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Charla «De cómo me enamoré de los cuásares, los blazares y de nuestro universo increíble» de TED2015 en español.
Jedidah Isler se enamoró por primera vez del cielo nocturno siendo una niña. Ahora es astrofísica y estudia los agujeros negros supermasivos hiperactivos. En una charla encantadora, nos lleva a miles de millones de kilómetros de la Tierra para presentarnos objetos que pueden tener desde mil hasta 10 mil millones de veces la masa del Sol… y que, a veces, disparan potentes chorros de partículas hacia nosotros.
- Autor/a de la charla: Jedidah Isler
- Fecha de grabación: 2015-03-17
- Fecha de publicación: 2015-04-21
- Duración de «De cómo me enamoré de los cuásares, los blazares y de nuestro universo increíble»: 259 segundos
Traducción de «De cómo me enamoré de los cuásares, los blazares y de nuestro universo increíble» en español.
Mi primer amor fue el cielo nocturno.
El amor es complicado.
Uno observa una marcha con del telescopio espacial Hubble de campo ultraprofundo, una de las imágenes más distantes del universo observado.
Todo lo que ven aquí es una galaxia, compuesta por miles de millones de estrellas cada una.
Y la galaxia más lejana está a un billón de billones de km de distancia.
Como astrofísica, tengo el privilegio maravilloso de estudiar algunos de los objetos más exóticos en nuestro universo.
Los objetos que me han cautivado a primera vista en mi carrera son los agujeros negros supermasivos, hiperactivos.
Con un peso de 1000 a 10 000 millones de veces la masa de nuestro Sol, estos agujeros negros galácticos son un material que devora, a una velocidad más de 1000 veces superior a la del agujero negro supermasivo «promedio».
(Risas)
Estas dos características, con algunas otras, las hacen cuásares.
Al mismo tiempo, los objetos que estudio producen algunos de los flujos de partículas más poderosos jamás observados.
Estas corrientes estrechas, llamadas chorros, se mueven a 99,99 % de la velocidad de la luz, y apuntan directamente a la Tierra.
A estos agujeros negros a chorro, que apuntan a la Tierra, supermasivos e hiperactivos, se los denomina blazares o cuásares ardientes.
Lo especial de los blazares es que son uno de los aceleradores de partículas más eficientes, y transportan cantidades increíbles de energía a través de una galaxia.
Aquí, muestro una concepción artística de un blazar.
El plato por el que cae material en el agujero negro se llama disco de acreción, mostrado aquí en azul.
Parte de ese material es catapultado alrededor del agujero negro y acelerado a velocidades extremadamente altas en el chorro, que vemos aquí en blanco.
Si bien el sistema blazar es raro, el proceso por el cual la naturaleza tira material mediante un disco, y luego arroja algo de ese por un chorro, es más común.
Finalmente nos alejaremos del sistema blazar para mostrar su relación aproximada al contexto galáctico más grande.
Más allá de la contabilidad cósmica de lo que entra y lo que sale, uno de los temas candentes en astrofísica de blazares actualmente es saber de dónde proviene la emisión de la más alta energía a chorro.
En esta imagen, me interesa saber dónde se forma esta mancha blanca y si, como resultado, hay alguna relación entre el chorro y el material del disco de acreción.
No hubo respuestas claras a esta pregunta casi hasta 2008, cuando la NASA lanzó un nuevo telescopio que detectaba mejor la luz de rayos gamma; es decir, luz con energías un millón de veces más altas que la exploración de rayos X estándar.
Comparo simultáneamente variaciones entre los datos de la luz de rayos gamma y los datos de la luz visible de día a día y de año a año, para ubicar mejor esas manchas de rayos gamma.
Mi investigación muestra que en algunos casos, estas manchas se forman mucho más cerca al agujero negro de lo que pensábamos al principio.
Conforme ubicamos con más precisión el origen de estas manchas de rayos gamma, entendemos mejor cómo se aceleran los chorros, y, en definitiva, revelamos los procesos dinámicos por los cuales se forman algunos de los objetos más fascinantes del universo.
Todo empezó con una historia de amor.
Y lo sigue siendo.
Este amor me transformó de joven curiosa por la observación de estrellas en astrofísica profesional, en la frontera del descubrimiento celestial.
¿Quién hubiera dicho que persiguiendo al Universo encontraría mi misión tan arraigada aquí en la Tierra?
Por otra parte,
¿cómo saber dónde surgirá el primer aleteo de amor?
Gracias.
(Aplausos)
https://www.ted.com/talks/jedidah_isler_how_i_fell_in_love_with_quasars_blazars_and_our_incredible_universe/