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Devdutt Pattanaik: Oriente vs Occidente. Mitos que desconciertan – Charla TEDIndia 2009

Charla «Devdutt Pattanaik: Oriente vs Occidente. Mitos que desconciertan» de TEDIndia 2009 en español.

Devdutt Pattanaik examina los mitos de la India y de Occidente, y explica la forma en la que estos dos conjuntos de creencias, diferentes en su esencia, sobre Dios, la muerte y el cielo, nos llevan a malinterpretarnos sistemáticamente entre nosotros.

  • Autor/a de la charla: Devdutt Pattanaik
  • Fecha de grabación: 2009-11-05
  • Fecha de publicación: 2009-11-19
  • Duración de «Devdutt Pattanaik: Oriente vs Occidente. Mitos que desconciertan»: 1106 segundos

 

Traducción de «Devdutt Pattanaik: Oriente vs Occidente. Mitos que desconciertan» en español.

Para entender la mitología y lo que debe hacer un Director General de Fe, deben escuchar una historia sobre Ganesha, el dios con cabeza de elefante, que es el escriba de los narradores de cuentos, y su hermano, el señor de la guerra de atletismo de los dioses, Kartikeya.

Un día los dos hermanos decidieron emprender una carrera alrededor del mundo, tres veces.

Kartikeya se montó en su pavo real y voló por los continentes, las montañas y los océanos.

Dio la vuelta al mundo una vez, dos veces, tres veces, pero su hermano, Ganesha, simplemente dio vueltas alrededor de sus padres una, dos, tres veces, y dijo: «Gané».

«

¿Cómo?

» dijo Kartikeya.

Y Ganesha respondió: «Tú diste una vuelta ‘al mundo’, yo di una vuelta a ‘mi mundo'».

¿Qué importa más?

Si se entiende la diferencia entre ‘el mundo’ y ‘mi mundo’, se entenderá la diferencia entre la razón y la mitología.

‘El mundo’ es objetivo, lógico, universal, factual científico.

‘Mi mundo’ es subjetivo, emocional, personal.

Es percepciones, pensamientos, emociones, sueños.

Es el sistema de creencias con el que cargamos.

Es el mito en el que vivimos.

‘El mundo’ nos dice cómo funciona el mundo, cómo sale el sol, cómo nacemos.

‘Mi mundo’ nos dice por qué sale el sol, por qué nacemos.

Cada cultura intenta entenderse, «

¿Por qué existimos?

» Todas llegan a su propia interpretación de la vida, su propia versión personalizada de la mitología.

La cultura es una reacción a la naturaleza, y esta interpretación por parte de nuestros antepasados se transmite de generación en generación en forma de cuentos, símbolos y rituales que siempre son indiferentes a la racionalidad.

Entonces, cuando lo estudiamos, nos percatamos de que distintas personas tienen una una interpretación diferente del mundo.

Las personas ven las cosas de forma distinta, con puntos de vista distintos.

Existe mí mundo y existe tu mundo, y mi mundo siempre es mejor que el tuyo, porque mi mundo es racional, y el tuyo es superstición, el tuyo es fe, el tuyo es ilógico.

Esta es la raíz del choque de civilizaciones.

Ocurrió, hace tiempo, en el año 326 AC en las orillas del río Indus, hoy situado en Pakistán.

Este río le da el nombre a la India.

India.

Indus.

Alexander, un joven macedonio, conoció allí a lo que denominaba un «gimnosofista», que significa «el hombre sabio desnudo».

No sabemos quién era.

Quizás era un monje Jainista, como Bahubali, el Gommateshvara Bahubali, cuya imagen no está lejos de Mysore.

O quizás simplemente era un yogi, sentado sobre una roca, observando al cielo, al sol, y a la luna.

Alexander preguntó: «

¿Qué estás haciendo?

» Y el gimnosofista contestó: «Estoy sintiendo la nada».

Luego el gimnosofista preguntó: «

¿Y tú qué estás haciendo?

» y Alexander contestó: «estoy conquistando el mundo».

Ambos rieron.

Cada uno pensaba que el otro era un tonto.

El gimnosofista dijo: «

¿Por qué está conquistando el mundo?

Es inútil».

Y Alexander pensó: «

¿Por qué está sentado sin hacer nada?

Qué desperdicio de vida».

Para entender estos puntos de vista diferentes, debemos entender la verdad subjetiva de Alexander: su mito y la mitología que lo construyó.

Los padres de Alexander y su profesor Aristóteles le contaron la historia de la Ilíada de Homero.

Le contaron sobre un gran héroe llamado Aquiles, quien tenía la victoria asegurada cuando luchaba en batallas, pero cuando se retiraba la derrota era inevitable.

«Aquiles era un hombre capaz de moldear la historia, un hombre con un destino, y esto es lo que debes ser, Alexander».

Eso es lo que escuchó.

«

¿Qué es lo que no debes ser?

No debes ser Sísifo, quien empuja una roca cuesta arriba todo el día por una ladera empinada, sólo para descubrir que por la noche, vuelve a caer.

No vivas una vida monótona, mediocre, sin sentido.

¡Sé espectacular como los héroes griegos! Como Jasón, que navegó el océano con los Argonautas en busca del vellocino de oro.

Sé espectacular como Teseo, que entró al laberinto y mató al Minotauro.

Cuando compitas en una carrera, ¡gana! porque cuando ganas, la alegría de la victoria es lo más cercano que llegarás a la ambrosia de los dioses».

Porque, verán, los griegos creían que sólo vivimos una vez, y cuando mueres, tienes que cruzar el río Estigia, y si has llevado una vida extraordinaria serás bienvenido al Elíseo, o lo que los franceses llaman «Campos Elíseos»,
(Risas)
el cielo de los héroes.

Pero estas no son las historias que el gimnosofista escuchaba.

Él escuchó una historia muy diferente.

Escuchó hablar de un hombre llamado Bharat, de quien la India recibió el nombre de Bhārata.

Bharat también conquistó el mundo, y después subió al pico más alto de la montaña más alta del centro del mundo, llamada Meru.

Quería izar su bandera y decir: «Yo llegué aquí primero», pero cuando llegó al pico de la montaña lo encontró lleno de innumerables banderas de conquistadores que llegaron antes que él, cada uno sosteniendo «llegué aquí primero…

o eso es lo que pensé hasta que llegué».

Y de pronto, en este lienzo infinito Bharat se sintió insignificante.

Esta era la mitología del gimnosofista.

Él tenía héroes como Rama, Raghupati Rama y Krishna, Govinda Hare.

Pero no eran dos personajes embarcados en dos aventuras distintas.

Eran dos vidas distintas del mismo héroe.

Cuando termina el Ramayana, comienza el Mahabharata.

Cuando muere Rama, nace Krishna.

Cuando muere Krishna, volverá eventualmente como Rama.

Verán, los indios también tenían un río que separa el mundo de los vivos del de los muertos.

Pero no lo cruzamos una vez, sino varias.

Se llamaba el Vaitarna.

Cruzas una y otra vez, porque, verán, nada dura para siempre en la India, ni siquiera la muerte.

Así que tenemos estos rituales magníficos donde se construyen grandes imágenes de diosas madres que son veneradas durante 10 días.

Y

¿qué hacen después de esos 10 días?

Las tiran al río.

Porque debe terminar.

Y el próximo año volverán.

Todo vuelve, y esta regla no sólo se aplica al hombre, sino también a los dioses.

Verán, los dioses tienen que volver una y otra vez como Rama, como Krishna.

No sólo viven vidas infinitas, sino que viven la misma vida una infinidad de veces hasta hallar el sentido a todo…

El día de la Marmota.


(Risas)
Dos mitologías distintas.

¿Cuál es la correcta?

Dos mitologías distintas, dos formas diferentes de ver el mundo.

Una, lineal.

Otra, cíclica.

Una sostiene que esta vida es la única.

La otra sostiene que esta es una de muchas vidas.

La vida de Alexander tenía un denominador, así que el valor de su vida era la suma total de sus logros.

El denominador de la vida del gimnosofista era infinito, así que hiciera lo que hiciera siempre era cero.

Pienso que este paradigma mitológico inspiró a los matemáticos indios a descubrir el número cero.

¿Quién sabe?

Y esto nos lleva a la mitología empresarial.

Si las creencias de Alexander influían en su comportamiento, si las creencias del gimnosofista influían en su comportamiento, también influirían en el «negocio» en el que estaban inmersos.

Porque,

¿qué es el comercio sino el resultado del comportamiento del mercado y el de la organización?

Y si observa a las culturas del mundo, lo único que tiene que hacer es entender la mitología y verá cómo se comportan, cómo hacen negocios.

Eche un vistazo.

Si vive una sola vez, en una cultura que cree en una vida única verá una obsesión con la lógica binaria, la verdad absoluta, la estandarización, la totalidad, un diseño con patrones lineares.

Pero si observa a las culturas que tienen vidas cíclicas e infinitas, verá una comodidad con lógica borrosa, con opinión, con un pensamiento contextual, con un todo relativo, de alguna manera…


(Risas)
mayoritariamente.


(Risas)
Observe el arte.

Observe a la bailarina de ballet y su actuación lineal.

Luego observe a la bailarina clásica india, el bailarín Kuchipudi, la bailarina Bharatanatyam…

curvilínea.


(Risas)
Y luego observe el mundo empresarial.

El modelo empresarial estándar: visión, misión, valores, procesos.

Suena al viaje en busca de la tierra prometida a través de la jungla, el líder con los mandamientos en mano.

Si cumples, irás al cielo.

Pero en la India no existe «la» tierra prometida.

Hay muchas de ellas, dependiendo de tu posición en la sociedad, dependiendo de la etapa de tu vida.

Las empresas no se dirigen como las instituciones, por la idiosincrasia de las personas.

Siempre se dirigen por el gusto.

Siempre se trata de mi gusto.

La música india, por ejemplo, no tiene el concepto de armonía.

No hay un director de orquesta.

Hay un intérprete, y los demás le siguen.

Y nunca puedes repetir una actuación dos veces.

No se trata de la documentación ni del contrato.

Se trata de la conversación y de la fe.

No se trata de la conformidad sino del entorno, cumplir con el trabajo, torciendo o rompiendo las reglas…

simplemente observe a los indios que están aquí, los verán sonreír, ellos saben de lo que hablo.


(Risas)
Y ahora mire a las personas que han hecho negocios en la India, verán la exasperación en sus rostros.


(Risas)

(Aplausos)
La India de hoy es esto.

La realidad está basada en un punto de vista cíclico.

Por tanto, cambia rápidamente, es muy diverso, caótico, ambiguo, impredecible.

Y la gente así lo acepta.

Aquí también entra en juego la globalización, y las demandas del pensamiento institucional moderno, que tiene sus raíces en las culturas que creen en una vida única.

Y habrá un choque, como en las orillas del río Indus.

Es inevitable.

Lo he vivido personalmente.

Me formé como médico.

No quería estudiar cirugía, no me pregunten por qué.

Me apasiona demasiado la mitología.

Quería aprender mitología, pero no había dónde estudiarlo.

Así que tuve que enseñarme a mí mismo.

Y la mitología no paga.

Bueno…

hasta hoy.


(Risas)
Tenía que ponerme a trabajar, y lo hice en la industria farmacéutica.

Trabajé en la sanidad, y trabajé como el tipo de marketing, el tipo de ventas, el tipo de conocimiento, el tipo de contenido y el tipo de capacitación.

Incluso fui consultor empresarial, planificando estrategias y tácticas.

Y veía la exasperación entre mis colegas estadounidenses y europeos cuando abordaban el tema de la India.

Ejemplo: Por favor, explícanos el proceso para facturar a los hospitales.

Paso A.

Paso B.

Paso C…

Mayoritariamente.


(Risas)

¿Cómo se parametriza «mayoritariamente»?

¿Cómo instalarlo en un software?

No se puede.

Le daba mis puntos de vista a la gente, pero nadie quería escucharlos…

hasta que conocí a Kishore Biyane del «Future Group».

Él fundó la mayor cadena de tiendas minoristas, el «Big Bazaar», y hoy existen más de 200 formatos en 50 ciudades y pueblos de la India.

Trataba con mercados diversos y dinámicos, y sabía, de manera muy intuitiva, que las mejores prácticas desarrolladas en Japón, en la China, en Europa y en los Estados Unidos, no funcionan en la India.

Sabía que el pensamiento institucional no funciona en la India.

Funciona el pensamiento individual.

Tenía un entendimiento intuitivo de la estructura mítica de la India.

Me pidió que fuera el Director General de Fe, y dijo: «Lo único que quiero que hagas es alinear creencias».

Suena tan simple…

pero la creencia no se puede medir.

No se puede medir.

No se puede dirigir.

¿Cómo se construye la creencia?

¿Cómo hacer que la gente sea más sensible a lo indio?

Incluso si usted es indio, no es algo explícito ni obvio.

Así que intenté centrarme en el modelo estándar de cultura: desarrollar cuentos, símbolos y rituales.

Compartiré uno de los rituales con ustedes.

Está basado en el ritual Hindú de Darshan.

Los Hindús no tienen mandamientos, así que no hay nada bueno ni malo en lo que hagas en la vida.

No estás muy seguro de la imagen que tiene Dios de ti.

Así que cuando acudes al templo sólo buscas una audiencia con Dios.

Quieres ver a Dios y quieres que Dios te vea a ti, de ahí que los Dioses tengan ojos grandes, ojos grandes que no parpadean, a veces hechos de plata, para que puedan mirarte.

Porque no sabes si has hecho bien o mal, así que sólo buscas empatía divina.

«Sólo quiero que sepas de dónde vine y porqué hice el Jugaad».


(Risas)
«Porqué me preocupé por el entorno, porqué no me interesan los procesos, entiéndeme, por favor».

Y creamos un ritual para los líderes, basado en esto.

Cuando un líder termina su formación y está a punto de asumir la gestión de una tienda, le vendamos los ojos, le rodeamos de las personas relevantes, el cliente, la familia, el equipo, su jefe.

Le leen su KRA, su KPI, le dan las llaves, y luego le quitan la venda.

Invariablemente, verá una lágrima, porque se da cuenta.

Se da cuenta de que, para triunfar no tiene que ser un profesional, no tiene que excluir sus emociones, tiene que incluir a todas estas personas para tener éxito, para hacerles feliz, para hacer feliz a todos y hacer feliz al jefe.

El cliente es feliz porque el cliente es Dios.

Necesitamos esa sensibilidad.

Cuando se asimile, traerá consigo negocios y una conducta.

Y así lo ha hecho.

Ahora volvemos a Alexander y al gimnosofista.

Todo el mundo me pregunta: «

¿Cuál es la forma correcta, esta o aquella?

y es una pregunta muy peligrosa, porque te lleva al camino del fundamentalismo y la violencia, así que no responderé a la pregunta.

Lo que voy a hacer es darle una respuesta india: el movimiento de cabeza indio.


(Risas)

(Aplausos)
Dependiendo del contexto, dependiendo de las consecuencias, elija su paradigma, porque ambos paradigmas son construcciones humanas.

Son creaciones culturales, no son fenómenos naturales.

Así que, la próxima vez que conozca a alguien, un desconocido, les pido una cosa: Entienda que usted vive en una verdad subjetiva, y él también.

Entiéndalo.

Y cuando lo entienda, descubrirá algo espectacular.

Descubrirá que dentro de innumerables mitos yace la verdad eterna.

¿Quién lo ve todo?

Varuna tiene mil ojos.

Indira tiene cien.

Usted y yo, sólo dos.

Gracias.


(Aplausos)

https://www.ted.com/talks/devdutt_pattanaik_east_vs_west_the_myths_that_mystify/

 

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