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Charla «Dos poemas sobre lo que piensan los perros (probablemente)» de TED2014 en español.
¿Qué deben estar pensando los perros cuando nos miran? El poeta Billy Collins imagina la vida interior de dos compañeros muy diferentes. Esta es una corta y encantadora charla, perfecta para tomar un descanso y soñar…
- Autor/a de la charla: Billy Collins
- Fecha de grabación: 2014-03-20
- Fecha de publicación: 2014-06-20
- Duración de «Dos poemas sobre lo que piensan los perros (probablemente)»: 242 segundos
Traducción de «Dos poemas sobre lo que piensan los perros (probablemente)» en español.
No sé si lo han notado pero ha habido una avalancha de libros publicados últimamente que contemplan o especulan sobre la cognición y la vida emocional de los perros.
¿Piensan?
¿Sienten?
Y de ser así,
¿cómo?
Así que esta tarde, en mi limitado tiempo, quería eliminar muchas de esas conjeturas presentándoles a dos perros, que han tomado la orden de «hablar» muy literalmente.
El primer perro es el primero en irse, y está contemplando un aspecto de su relación con su dueño, y el título es «Un perro de su amo».
«Tan joven como parezco, me estoy haciendo viejo más rápido que él.
Siete a uno es la relación, suelen decir.
Sea cual sea el número, lo pasaré un día y tomaré la delantera, como lo hago en nuestros paseos por el bosque, y si esto alguna vez logra cruzar su mente, sería la más dulce sombra que haya nunca hecho en la nieve o la hierba».
(Aplausos)
Gracias.
Y nuestro siguiente perro habla de algo llamado «El resucitado», que significa un espíritu que regresa a visitarte.
«Soy el perro que pones a dormir, como te gusta llamar a la aguja del olvido, volveré para decirte esta sencilla cosa: nunca me gustaste».
(Risas)
«Cuando lamía tu cara, pensaba en morderte la nariz.
Cuando te veía secarte con la toalla, quería saltar y acobardarte con un intento de mordisco.
Me molestaba la forma en que te movías, tu falta de gracia animal, la forma en la que te sentabas en la silla para comer, una servilleta en tu regazo, un cuchillo en la mano.
Me hubiera escapado pero estaba demasiado débil, un truco que me enseñaste mientras yo estaba aprendiendo a sentarme y sanar y, el más grande de los insultos, darse la mano sin una mano.
Admito que ver la correa podía emocionarme, pero solo porque eso significaba que estaba a punto de oler cosas que nunca habías tocado.
No vas a creer esto, pero no tengo razón para mentir: odiaba el coche, odiaba los juguetes de goma, no me gustaban tus amigos, y aún peor, tus familiares.
El tintineo de mis marbetes me volvía loco.
Siempre me rascaste en el lugar equivocado».
(Risas)
«Todo lo que quería de ti era comida y agua en mis platos.
Mientras dormías, te observaba respirar mientras la luna brillaba en el cielo.
Tomó toda mi fuerza no levantar la cabeza y aullar.
Ahora, estoy libre del collar, libre del impermeable amarillo, del suéter con monograma, de lo absurdo de tu césped, y eso es todo lo que necesitas saber acerca de este lugar, excepto lo que ya supones y es bueno que no haya sucedido antes, que todo el mundo aquí sabe leer y escribir, los perros en poesía, los gatos y todos los demás en prosa».
Gracias.
(Aplausos)
https://www.ted.com/talks/billy_collins_two_poems_about_what_dogs_think_probably/