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Charla «El infinito según Jorge Luis Borges – Ilan Stavans» de TED-Ed en español.
Mirar la lección completa en https://ed.ted.com/lessons/the-magical-mathematical-fictions-of-jorge-luis-borges-ilan-stavans
¿Cómo sería tener una memoria ilimitada? ¿Se puede encontrar el sentido de la vida en una biblioteca infinita? ¿Es el tiempo un laberinto o un único momento? Jorge Luis Borges abordó estos interrogantes sobre el infinito en muchas de sus obras. Su colección de ensayos, poemas y cuentos, todos condensados en muy pocas páginas, sentaron las bases del estilo literario conocido como «realismo mágico». Ilan Stavans nos adentra en el mundo de Borges.
Lección de Ilan Stavans; dirección de Aim Creative Studios.
- Autor/a de la charla: Ilan Stavans
- Fecha de grabación: 2019-07-11
- Fecha de publicación: 2019-07-16
- Duración de «El infinito según Jorge Luis Borges – Ilan Stavans»: 271 segundos
Traducción de «El infinito según Jorge Luis Borges – Ilan Stavans» en español.
Cuando Ireneo Funes miró el vaso de vino en la mesa, vio «todos los vástagos y racimos y frutos que comprende una parra.
Sabía las formas de las nubes australes del amanecer del 30 de abril de 1882 y podía compararlas en el recuerdo con las vetas de un libro en pasta española que solo había mirado una vez y con las líneas de la espuma que un remo levantó en el Río Negro la víspera de la acción del Quebracho».
En el cuento «Funes el memorioso», Jorge Luis Borges analiza cómo sería estar dotado de una memoria perfecta.
El personaje no solo recuerda cada cosa que ha visto en su vida, sino también hasta el menor detalle en cada una de esas percepciones.
Funes se ve tan abrumado por esas minuciosas impresiones, que debe pasar sus días confinado en una oscura habitación y solo conciliaba el sueño si imaginaba una parte de la ciudad que nunca visitó.
Según Borges, los recuerdos habían hecho de Funes un ser incapaz de pensamientos reales, porque «Pensar es olvidar diferencias; es generalizar, abstraer.
En el abarrotado mundo de Funes no había sino detalles».
La memoria ilimitada de Funes fue tan solo una de las numerosas reflexiones de Borges sobre el infinito.
Nacido en Argentina en 1899, admiraba a los revolucionarios de su familia materna pero se nutrió de la tradición literaria del clan paterno.
Su colección de ensayos, poemas y relatos, o «ficciones», como él los llamaba, sentó las bases de un estilo literario, «lo real maravilloso», más conocido como «realismo mágico», que plasmó en obras de escasa longitud.
Si bien no escribió libros extensos, fue un ávido lector, y fueron sus amigos quienes le leían textos en voz alta tras quedar ciego en la mitad de su vida.
Su idea del paraíso, decía, era una biblioteca sin fin, un concepto que reprodujo en «La biblioteca de Babel».
Con salas idénticas e interminables que contienen la misma cantidad de libros de la misma longitud, la biblioteca de Babel es un universo en sí mismo.
En ella se encuentran todas las posibles variaciones de textos, de modo que hay libros de profundo contenido, pero también innumerables tomos cargados de absoluto sinsentido.
El narrador ha pasado toda una vida deambulando por este vasto laberinto de información en una búsqueda, quizá fútil, de sentido.
Los laberintos aparecen reiteradamente en las obras de Borges.
En «El jardín de los senderos que se bifurcan», mientras Yu Tsun viaja entre los sinuosos caminos del campo, recuerda un laberinto perdido, construido por un antepasado.
Conforme se desarrolla la historia, descubre que ese laberinto no es un lugar físico, sino una novela.
Esta novela revela que el verdadero jardín de los senderos que se bifurcan es el tiempo: en cada instante, hay infinitos desenlaces posibles.
Y en la sucesión de un momento tras otro, cada posibilidad origina otra serie de futuros divergentes.
En sus laberintos, Borges concibió interminables espacios de tiempo, pero también imaginó la idea de condensar la totalidad del tiempo en un único momento.
En «La escritura del dios», en el instante mismo de la creación del mundo, el dios escribe un mensaje particular en las manchas del pelaje de los jaguares, que luego «se amarían y se engendrarían sin fin, en cavernas, en cañaverales, en islas, para que los últimos hombres lo recibieran».
Ese último hombre resulta ser un tenaz y viejo sacerdote que dedica años a memorizar y descifrar las manchas del jaguar, hasta culminar en una revelación: comprender el mensaje divino.
Encerrado en las profundidades, no tiene con quién compartir este significado y nada cambia de su circunstancia, pero no le preocupa: en ese momento único, ha vivido todas las experiencias de toda persona que haya existido.
Al leer a Borges, también tú, como lector, puedes echar un vistazo dentro del infinito.
https://www.ted.com/talks/ilan_stavans_infinity_according_to_jorge_luis_borges/