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Charla «Diez mitos sobre psicología desmontados» de TEDxYouth@Manchester en español.
¿Cuánto de lo que piensan ustedes acerca del cerebro es realmente incorrecto? En este recorrido rápido de la ciencia desacreditada, Ben Ambridge pasea a través de diez ideas populares relacionadas con la psicología que se han demostrado ser erróneas. Ambridge nos descubre algunas verdades sorprendentes sobre cómo nuestros cerebros funcionan realmente.
- Autor/a de la charla: Ben Ambridge
- Fecha de grabación: 2014-11-05
- Fecha de publicación: 2015-02-04
- Duración de «Diez mitos sobre psicología desmontados»: 895 segundos
Traducción de «Diez mitos sobre psicología desmontados» en español.
Han oído hablar de su C.I., coeficiente intelectual, pero ¿cuál es su inteligencia psicológica? ¿Cuánto saben de lo que les lleva a actuar? ¿Son buenos prediciendo la conducta de otros o incluso la propia? ¿Y cuánto creen que es incorrecto de lo que saben de psicología? Averigüemos los diez grandes mitos de la psicología.
Seguro que han oído decir que si se trata de psicología, los hombres son de Marte y las mujeres de Venus.
¿Qué tan diferentes son hombres y mujeres? Para averiguarlo, empezaremos observando algo en lo que realmente se diferencian trazando diferencias de género psicológicas en la misma escala.
Algo en lo que realmente se diferencian es en lo lejos que pueden lanzar una bola.
Si vemos los datos de los hombres, hay lo que se llama una curva de distribución normal.
Algunos hombres pueden lanzar la bola muy lejos, algunos no tanto, pero la mayoría una distancia media.
Las mujeres comparten la misma distribución.
Pero en realidad hay una gran diferencia.
El hombre promedio puede lanzar la pelota más lejos que cerca del 98 % de las mujeres.
Veremos qué diferencias psicológicas de género se presentan en la misma escala estandarizada.
Cualquier psicólogo les dirá que los hombres son mejores en la percepción espacial, cosas como leer mapas, por ejemplo, y es verdad, pero veamos la magnitud de esta diferencia.
Pequeña.
Las líneas están tan cerca que casi se superponen.
De hecho, la mujer promedio es mejor que el 33 % de todos los hombres, y, por supuesto, si este era el 50 %, entonces ambos géneros serían iguales.
Piensen que esta diferencia y la siguiente son más o menos las mayores diferencias psicológicas género descubiertas en psicología.
Aquí la siguiente.
Cualquier psicólogo dirá que las mujeres son mejores en lengua y gramática.
Aquí está la prueba de gramática estandarizada.
Ahí están las mujeres.
Ahí los hombres.
Otra vez, las mujeres son mejores en promedio, pero las líneas están tan cerca que el 33 % de los hombres son mejores que la mujer promedio, y si fuera el 50 %, representaría la completa igualdad de género.
No es realmente un caso de Marte y Venus.
Es más un caso de, si acaso, Mars y Snickers: básicamente lo mismo, pero uno, tal vez, sea un poco más loco que el otro.
No diré cuál.
Una vez entrados en calor, psicoanalicemos con la famosa prueba de Rorschach.
Probablemente puedan ver dos…
dos osos o dos personas o lo que sea.
Pero ¿qué creen que están haciendo? Levanten la mano los que creen que dicen «hola».
No mucha gente.
Bueno.
Que levanten la mano si creen que chocan los cinco.
¿Qué pasa con los que piensan que pelean? Solo unos pocos allí.
Bien, si creen que dicen «hola» o chocan los cinco, entonces significa que Uds.
son amables.
Si creen que están luchando, entonces son agresivos o desagradables.
Uds.
son básicamente amables o guerreros.
¿Qué tal este? No es una votación, a la de tres digan todos lo que ven.
Uno, dos, tres.
(Audiencia gritando) Oí hámster.
¿Quién dijo hámster? Eso era muy preocupante.
Un chico dijo hámster.
Seguro que ven un animal de dos patas aquí, y luego la imagen espejo allí.
Si no lo hicieron, entonces significa que tienen dificultad en procesar situaciones complejas donde hay mucho que hacer.
Excepto, claro, que esto no significa eso.
Las pruebas de Rorschach carecen básicamente de validez para diagnosticar la personalidad de la gente y los psicólogos de hoy no las utilizan.
Un estudio reciente descubrió que al intentar diagnosticar la personalidad con esta pruebas se diagnostica esquizofrenia en cerca de una 6ª parte de los participantes normales.
Si no hicieron muy bien esto, tal vez no sean personas muy visuales.
Hagamos otro test rápido para averiguarlo.
Al hacer un pastel, —levanten la mano para cada opción— ¿prefieren utilizar un libro de recetas con fotos? Sí, algunas personas.
¿Tener un amigo que les vaya explicando? ¿O ir inventando sobre la marcha? Muy pocas personas ahora.
Así que si uno ha dicho A, significa que es un aprendiz visual y aprende mejor si la información se presenta en un estilo visual.
Si uno dijo B, significa que es un aprendiz auditivo, que aprende mejor si la información se presenta en formato auditivo.
Y si uno dijo C, significa que es un aprendiz cinestésico, que aprende mejor si está haciendo cosas con las manos.
Excepto, claro, como habrán adivinado, que esto no es así, porque todo esto es un mito.
Los estilos de aprendizaje se inventaron y no se apoyan en evidencia científica.
Lo sabemos porque en experimentos muy controlados, al dar los alumnos material para aprender ya sea en su estilo preferido o en un estilo opuesto, no existe ninguna diferencia en la cantidad de información que retienen.
Y si lo piensan un segundo, es obvio que esto tiene que ser verdad.
Es obvio que el mejor formato de presentación no depende de uno, sino de lo que trata de aprender.
¿Podrían aprender a conducir, por ejemplo, solo escuchando a alguien que dice qué deben hacer sin experiencia cinestésica? ¿Resolverían ecuaciones simultáneas mediante explicaciones, sin verlas escritas? ¿Revisarían sus exámenes de arquitectura con danza interpretativa por ser un aprendiz cinestésico? No.
Hay que hacer es hacer coincidir el material aprendido con el formato de presentación, no con Ud.
Sé que muchos de Uds.
son estudiantes nivel A que recibieron los resultados de la secundaria.
Y si no lograron lo que esperaban, no pueden culpar a su estilo de aprendizaje, pero quizá deseen culpar a sus genes.
De esto trata un estudio reciente de la Universidad College de Londres donde encontró que el 58 % de la variación entre los diferentes alumnos y sus resultados de secundaria se relacionaba a factores genéticos.
Eso parece un número muy concreto, ¿cómo lo podemos decir? Bueno, al querer descifrar las contribuciones relativas de los genes y del medio ambiente, lo que podemos es hacer un estudio de gemelos.
Los gemelos idénticos comparten el 100 % de su entorno y el 100 % de sus genes, mientras que los gemelos no idénticos comparten el 100 % de su entorno, pero, como cualquier hermano y hermana, comparten solo el 50 % de sus genes.
Al comparar lo similares que son los resultados de secundaria en gemelos idénticos frente a los no idénticos, y al hacer buena matemática, podemos tener una idea de cuánta variación se debe al entorno y cuánta a los genes.
Y resulta que un 58 % se debe a los genes.
Esto no es para boicotear el trabajo duro suyo y de sus maestros.
Si no lograron los resultados de secundaria esperados, siempre se puede intentar culpar a los padres o, al menos, a los genes.
Algo a lo que no se debe culpar es a ser aprendiz orientado al cerebro izquierdo o derecho porque, de nuevo, este es un mito.
El mito es que el cerebro izquierdo es lógico, bueno con ecuaciones, y que el derecho es más creativo, por eso el hemisferio derecho es mejor para la música.
También esto es un mito porque casi todo lo que uno hace implica la interacción de casi todas las partes del cerebro aunque solo sea algo banal como tener una conversación normal.
Una de las razones, quizá, para que haya sobrevivido este mito es porque hay un ligero ápice de verdad.
Así que una versión del mito es que las personas zurdas son más creativas que las diestras, tiene algo de sentido porque el cerebro controla las manos opuestas, así que para los zurdos, el lado derecho cerebral es ligeramente más activo que el lado izquierdo, y la idea es que el lado derecho es más creativo.
Pero no es cierto per se que los zurdos sean más creativos que los diestros.
Lo que es cierto es que las personas ambidiestras, o que utilizan ambas manos para diferentes tareas, son pensadores más creativos que las personas que usan una mano, porque ser ambidiestro implica tener ambos lados del cerebro interactuando mucho entre sí, lo que parece estar vinculado a la creación del pensamiento flexible.
El mito de que el zurdo es creativo surge del hecho de que ser ambidiestro es más común entre los zurdos que los diestros, por lo que hay un ápice de verdad en que el zurdo es creativo, pero no mucha.
Un mito relacionado del que pueden haber oído hablar es que solo usamos el 10 % de nuestro cerebro.
Esto es, de nuevo, un mito.
Casi todo lo que hacemos, incluso lo más mundano, utiliza casi todo el cerebro.
Dicho esto, es cierto, por supuesto, que la mayoría no utilizamos la capacidad intelectual tan bien como pudiéramos.
Entonces, ¿qué hacer para aumentar la capacidad intelectual? Tal vez podríamos escuchar un poco de Mozart.
¿Han oído hablar de la idea del efecto Mozart? Es la idea de que escuchar Mozart nos hace más inteligentes y mejora el rendimiento en las pruebas de CI.
Lo interesante de este mito es que a pesar de ser básicamente un mito, hay un ápice de verdad.
El estudio original encontró que los participantes que escucharon Mozart durante unos minutos hicieron luego un mejor test de inteligencia que los que simplemente se sentaron en silencio.
Sin embargo, un estudio de seguimiento reclutó a personas amantes de Mozart y a un grupo de amantes de las historias de terror de Stephen King.
Y les pusieron música o historias.
El grupo que prefería la música de Mozart logró un mejor resultado con Mozart que con historias, pero el grupo que prefería las historias a Mozart tuvo un resultado mejor en su IC con historias de Stephen King que con música de Mozart.
Así que la verdad es que escuchar algo que guste gratifica y ofrece un impulso temporal a su CI, en una estrecha gama de tareas.
No hay ninguna evidencia de que escuchar Mozart, o historias de Stephen King, nos hagan más listos a largo plazo.
Otra versión del mito de Mozart es que escuchar Mozart puede hacernos no solo más inteligentes, sino más sanos, también.
Por desgracia, esto no parece ser cierto en alguien que escuchaba música de Mozart casi todos los días, el propio Mozart, que sufría de gonorrea, de viruela, de artritis, y de, lo que muchos piensan que finalmente lo mató, de sífilis.
Esto sugiere que Mozart debía haber tenido poco más cuidado, tal vez, a la hora de elegir a sus parejas sexuales.
Pero ¿cómo elegir una pareja? Un mito que debo mencionar, extendido un poco por sociólogos, es que las preferencias de pareja romántica son un producto específico de nuestra cultura.
Pero, de hecho, los datos no lo respaldan.
Hay un estudio famoso de 37 encuestados de diferentes culturas de todo el mundo, desde estadounidenses a zulúes, acerca de lo que buscan en una pareja.
Y en cada cultura en todo el mundo, los hombres dan más énfasis al atractivo físico de su pareja que las mujeres, y en cada cultura, las mujeres dan más importancia que los hombres a la ambición y a lo que ganan.
Y en todas las culturas, los hombres prefieren mujeres más jóvenes que ellos, un promedio de, creo, de 2,66 años, y en todas las culturas, también, las mujeres prefieren hombres mayores que ellas, en un promedio de 3,42 años, es por ello que tenemos eso de: «Todas necesitan novio viejo adinerado».
Así que dejando el tema de cómo se puntúa a una pareja veamos cómo se puntúa en baloncesto o fútbol o en el deporte que sea.
El mito de aquí es que los deportistas atraviesan buenas rachas o épocas doradas donde simplemente no pueden perder, como este tipo aquí.
Pero, en realidad, lo que pasa al analizar el patrón de aciertos y errores estadísticamente, es que casi siempre, es aleatorio.
El cerebro crea patrones de aleatoriedad.
Al lanzar una moneda, habrá una racha de cara o de cruz en algún momento de la aleatoriedad, y como al cerebro le gusta ver patrones donde no los hay, vemos estas rachas y les atribuimos significados así: «Sí, él está de verdad en forma hoy».
Mientras que en realidad se obtendría igual patrón al lograr solo aciertos y errores de aleatoriamente.
Existe una excepción, los penaltis.
Un estudio reciente analizando los penaltis en el fútbol mostró que los jugadores que representan países tienen un muy mal récord de penaltis, como, por ejemplo, Inglaterra, tienden a ser más rápidos chutando que los países con mejor registro de penaltis, y, presuntamente como resultado, son más propensos a fallar.
Lo que plantea la pregunta de si hay alguna manera de mejorar el rendimiento de las personas.
Y algo que pueden pensar hacer es castigar a las personas por sus fallos y ver si eso les mejora.
La idea de que el castigo puede mejorar el rendimiento, es lo que los participantes pensaban que eran las pruebas del famoso experimento aprendizaje y castigo de Milgram del que habrán oído hablar si son estudiantes de psicología.
La historia cuenta que los participantes daban lo que ellos creían que era una descarga eléctrica letal a los participantes, si contestaban mal.
solo porque alguien con una bata blanca se lo decía.
Pero esta historia es un mito, por tres razones.
Primera y más importante, la bata del laboratorio no era blanca, sino gris.
Segunda, a los participantes se les dijo antes y durante el experimento cuando mostraban preocupación, que si bien las descargas eran dolorosas, no eran letales y que en ningún caso causaban daño permanente.
Y tercera, los participantes no administraron las descargas solo porque alguien con bata se los dijo.
Al entrevistarlos tras el experimento, los participantes dijeron que creían firmemente que el experimento servía a un propósito científico digno que tendría beneficios perdurables para la ciencia en contraste a la incomodidad no letal momentánea causada a los participantes.
Bueno, he estado hablando durante unos 12 minutos, y Uds.
han estado escuchándome, analizando mis patrones verbales y mi lenguaje corporal e intentando averiguar si deben hacer caso a lo que digo.
Si digo la verdad, o si miento.
Y si es así, probablemente han fracasado, porque aunque creemos posible detectar a un mentiroso por su lenguaje corporal y patrones verbales, cientos de pruebas psicológicas recientes muestran que todos, incluyendo policías y detectives, detectan básicamente al azar las mentiras a través del lenguaje corporal y patrones verbales.
Curiosamente, hay una excepción: Búsqueda en TV de familiares desaparecidos.
Es muy fácil predecir si los familiares están desaparecidos y si los que hacen la solicitud han asesinado a los propios familiares.
Así los farsantes son más propensos a sacudir la cabeza, mirar a otro lado y cometer errores en su discurso, en tanto que los verdaderos tienden a expresar la esperanza de que la persona regresará con bien y evitan el lenguaje agresivo.
Por ejemplo, podrían decir «se han llevado» en lugar de «han matado».
Hablando de eso, ya es hora de que mate esta charla, pero antes, quiero solo mostrarles en 30 segundos el mito fundamental de la psicología.
El mito es que la psicología es solo una colección de teorías interesantes, que dicen algo útil y que tienen algo que ofrecer.
Lo que espero haber mostrado en los pasados minutos es que eso no es cierto.
Lo que tenemos que hacer es evaluar las teorías psicológicas y las predicciones que hacen, si escuchar a Mozart te hace más inteligente, que se aprende mejor si la información está en el estilo de aprendizaje preferido o lo que sea, todas estas son predicciones empíricas comprobables, y la única forma de poder avanzar es poner a prueba con datos estas predicciones en estudios empíricos muy bien controlados.
Y es solo así que podemos descubrir cuáles de estas teorías están bien fundamentadas y cuáles, como de las que hablé hoy, son mitos.
Gracias.
(Aplausos)
https://www.ted.com/talks/ben_ambridge_9_myths_about_psychology_debunked/