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¿De dónde viene el oro? – David Lunney – Charla TED-Ed

Charla «¿De dónde viene el oro? – David Lunney» de TED-Ed en español.

Ver la lección completa en: http://ed.ted.com/lessons/where-does-gold-come-from-david-lunney

¿Sabías que el oro es extraterrestre? En lugar de surgir de la corteza rocosa de nuestro planeta, en realidad fue «cocinado» en el espacio y está presente en la Tierra debido a violentas explosiones estelares llamadas supernovas. David Lunney, un científico del CERN describe el increíble viaje del oro desde el espacio a la Tierra.

Lección de David Lunney, animación de Andrew Foerster.

  • Autor/a de la charla: David Lunney
  • Fecha de grabación: 2015-10-08
  • Fecha de publicación: 2019-04-01
  • Duración de «¿De dónde viene el oro? – David Lunney»: 259 segundos

 

Traducción de «¿De dónde viene el oro? – David Lunney» en español.

En la Edad Media, los alquimistas trataron de llegar a lo que parecía imposible.

Querían transformar el humilde plomo en oro reluciente.

La historia retrata a estas personas como viejos excéntricos, que nunca llegaron a ver sus sueños hechos realidad.

Pero de hecho, hoy podemos fabricar oro en la Tierra gracias a inventos modernos a los que los alquimistas medievales no tuvieron acceso durante siglos.

Para entender cómo este metal precioso apareció antes que todo, incrustado en nuestro planeta, tenemos que mirar hacia arriba en las estrellas.

El oro es extraterrestre.

En lugar de que surja de la corteza rocosa del planeta, en realidad fue cocinado en el espacio y está presente en la Tierra a causa de explosiones estelares violentas llamadas supernovas.

Las estrellas se componen principalmente de hidrógeno, el elemento más simple y ligero.

La enorme presión gravitacional causada por dicho elemento comprime y desencadena una fusión nuclear en el núcleo de la estrella.

Este proceso libera energía del hidrógeno, lo hace brillar la estrella.

Durante muchos millones de años, la fusión convierte el hidrógeno en elementos más pesados: helio, carbono y oxígeno, y quema otros elementos cada vez más rápido hasta llegar al hierro y níquel.

Sin embargo, la fusión nuclear llegada a este punto ya no libera suficiente energía y la presión del núcleo se apaga.

Las capas externas colapsan hacía el interior, y recuperada efímeramente de esta repentina inyección de energía, la estrella explota formando una supernova.

la presión externa de una estrella en disolución es tan alta, que los protones y los electrones subatómicos se mezclan en el núcleo, formando neutrones.

Los neutrones no tienen carga eléctrica por lo que son atrapados fácilmente por los elementos del grupo del hierro.

Las multicapturas de neutrones permiten la formación de elementos más pesados que una estrella en circunstancias normales no sería capaz de formar, desde la plata al oro, pasando por el plomo hasta el uranio.

Frente a los millones de años necesarios para que el hidrógeno se transforme en helio, la creación de los elementos más pesados en una supernova se producen en cuestión de segundos.

¿Pero qué pasa con el oro después de la explosión? La onda de choque de la supernova en expansión emite los restos de los elementos a través del medio interestelar, desencadenando un remolino de gas y polvo que se condensa en nuevas estrellas y planetas.

Probablemente el oro terrestre llegó de la misma manera antes de ser amasado en venas por la actividad geotérmica.

Miles de millones de años más tarde, extraemos este metal precioso a través de la minería, un proceso costoso compensado por la rareza de oro.

De hecho, todo el oro extraído en la historia podría apilarse en solo tres piscinas olímpicas, aunque esto representa una gran cantidad de masa ya que el oro es 20 veces más denso que el agua.

Así que, ¿podemos producir más de este codiciado producto? En realidad, sí.

Con la ayuda de los aceleradores de partículas, podemos simular reacciones nucleares complejas, similares a las que crearon oro en las estrellas.

Pero estas máquinas solo pueden acrear oro átomo por átomo.

Por lo tanto, se necesitaría casi la edad el Universo para producir un gramo, a un costo que supera con creces el valor actual del oro.

Así que no es una solución muy buena.

Pero si imaginamos que ya hemos extraído todo el oro enterrado en la Tierra, aún quedan otros lugares donde podríamos buscar.

Se estima que el océano esconde unas 20 millones de toneladas de oro disuelto pero en concentraciones extremadamente pequeñas por lo que su recuperación resulta muy cara de momento.

Tal vez un día, la fiebre del oro para la explotación de la riqueza mineral nos llevará a otros planetas de nuestro sistema solar.

¿Y quién sabe? Tal vez la siguiente supernova ocurrirá lo suficientemente cerca para colmarnos con su tesoro y, con suerte, no destruir toda la vida en la Tierra en el proceso.

https://www.ted.com/talks/david_lunney_where_does_gold_come_from/

 

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