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El ingrediente mágico que da vida a las películas de Pixar – Charla TED Talks Live

Charla «El ingrediente mágico que da vida a las películas de Pixar» de TED Talks Live en español.

Danielle Feinberg, directora de fotografía de Pixar, crea historias con alma y encanto mezclando matemáticas, ciencia y programación. Asómate a los bastidores de «Buscando a Nemo», «Toy Story», «Valiente», «WALL-E», y muchos más para descubrir cómo Pixar combina el arte y la ciencia para crear mundos increíbles, donde todo lo que se puede imaginar se vuelve realidad. Esta charla es parte de un especial de PBS: «Las charlas TED: Ciencia y fascinación».

  • Autor/a de la charla: Danielle Feinberg
  • Fecha de grabación: 2015-11-05
  • Fecha de publicación: 2016-04-06
  • Duración de «El ingrediente mágico que da vida a las películas de Pixar»: 724 segundos

 

Traducción de «El ingrediente mágico que da vida a las películas de Pixar» en español.

Cuando tenía siete años un adulto bien intencionado me preguntó qué quería ser de mayor.

Con orgullo, le dije: «artista».

«No, de eso nada», contestó.

«¡Un artista no puede ganarse la vida!» Así fueron aplastados mis sueños de pequeña Picasso.

Pero me armé de valor y fui en busca de un nuevo sueño, y acabé decidiéndome por ser científica, algo así como la siguiente Albert Einstein.


(Risas)
Siempre me han gustado las matemáticas y las ciencias, y luego la programación, así que decidí estudiar programación informática en la universidad.

En mi primer año, mi profesor de diseño gráfico digital nos mostró unos cortos maravillosos.

Fue la primera animación digital que habíamos visto nunca.

Vi estas películas con asombro, fascinada, había fuegos artificiales en mi cabeza mientras pensaba: «Eso es lo que quiero hacer con mi vida».

La idea de que toda la matemática, la ciencia y la programación que yo había aprendido podrían servir para crear estos mundos y personajes y las historias con las que las rodeamos era pura magia para mí.

Solo dos años más tarde empecé a trabajar donde hacen esas películas, Pixar Animation Studios.

Fue aquí donde realmente aprendí cómo se llevan a cabo esas películas.

Para crear películas, desarrollamos un mundo tridimensional dentro de la computadora.

Comenzamos con un punto que se transforma en una línea y luego en una cara que crea personajes, o árboles y rocas que con el tiempo se convierten en un bosque.

Y como es un mundo tridimensional, podemos manipular una cámara por su interior.

Todo eso me fascinaba.

Hasta que me presentaron la iluminación.

La iluminación, en la práctica, es colocar luces dentro de este mundo 3D.

En realidad tengo iconos para mover las luces dentro este mundo.

Aquí añado una luz, pongo en marcha la demo de la iluminación en el software, activo las sombras y coloco las luces.

Mientras coloco una luz, pienso en cómo se vería en la vida real, y la corrijo con lo que necesitamos artísticamente para nuestra historia.

Por lo que podría tener este aspecto al principio.

Pero mientras ajustamos esto y aquello durante semanas de trabajo, una versión preliminar que podría tener este aspecto, se ve así en su forma definitiva.

Hay un momento en la iluminación que me hizo enamorar por completo, y es donde partiendo de eso, llegamos a esto.

Es el momento en el que todas las piezas encajan y de repente este mundo cobra vida como si fuera un mundo real que existe.

Este momento siempre fascina especialmente a aquella niña de siete años que quería ser artista.

Al aprender iluminación, aprendí cómo usarla para ayudar a contar la historia, para indicar la hora del día, para crear un estado de ánimo, para dirigir los ojos del espectador, para transformar un personaje en atractivo o que destaque en una escena.

¿Han visto a WALL-E?


(Risas)
Ahí está.

Como se puede ver, podemos crear cualquier mundo que queremos dentro de la computadora.

Podemos crear un mundo lleno de monstruos, con robots que se enamoran, podemos incluso hacer que los cerdos vuelen.


(Risas)
Si bien esto es algo asombroso, esta libertad artística ilimitada puede crear caos.

Se pueden crear mundos increíbles, movimientos increíbles, cosas que chocan al público.

Por lo tanto, nos sumamos a la ciencia.

Usamos la ciencia y el mundo que conocemos como punto de partida para empezar con algo fácil de identificar y reconocible.

«Buscando a Nemo» es un excelente ejemplo.

La mayor parte de la película sucede bajo el agua.

Pero,

¿cómo hacer que parezca bajo el agua?

En la investigación y el desarrollo inicial, rodamos un video bajo el agua y lo recreamos en el computador.

Luego volvimos a desmantelarlo para ver qué elementos conforman el aspecto de este mundo submarino.

Uno de los elementos más importantes era cómo viaja la luz a través del agua.

Por ello, hemos creado una luz que se rige por esta ley física, empezando con la visibilidad del agua, y después lo que ocurre con el color.

Los objetos cercanos mantienen sus colores claros e intensos.

Cuanto más viaja la luz a través del agua, se pierden las ondas infrarrojas, luego las ondas de luz verde, lo que nos deja con un profundo azul oscuro.

En este clip se pueden ver otros dos elementos importantes.

El primero es la marea y el oleaje, o la corriente submarina invisible que empuja las partículas que se muevan en el agua.

La segunda es la cáustica.

Son las franjas brillantes que se pueden ver en el fondo de una piscina, que se crean cuando la luz solar se refleja a través de las crestas de las ondas y las olas de la superficie marina.

Aquí tenemos la luz de niebla que da un campo de profundidad al color, y también nos dirige hacia arriba cuando no se ve la superficie del agua.

La otra cosa realmente maravillosa que se puede ver aquí es que hemos iluminado este material solo con la ayuda de la cáustica, de modo que al entrar y salir de esas franjas brillantes las partículas aparecen y desaparecen, dando al agua un brillo delicado y mágico.

Se puede ver cómo empleamos la ciencia — la física del agua, la luz y el movimiento — para domar la libertad artística.

Pero tampoco nos dejamos limitar por ella.

Decidimos qué elementos tenían que atenerse estrictamente a la ciencia y de cuáles podríamos tirar para adaptarlos a nuestra historia y estado de ánimo.

Pronto nos dimos cuenta de que el color era algo con lo que podíamos jugar.

Aquí se ve una escena subacuática coloreada de manera tradicional.

Pero aquí, podemos tomar el puerto de Sídney y dejarlo bastante verde para reflejar la tristeza de la escena.

En esta escena es muy importante crear profundidad bajo el agua para que entendamos qué es la Corriente de Australia Oriental donde se adentran las tortugas para ir en este viaje en montaña rusa.

Así que exageramos la visibilidad del agua más allá de lo que se ve en la realidad.

Porque al final, no estamos tratando de recrear un mundo científicamente correcto, sino crear un mundo creíble en el que el público puede sumergirse para experimentar la historia.

Nos valemos de la ciencia para crear algo maravilloso.

Empleamos historias con toques artísticos para crear algo maravilloso.

Este tipo, WALL-E, es un ejemplo perfecto.

Ve la belleza de las cosas más simples.

Pero cuando llegamos a la iluminación, supimos que teníamos un gran problema.

Nos obsesionamos tanto por hacerlo un robot convincente, que hicimos sus prismáticos prácticamente ópticamente perfectos.


(Risas)
Porque eran una de las herramientas más importantes de su papel, ya que no tiene cara y de hecho, tampoco el diálogo tradicional.

Así que los animadores dependían muchísimo de los prismáticos para expresar sus acciones y emociones.

Empezamos a iluminar y nos dimos cuenta de que los lentes triples del interior de sus prismáticos eran un caos de reflexiones.

Parecía tener una mirada vidriosa.


(Risas)
Ahora, tener ojos vidriosos es una cosa terrible cuando se trata de convencer al público de que un robot tiene personalidad y que es capaz de enamorarse.

Así que nos centramos en crear estos prismáticos ópticamente perfectos, tratando de encontrar una solución que permita mantener la composición pero resuelva este problema de reflexión.

Empezamos con las lentes.

Aquí están las lentes planas delanteras luego tenemos unas lentes cóncavas y también unas convexas.

Y aquí se ven los tres pares juntos, mostrándonos todas estas reflexiones.

Hemos intentado girarlas hacia abajo, probamos bloquearlas, nada funcionó.

Se puede ver aquí que a veces nos hacía falta algo en concreto reflejado en sus ojos, por lo general, Eva.

Simplemente no podíamos usar imágenes abstractas y falsas en sus lentes, por eso probamos con Eva en el primer par de lentes, el segundo, sin éxito.

Quitamos la iluminación, pero nada.

Pero tuvimos una revelación.

Añadimos una luz que se filtra accidentalmente en sus ojos que ilumina estas aberturas grises.

De repente, esas aberturas sobresalen a través de la reflexión como nada más puede hacerlo.

Ahora WALL-E tiene ojos.

Como seres humanos tenemos el blanco del ojo, el iris de colores y la pupila negra.

Ahora WALL-E tiene el negro del ojo, las aberturas grises y la pupila negra.

De repente, parece que WALL-E tiene alma, que puede sentir emociones.

Más tarde en la película, hacia el final, WALL-E pierde su personalidad, y básicamente se muere.

Este es el momento perfecto para traer de vuelta esa mirada de ojos vidriosos.

En la siguiente escena, WALL-E vuelve a la vida.

Añadimos la luz de nuevo e iluminamos las aberturas y devolvimos a ese dulce robot del que llegamos a amar su sensibilidad.

(Video)

¿WALL-E: Eva?

Danielle Feinberg: Estos momentos inesperados son hermosos; cuando uno encuentra la llave para liberar el alma de un robot, o el momento en el que uno descubre lo que quiere hacer con su vida.

Las medusas en «Buscando a Nemo» fueron uno de esos momentos para mí.

Hay escenas que requieren más esfuerzo para hacerse realidad.

Esta fue una de esas escenas.

El director tenía su visión para esta escena basada en algunos videos maravillosos de medusas del Pacífico Sur.

Nos estancamos conforme avanzábamos.

Las reuniones con el director, en la normalidad de una conversación relajada se tornaban cada vez más en preguntas sobre números y porcentajes.

Tal vez porque a diferencia de lo normal, nos basamos en algo en la vida real, o tal vez solo porque nos habíamos perdido, y se había convertido en algo donde usamos el cerebro sin los ojos y la ciencia sin el arte.

La ciencia sofocaba la escena.

Aún así, a pesar de las frustraciones, todavía creía que podría ser hermosa.

Así que cuando llegó la iluminación, me entregué a ello por completo.

A medida que trabajaba para mantener el equilibrio entre el azul y el rosa, el baile cáustico sobre el cuerpo de las medusas, la luz de niebla ondulante, algo prometedor empezó a perfilarse.

Al llegar una mañana comprobé el trabajo de la noche anterior y me emocioné.

Y luego se lo mostré a la directora de iluminación y ella también se emocionó.

Pronto, se lo mostraba al director en un cuarto oscuro con 50 personas.

En las reuniones con el director, uno espera oír algún cumplido, seguido de algunas observaciones y correcciones, por lo general, y luego, con suerte, te dan luz verde para continuar con el siguiente paso.

Hice una pequeña introducción y pasé a la escena de las medusas.

Y el director hizo un silencio largo e incómodo.

Suficiente para que llegara a creer: «¡Qué desastre!» Y entonces empezó a aplaudir.

Y, a continuación, el diseñador de producción, y luego toda la habitación.

Son momentos como este por los que vivo en la iluminación.

Un momento en que todo encaja y creamos un mundo creíble.

Usamos las matemáticas, la ciencia y la programación para crear estos mundos increíbles.

Empleamos la narración y el arte para darles vida.

Es esta unión entre arte y ciencia la que hace al mundo maravilloso, y lo transforma en un lugar con alma, un lugar en el que podemos creer, un lugar donde las cosas que imaginamos se hacen realidad y un mundo donde una chica se da cuenta de repente de que no solo es científica sino también artista.

Gracias.


(Aplausos)

https://www.ted.com/talks/danielle_feinberg_the_magic_ingredient_that_brings_pixar_movies_to_life/

 

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