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Charla «El cambio de mentalidad de Lewis Pugh nadando en el Monte Everest» de TEDGlobal 2010 en español.
Después de nadar en el polo norte, Lewis Pugh juró que nunca iba a nadar otra vez al agua fría. Luego, escuchó sobre el lago Imja en el monte Everest — una masa de agua a una altitud de 5.300 metros, formado completamente por aguas del reciente deshielo glacial — y empezó un viaje que le enseñará un enfoque radicalmente nuevo de pensar tanto la natación como el cambio climático.
- Autor/a de la charla: Lewis Pugh
- Fecha de grabación: 2010-07-15
- Fecha de publicación: 2010-07-30
- Duración de «El cambio de mentalidad de Lewis Pugh nadando en el Monte Everest»: 585 segundos
Traducción de «El cambio de mentalidad de Lewis Pugh nadando en el Monte Everest» en español.
Cuando estuve aquí el año pasado, les hablé del nado que hice de atravesar el Polo Norte.
Y mientras ese nado fue hace 3 años, lo recuerdo como si fuera ayer.
Recuerdo estar parado al borde del hielo, listo para lanzarme al agua, y pensando que nunca, pero nunca había visto un lugar en la Tierra que sea tan aterrador.
El agua es completamente negra.
La temperatura es 1.7 Cº bajo cero, o 29 grados Fahrenheit.
Sí que hacía un frío espantoso en aquella agua.
Y luego me vino un pensamiento: si las cosas no van bien en este nado,
¿cuánto demorará para que mi cuerpo congelado se hunda los 4 km y medio hasta el fondo del mar?
Y luego me dije, hay que quitar esta idea de mi cabeza lo antes posible.
Y la única manera de poder zambullirme en esa agua tan fría y nadar un kilómetro es escuchando mi iPod y realmente auto-motivarme, escuchando de todo, desde la hermosa ópera hasta Puff Daddy, y luego comprometiéndome el 100% — no hay nada más poderoso que la mente decidida — y luego acercándome al borde del hielo y simplemente metiéndome al agua.
Y ese nado me tomó 18 minutos y 50 segundos, y pareció como 18 días.
Y me recuerdo saliendo del agua y sintiendo mis manos tan doloridas y mirando hacia mis dedos, y mis dedos eran, literalmente, del tamaño de las salchichas porque — estamos hechos en parte de agua — cuando el agua se congela se expande, y entonces las células en mis dedos se habían congelado y expandido y reventaron.
Y el primer pensamiento que tuve al salir del agua fue el siguiente: Nunca más en mi vida, vuelvo a nadar en aguas frías.
En fin, el año pasado, escuché sobre el Himalayas y el derretimiento de los — (Risa) y el derretimiento de los glaciares por el cambio climático.
Escuché sobre este lago, el lago Imja.
Este lago se ha formado en los últimos 2 años por el derretimiento del glaciar.
El glaciar desapareció a todo lo largo, hasta la montaña y en su lugar dejó este inmenso lago.
Y creo con certeza que lo que estamos viendo en el Himalayas es el próximo gran campo de batalla en la Tierra.
Casi 2 mil millones de personas — osea, 1 de cada 3 personas en la Tierra — dependen del agua proveniente del Himalayas.
Y con una población en rápido crecimiento, y con el suministro de agua de esos glaciares — por el cambio climático — disminuyendo tanto, creo que tenemos un riesgo serio de inestabilidad.
Al norte, está China; al sur, India, Paquistán, Bangladesh, todos esos países.
Entonces me decidí a subir el monte Everest, la montaña más alta de la Tierra, ir y hacer una nado simbólico por debajo de la cumbre del monte Everest.
No sé si alguno de ustedes tuvo la oportunidad de ir al monte Everest, pero es bastante traumático llegar hasta allí.
28 yaks grandes y poderosos subiendo todo el equipo a esta montaña — no llevo solamente mi Speedo.
Sino que hay un gran equipo de filmación que luego envían las imágenes por todo el mundo.
Lo que también fue muy desafiante de este nado no es sólo la altura.
Quería nadar a los 5.300m sobre el nivel del mar.
Así que estás ahí arriba, en los cielos.
Es muy, muy difícil respirar.
Te genera «mal de altura».
Sientes como si tuvieras detrás un hombre con un martillo pegándote en la cabeza constantemente.
Esa no es la peor parte.
La peor parte fue que este año decidieron hacer una gran operación de limpieza en el monte Everest.
Muchísimas personas han muerto en el monte Everest, y éste fue el año que decidieron ir a rescatar todos los cadáveres de los montañistas y bajarlos de la montaña.
Y cuando estás subiendo la montaña para tratar de hacer algo que ningún ser humano ha hecho antes, y de hecho, ni siquiera un pez.
No hay peces nadando allí arriba a los 5.300m.
Cuando tratas de hacer éso, y luego los cadáveres te van pasando, es una lección de humildad, y también te das cuenta muy claramente que la naturaleza es mucho más poderosa que nosotros.
Y caminamos por este sendero, todo el camino hacia arriba.
Y a nuestra derecha estaba este inmenso glaciar Khumbu.
Y a todo lo largo del glaciar vimos estos grandes charcos de hielo derritiéndose.
Luego llegamos a este pequeño lago.
por debajo de la cumbre del monte Everest, y me preparé, de la misma manera como siempre me preparo, para este nado que iba a ser tan difícil.
Me puse mi iPod, escuché algo de música, Me puse tan agresivo como pude — pero era una agresión controlada — Y luego me arrojé en esa agua.
En los primeros 100m nadé lo más rápido que pude, y luego me di cuenta, muy rápidamente, que me tenía un gran problema.
Apenas podía respirar.
Respiraba jadeando.
Luego empecé a ahogarme, y luego muy pronto me hizo vomitar en el agua.
Y todo pasó tan rápidamente que luego — no sé cómo pasó — pero me fui por debajo del agua.
Y afortunadamente, era poco profundo, y pude impulsarme contra el fondo del lago para subir y tomar otra bocanada de aire.
Y luego me dije, sigue.
Sigue.
Sigue.
Seguí unas 5 o 6 brazadas más, luego me quedé sin nada en mi cuerpo, y bajé hasta el fondo del lago.
Y no sé de dónde lo saqué, pero de alguna manera logré subir y tan pronto como pude alcanzar la orilla del lago.
He oído decir que el ahogarse es la muerte más pacífica que hay.
¡Nunca he oído semejante tonterías!
(Risas)
Es la sensación más escalofriante y de pánico que se puede tener.
Logré llegar a la orilla del lago.
Mi equipo me agarró, y luego caminemos tan rápido como pudimos bajando — por los escombros — hasta nuestro campamento.
Y ahí, nos sentamos, y analizamos lo que había salido mal allí en el monte Everest.
Y mi equipo me habló francamente.
Me dijeron, Lewis, necesitas un cambio radical de táctica si es que quieres hacer este nado.
Todas las cosas que has aprendido en los pasados 23 años de natación, debes olvidarlas.
Todas las cosas que has aprendido cuando estabas sirviendo en el ejército británico, sobre velocidad y agresión, debes dejarlo de lado.
Queremos que subas la montaña dentro de 2 días.
Tómate un tiempo para descansar y pensar.
Queremos que subas la montaña dentro de 2 días.
y en vez de nadar rápido, nada tan lentamente como te sea posible.
En vez de nadar a crol, nade pecho.
Y recuerda, nunca pero nunca nades con agresión.
Este es el momento de nadar con sincera humildad.
Entonces volvimos a subir a la montaña 2 días después.
Y me paré al borde del lago, y miré hacía el monte Everest — y ella es una de las montañas más bellas de la Tierra — y me dije, sólo hazlo lentamente.
Y nadé a través del lago.
Y ni siquiera puedo decirte lo bien que me sentí al llegar al otro lado.
Pero aprendí dos lecciones muy, muy importantes allí en el monte Everest.
Y agradezco a mi equipo de sherpas quienes me enseñaron éstos.
Lo primero es que sólo porque algo haya funcionado muy bien en el pasado, no quiere decir que vaya a funcionar bien en el futuro.
Y de manera similar, ahora, antes de hacer cualquier cosa, me pregunto qué clase de mentalidad necesito para tener éxito en el proyecto.
Y trayendo éso al mundo del cambio climático, lo cual es, francamente, el monte Everest de todos los problemas — sólo por haber vivido de la forma en que vivimos por tanto tiempo, sólo por haber consumido de la forma en que consumimos por tanto tiempo, y poblado la Tierra de la forma en que lo hicimos por tanto tiempo, no quiere decir que podemos seguir tal como vamos.
Todas las señales de alarma están allí.
Cuando nací, la población del mundo era de 3.5 mil millones de personas.
Ahora somos 6.8 mil millones, y se espera que seamos 9 mil millones para el 2050.
Y luego la segunda lección, el cambio radical de táctica.
Y hoy he venido aquí para preguntarles:
¿Qué cambio radical de táctica puedes hacer en tú relación con el medioambiente, que vaya a asegurar que nuestros hijos y nietos vivan en un mundo seguro y a salvo, y lo más importante, en un mundo sostenible?
Y les pido, por favor, que se vayan de aquí y piensen sobre ese cambio radical de táctica que puedes hacer, que hará esa gran diferencia, y luego comprometerse 100% a hacerlo.
Hablen sobre ellos, posteen en blogs, envíen tweets, y comprométanse 100%.
Porque muy, muy pocas cosas son imposibles de lograr si realmente enfocamos toda nuestra mente en ellos.
Entonces muchísimas gracias.
(Aplausos)
https://www.ted.com/talks/lewis_pugh_my_mind_shifting_everest_swim/