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El falsificador de arte que engañó a los nazis – Noah Charney – Charla TED-Ed

Charla «El falsificador de arte que engañó a los nazis – Noah Charney» de TED-Ed en español.

La lección completa se encuentra en https://ed.ted.com/lessons/the-art-forger-who-tricked-the-nazis-noah-charney

Fue uno de los juicios más extraños en la historia de los Países Bajos. En 1947, el acusado fue un falsificador de arte que había ganado millones de dólares falsificando pinturas. Pero él no se declaraba inocente… de hecho, su vida dependía de demostrar que había cometido fraude. ¿Quién fue este artista? ¿Y por qué estaba en juicio por su vida? Noah Charney nos cuenta sobre el infame Han van Meegeren.

Lección de Noah Charney, dirigida por Hype CG.

  • Autor/a de la charla: Noah Charney
  • Fecha de grabación: 2020-04-06
  • Fecha de publicación: 2020-04-06
  • Duración de «El falsificador de arte que engañó a los nazis – Noah Charney»: 292 segundos

 

Traducción de «El falsificador de arte que engañó a los nazis – Noah Charney» en español.

Fue uno de los juicios más extraños en la historia de los Países Bajos.

En 1947, el acusado fue un falsificador de arte que había ganado millones de dólares falsificando pinturas.

Pero él no se declaraba inocente…

de hecho, su vida dependía de demostrar que había cometido fraude.

Como muchos falsificadores de arte, Han van Meegeren era un artista cuyas obras originales no le habían dado renombre.

Resentido con el mundo del arte, van Meegeren decidió humillar a sus detractores.

Aprendió todo lo que pudo acerca de los Antiguos Maestros: sus biografías, técnicas y materiales.

El artista que eligió para su engaño fue un pintor barroco del siglo XVII, Johannes Vermeer.

Una decisión ambiciosa, dado que Vermeer era famoso por ejecutar cuidadosamente y con brillante técnica sus escenas domésticas.

El falsificador trabajó en secreto durante seis años perfeccionando su arte, copiando numerosas obras como práctica.

Mezcló sus propias pinturas tras investigar qué materias primas y pigmentos estaban disponibles en los tiempos de Vermeer.

Compró lienzos del siglo XVII, creó sus propios pinceles y desgastó las obras aplicando resina sintética y dándoles calor para secar y agrietar la pintura.

Una prueba forense podría haber detectado la resina sintética.

Pero en esos tiempos, esas pruebas no eran muy avanzadas ni comunes, e incluso hoy en día verificar la autenticidad de una pintura es una tarea que depende de la evaluación de expertos en arte.

Así que está sujeto a su juicio subjetivo, así como a su reputación.

Y aquí es donde van Meegeren fue más listo que el mundo del arte.

Gracias a su investigación, sabía que los historiadores creían que Vermeer tuvo un período temprano de pinturas religiosas influenciadas por el pintor italiano Caravaggio.

La principal autoridad en Vermeer, Abraham Bredius, era un gran defensor de esta teoría, aunque no se habían encontrado jamás ninguna de estas obras.

Así que van Meegeren decidió hacer una.

La llamó «Los discípulos de Emaús».

Bredius declaró que la falsificación de van Meegeren era la obra maestra de Vermeer.

La falsificación de Van Meegeren no estaba totalmente a la altura de los estándares técnicos de Vermeer, pero estas inconsistencias se podían hacer encajar con la historia: era una de sus primeras obras, creada antes de que el artista madurara.

Con la aprobación del mundo del arte, la falsificación fue vendida en 1937 por el equivalente a más de 4 millones de dólares en dinero actual.

Este éxito impulsó a van Meegeren a falsificar y vender más obras a través de varios comerciantes de arte.

Aunque suene increíble, el mundo del arte continuó creyendo en su autenticidad.

Cuando los nazis ocuparon los Países Bajos durante la Segunda Guerra Mundial, Hermann Göring, uno de los principales generales de Hitler, procuró añadir un Vermeer a su colección de obras de arte robadas de todas partes de Europa.

Van Meegeren lo ayudó y le vendió una de las supuestas primeras pinturas de Vermeer llamada «Cristo con la adúltera».

Al cambiar la marea de la guerra, también cambió la suerte de Van Meegeren.

Tras la victoria de los Aliados, fue arrestado por entregar una pieza de la herencia neerlandesa de valor incalculable a los nazis, un acto de traición castigable con la muerte.

Para demostrar que la pintura no era un tesoro nacional, explicó paso por paso cómo la había falsificado.

Pero se encontró con un obstáculo inesperado: el mismísimo experto que había posibilitado su fraude.

Para proteger su reputación, Bredius defendió la autenticidad de la pintura.

Como le quedaban pocas opciones, van Meegeren comenzó a trabajar en un «nuevo» Vermeer.

Cuando presentó la falsificación a la corte, finalmente le creyeron.

Fue absuelto del cargo de colaboración con los nazis y sentenciado a un año de prisión por fraude.

Aunque hay evidencia de que van Meegeren sí colaboró con los nazis, logró convencer al público de que había timado a Göring a propósito, y esto transformó su imagen en la de un héroe del pueblo que había engañado a los nazis.

Gracias a esta nueva notoriedad, sus obras se volvieron valiosas por sí mismas, tanto que luego fueron falsificadas a su vez por su propio hijo.

Los mismos lienzos pasaron de ser clásicos venerados a falsificaciones despreciadas, a obras de arte respetadas una vez más por la habilidad y notoriedad del falsificador.

https://www.ted.com/talks/noah_charney_the_art_forger_who_tricked_the_nazis/

 

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