de una máquina.
Somos nosotros quienes debemos hacerlo.
Felizmente, no somos máquinas y podemos hacerlo.
Y no sólo podemos pensar, debemos hacerlo.
Hannah Arendt dijo: «La triste verdad es que el mayor daño hecho en este mundo no lo causan las personas que eligen ser malas.
Surge de la falta de pensamiento».
Es lo que ella llamaba la «banalidad del mal».
Y la respuesta a eso es que demandamos el ejercicio del pensamiento de cada persona sana.
Así que hagámoslo.
Pensemos.
De hecho, empecemos ahora mismo.
Cada persona de esta sala haga esto: piensen en la última vez que tuvieron que tomar una decisión donde estuvieron preocupados por hacer lo correcto, donde se preguntaron, «
¿Qué debo hacer?
» Recuerden ese momento.
Y ahora reflexionen en eso y digan: «
¿Cómo llegué a esa decisión?
¿Qué hice?
¿Seguí mi intuición?
¿Pedí la votación de alguien?
¿Pedí opinión legal?
» O, ahora, tenemos algunas opciones más.
«
¿Evalué cuál sería el mayor de los placeres como lo haría Mill?
O al igual que Kant,
¿usé la razón para decidir qué era intrínsecamente correcto?
» Piensen en esto.
Recuerden.
Esto es importante.
Es tan importante que vamos a usar 30 segundos del valioso tiempo de TED nada más que para pensar en esto.
¿Están listos?
Vamos.
Paren.
Buen trabajo.
Lo que acaban de hacer, es el primer paso en el sentido de asumir responsabilidad por lo que debemos hacer con todo nuestro poder.
Ahora el siguiente paso — prueben esto.
Busquen un amigo y explíquenle cómo tomaron esa decisión.
Ahora no.
Esperen el final de la charla.
Durante el almuerzo.
Y no lo hagan con otro amigo tecnólogo; encuentren alguien diferente a ustedes.
Encuentren un artista o un escritor — o, Dios nos libre, encuentren un filósofo y hablen con ellos.
De hecho, encuentren alguien de las humanidades.
¿Por qué?
Porque ellos piensan en los problemas de forma diferente a como lo hacemos los tecnólogos.
Hace unos días, aquí en frente, al otro lado de la calle, había cientos de personas reunidas.
Eran tecnólogos y humanistas en una conferencias sobre Bibliotecas Tecnológicas.
Y ellos se reunieron porque los tecnólogos querían aprender cómo era pensar desde una perspectiva humanista.
Hay alguien de Google hablando con alguien que hace literatura comparada.
Están pensando sobre la relevancia del teatro francés del siglo XVII —
¿cómo se relaciona eso con el capital de riesgo?
Bien eso es interesante.
Es una forma de pensar diferente.
Y cuando piensan de esa forma, se vuelven más sensibles a las cuestionas humanas, lo cual es crucial para tomar decisiones éticas.
Entonces, imaginen que ahora mismo van y encuentran a su amigo músico.
Y le cuentan lo que estuvimos hablando, sobre la revolución de la información y todo eso — incluso tarareando algunas partes de nuestro tema: ♫ Dum ta da da dum dum ta da da dum ♫ Bueno, su amigo músico los detendrá y dirá: «Sabes, la música de fondo para tu revolución de la información, es una ópera, es Wagner.
Se basa en la mitología nórdica.
Son dioses y criaturas míticas luchando por joyas mágicas».
Eso es interesante.
También es una ópera hermosa.
Y esa ópera nos emociona.
Nos emociona porque es sobre la lucha entre el bien y el mal, sobre lo correcto y lo incorrecto.
Y nos importa lo que lo correcto y lo incorrecto.
Nos importa lo que pasa en la ópera.
Nos importa lo que pasa en «Apocalipsis Now».
Y sin duda que nos importa lo que pasa con nuestras tecnologías.
Hoy tenemos mucho poder, depende de nosotros decidir qué hacer.
Y esa es la buena noticia.
Somos nosotros los que escribimos esta ópera.
Es nuestra película.
Nosotros decidimos lo que pasará con esta tecnología.
Nosotros determinamos cómo terminará todo esto.
Gracias.
(Aplausos)
https://www.ted.com/talks/damon_horowitz_we_need_a_moral_operating_system/